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«La fría red»: Robert Graves; poema y análisis


«La fría red»: Robert Graves; poema y análisis.




La fría red (The Cool Web) —también traducido como La fría malla— es un poema del escritor inglés Robert Graves (1895-1985), publicado en la antología de 1930: Poemas (Poems).

La fría red, uno de los mejores poemas de Robert Graves, examina el tema del lenguaje y cómo éste puede alterar nuestra experiencia del universo, expandiéndolo hasta límites insospechados o bien reduciéndolo dramáticamente.

Robert Graves recurre a los niños, y su supuesta torpeza para describir en palabras el mundo que los rodea, y los compara con la percepción de los adultos. Contrariamente a lo que ocurre con los chicos, nosotros sí poseemos las palabras para traducir un momento, una experiencia, en términos que podemos comunicar a los demás. Sin embargo, al hacerlo esa experiencia se desluce, queda atrapada en la red del lenguaje.

Para Robert Graves, esta es la fría red del lenguaje en la que todos los adultos quedamos atrapados inexorablemente. Por supuesto, la red puede parecer flexible, variada, adaptable, incluso hermosa y delicada en sí misma, pero también es imposible escapar de ella.




La fría red.
The Cool Web, Robert Graves (1895-1985)

Los niños son mudos para decir cuán caluroso es el día,
cuán cálido el perfume de la rosa estival,
cuán aterradores los oscuros cielos del crepúsculo
y temibles los altos soldados que marchan con sus tambores.

Pero nosotros tenemos el lenguaje, que fatiga al furioso día,
el lenguaje, para amortiguar la cruel fragancia de la rosa.
Deletreándola, alejamos la noche que se cierne,
deletreándolos, alejamos al miedo y los soldados.

Hay una fría red del lenguaje que nos ciñe,
protegiéndonos del exceso de júbilo o de espanto:
crecemos, por fin, y fríamente morimos,
en llanto y volubilidad.

Pero si dejamos que la lengua pierda su autoestima,
abandonando el lenguaje y sus garras acuosas
antes de morir, en lugar de cuando llegue la muerte,
Enfrentando la amplia mirada del día de los niños,
Frente a la rosa, el cielo oscuro y los tambores,
Enloqueceríamos, sin duda, y moriríamos de esa forma.


Children are dumb to say how hot the day is,
How hot the scent is of the summer rose,
How dreadful the black wastes of evening sky,
How dreadful the tall soldiers drumming by,

But we have speech, to chill the angry day,
And speech, to dull the roses's cruel scent,
We spell away the overhanging night,
We spell away the soldiers and the fright.

There's a cool web of language winds us in,
Retreat from too much joy or too much fear:
We grow sea-green at last and coldly die
In brininess and volubility.

But if we let our tongues lose self-possession,
Throwing off language and its watery clasp
Before our death, instead of when death comes,
Facing the wide glare of the children's day,
Facing the rose, the dark sky and the drums,
We shall go mad, no doubt, and die that way.


Robert Graves (1895-1985)




Poemas góticos. I Poemas de Robert Graves.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Robert Graves: La fría red (The Cool Web), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

Poemas de secretos


Poemas de secretos.








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Poemas de amores secretos


Poemas de amores secretos.








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«El verdadero conocimiento»: Oscar Wilde; poema y análisis


«El verdadero conocimiento»: Oscar Wilde; poema y análisis.




El verdadero conocimiento (The True Knowledge) es un poema de amor del escritor irlandés Oscar Wilde (1854-1900), publicado en la antología de 1881: Poemas (Poems).

El verdadero conocimiento, uno de los mejores poemas de Oscar Wilde, revela el lado más espiritual del autor al manifestar el deseo de encontrar la verdad y la imposibilidad de hallarla por fuera de la espiritualidad. En presencia de la divinidad, el narrador juzga que el verdadero conocimiento, si es que realmente existe, procede de la esperanza por las pequeñas cosas —reencontrarse con alguien, volver a tomarla de la mano—; y esa esperanza, al menos para Oscar Wilde, significa la intuición de lo divino.




El verdadero conocimiento.
The True Knowledge; Oscar Wilde (1854-1900)

Tu, que todo lo sabes, sabes también que en vano busco
semillas y tierras para cultivar con certeza,
pero la tierra es oscura entre la maleza,
indiferente a la lluvia y a lágrimas vertidas.

Tu, que todo lo sabes, sabes también que me siento y espero,
con las manos frágiles y los ojos ciegos,
hasta el último pliegue del velo,
hasta que la apertura de la puerta.

Tu, que todo lo sabes, sabes también de mi vanidad,
confío en que mi vida no será en vano,
en que algún día nos tomaremos de la mano
en una extraña y divina eternidad.


Thou knowest all; I seek in vain
What lands to till or sow with seed--
The land is black with briar and weed,
Nor cares for falling tears or rain.

Thou knowest all; I sit and wait
With blinded eyes and hands that fail,
Till the last lifting of the veil
And the first opening of the gate.

Thou knowest all; I cannot see.
I trust I shall not live in vain,
I know that we shall meet again
In some divine eternity.


Oscar Wilde (1854-1900)




Poemas góticos. I Poemas de Oscar Wilde.


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«Algunas cosas que vuelan»: Emily Dickinson; poema y análisis


«Algunas cosas que vuelan»: Emily Dickinson; poema y análisis.




Algunas cosas que vuelan (Some Things That Fly There Be) —a veces publicado como El secreto (The Secret)— es un poema de la escritora norteamericana Emily Dickinson (1830-1886), publicado de manera póstuma en la antología de 1890: Poemas (Poems).

Algunas cosas que vuelan, uno de los mejores poemas de Emily Dickinson, regresa sobre un tema fundamental en la obra de esta autora: el contraste entre lo efímero y lo perdurable, entre el tiempo y la eternidad. En definitiva, algunas cosas pasan como un murmullo en el ocaso; otras, en cambio, perduran más allá de nosotros mismos.




Algunas cosas que vuelan.
Some Things That Fly There Be,Emily Dickinson (1830-1886)

Algunas cosas que vuelan habrá
—pájaros, horas, el abejorro—
que no tendrán elegía.

Algunas cosas que quedan estarán
—pena, colinas, eternidad—
sin llegar a complacerme.

Algunas cosas, al descansar, se elevan.
¿Puedo yo interpretar los cielos?
¡Qué inmóvil yace el acertijo!


Some things that fly there be,—
Birds, hours, the bumble-bee:
Of these no elegy.

Some things that stay there be,—
Grief, hills, eternity:
Nor this behooveth me.

There are, that resting, rise.
Can I expound the skies?
How still the riddle lies!


Emily Dickinson (1830-1886)




Poemas góticos. I Más poemas de Emily Dickinson.


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«El secreto»: John Clare; poema y análisis


«El secreto»: John Clare; poema y análisis.




El secreto (The Secret) es un poema de amor del escritor inglés John Clare (1793-1864), publicado en la antología de 1841: Primer amor (First Love), y perteneciente al ciclo de Poemas de manicomio de John Clare.

El secreto, un exquisito poema de John Clare, versifica sobre una fantasía muy popular: reencontrarse con un viejo amor.

John Clare deduce que ese encuentro solo puede conducir a la confesión de un secreto: todos los amores posteriores fueron apenas un intento por recuperar el primero.




El secreto.
The Secret, John Clare (1793-1864)

Yo te amaba aunque nunca declaré mi pasión,
desde el principio hasta lo incorrecto,
tu eres mi amor en cada aspecto,
mi melodía en cada canción.

Y cuando vi un rostro extraño
donde la belleza celebró su reclamo,
sentí la gracia del hombre,
el ser de tu nombre.

Y todos los encantos del rostro y la voz
que en otros suelo observar,
son apenas una pálida réplica
de lo que sentía por vos.


I loved thee, though I told thee not,
Right earlily and long,
Thou wert my joy in every spot,
My theme in every song.

And when I saw a stranger face
Where beauty held the claim,
I gave it like a secret grace
The being of thy name.

And all the charms of face or voice
Which I in others see
Are but the recollected choice
Of what I felt for thee.


John Clare (1793-1864)




Poemas góticos I Poemas de John Clare.


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«Una invitación a la eternidad»: John Clare; poema y análisis


«Una invitación a la eternidad»: John Clare; poema y análisis.




Una invitación a la eternidad (An Invite to Eternity) es un poema del romanticismo del escritor inglés John Clare (1793-1864), publicado en la antología de 1841: Primer amor (First Love).

Una invitación a la eternidad, uno de los mejores poemas de John Clare, fue escrito cuando el poeta se encontraba recluido en un manicomio de Northampton; y debido a eso se integra al ciclo de poemas de manicomio de John Clare. Su sintaxis oscura, la ausencia de puntuación, la superposición de imágenes inarticuladas, supone que el único responsable de descifrar e interpretar el poema es el lector.

Lo único cierto es que Una invitación a la eternidad es un poema acerca de la alienación del autor, aislado de su familia y amigos, durante su larga temrporada en el Northampton General Lunatic. El narrador le teme a la soledad, y por eso invita al lector, bajo la figura de una dulce doncella, a unirse a él en esa eternidad pavorosa.

Una aclaración: en nuestra versión en español de Una invitación a la eternidad hemos añadido los signos de puntuación ausentes en el original, que puede leerse al final de la traducción. En definitiva, es imposible determinar si esa ausencia es producto de una búsqueda del autor o de las inusuales circunstancias en la que fue escrito.




Una invitación a la eternidad.
An Invite to Eternity, John Clare (1793-1864)

Vendrás conmigo, dulce doncella,
Di que vendrás conmigo
A los profundos valles de la sombra,
Donde brilla la oscuridad de las estrellas;
Donde el camino pierde su rumbo,
Donde el sol se olvida del día,
Donde la luz es siempre sombría,
Vemdrás conmigo, dulce doncella,

Donde las piedras se hunden bajo la corriente,
Donde las plantas se elevan incandescentes,
Donde la vida se desvanece como una visión efímera
Donde las montañas se oscurecen en grutas eternas,
Di que vendrás conmigo, dulce doncella,
A través de esta tristeza sin identidad,
Donde los padres viven y son olvidados,
Donde las hermanas viven y no nos recuerdan.

Di que vendrás conmigo, dulce doncella,
A esta extraña muerte en vida,
A vivir en la muerte y ser la misma,
Sin hogar, sin nombre, sin destino,
A ser sin jamás ser,
—Aquello que fue y no será—
Viendo las cosas como sombras pasar,
Con el cielo arriba, debajo, dentro,
Yaciendo en torno a nuestro silencio?

Seguirás el rastro de la tierra de sombras,
Y al mirar sin conocer el rostro del otro,
El ahora mezclado con razones desaparecidas,
El pasado y el presente como uno solo,
Dirás, doncella, que tu vida puede ser guiada
Para unir a los vivos con los muertos,
Entonces rastrea mis huellas
Hasta que podamos unirnos en la eternidad.


Wilt thou go with me sweet maid
Say maiden wilt thou go with me
Through the valley depths of shade
Of night and dark obscurity
Where the path hath lost its way
Where the sun forgets the day
Where there's nor life nor light to see
Sweet maiden wilt thou go with me

Where stones will turn to flooding streams
Where plains will rise like ocean waves
Where life will fade like visioned dreams
And mountains darken into caves
Say maiden wilt thou go with me
Through this sad non-identity
Where parents live and are forgot
And sisters live and know us not

Say maiden wilt thou go with me
In this strange death of life to be
To live in death and be the same
Without this life or home or name
At once to be or not to be
That was and is not—yet to see
Things pass like shadows—and the sky
Above, below, around us lie.

The land of shadows wilt thou trace
And look nor know each other's face
The present mixed with reasons gone
And past and present all as one
Say maiden can thy life be led
To join the living with the dead
Then trace thy footsteps on with me
We're wed to one eternity.


John Clare (1793-1864)




Poemas góticos. I Poemas de John Clare.


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«Kubla Khan»: Samuel Taylor Coleridge; poema y análisis


«Kubla Khan»: Samuel Taylor Coleridge; poema y análisis.




Kubla Khan (Kubla Khan) —cuyo título original es: Kubla Khan o una visión dentro de un sueño (Kubla Khan, or, A Vision in a Dream)— es un poema del romanticismo del escritor inglés Samuel Taylor Coleridge (1772-1834), terminado en 1797 y publicado en la antología de 1816: Christabel, Kubla Khan y Los dolores del sueño (Christabel, Kubla Khan and The Pains of Sleep). Más adelante reaparecería en en libro: Los poemas completos de Samuel Taylor Coleridge (The Poetical Works of S. T. Coleridge).

Cuenta la leyenda que, después de consumir una fuerte dosis de opio, Samuel Taylor Coleridge se quedó dormido mientras leía. El poeta tuvo uno de los sueños más asombrosos de su vida: observó la construcción de un gran palacio, y supo (como se saben las cosas en los sueños) que esa construcción era realizada por una extraña melodía que sonaba en el aire, mientras una voz misteriosa atravesaba los cielos con unos versos nunca antes oídos.

Cuando Samuel Coleridge despertó, se apresuró a anotar aquellos versos enigmáticos; sin embargo, fue interrumpido por un visitante inoportuno. Llegó a escribir apenas cincuenta versos de los trescientos que había soñado.

No es del todo extraño imaginar a un escritor que sueña con un poema y un palacio; lo extraño es que veinte años después de la muerte de Samuel Coleridge, un investigador ruso descubriera un viejo manuscrito persa que cuenta la historia del palacio encantado de Kubla Khan, cuyo diseño se le reveló al emperador en un sueño.

Para finalizar este breve análisis de Kubla Khan, uno de los grandes poemas de Samuel Taylor Coleridge, citamos a Jorge Luis Borges y su ensayo, El sueño de Coleridge:


«¿Que explicación preferiremos? Quienes rechazan lo sobrenatural juzgarán que la historia de los dos sueños es una coincidencia, otros que el poeta supo de algún modo que el emperador había soñado el palacio y dijo haber soñado el poema para crear una espléndida ficción. Mas encantadoras son las hipótesis que transcienden lo racional. Por ejemplo, que el alma del emperador, destruido el palacio, penetró en el alma de Coleridge para que éste lo reconstruyera en palabras, más duraderas que los mármoles y los metales.

»El primer sueño agregó a la realidad un palacio; el segundo, un poema sugerido por el palacio; la similitud de sueños deja entrever un plan. En 1961 se comprobó que del palacio de Kublai Khan sólo quedaban ruinas; del poema nos consta que apenas se rescataron cincuenta versos. Tales hechos permiten conjeturar que la serie no ha terminado. El primero tuvo la visión del palacio y lo construyó; el segundo, que no supo del sueño del anterior, soñó un poema sobre el palacio. Si no se equivoca el esquema, algún lector de Kubla Khan soñará, en una noche de la que nos separan los siglos, un mármol o una música. Ese hombre no sabrá que otro dos soñaron, quizá la serie de sueños no tenga fin, quizá la clave esté en el último». (El sueño de Coleridge, Jorge Luis Borges).



Kubla Khan.
Kubla Khan, Samuel Taylor Coleridge (1772-1834)

En Xanadú, Kubla Khan ordenó levantar un majestuoso palacio;
allí donde Alf, el río sagrado, corre a través de mil cavernas,
desembocando en un mar abandonado por el sol.
Dos veces cinco millas de tierra fértil,
por murallas y torres eran circundada;
y allí veíanse jardines surcados por brillantes arroyos,
en los que florecían filas de árboles perfumados,
y bosques tan apretados como montañas,
encerrando en su seno verdes pasajes sonrientes.

¡Aquella profunda y romántica quebrada
que se adentra en la verde colina,
a la sombra de los cedros!
¡Paisaje agreste!
¡Encantado y beatificado como si en otra época,
bajo la luna moribunda,
alguna dama hubiese venido a llorar por su demonio amante!
Y de esta quebrada, creciendo en incesante gemido,
como si la tierra respirase hondo,
brotase por momentos una fuente tumultuosa;
cuyas lenguas inciertas escupen fragmentos como granizo
que saltan bajo el saco de trigo,
y en medio de estas danzantes rocas, junto a ellas,
saltaba hacia los aires el río sagrado.
Durante cinco millas, por un laberinto trazado,
entre bosques y valles corría el río sagrado,
antes de entrar en las cavernas al hombre inmensurable
y de hundirse tumultuosa en un océano muerto.
En medio de este tumulto, Kubla oyó en la distancia
las voces ancestrales que predecían la guerra.

La sombra del palacio de los deleites flotaba sobre las olas,
y desde él se oían las melodías de la fuente y las cavernas.
¡Milagro de sutil ingenio este resplandeciente palacio con sus cavernas de hielo!

Ví en sueños una doncella, tañendo su instrumento:
una doncella abisinia, tañendo su instrumento
y cantando dulcemente en el monte Abora.
¡Ah! Si yo pudiese resucitar de mi memoria su música y su canción,
en tan grave éxtasis me sumirían,
que podría construir con música en el aire aquel palacio.
¡Aquel palacio resplandeciente, aquellas cavernas de hielo!
Y cuantos me oyeran verían ante sus propios ojos, y todos gritarían:
¡Cuidado! ¡Cuidado! ¡Mirad los ojos fulgurantes, mirad su flotante cabellera!
Trazad un triple círculo en torno a él y cerrad los ojos en sagrada reverencia,
pues él se ha nutrido de dulce rocío y bebido la leche del Paraíso.


In Xanadu did Kubla Khan
A stately pleasure-dome decree:
Where Alph, the sacred river, ran
Through caverns measureless to man
Down to a sunless sea.
So twice five miles of fertile ground
With walls and towers were girdled round:
And there were gardens bright with sinuous rills
Where blossom'd many an incense-bearing tree;
And here were forests ancient as the hills,
Enfolding sunny spots of greenery.

But O, that deep romantic chasm which slanted
Down the green hill athwart a cedarn cover!
A savage place! as holy and enchanted
As e'er beneath a waning moon was haunted
By woman wailing for her demon-lover!
And from this chasm, with ceaseless turmoil seething,
As if this earth in fast thick pants were breathing,
A mighty fountain momently was forced;
Amid whose swift half-intermitted burst
Huge fragments vaulted like rebounding hail,
Or chaffy grain beneath the thresher's flail:
And 'mid these dancing rocks at once and ever
It flung up momently the sacred river.
Five miles meandering with a mazy motion
Through wood and dale the sacred river ran,
Then reach'd the caverns measureless to man,
And sank in tumult to a lifeless ocean:
And 'mid this tumult Kubla heard from far
Ancestral voices prophesying war!

The shadow of the dome of pleasure
Floated midway on the waves;
Where was heard the mingled measure
From the fountain and the caves.
It was a miracle of rare device,
A sunny pleasure-dome with caves of ice!

A damsel with a dulcimer
In a vision once I saw:
It was an Abyssinian maid,
And on her dulcimer she play'd,
Singing of Mount Abora.
Could I revive within me,
Her symphony and song,
To such a deep delight 'twould win me,
That with music loud and long,
I would build that dome in air,
That sunny dome! those caves of ice!
And all who heard should see them there,
And all should cry, Beware! Beware!
His flashing eyes, his floating hair!
Weave a circle round him thrice,
And close your eyes with holy dread,
For he on honey-dew hath fed,
And drunk the milk of Paradise.


Samuel Taylor Coleridge (1772-1834)




Poemas góticos. I Poemas de Samuel Taylor Coleridge./a>


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«Agotada»: Elizabeth Siddal; poema y análisis


«Agotada»: Elizabeth Siddal; poema y análisis.




Agotada (Worn Out) es un poema prerrafaelita de la escritora inglesa Elizabeth Siddal (1829-1862), compuesto alrededor de 1855 y publicado en la antología de 1978: Poemas de Elizabeth Siddal (Poems of Elizabeth Siddal).

El poema pone de manifiesto la predilección de Elizabeth Siddal por una temática oscura, insondable. En este sentido, Agotada, quizás uno de los mejores poemas de amor de Elizabeth Siddal, evidencia la profunda depresión de su autora, quien llegaría a quitarse la vida bebiendo una dosis letal de láudano durante una crisis con su pareja, el poeta Dante Gabriel Rossetti.



Agotada.
Worn Out, Elizabeth Siddal (1829-1862)

Tus fuertes brazos me rodean,
Mi cabello se enamora de tus hombros;
Lentas palabras de consuelo caen sobre mi,
Sin embargo mi corazón no tiene descanso.

Porque sólo una cosa trémula queda de mí,
Que jamás podrá ser algo,
Salvo un pájaro de alas rotas
Huyendo en vano de ti.

No puedo darte el amor
Que ya no es mío,
El amor que me golpeó y derribó
Sobre la nieve cegadora.

Sólo puedo darte un corazón herido
Y unos ojos agotados por el dolor,
Una boca perdida no puede sonreír,
Y tal vez ya nunca vuelva a reír.

Pero rodéame con tus brazos, amor,
Hasta que el sueño me arrebate;
Entonces déjame, no digas adiós,
Salvo si despierto, envuelta en llanto.


Thy strong arms are around me, love
My head is on thy breast;
Low words of comfort come from thee
Yet my soul has no rest.

For I am but a startled thing
Nor can I ever be
Aught save a bird whose broken wing
Must fly away from thee.

I cannot give to thee the love
I gave so long ago,
The love that turned and struck me down
Amid the blinding snow.

I can but give a failing heart
And weary eyes of pain,
A faded mouth that cannot smile
And may not laugh again.

Yet keep thine arms around me, love,
Until I fall to sleep;
Then leave me, saying no goodbye
Lest I might wake, and weep


Elizabeth Siddal (1829-1862)




Poemas góricos. I Poemas de Elizabeth Siddal.


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«Ella se sentó y cantó»: Christina Rossetti; poema y análisis


«Ella se sentó y cantó»: Christina Rossetti; poema y análisis.




Ella se sentó y cantó (She Sat and Sang) es un poema prerrafaelita de la escritora inglesa Christina Rossetti (1830-1894), publicado en la antología de 1862: El mercado de los duendes (Goblin Market).

Ella se sentó y cantó es probablemente uno de los mejores poemas de Christina Rossetti. Si bien a simple vista podríamos interpretarlo como un poema sobre la muerte, en realidad deberíamos analizarlo en otros términos: la muerte y el dolor por la pérdida de alguien son muy difíciles de superar, pero el tiempo lentamente puede trasmutar ese sufrimiento en algo diferente.

Los recuerdos dolorosos no necesariamente son olvidados con el tiempo, pero eventualmente pueden llegar a existir en paz en la memoria.



Ella se sentó y cantó.
She Sat and Sang, Christina Rossetti (1830-1894)

Ella se sentó y cantó siempre,
Junto a las orillas verdes del arroyo,
Viendo a los peces saltar y jugar,
Bajo el alegre rayo del sol.

Yo me senté y lloré siempre,
Bajo lo más sombrío de la luna,
Viendo los capullos de mayo,
Bañando con lágrimas el arroyo.

Lloré por la memoria;
Ella por la esperanza:
Mis lágrimas se ahogaron en el mar,
Su canción murió en el aire.


She sat and sang alway
By the green margin of a stream,
Watching the fishes leap and play
Beneath the glad sunbeam.

I sat and wept alway
Beneath the moon's most shadowy beam,
Watching the blossoms of the May
Weep leaves into the stream.

I wept for memory;
She sang for hope that is so fair:
My tears were swallowed by the sea;
Her songs died in the air.


Christina Rossetti (1830-1894)




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«El porqué de la inconstancia»: Gertrudis Gómez de Avellaneda; poema y análisis


«El porqué de la inconstancia»: Gertrudis Gómez de Avellaneda; poema y análisis.




El porqué de la inconstancia (El porqué de la inconstancia) es un poema de amor de la escritora hispanoamericana Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873), publicado en la antología de 1841: Poesías de la señorita Da. Gertrudis Gómez de Avellaneda.

No existen mapas precisos para recorrer los laberintos del alma femenina. Ningún cartógrafo se ocupó de ellos con éxito. La única forma de saber qué piensan las mujeres y qué quieren las mujeres de un hombre es, naturalmente, escuchándolas.

En representación de muchas mujeres incomprendidas, aisladas, escucharemos uno de los mejores poemas de Gertrudis Gómez de Avellaneda, quien en el siglo XIX resolvió decir algo acerca de El porqué de la inconstancia.



El porqué de la inconstancia.
El porqué de la inconstancia, Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873)

Contra mi sexo te ensañas
Y de inconstante lo acusas;
Quizá porque así te excusas
De recibir cargo igual.
Mejor obrarás si emprendes
Analizar en ti mismo
Del alma humana el abismo,
Buscando el foco del mal.

Proclamas que las mujeres
(Cual dijo no sé quién antes),
Piensan amar sus amantes
Cuando aman sólo al amor;
Que el vago ardor del deseo
Se agita constante en ellas;
Mas pasa sin dejar huellas
Su preferencia mayor.

¡Ay, amigo! no te niego
Verdad que tan sólo prueba
Que son las hijas de Eva
Como los hijos de Adán.
A entrambos el daño vino
De la funesta manzana,
Y a toda la raza humana
Sus tristes efectos van.

¡Mísera raza!... su mengua
Sufre, pero no la entiende;
Y aún sueña y hallar pretende
Bienes que torpe perdió.
Tras ellos ciega se lanza,
Girando en vértigo insano...
Mas nunca su empeño vano
Ni aun en sombra los gozó.

Amor pide, dicha busca,
Y a esperar loca se atreve
Que en vaso corrupto y breve
Apague el alma su sed;
Pero ella su afán inmenso
Siente perenne, profundo,
Y rompe lazos del mundo
Como el águila la red.

En balde en la extraña lucha
De su cansancio y su anhelo
Le agrada tomar el velo
Que la presenta el error,
Y en los pálidos fantasmas,
(Que agranda ilusa ella sola)
Se finge ver la aureola
De la dicha y del amor.

¡Resbala pronto la venda!
¡Resbala y ve -con despecho-
Que vuela, en humo deshecho,
El fulgor de su ilusión!
Pues no cabe en ser que piensa
Que eterno el engaño sea
Aunque inmortal es la idea
Que seduce al corazón.

No es, no, flaqueza en nosotros,
Sí indicio de altos destinos,
Que aquellos bienes divinos
Nos sirvan de eterno imán,
Y que el alma no los halle,
(Por más que activa se mueva)
Ni tú en las hijas de Eva,
Ni yo en los hijos de Adán.

Unas y otros nos quedamos
De lo ideal a distancia,
Y en todos es la inconstancia
Constante anhelo del bien.
¡De amor y dicha tenemos
Sólo un recuerdo nublado;
Pues su goce fue enterrado
Bajo el árbol del edén!

Jamás ¡oh amigo! ventura
Ni amor eterno hallaremos...
Pero ¿qué importa? ¡esperemos!
Porque es vivir esperar;
Y aquí, donde todo nos habla
De pequeñez y mudanza
Sólo es grande la esperanza
Y perenne el desear.

Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873)




Más poemas góticos. IPoemas de Gertrudis de Avellaneda.


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«Silentium Amoris»: Oscar Wilde; poema y análisis


«Silentium Amoris»: Oscar Wilde; poema y análisis.




Silentium Amoris (Silentium Amoris) es un poema de amor del escritor irlandés Oscar Wilde (1854-1900), publicado en la antología de 1881: Poemas (Poems).

El título de Silentium Amoris, uno de los grandes poemas de amor de Oscar Wilde, proviene del latín, y significa «el silencio del amor».

Pensemos en los enamorados que se ocultan en el silencio, soñando con fantasías amordazadas por el miedo al rechazo. Amar en silencio, o peor aún, tratar de silenciar al amor, son actitudes más propias de los poetas del romanticismo que de Oscar Wilde, hombre que literalmente arriesgaba su libertad para expresar sus sentimientos.

De hecho, Oscar Wilde practica exactamente lo contrario a cubrir con un manto de silencio al amor: sus poemas le dan voz propia, le cantan al amor, a la belleza, a la libertad, a la voluptuosa seducción de los sentidos.

No importa realmente si las críticas estéticas a Oscar Wilde están o no justificadas, el único crimen que no podemos atribuirle es haber silenciado sus deseos. Su rasgo más importante, y por el cual lo recordaremos eternamente, es haber escrito siempre lo que sentía.



Silentium Amoris.
Silentium Amoris, Oscar Wilde (1854-1900)

Como a menudo el resplandeciente sol
persigue a la pálida, reacia luna,
impulsándola hacia su cueva sombría,
Donde ella también se retira, furtiva,
buscando la singular balada de un ruiseñor,
Así tu belleza me impulsa,
En mis labios fracasando,
Y donde todo mi dulce canto
pierde su melodioso color.

Y como al amanecer, cruzando el velo del licor,
en alas impetuosas arremete el viento,
quebrando los juncos con su furioso beso,
el cual ha sido su único instrumento:
Así mi tormentosa pasión me ha extraviado,
silenciando mi sentimiento por exceso de amor.

Pero es seguro que ante tí mis ojos no revelarán,
porqué soy silencioso y porqué mi laúd ha muerto.
Hacia nuevas tierras deberíamos partir:
tú hacia unos labios de dulces melodías,
y yo hacia el refugio de mi estéril memoria,
donde yacen besos apenas insinuados,
Y canciones nunca cantadas.


As often-times the too resplendent sun
Hurries the pallid and reluctant moon
Back to her sombre cave, ere she hath won
A single ballad from the nightingale,
So doth thy Beauty make my lips to fail,
And all my sweetest singing out of tune.

And as at dawn across the level mead
On wings impetuous some wind will come,
And with its too harsh kisses break the reed
Which was its only instrument of song,
So my too stormy passions work me wrong,
And for excess of Love my Love is dumb.

But surely unto Thee mine eyes did show
Why I am silent, and my lute unstrung;
Else it were better we should part, and go,
Thou to some lips of sweeter melody,
And I to nurse the barren memory
Of unkissed kisses, and songs never sung.


Oscar Wilde (1854-1900)




Más poemas góticos. I Poemas de Oscar Wilde.


Más literatura gótica:
El análisis, resumen y traducción al español del poema de Oscar Wilde: Silentium Amoris (Silentium Amoris), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«El secreto de la doncella»: Ella Wheeler Wilcox; poema y análisis


«El secreto de la doncella»: Ella Wheeler Wilcox; poema y análisis.




El secreto de la doncella (A Maiden's Secret) es un poema de amor de la escritora norteamericana Ella Wheeler Wilcox (1850-1919), publicado en la antología de 1883: Poemas de pasión (Poems of Passion).

El secreto de la doncella, sin dudas uno de los mejores poemas de Ella Wheeler Wilcox, recorre los abismos insondables del alma femenina, puntualmente a través de las tribulaciones de una mujer enamorada.

Imaginemos por un momento a una doncella victoriana, o mejor dicho, a una sirvienta, una obrera joven, casi niña, que deforma sus dedos en la rugosa madera del telar. Su rostro es pálido, sus ojos están fijos sobre las revoluciones de la tela; el cabello, de un rubio opaco, se asoma debajo de un pañuelo sucio y descolorido.

¿Por qué esta chica, esta doncella, esta sirvienta, se ha transformado en algo tan especial?

¿Qué atributos invisibles la hacen merecedora de uno de los mejores poemas de amor de la historia?

Naturalmente, toda su magia se esconde en el secreto, probablemente el último refugio de su esperanza.

El secreto de la doncella revela aquellas sutilezas de la feminidad que los hombres rara vez percibimos, como si las mujeres tuviesen un lenguaje para comunicarse con nosotros y otro, más silencioso e inacabado, que las atormenta desde aquel abismo insondable de la mente: mudo discurso hecho de imágenes y símbolos e ilusiones que adquieren siluetas fantásticas.



El secreto de la doncella.
A Maiden's Secret, Ella Wheeler Wilcox (1850-1919)

He marcado este día en lo profundo de mi corazón
como la más dulce de las jornadas;
—Separado del resto de mis tristes horas,
Aunque no diré la razón, por ahora,
pues ese es mi Secreto— No debo decirlo;
sin embargo, los cielos son suaves y tiernos,
y nunca antes, lo sé muy bien,
la Tierra se llenó de tanto esplendor.

Canto en mi labor a lo largo del día,
mi corazón es ligero como una pluma,
y hay una razón para mi alegre canción,
más allá de la belleza de la estación.
Pero no os lo diré, aunque sensible sea
la corteza del arce, gritaría en voz alta si pudiese;
Pero lo sé, él no tiene el don de la palabra.

Donde mis dedos de niña cosían, llegó Uno
que me arrulló con las más bellas historias,
Él dijo que mis cabellos le fueron arrebatados al sol,
y mis ojos a la mañana gloriosa.
Abuela dice que no debo creer
las amargas palabras del hombre, pues son odiosas;
Pero estoy segura de que sus labios no engañan,
y nada fuera de su cálida melodía realmente importa.

Anoche estaba triste, y el mundo me parecía
una vivienda solitaria y sombría;
pero entonces nadie me había pedido que sea
la pálida musa de sus días.
¡Él existe ahora! Más debo callar,
sellar mis labios ante la pasión impía,
silenciarlos aunque la pena me consuma.
Y ningún mortal sabrá entonces,
porqué mi corazón es ligero como una pluma.


I have written this day down in my heart
As the sweetest day in the season;
From all of the others I've set it apart-
But I will not tell you the reason,
That is my secret---I must not tell;
But the skies are soft and tender,
And never before, I know full well,
Was the earth so full of splendour.

I sing at my labour the whole day long,
And my heart is as light as a feather;
And there is a reason for my glad song
Besides the beautiful weather.
But I will not tell it to you; and though
That thrush in the maple heard it,
And would shout it aloud if he could, I know
He hasn't the power to word it.

Up, where I was sewing, this morn came one
Who told me the sweetest stories,
He said I had stolen my hair from the sun,
And my eyes from the morning glories.
Grandmother says that I must not believe
A word men say, for they flatter;
But I'm sure he would never try to deceive,
For he told me---but there---no matter!

Last night I was sad, and the world to me
Seemed a lonely and dreary dwelling,
But some one then had not asked me to be-
There now! I am almost telling.
Not another word shall my two lips say,
I will shut them fast together,
And never a mortal shall know to-day
Why my heart is as light as a feather.


Ella Wheeler Wilcox (1850-1919)




Poemas góticos. I Poemas de Ella Wheeler Wilcox.


Más literatura gótica:
El resumen, análisis y traducción al español del poema de Ella Wheeler Wilcox: El secreto de la doncella (A Maiden's Secret), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a: elespejogotico@gmail.com



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