«En el desierto»: Stephen Crane; poema y análisis.
«En el desierto
vi una criatura, desnuda, bestial,
sostenía su corazón en sus manos,
y comía de él...»
vi una criatura, desnuda, bestial,
sostenía su corazón en sus manos,
y comía de él...»
En el desierto (In the Desert) es un poema del escritor norteamericano Stephen Crane (1871-1900), publicado en la antología de 1895: Los jinetes negros y otras líneas (The Black Riders and Other Lines).
En el desierto, uno de los poemas de Stephen Crane más reconocidos, invita presenciar una breve interacción entre el Orador y una «Criatura», «desnuda» y «bestial» que está devorando su propio corazón. A través de esta escena perturbadora, el poeta nos insta a pensar sobre la tendencia humana a la autodestrucción.
En el desierto
vi una criatura, desnuda, bestial,
que, en cuclillas en el suelo,
sostenía su corazón en sus manos,
y comía de él.
Dije: «¿Está bueno, amigo?»
«Es amargo, amargo», respondió;
«pero me gusta
porque es amargo,
y porque es mi corazón.»
vi una criatura, desnuda, bestial,
que, en cuclillas en el suelo,
sostenía su corazón en sus manos,
y comía de él.
Dije: «¿Está bueno, amigo?»
«Es amargo, amargo», respondió;
«pero me gusta
porque es amargo,
y porque es mi corazón.»
Si bien es un poema breve, hay muchas cosas sucediendo aquí.
El Orador está «en el desierto» [real o simbólico] y se encuentra con una «Criatura». La descripción de la Criatura es escasa; sólo se nos informa que está «desnuda» y que su aspecto es «bestial». Tampoco se nos dice porqué el Orador y la Criatura están en el desierto, aunque esto parece irrelevante para las intenciones del poema.
El Orador nota que la Criatura está «en cuclillas» [tal vez para enfatizar su inhumanidad] y que sostiene «su corazón en sus manos». En este punto, evidentemente, Stephen Crane quiere que sepamos que estamos ante una pieza onírica, simbólica. Después de todo, la Criatura está sosteniendo y comiendo su propio corazón, imagen descabellada fuera del ámbito del simbolismo [ver: La biología de los Monstruos]
A partir de aquí, Stephen Crane empieza a humanizar a la Criatura. El Orador le pregunta si lo que come «está bueno» y también lo llama «amigo». La pregunta asume la capacidad de responder y demuestra cierto parentesco entre ambos como seres inteligentes. La Criatura responde que sí, que su bocado le gusta, tanto por su amargura como por ser su propio corazón.
La primera interpretación del poema, digamos, instintiva, se relaciona con la pulsión de autodestrucción. La Criatura se está comiendo a sí misma; sin embargo, esto le resulta agradable, disfruta haciéndose daño, le gusta comer su corazón porque es «amargo» [podríamos sustituir la amargura por «dolor» y ver con mayor claridad lo que está sucediendo aquí]. Ahora bien, ¿la Criatura se odia a sí misma? ¿Acaso está tratando de descubrir qué hay en su corazón al saborearlo? Después de todo, la Criatura está «en el desierto», símbolo bíblico del aislamiento y el autodescubrimiento.
No creo que la Criatura sea una metáfora de los días de Cristo en el desierto; de hecho, el Orador reúne más características del Galileo. En primer lugar, no juzga la acción [comer el corazón] ni el aspecto de la Criatura [«bestial»]. En cambio, es inquisitivo, busca respuestas en un desconocido al que considera capaz de responderle. Por otro lado, la Criatura no se avergüenza ni se incomoda por lo que está haciendo ni por ser observado e interrogado al respecto. Ambos personajes están dispuesto a compartir su perspectiva.
Esta reciprocidad funciona bien para comunicar uno de los mensajes del poema. Aunque reducida al estado de «criatura» [«desnuda y bestial»], aún conserva lo más importante: su propio corazón. Y aunque este pueda ser «amargo», sigue siendo suyo.
La eficacia de En el desierto reside en su lenguaje sencillo y desprovisto de elementos decorativos. La sugerencia obvia es que el poema se se trata de una reflexión sobre los comportamientos autodestructivos. Si damos un paso más allá, es un comentario sobre la autoaceptación. De hecho, si Stephen Crane hubiese querido hablar sobre la autodestrucción, la Criatura hubiese tenido algún tipo de alimento opcional. Además, estamos «en el desierto», un escenario que invita a pensar en la desolación, la soledad, en el silencio, pero también en la ausencia de comida y agua. En lugar de mostrar rechazo o repugnancia, la Criatura sigue comiendo. Más aún, le gusta su corazón «porque es amargo» y porque es suyo. Eso es aceptación.
No estoy seguro, pero creo que esto es lo que el Orador ve en la Criatura; por eso la llama «amigo» y formula su pregunta con amabilidad, sin aires de condena o reprobación, como si este pudiera ser propio destino si continúa «en el desierto». Tal vez ya lo sea. Es decir, es una grata distracción, cuando no hay nada más a mano, atiborrarse de uno mismo. ¿Y cómo es esa introspección? Amarga, por supuesto; pero incluso en la soledad extrema un sabor amargo es bienvenido. En este contexto, el desierto es un estado mental, o quizás simplemente el hecho de estar vivo.
A favor de la teoría de la autodestrucción puede decirse que todos procedemos como la Criatura cuando nos encontramos en un desierto [estado mental] así. Nos devoramos porque eso es lo que hacemos en ese lugar. Nos encerramos en nosotros mismos, pero nos gusta, ¿no? La autodestrucción es autocomplaciente. La amargura sabe bien; y en nuestro desierto personal [depresión, abandono, soledad, aislamiento, etc.] nos sentimos muy posesivos de nuestro sufrimiento.
En el desierto es un raro ejemplo de los [aún más raros] efectos beneficiosos de ir más allá en la concepción de una idea. Los tres últimos versos comprenden la moraleja, la lección, pero el poema podría haber terminado tres versos antes y aun así habría sido una historia completa.
Es justo incluir también la teoría bíblica del poema de Stephen Crane, es decir, la noción de que el sufrimiento y el mal son los estados naturales del mundo después de la «caída» del hombre. En este contexto, la Criatura sería Satanás: consume su corazón así como el mal y el pecado consumen el corazón de la humanidad. Pero esta teoría se sustenta menos como un comentario del encuentro de Jesús con la tentación en el desierto [descrito por Mateo] que como una observación sobre la naturaleza del mal: el corazón amargo sólo resulta sabroso al paladar de Satanás [ver: El «Efecto Milton» y la simpatía por el diablo]
Suena bien, pero siento que esto no se ajusta al poema de Stephen Crane. No creo que la Criatura sea Satanás, ni el Orador una especie de Cristo. En primer lugar, no hay tentación; ni siquiera hay mentira en los labios de la Criatura. Además, ¿por qué Satanás se comería su propio corazón y no el del Orador? Me inclinaría más a creer que la Criatura somos nosotros en determinados estados mentales.
Por alguna razón [que alguno de ustedes quizás comparta], la imagen inicial que vino a mi mente en la primera lectura del poema es Gollum, sentado en su cueva mientras devora un pez que todavía aletea. Es una asociación autónoma, probablemente activada por el aspecto físico de la Criatura, el entorno de soledad, la acción de comer carne cruda, y el estado mental de rumiación [patrón de pensamiento obsesivo] que padece Gollum en relación al Anillo Único [Gandalf, además, se refiere a él en un par de ocasiones como «criatura»]. Sin embargo, si examinamos esta asociación con cierta profundidad, el efecto se desluce un poco, aunque algunas semejanzas persisten; por ejemplo, esta idea de que uno de los caminos hacia la autodestrucción es el deseo de posesión. La Criatura disfruta comer su corazón porque es suyo; del mismo modo que Gollum encuentra placer en «su» tesoro a pesar de que está consumiéndolo.
Al contrario que Gollum, la Criatura de Stephen Crane, bestial, en cuclillas, masticando el bocado amargo de su propio corazón, posee una especie de dignidad. No estoy seguro de dónde viene esa dignidad, ni si es su estado, su gesto, su condición, los que se la confieren; pero está ahí, una dignidad con algo de obstinación, de intransigencia.
Para finalizar comparto otra afinidad, probablemente sin sentido. La Criatura [o más bien, su futuro] me hizo pensar en el poema de Percy Shelley: Ozymandias (Ozymandias):
En el desierto.
In the Desert, Stephen Crane (1871-1900)
En el desierto
vi una criatura, desnuda, bestial,
que, agazapada en el suelo,
sostenía su corazón en sus manos,
y comía de él.
Dije: «¿Está bueno, amigo?»
«Es amargo, amargo», respondió;
«Pero me gusta
porque es amargo,
y porque es mi corazón.»
Poemas góticos. I Poemas de dolor.
Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Stephen Crane: En el desierto (In the Desert), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
Para finalizar comparto otra afinidad, probablemente sin sentido. La Criatura [o más bien, su futuro] me hizo pensar en el poema de Percy Shelley: Ozymandias (Ozymandias):
Conocí a un viajero de una tierra antigua
quien dijo: «dos enormes piernas pétreas, sin su tronco,
se yerguen en el desierto... A su lado, en la arena,
semihundida, yace una cabeza hecha pedazos...
quien dijo: «dos enormes piernas pétreas, sin su tronco,
se yerguen en el desierto... A su lado, en la arena,
semihundida, yace una cabeza hecha pedazos...
En el desierto.
In the Desert, Stephen Crane (1871-1900)
(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)
En el desierto
vi una criatura, desnuda, bestial,
que, agazapada en el suelo,
sostenía su corazón en sus manos,
y comía de él.
Dije: «¿Está bueno, amigo?»
«Es amargo, amargo», respondió;
«Pero me gusta
porque es amargo,
y porque es mi corazón.»
In the desert
I saw a creature, naked, bestial,
Who, squatting upon the ground,
Held his heart in his hands,
And ate of it.
I said, “Is it good, friend?”
“It is bitter—bitter,” he answered;
“But I like it
“Because it is bitter,
“And because it is my heart.”
Stephen Crane (1871-1900)
I saw a creature, naked, bestial,
Who, squatting upon the ground,
Held his heart in his hands,
And ate of it.
I said, “Is it good, friend?”
“It is bitter—bitter,” he answered;
“But I like it
“Because it is bitter,
“And because it is my heart.”
Stephen Crane (1871-1900)
(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)
Poemas góticos. I Poemas de dolor.
Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Stephen Crane: En el desierto (In the Desert), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com