Las raíces mitológicas y literarias del Conde Orlok.
«De la semilla de Belial surgió el vampiro Nosferatu»
Hoy en El Espejo Gótico analizaremos las fuentes mitológicas y literarias del Conde Orlok, protagonista de la película de vampiros de 1922: Nosferatu; Una sinfonía del horror (Nosferatu, Nosferatu, eine Symphonie des Grauens), dirigida por F. W. Murnau. En este artículo no examinaremos la versión de Robert Eggers de este mismo personaje, que amplifica algunos elementos del original y disimula otros.
Si bien el Conde Orlok está basado en el Drácula de Bram Stoker, su pasado, en el lore de la película, posee matices propios. Por ejemplo, se lo describe como descendiente de Belial [volveremos sobre esto más adelante], es decir, se le atribuye un linaje demoníaco. Tal vez por eso la apariencia de Orlok se acerca más a las leyendas de vampiros de Europa del Este que a las representaciones tradicionales de Drácula.
El nombre Orlok podría estar relacionado el Vârcolaco rumano, una especie de vampiro-licántropo que integra la familia de los Vrykolakas. Vârcolaco deriva del eslovaco vlk [«lobo»]; y dlaka [«pelo»], y hace referencia a una criatura legendaria con el pelaje de un lobo; es decir, un hombre lobo, aunque en las leyendas de Europa del Este «vampiro» y «hombre lobo» a menudo son la misma criatura. Físicamente no tienen ninguna similitud con el Conde Orlok, son esencialmente cadáveres hinchados de tez rojiza.
Algunos relacionan fonéticamente el nombre Orlok con la palabra húngara Ördög; que de hecho aparece dos veces en Drácula [ver: Nosferatu no existe]. En la primera ocasión, Jonathan Harker escucha repetidamente las palabras «ordog» y «pokol» en Bistritz:
«Debo decir que [sus palabras] no me alegraban, porque entre ellas estaban Ordog (Satanás), Pokol (infierno), stregoica (bruja), vrolok y vlkoslak (ambas significan lo mismo, una es eslovaca y la otra serbia, algo que es hombre lobo o vampiro. Nota: debo preguntarle al Conde sobre estas supersticiones.»
La anotación: «debo preguntarle al Conde sobre estas supersticiones» está teñida de ironía, porque los aldeanos de Bistriz de hecho están hablando de Drácula.
Harker traduce Ördög como «Satanás» apoyándose en su diccionario de viaje. No es una mala traducción en términos de aludir al Enemigo de Dios, pero «Satanás» pero refiere a los mitos bíblicos, y Ördög es una entidad pagana. Es interesante notar que Harker utiliza la palabra Vrolok [similar a Orlok], en relación a «algo que es hombre lobo o vampiro», evidentemente un Vârcolaco.
La segunda mención de Ördög en la novela de Bram Stoker se produce en una larga exposición de Van Helsing sobre el pasado de Drácula; donde repite la misma información proporcionada por el diccionario de Harker:
«En los registros hay palabras como stregoica (bruja), ordog y pokol (Satanás e infierno), y en un manuscrito se habla de este mismo Drácula como wampyr, lo que todos entendemos muy bien. De las entrañas de este mismo Drácula han surgido grandes hombres y buenas mujeres, y sus tumbas hacen sagrada la tierra donde sólo puede morar esta inmundicia.»
Ördög es una criatura demoníaca de la mitología húngara. A menudo se lo retrata con el aspecto de un fauno o un sátiro: torso de humano, patas de cabra y cuernos de carnero, aunque entre sus habilidades está la de cambiar de forma a voluntad. Ördög habita en el Pokol, especie de inframundo con algunas asociaciones con el concepto cristiano de infierno. Cuando visita nuestro mundo es bastante furtivo. A veces se contenta con hacer ruidos extraños en las casas, a veces adopta la forma de un perro negro de ojos brillantes. Su única motivación es conseguir almas humanas. Quizás por eso el término sobrevivió en el Alemán Medio como orloch, que significa «guerra». Esta acepción probablente resonó en la audiencia germanoparlante de la película; de hecho, Orlok lleva la guerra a Alemania con sus ratas esparciendo la plaga como un ejército invasor..
Ahora bien, Harker simplemente escucha la palabra Ördög y busca la traducción en su diccionario, pero no hace ninguna asociación posterior con Drácula. Van Helsing sí asocia el término Ördög a Drácula, pero no insinúa que este sea uno de sus nombres. Más bien, la mención de Ördög tiene que ver con los orígenes de Drácula como no-muerto [ver: No-Muertos en el folklore y la psicología]
Van Helsing asocia todos estos términos [stregoica (bruja), ordog y pokol (Satanás e infierno), y wampyr (vampiro)] con el sitio donde el Conde habría adquirido sus poderes y conocimientos, donde básicamente se transformó en vampiro: Scholomance, una especie de post-grado en artes oscuras donde un puñado de jóvenes eran aceptados e instruidos por Ördög [ver: ¿Quién convirtió a Drácula en vampiro?]
Quizás esto tenga que ver con la afirmación de que Orlok es un descendiente del demonio Belial.
En Nosferatu se cambian todos los nombres de la novela de Bram Stoker, incluido el del vampiro, por lo que no sería descabellado que el tutor demoníaco del Conde haya sido cambiado por Belial.
Por supuesto, todo esto es especulativo, porque la asociación de Orlok con Belial es más bien poética en la película de Murnau. Ahí simplemente se dice:
Aus dem Samen Belials erstundt der Vampyr Nosferatu.
Esto puede traducirse como: «de la semilla de Belial surgió el vampiro Nosferatu». La sentencia es figurativa; no afirma directamente que Orlok haya sido creado por Belial, pero sugiere que el Conde pertenece a la misma «semilla», es decir, a la estirpe demoníaca. Ahora bien, no creo que Orlok sea un demonio propiamente dicho. Murnau simplemente está diciendo que es un agente del mal, quizás un hechicero que pactó con las fuerzas del infierno, un Solomonari, como el Drácula de Stoker [ver: El código secreto en el «Drácula» de Bram Stoker]
La palabra solomonari [los elegidos para cursar las artes negras en Scholomance] hace clara referencia al rey Salomón, quien en los mitos hebreos era un poderoso mago capaz de controlar a los demonios. Curiosamente, Belial es uno de los demonios mencionados en la Clave Menor de Salomón.
Personalmente creo que Murnau introdujo a Belial debido al trasfondo hebreo de la personificación del Conde Orlok. La frase beni beliyaal [«hijo/descendiente de Belial»] aparece 27 veces en el Anrtiguo Testamento, y es un insulto que significa «hijo de la inutilidad», aludiendo a personas sin valor. Con el tiempo se ha interpretado la frase como descendientes de un ser [demoníaco] llamado Belial, algo que no tiene nada que ver con el origen de la palabra beliyya, que significa «inútil» [ver: El «accidente» que convirtió a los Dioses en Demonios]. De más está decir que muchos demonios han surgido mediante este tipo de personificaciones. La «semilla de Belial», en la película de Murnau, aparece en un libro genérico sobre los vampiros leído por Hutter [Harker], y tampoco refiere específicamente a Orlok, sino a los vampiros en general.
Este Buch der Vampyre [«libro de los vampiros»] es clave en Nosferatu. Thomas Hutter lo lleva consigo en su viaje, pero no le presta demasiada atención. Al escapar del Castillo, Thomas se lleva el libro. De regreso en Wisborg, Ellen [Mina] lee en sus páginas la forma de matar a Orlok. Al parecer, sólo una «mujer de corazón puro» puede detener al vampiro dándole a beber su sangre voluntariamente, haciéndole «olvidar el canto del gallo». El Buch der Vampyre también explica que los vampiros habitan en cuevas, tumbas y sótanos. Descansan en ataúdes llenos de tierra recolectada de cementerios que contienen a las víctimas de la Peste Negra.
Ellen sacrifica su vida sin dudar: simula un desmayo, envía a Hutter a buscar a un médico, e invita Orlok a su habitación [en el folklore medieval, una virgen puede salvar a una ciudad de la plaga]. Todo el plan, que eventualmente sale bien, está basado en la información propocionada por el libro. Sin embargo, el Buch der Vampyre no sostiene que Orlok sea un vampiro; de hecho, no habla de Orlok en absoluto. Simplemente menciona que los vampiros tienen un linaje demoníaco. Realmente no sabemos si Orlok es o fue alguna vez humano, un vampiro o un mago negro que logró dilatar su existencia antinaturalmente. Drácula se jacta de su pasado aristocrático; Orlok no menciona nada sobre su pasado. No tiene un harem de «novias», ni secuaces gitanos que se ocupen de sus asuntos mundanos; él mismo carga sus ataúdes a bordo del Empusa [ver: El misterio del «Deméter»].
Algunos consideran que el nombre Orlok tiene su origen en los humanoides representados en la novela de H. G. Wells: La máquina del tiempo (The Time Machine): los Morlocks, que viven bajo tierra y no toleran la luz del sol. Hay similitudes fonéticas entre Orlok y Morlock, pero no tiene demasiado sentido en términos más amplios. Drácula era el material base de Nosferatu, y resulta extraño que justamente el villano de la novela estuviese inspirado en otra historia. Lo más probable es que Orlok sea una contracción de aquellas dos palabras mencionadas en el diario de Harker: Ordog y Vrolok.
Físicamente repulsivo, Orlok se asemeja más a los vampiros de la leyenda que a Drácula. Incluso sus colmillos, en lugar de ser caninos alargados, están situados en la parte frontal de su boca, como los de una rata. Sus movimientos no son fluidos, tiene un andar trabajoso, contrariamente al Conde de Bram Stoker, que es capaz de reptar por las paredes del castillo y luchar, si es necesario, contra varios hombres a la vez. En general, Orlok carece de las maneras civilizadas de Drácula, actúa de un modo extraño, mecánico, como lo haría un cadáver animado por una voluntad implacable. Al carecer de rasgos humanos, tanto en su aspecto como en su comportamiento, resulta difícil identificarse con él.
Muchos críticos han notado que la apariencia general de Orlok se asemeja a las caricaturas estereotipadas de los judíos en la época en que se filmó Nosferatu. Creo que es un poco más complejo que eso. El estereotipo antisemita está ahí, indudablemente [el cambio de aspecto en la versión de Orlok de Robert Eggers evita este elemento incómodo para las audiencias modernas], pero no creo que haya sido una decisión consciente. F. W. Murnau fue reconocido por haber protegido a los miembros judíos del reparto en varias ocasiones durante y después del rodaje.
Albin Grau, artista [y ocultista], fue en gran parte responsable del aspecto de Orlok. Según él mismo, una ilustración de la novela de Gustav Meyrink: El Golem (Der Golem), influyó en el diseño del personaje. Pero creo que esta influencia va más allá.
El Golem es una manifestación física de la psique colectiva de los habitantes del gueto [ver: IA y el Golem de Dios]. No se lo describe con gran detalle en la novela, pero definitivamente no es el legendario homúnculo de arcilla de la leyenda. No es simplemente un autómata, sino una especie de epidemia psíquica. En la novela de Gustav Meyrink leemos:
«Tal vez esté aquí mismo, entre nosotros, a todas horas del día, sólo que no podemos percibirlo. No se puede oír el ruido de un diapasón hasta que toca madera y la hace resonar. Tal vez sea simplemente un crecimiento espiritual sin ninguna conciencia inherente, una estructura que se desarrolla como un cristal a partir del caos informe de acuerdo con una ley constante.»
Orlok opera en gran medida como el Golem, pero de manera inversa. El Golem, generado por los miedos del gueto, protege implacablemente a su pueblo de amenazas externas. Los automatismos de Orlok responden al mismo principio, sólo que conocemos su historia desde otra perspectiva. El Golem es narrado por uno de los habitantes del gueto, es decir, un judío. Nosferatu es interpretado desde la perspectiva del otro bando: el alemán. Para unos, el Golem es un protector; para otros, un monstruo.
Más allá de la apertura mental de Murnau, estaba haciendo una película para un público alemán. La apariencia física de Orlok proporciona una fuerte indicación a la audiencia de que el personaje debe ser interpretado como judío. Cuando nos encontramos por primera vez con él, se arrastra lentamente hacia la cámara, con su cabeza calva, pálido y de grandes orejas puntiagudas. Su perfil enfatiza su nariz ganchuda. Todos estos rasgos eran considerados marcadores raciales. Nadie que haya visto la película en su tiempo habría tenido dudas sobre la identidad del Conde. Además de su apariencia, es extranjero, está metido con la magia negra, y es un depredador de mujeres blancas.
Ahora bien, algo parecido podría decirse de Drácula, excepto que Bram Stoker proporciona una historia de fondo de nobleza y aristocracia para su vampiro, excluyendo la posibilidad de que fuera judío [ver: El «Drácula» de Stoker NO está inspirado en Vlad Tepes]. Es significativo que el pasado de Drácula haya sido evitado en Nosferatu. El director no tuvo escrúpulos en introducir elementos de la novela como para mostrar reservas en un detalle como este. Sin pasado, Orlok puede ser cualquier cosa, entre otras, una caricatura antisemita.
No es unicamente la apariencia física de Orlok lo que contribuye al potencial antisemita de Nosferatu. La relación entre Conde y Knock [el agente inmobiliario de Wisborg] es representada como dos judíos que conspiran para llevar la peste a alemania. El «judaísmo» queda claro en las similitudes de sus aspextos físicos, pero también a través de las cartas que intercambian. Estas epístolas consisten en una variedad de símbolos mágicos, incluida la cruz de Malta, la esvástica, símbolos astrológicos, letras del alfabeto hebreo y la estrella de David.
Despejada esta cuestión, creo que un análisis justo de la apariencia de Orlok debe reconocer necesariamente su parecido con las ratas. La primera escena en la que vemos al vampiro [que algunos examinan como una presentación racial] nos lo muestra escabulléndose lentamente hacia adelante desde un arco oscuro. Es, en toda regla, como una rata que emerge desde su submundo para propagar la enfermedad. La comparación con la rata se ve claramente en las orejas puntiagudas de Orlok, en su espalda encorvada, sus dientes, y la posición de sus brazos y manos. La primera imprensión es la de estar ante una encarnación física de la peste.
Vampiros. I Taller gótico.
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