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«Resurgemus»: Sarah Helen Whitman; poema y análisis


«Resurgemus»: Sarah Helen Whitman; poema y análisis.




Resurgemus (Resurgemus) es un poema gótico de la escritora norteamericana Sarah Helen Whitman (1803-1878), publicado en la antología de 1853: Horas de vida (Hours of Life).

Resurgemus, uno de los mejores poemas de Sarah Helen Whitman, está dedicado al gran amor en la vida de la autora, nada menos que Edgar Allan Poe. Sarah Helen Whitman trabajó tenazmente para proteger y preservar el legado de E.A. Poe, incluso después de que su relación terminara abruptamente. En este contexto, Resurgemus expresa la devoción absoluta de la autora por E.A. Poe [ver: Sarah Helen Whitman: el otro gran amor de Poe]

Edgar Allan Poe estuvo interesado en Sarah Helen Whitman durante varios años antes de su primer encuentro en 1848. E.A. Poe había conocido mucho sobre ella gracias a amigos mutuos e incluso la había visto una noche en Providence, Rhode Island, en el verano de 1845. En 1846 le envió una copia de su reseña crítica a Elizabeth Barrett Browning. Por alguna razón, Sarah Helen Whitman no respondió en ese momento; y cuando finalmente lo hizo fue mediante un poema, el primero de dieciocho que le dedicó a Edgar Allan Poe entre 1848 y 1870. De los dieciocho, seis le fueron dirigidos durante su vida. Él correspondió con solo dos, ambos titulados: Para Helen (To Helen) [ver: Psicología de Edgar Allan Poe]

El primer poema de Sarah Helen Whitman a Edgar Allan Poe fue un mensaje anónimo recitado en la fiesta de San Valentín de Anne Lynch, en 1848. A petición de Lynch, Sarah Helen Whitman envió tarjetas de San Valentín para que se leyeran como parte del entretenimiento. Aunque el nombre de Edgar Allan Poe no estaba entre los destinatarios sugeridos por Anne Lynch, Sarah Helen Whitman aprovechó la oportunidad para dirigirse a él en verso, confesando que sus obras habían tenido un efecto inquietante sobre ella, y que lo consideraba un hombre diferente, un hombre capaz de trascender el sórdido materialismo de su tiempo. Esos versos, repletos de alusiones a su obra, concluyen con una invitación [por cierto, muy ambigua] que puede interpretarse como un ofrecimiento de amistad o de amor [ver: Los amores secretos de Edgar Allan Poe]

Edgar Allan Poe, lamentablemente, no estuvo presente en aquella fiesta [en la que probablemente no sería bienvenido], sin embargo, alguien le envió una copia del poema de Sarah Helen Whitman. Al recibirlo, Edgar Allan Poe confesó haber sentido «asombro y un gozo incrédulo».

Edgar Allan Poe respondió a la «invitación» de Sarah Helen Whitman con una copia de Para Helen [escrito muchos años antes para otra mujer, Jane Stanard]. Luego le envió un poema original, también titulado Para Helen, en el que ofrece un relato romántico del encuentro entre ambos varios años antes. Sin embargo, Edgar Allan Poe no recibió más aliento.

A principios de julio, E.A. Poe conoció a Nancy Locke Heywood Richmond [Annie] y al parecer se olvidó del asunto. Quizás temiendo que su silencio hubiera matado el interés de Edgar Allan Poe en ella, la Sarah Helen Whitman le dirigió un nuevo poema. Aunque este no estaba firmado, Edgar Allan Poe no pudo haber confundido a la autora porque el último verso es una cita de su poema inédito para ella.

Esos versos fueron suficientes para reavivar el interés de Edgar Allan Poe. Regresó a Nueva York de inmediato, y antes de finales de septiembre de 1848 estuvo en la casa de Sarah Helen Whitman suplicándole que se casara con él. Ella escribió más tarde:


[Durante esta visita había tratado de persuadirme, como lo hacía en todas sus cartas, de que su felicidad y bienestar en el tiempo y la eternidad dependían de mí. Y después de muchas experiencias tristes y tormentosas, me arrancó la promesa de que nada me haría romper el vínculo con él.]


Pero las cosas se complicaron rápidamente:


[Una o dos horas después de que él dejara la ciudad, se hicieron ciertas declaraciones a mi familia en relación con la imprudencia del compromiso entre nosotros, y que aumentaron hasta el frenesí la oposición de mi madre a la relación. Para mi excitada imaginación, todo en ese momento parecía un presagio.]


Antes de que Edgar Allan Poe regresara a Nueva York, por fin obtuvo la promesa de matrimonio de Sarah Helen Whitman. En consecuencia, regresó a Providence el 20 de diciembre para la ceremonia. Sin embargo, tres días después, E.A. Poe regresaba solo a Fordham. Si bien todo parecía indicar que se trataba de una ruptura temporal, resultó ser definitiva. La separación atribuló a E.A. Poe, tanto que el 21 de enero, un mes después, le juró a Jane Stanard que «desde este día en adelante evitaré la compañía pestilente de cualquier escritora». Aunque Sarah Helen Whitman parece haber sido la que dudó sobre el matrimonio, su reacción a la ruptura contraria a la de E.A. Poe; de hecho, más adelante escribió que había hecho «repetidos esfuerzos hacia la reconciliación» [ver: ¿Quién fue Annabel Lee]

En febrero de 1849, Sarah Helen Whitman publicó un poema en la revista American Metropolitan titulado: Estrofas para la música (Stanzas for Music). Es una cautelosa declaración de su propia actitud hacia la ruptura. Admite que se separaron enojados y que experimentó dolor cuando él partió. Sin embargo, no se culpa a sí misma ni a Poe. En cambio, coloca la carga sobre el destino. Finalmente, como si no quisiera apelar directamente a Edgar Allan Poe, ella le envió otro poema a través de un tercero, donde versifica la sala de estar en la que se despidió de él.

Evidentemente, Edgar Allan Poe permaneció en silencio, y en marzo de 1849 ella le dedicó otro poema, mucho menos cauteloso en la expresión de sus sentimientos. Allí asume la responsabilidad de su partida y hace una franca confesión de su amor por él. A pesar de esto, E.A. Poe no hizo ningún esfuerzo por revivir la relación. En cambio, reactivó su romance con Elmira Royster, ahora viuda [ver: La primera y última novia de Poe]. Cuando la Sarah Helen Whitman le dirigió su siguiente poema, parece haberse dado cuenta que sus esfuerzos para recuperarlo serían inútiles. Esta comprensión no le trajo amargura, sino «una desesperación resignada y apasionada». El poema se publicó en noviembre de 1849, un mes después de la muerte de Edgar Allan Poe, aunque fue escrito en septiembre, el mes del aniversario de su primer encuentro [ver: La extraña muerte de Edgar Allan Poe]

En este poema, Sarah Helen Whitman celebra la tormentosa partida de E.A. Poe y un tranquilo paseo que habían dado a orillas del río Seekonk. Esta síntesis es una especie de manipulación del tiempo y el lugar, y representa un paso en el proceso de sublimación mediante el cual Sarah Helen Whitman traduciría el noviazgo frustrado en una unión espiritual con Edgar Allan Poe que trascendió [o destruyó] el tiempo, el lugar e incluso la muerte. Antes de que pudiera dirigirle otro poema, Edgar Allan Poe murió [ver: La misteriosa tumba de E.A. Poe]

Después de la muerte de Edgar Allan Poe, la actitud de Sarah Helen Whitman hacia él estuvo condicionada por su creciente interés en el espiritismo. El propio Poe parece haber estimulado el desarrollo de este interés. Sus cartas a ella en el otoño de 1848 hacen alusiones a la posibilidad de que fuerzas ocultas controlaran su destino común. Al parecer, ella había comenzado a ver en E.A. Poe una especie de médium a través del cual Dios estaba obrando algún misterioso propósito.

La muerte de Edgar Allan Poe significó para Sarah Helen Whitman no un final sino una intensificación de su relación con él. Ella creía que la muerte acercaba su espíritu a ella, le permitía apreciar el verdadero alcance de su amor por él hasta que su muerte los uniera en la eternidad. El espiritismo impregna la mayoría de los poemas que Sarah Helen Whitman le dedicó a E.A. Poe después de su muerte. Resurgemus —que en español significa «nos levantaremos»—, el segundo poema que le dedicó a Edgar Allan Poe después de su muerte, refleja el aura de santidad que Sarah Helen Whitman le atribuyó al espíritu de su amado. En cierto modo, el poema es una vigilia en la tumba del poeta hasta que la muerte les permita reunirse otra vez.




Resurgemus.
Resurgemus, Sarah Helen Whitman (1803-1878)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


No te lloro: no hay palabras que expresen
la solemne calma que atravesó mi pecho
cuando supe que tu alma había pasado
de la tierra a su descanso eterno;

Porque la duda y la oscuridad, sobre tu cabeza,
para siempre agitaron sus alas de cóndor;
y en sus tenebrosas sombras engendraron
formas de cosas indecibles;

Y alrededor de tu hogar silencioso,
la gloria que una vez se sonrojó y floreció
no era más que un sueño vagamente recordado
de «los viejos tiempos sepultados».

Aquellos ojos melancólicos que parecían
mirar más allá de todos los tiempos, o encendidos
en los ojos que amaban, tan suavemente radiantes,
qué pocos aprendieron su místico lenguaje.
Cuán pocos podían leer sus profundidades,
o conocer el corazón orgulloso y elevado que habitaba solo
en hermosos palacios de aflicción,
como Eblis en su trono ardiente.

¡Ah! Ningún corazón humano podría tolerar
esa oscuridad de tu condenación para compartir,
y ningún ojo vivo podría mirar
ileso tu terrible desesperación.

Sin embargo, mientras dure la noche de la vida,
mientras las lentas estrellas rueden sobre mí,
en las soledades del corazón mantengo
una vigilia solemne por tu alma.

Camino oscuros pasillos de clausura,
sobre tumbas que suenan solemnes;
mientras sobre el mirador, como un manto,
ondea una sombra oscura y fúnebre.

Allí, arrodillada junto a un santuario sin lámparas,
sola en medio de un lugar de tumbas,
mi espíritu errante suplica por el tuyo
hasta que la luz brille en las flores orientales.

Oh, cuando todas tus faltas sean perdonadas,
la vigilia de mi vida se cumplirá
en alguna tranquila altura del cielo,
el sueño de tu pensamiento profético.

Siempre cerca tuyo, alma en alma,
cerca de ti para siempre, pero, ¡cuán lejos
pueden nuestras vidas alcanzar la meta perfecta del amor
en el orden superior de tu estrella!


I mourn thee not: no words can tell
The solemn calm that tranced my breast
When I first knew the soul had past
From earth to its eternal rest;

For doubt and darkness, o'er thy head,
Forever waved their Condor wings;
And in their murky shadows bred
Forms of unutterable things;

And all around thy silent hearth,
The glory that once blushed and bloomed
Was but a dim-remembered dream
Of "the old time entombed."

Those melancholy eyes that seemed
To look beyond all time, or, turned
On eyes they loved, so softly beamed —
How few their mystic language learned.
How few could read their depths, or know
The proud, high heart that dwelt alone
In gorgeous palaces of woe,
Like Eblis on his burning throne.

For ah! no human heart could brook
That darkness of thy doom to share,
And not a living eye could look
Unscathed upon thy dread despair.

Yet, while the night of life shall last,
While the slow stars above me roll,
In the heart's solitudes I keep
A solemn vigil for thy soul.

I tread dim cloistral aisles, where all
Beneath are solemn-sounding graves;
While o'er the oriel, like a pall,
A dark, funereal shadow waves.

There, kneeling by a lampless shrine,
Alone amid a place of tombs,
My erring spirit pleads for thine
Till light along the orient blooms.

Oh, when thy faults are all forgiven,
The vigil of my life outwrought
In some calm altitude of heaven —
The dream of thy prophetic thought —

Forever near thee, soul in soul,
Near thee forever, yet how far,
May our lives reach love's perfect goal
In the high order of thy star!


Sarah Helen Whitman
(1803-1878)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de muerte.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Sarah Helen Whitman: Resurgemus (Resurgemus), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«Femina Contra Mundum»: G.K. Chesterton; poema y análisis


«Femina Contra Mundum»: G.K. Chesterton; poema y análisis.




Femina Contra Mundum (Femina Contra Mundum) es un poema de amor del escritor inglés G.K. Chesterton (1874-1936), publicado en la antología de 1900: El caballero salvaje y otros poemas (The Wild Knight and Other Poems).

El título de Femina Contra Mundum, uno de los mejores poemas de G.K. Chesterton, proviene del latín, y significa: «la mujer contra el mundo», algo que se observa de forma opaca, casi críptica, a lo largo de los siguientes versos.




Femina Contra Mundum.
Femina Contra Mundum, Gilbert Keith Chesterton (1874-1936)

El Sol era negro, juicioso, y sangrienta
era la Luna: pero entre ambos
apareció un hombre de pie, diciendo:
Para mí, al menos, el césped es verde.

No hay ninguna estrella que olvidara temer
con amor y asombro;
las aves me han amado —pero no hubo respuesta;
solo el trueno.

Y una vez más el hombre de pie dijo:
Miré fijamente a través de la puerta de una cabaña;
en ese instante me voltee; sí, soy vil, me dije;
Y mis ojos ardieron.

Porque ya había pesado las montañas en una balanza,
y los cielos en una báscula,
Vengo a vender estrellas —lámparas viejas por nuevas—
¡Viejas estrellas en venta!

Entonces una voz cayó con el trueno creciente,
un tono menos áspero, que dijo:
has comenzado a amar una de mis obras
casi lo suficiente.


The sun was black with judgment, and the moon
Blood: but between
I saw a man stand, saying: 'To me at least
The grass is green.

'There was no star that I forgot to fear
With love and wonder.
The birds have loved me'; but no answer came --
Only the thunder.

Once more the man stood, saying: 'A cottage door,
Wherethrough I gazed
That instant as I turned -- yea, I am vile;
Yet my eyes blazed.

'For I had weighed the mountains in a balance,
And the skies in a scale,
I come to sell the stars - old lamps for new -
Old stars for sale.'

Then a calm voice fell all the thunder through,
A tone less rough:
'Thou hast begun to love one of my works
Almost enough.'


G.K. Chesterton
(1874-1936)




Poemas góticos. I Poemas de G.K. Chesterton.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de G.K. Chesterton: Femina Contra Mundum (Femina Contra Mundum), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«¡Retro Me, Sathana!»: Dante Gabriel Rossetti; poema y análisis


«¡Retro Me, Sathana!»: Dante Gabriel Rossetti; poema y análisis.




¡Retro Me, Sathana! (Retro Me, Sathana!) es un poema prerrafaelita del escritor inglés Dante Gabriel Rossetti (1828-1882), publicado en la antología de 1881: Baladas y sonetos (Ballads and Sonnets).

¡Retro Me, Sathana!, quizás uno de los poemas de Dante Gabriel Rossetti más interesantes de aquella colección, se construye a partir de la deformación de una frase en latín: Vade Retro Me Sathana, que en español significa: «retrocede, Satán», especie de exhortación para rechazar a Satanás basada en un pasaje de la Biblia.

No obstante, en este poema de Dante Gabriel Rossetti el autor emplea una variante mucho más oscura: ¡Retro Me, Sathana!, que significa, literalmente: «ponte detrás mío, Satán».




¡Retro Me, Sathana!
Retro Me, Sathana!, Dante Gabriel Rossetti (1828-1882)

Ponte detrás de mí. Incluso cuando, encorvado,
agachado contra el viento, el cochero
es arrebatado de su carro por el pelo,
así lo será el tiempo; y como el coche vacío,
arrojado al exterior por corceles eternos,
también lo será el mundo entero:
al igual que el carro de polvo en el aire,
el mundo será buscado y jamás se lo encontrará.
Ponte detrás de mí, Satanás. Desplegadas,
tus peligrosas alas pueden batir y romper
como la fuerza de los hombres que ansían alabarte.
Deja estos pies débiles para recorrer senderos estrechos.
Y tú, aún en el ancho camino resguardado de la vid,
puedes esperar que se vacíe la copa de la ira
durante ciertos años, durante ciertos meses y días.


Get thee behind me. Even as, heavy-curled,
Stooping against the wind, a charioteer
Is snatched from out his chariot by the hair,
So shall Time be; and as the void car, hurled
Abroad by reinless steeds, even so the world:
Yea, even as chariot-dust upon the air,
It shall be sought and not found anywhere.
Get thee behind me, Satan. Oft unfurled,
Thy perilous wings can beat and break like lath
Much mightiness of men to win thee praise.
Leave these weak feet to tread in narrow ways.
Thou still, upon the broad vine-sheltered path,
Mayst wait the turning of the phials of wrath
For certain years, for certain months and days.


Dante Rossetti
(1828-1882)




Poemas góticos. I Poemas de Dante Gabriel Rossetti.


Más literatura gótica:
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«De Profundis Clamavi» (Desde lo profundo te llamo): Charles Baudelaire


«De Profundis Clamavi» (Desde lo profundo te llamo): Charles Baudelaire.




De Profundis Clamavi (De Profundis Clamavi) es un poema maldito del escritor francés Charles Baudelaire (1821-1867), publicado en la antología de 1861: Las flores del mal (Les Fleurs du Mal).

El título en latín de De Profundis Clamavi, uno de los más destacados poemas de Charles Baudelaire, significa, literalmente: «desde lo profundo te llamo», y proviene del Salmo 130: De profundis clamavi ad te, Domine: «Desde lo profundo te llamo a ti, Señor».

Lejos está este gran poema de Charles Baudelaire de emplear el mismo sentido del salmo, ya que el llamado del narrador a la deidad no reclama su salvación, sino el deseo de dormir sin sueños, sin recuerdos, mientras el tiempo lentamente se diluye.




De Profundis Clamavi (Desde lo profundo te llamo)
De Profundis Clamavi, Charles Baudelaire (1821-1867)

Imploro tu piedad, Tú, el único que yo amo,
Desde el fondo del abismo oscuro donde mi corazón ha caído.
Es un universo triste de horizonte plúmbeo,
Donde flotan en la noche el horror y la blasfemia;
Un sol sin calor se cierne por encima seis meses,
Y los otros seis la noche cubre la tierra;
Es un lugar más desnudo que la tierra polar;
—¡Ni bestias, ni arroyos, ni verdor, ni bosques!—
Pues bien, no hay horror en el mundo que supere
La fría crueldad de este sol de hielo
Y esta inmensa noche semejante al viejo Caos;
Envidio la suerte de los más viles animales
Que pueden sumergirse en un sueño estúpido,
¡A tal punto la madeja del tiempo lentamente se devana!


J'implore ta pitié, Toi, l'unique que j'aime,
Du fond du gouffre obscur où mon coeur est tombé.
C'est un univers morne à l'horizon plombé,
Où nagent dans la nuit l'horreur et le blasphème;
Un soleil sans chaleur plane au-dessus six mois,
Et les six autres mois la nuit couvre la terre;
C'est un pays plus nu que la terre polaire
— Ni bêtes, ni ruisseaux, ni verdure, ni bois!
Or il n'est pas d'horreur au monde qui surpasse
La froide cruauté de ce soleil de glace
Et cette immense nuit semblable au vieux Chaos;
Je jalouse le sort des plus vils animaux
Qui peuvent se plonger dans un sommeil stupide,
Tant l'écheveau du temps lentement se dévide!


Charles Baudelaire
(1821-1867)




Poemas góticos. I Poemas de Charles Baudelaire.


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Poemas en latín y español de amor


Poemas en latín y español de amor.




A nuestra clásica y acaso vetusta sección de poemas en latín y español añadiremos un suculento apéndice, que algunos quizá podrán rebajar a un mero sentimentalismo de nuestra parte, pero que en realidad conforma una porción considerable de la poesía latina. Nos referimos, claro, a los siguientes poemas de amor en latín y español.

Debajo de la lista de poemas en latín, con su correspondiente traducción al español, iremos agregando otros poemas que utilizan al latín de forma secundaria, más como refinamiento que como objetivo en sí mismo, pero que en última instancia acaso pueden resultar interesantes para aquellos que busquen frases en latín y versos por fuera de los clásicos.




Poemas de amor en latín y español:






Poemas góticos. I Poemas de amor.

El artículo: Poemas en latín y español de amor fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

Cómo insultar en latín con elegancia


Cómo insultar en latín con elegancia.




El latín es el idioma más eficiente a la hora de insultar a alguien. Cada actitud inapropiada, torpe, o directamente criminal, poseía un insulto específico. Este nivel de excelencia se justifica por una sencilla razón: los romanos valoraban enormemente la fuerza del insulto, y lo convirtieron en una parte esencial del habla cotidiana.

Comenzaremos por algunos insultos en latín de baja frecuencia, por clasificarlos de algún modo, y luego analizaremos los insultos más fuertes y creativos. También es importante mencionar que las traducciones de estos insultos en latín, en muchos casos, no significan una gran ofensa para nosotros, pero en la época de los romanos eran tomados como verdaderas afrentas.

Uno de los insultos más frecuentes en latín era stulte, «estúpido». Para elevar la apuesta se recurría a stultissime, es decir, «completo estúpido»; o bien stultissimi, en el caso de querer insultar a un grupo de perfectos estúpidos; aunque en este último caso también se podía emplear fungi, literalmente, «hongos», insulto de carácter sectario que hacía referencia a los sujetos provincianos.

A la persona con malos hábitos a la hora de comer, que para los parámetros romanos debía ser alguien realmente grosero, se le llamaba ructator, «eructador». Si el sujeto poseía modales aún más rústicos se le endosaba el título de ructabunde, «bolsa de pedos», o bien de sterculinum, «letrina».

A un individuo que no entendía claramente lo que se le decía se le llamaba fatue, «tonto». Si su poder de comprensión era todavía más deficiente se apelaba a caudex, «idiota», pero únicamente cuando se hacía referencia a su perplejidad. Al que sí entendía pero que necesitaba que se le repitiera lo dicho se le llamaba nugator, que elegantemente podríamos traducir como «insignificante», aunque en realidad expresaba más bien cierta impaciencia en relación con la nulidad auditiva del otro.

Si uno deseaba manifestar cierta superioridad social sobre el otro se lo llamaba vappa, término intraducible que refiere a cierto vino agrio y desagradable. Si la superioridad era intelectual, se le decía matula, literalmente, «vasija», acaso en relación a una cabeza vacía.

En el caso de que alguien fracasara en una tarea determinada se lo llamaba malus nequamque, literalmente, «malo para todo», aunque para nosotros resultaría más adecuado «bueno para nada».

A quien cometía una indiscreción fuera de lugar, o bien traicionaba un secreto, se le decía bucco, «bocón», básicamente un alcahuete. Este era un insulto severo, que podía ir acompañado por caenum, «sucio»; spurce, «mugroso», o stercoreus, «sorete».

Buena parte de los insultos en latín tienen que ver con la higiene personal. Por ejemplo, luteus, «embarrado», indicaba a alguien cuyas ropas estaban sucias; oraputide, o «boca podrida», a alguien con mal aliento. Aquellos que despedían demasiado olor a transpiración eran llamados putide, «apestoso», lutulente, «mugriento»; o tramas, «basura».

El aseo capilar también era muy importante en la vida de los romanos; de tal modo que el término pediculose, «piojoso», recaía tanto a los que sufrían de pediculosis como a aquellos de cabellera desprolija.

Uno de los aspectos más interesantes de los insultos en latín es su relación con la cultura criminal. De hecho, buena parte de los insultos en latín tienen que ver con la idea de scelus, o «crimen», entendido menos como una actitud ilegal que como una contravención de las normas morales.

Un verbero, «avergonzado», se refería a alguien con un pasado vergonzoso. En la vida política de Roma era un insulto letal; lo mismo que fugitive, «fugitivo», con el tremendo peso coyuntural de la época, donde solo una persona esclava podía ser considerada fugitiva.

El sujeto que cometía un hurto era llamado fur, «ladrón»; insulto que entre las personas públicas se transformaba en un desconcertante trifur, literalmente, «triple ladrón». La fuerza de este tipo de acusaciones queda evidenciada en la palabra furcifer, que literalmente significa «portador del ladrón», y en términos prácticos, «horca». Para otro tipo de crímenes se recurría al más civilizado cruciarus, es decir, alguien que merecía ser crucificado.

Ahora bien, para despedirnos pasaremos a los insultos en latín más fuertes.

Por razones obvias deberemos obrar con prudencia a la hora de traducirlos, en algunos casos, apelando a ciertos refinamientos que no están presentes en el original

Paedicabo ego vos significa algo así como «voy a romperte el c*». Este insulto era exclusivo entre hombres, lo mismo que Irrumabo ego vos, «voy a c* por la boca», o más elegantemente, voy a obligarte a que me practiques una felación; frente a lo cual uno podría responder que el otro duros nequeunt movere lumbos, es decir, que es incapaz de tener una erección.

Un insulto en latín bastante frecuente era cinaede, «afeminado»; o pathice, un hombre que disfruta con ser penetrado. Con el mismo significado, aunque con menos refinamiento, se utilizaba el término puttus, «puto».

Frente a este tipo de acusaciones normalmente se le oponía el término mentula, alguien de escasa dotación viril. A las mujeres activas en el terreno del amor se las llamaba moechari, literalmente, «adúltera», y simbólicamente, «atorranta»




Libros extraños y lecturas extraordinarias. I Libros prohibidos.


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10 libros infantiles traducidos al latín


10 libros infantiles traducidos al latín.




Gracias al trabajo cooperativo de muchos profesores, eruditos, y traductores de latín, los más jóvenes pueden disfrutar las aventuras de Harry Potter y Bilbo Bolsón en la lengua de Virgilio.

Esto ha causado un revuelo considerable entre coleccionistas y fanáticos hambrientos por redescubir cómo se ven y suenan sus libros favoritos en latín, lengua exigua para la síntesis pero musical y extrañamente seductora aún cuando se la desconoce.

Lo interesante de estas versiones en latín de los grandes libros infantiles del último siglo es, más allá de servir de material fresco para los estudiantes de esta lengua, imaginar cómo estas obras hubiesen sido leídas en los tiempos de Julio César.

A la luz de estas traducciones todo parece indicar que habrá que revisar seriamente aquello de que el latín es una lengua muerta.

A continuación citamos los 10 libros infantiles traducidos al latín clásico; cifra que podría aumentar considerablemente en los próximos años.



1- Harrius Potter Et Philosophi Lapis.

Harry Potter y la piedra filosofal (Harry Potter and the Philosopher's Stone, J.K. Rowling)

Incluso en su versión original en inglés, Harry Potter está repleto de menciones en latín. J.K. Rowling, recordemos, estudió latín en la Universidad de Exeter.

En el universo de Harry Potter los magos han utilizado versiones un tanto insólitas del latín durante siglos; de hecho, la mayoría de los hechizos están basados en palabras del latín.

En este contexto, los libros de Harry Potter se adaptan muy bien al latín. La traducción estuvo a cargo de Peter Needham, y si bien persigue fines comerciales, la idea original era brindar nuevos textos para los estudiantes de latín.



2- Hobbitus Ille.

El Hobbit (The Hobbit, J.R.R. Tolkien)

La traducción de El Hobbit al latín fue realizada por el autor Mark Walker, latinista y confeso admirador de la obra de J.R.R. Tolkien.

Hobbitus Ille es, quizá, la más interesante de estas versiones en latín; en principio porque la traducción abarca también las lenguas y nombres creados por J.R.R. Tolkien, así como los seres mágicos que pueblan la Tierra Media, lo cual presenta algunas dificultades difíciles de resolver.

Por ejemplo, en latín no existe ningún término equivalente para la palabra elfo, de modo que en Hobbitus Ille se habla de dríades, ninfas y otras criaturas de la mitología clásica.



3- Alice In Terra Mirabili.

Alicia en el País de las Maravillas (Alice in Wonderland, Lewis Carroll)

Alice in Terra Mirabili es probablemente la más antigua de estas traducciones al latín. Fue obra del profesor Clive Carruthers, quien después de su retiro de la Universidad McGill resolvió traducir este clásico de la literatura infantil de Lewis Carroll.

Todo parece indicar que en los próximos años también podría aparecer la secuela de Alicia traducida al latín: A través del espejo (Through the Looking Glass).



4- Winnie Ille Pu.

Winnie the Pooh (Winnie the Pooh, A.A. Milne)

Winnie Ille Pu fue lanzado en 1960, levantando consigo una considerable ola de excelentes críticas.

Para muchos, esta versión del clásico de A.A. Milne atrajo al latín a más personas que todas las obras de Cicerón; a tal punto que Winnie Ille Pu, traducido por el profesor Alexander Lenard, es el primer libro escrito en latín en alcanzar la lista de bestsellers del New York Times, lugar en el que permaneció durante 20 semanas consecutivas.



5- Quomodo Invisiosulus Nomine Grinchus Christi Natalem Abrogaverit.

Cómo el Grinch se robó la Navidad (How the Grinch Stole Christmas, Theodor Dr. Seuss)

Terence Tunberg y su esposa, Jennifer, ambos profesores de lenguas clásicas en la Universidad de Kentucky, aceptaron el desafío de traducir al latín la oscura historia de el Grinch.

Con algunas reservas de parte de sus colegas, la pareja editó su versión latina en 1998, vendiendo 41.000 copias en apenas tres años.

La traducción del título, Quomodo Invisiosulus Nomine Grinchus Christi Natalem Abrogaverit, presenta ciertas dificultades. Si la lleváramos literalmente al español sería: Cómo el pequeño envidioso llamado Grinch se robó el cumpleaños de Cristo.



6- Cattus Petasatus.

El gato en el sombrero (The Cat in the Hat, Theodor Dr. Seuss)

Luego de publicar su versión del Grinch, el matrimonio Tunberg tradujo al latín otro clásico del doctor Seuss.

Si bien alcanzó un nivel de popularidad menor que su anterior proyecto, Cattus Petasatus (El gato en el sombrero) presenta un nivel de complejidad prácticamente idéntico.

La dificultad que supone traducir al latín una obra pensada para el humor infantil contemporáneo es notable; y demuestra que el latín sólo es una lengua muerta para quienes no se atreven a explorar sus tesoros.



7- Ubi Fera Sunt.

Donde viven los monstruos (Where the Wild Things Are, Maurice Sendak)

Algunos dudaron cuando en 2015 se publicó este clásico de Maurice Sendak, para muchos considerado el mejor libro infantil de todos los tiempos.

El traductor Richard A. LaFleur, retirado de la Universidad de Georgia, probó una vez más que el latín es una excelente opción para admitir cualquier subgénero de lo fantástico.



8- Commentarii De Inepto Puero.

Diario de un chico en apuros —también publicado como El diario de Greg— (Diary of a Wimpy Kid, Jeff Kinney)

La versión en latín de este clásico infantil de Jeff Kinney presenta algunas curiosidades asombrosas.

La mayor de ellas es que fue traducido al latín por monseñor Daniel Gallagher, el mismo clérigo encargado de administrar la cuenta de Twitter del papa Francisco.

Recordemos que, aún hoy, el latín es la lengua oficial del Vaticano.



9- Arbor Alma.

El árbol generoso (The Giving Tree, Shel Silverstein)

Nuevamente el matrimonio de Jennifer y Terrence Tunberg tradujeron al latín otro clásico, esta vez de Shel Silverstein, publicado en 1964.

Más allá de esta versión, El árbol generoso es, por lejos, uno de los mejores cuentos infantiles de todos los tiempos.

Relata la amistad de un niño y un árbol, quien hace todo para complacerlo, desde ofrecerle ramas para colgarse, manzanas, etc. Este árbol quiere tanto al niño que incluso le regala su madera para que construya un bote. Muchos años después, cuando el niño es ya un anciano, regresa hasta el árbol, también viejo y marchito, y a su sombra, juntos, esperan la muerte.

Para muchos se trata de una metáfora de la relación del hombre con la naturaleza: el primero lo desea todo, mientras que la madre Tierra todo lo sacrifica por él.



10- Tela Charlottae.

La red de Charlotte (Charlotte's Web, E.B. White)

La historia de E.B. White sobre la relación del cerdo Wilbur y una singular especie de arácnido fue traducida al latín en 1991. Bernice L. Fox, profesora del Monmouth College, fue la encargada de esa dificultosa tarea.

Esta versión latina no fue para nada sencilla. El cuento original se basa en una métrica inusual, dada por el balanceo de una niña en un columpio, de modo que cada párrafo coincide con esa frecuencia. Reflejar el mismo grado de complejidad narrativa, aunque simple de leer, configura uno de los mayores desafíos de estas traducciones al latín.




Más antologías. I Autores con historia.


Más literatura gótica:
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El arte de desordenar los besos [para prevenir la envidia]


El arte de desordenar los besos [para prevenir la envidia]




En la Antigua Roma existía una curiosa prohibición cultural acerca de los besos. Su cifra, incierta pero factible de ser calculada, aterrorizaba a los amantes.

Saber el número exácto de besos dados era considerado un vicio matemático de mal agüero. Esta cifra, difícil de precisar, fácilmente podía confundirse, de modo que el tabú del beso luego se desplazó hacia el número de personas que el individuo había besado, tornando el asunto aún más delicado. Tal vez por eso los amantes de Roma inventaron el sutil arte de «desordenar» los besos.

Efectivamente, así como era censurable el hábito del avaro de contar su dinero, los besos debían permanecer en una cifra arcana, incalculable, y para ello era preciso «revolverlos».

En cierta forma el beso es el acto visible de un síntoma compartido: el deseo. El beso no puede disimularse; expresa un vínculo, que puede ser fugaz o perdurable, pero que resulta evidente para cualquier persona que protagonice o atestigue la operación.

Ahora bien, si los besos sintetizan una función del deseo, es decir, lo corporizan, lo hacen visible para otros, entonces es posible que ese mismo vínculo, al ser expresado, sea también perturbado por emociones nocivas provenientes del exterior.

De este acto proviene la palabra invidia [«envidia»], que normalmente se entendía por «poner la mirada sobre algo», aunque literalmente significa «mirar hacia adentro» [in videre]. ¿Hacia adentro de qué? Naturalmente, de los otros. La mirada dañina, envidiosa, celosa, era considerada un acto hostil capaz de causar graves perturbaciones emocionales y espirituales. La Envidia no era solo una emoción, sino una acción que podía desembocar en toda clase de infortunios.

Pero solo puede verse lo visible. Las emociones pueden ocultarse, así como el deseo de ver y de estar con la persona amada. El amor, afortunadamente, elude la óptica más aguda, salvo cuando se torna visible a través de un beso. Por esta razón los besos deben desordenarse; para que nadie ponga la mirada sobre ellos.

Una de las expresiones más atractivas de esta tradición de revolver los besos puede apreciarse en los versos de de Vivamos, Lesbia mía, cuya sola mención alteraba el orden de los besos y protegía a los amantes de miradas indiscretas, confundidas irremediablemente por una matemática que aspiraba al desorden:


Dame mil besos, luego cien,
luego otros mil, luego cien otra vez,
y cuando hayamos juntado muchos millares
desordenaremos la cifra, para no saberla.

[Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
dein, cum multa millia fecerimus
conturbabimus illa, ne sciamus
]




Historias mitológicas de amor. I El lado oscuro del amor.


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3 hechizos de amor en latín


3 hechizos de amor en latín.




Por Atenea Helenaus.

A lo largo de nuestra querida Hechizoteca hemos dado un número bastante interesante de hechizos de amor. Casi todos ellos provienen del Renacimiento, aunque algunos fueron adaptados por magos más cercanos a nuestra época. Hoy vamos viajar un poco más lejos en el tiempo, y a hablar de hechizos de amor en latín, un idioma casi inseparable de la magia roja.

En realidad deberíamos hablar de conjuros o encantamientos, y no tanto de hechizos, aunque todas estas frases en latín luego fueron utilizadas para dar forma a hechizos de amor más o menos populares durante el Renacimiento.

El primero de estos 3 hechizos de amor en latín tiene que ver con recuperar a una ex pareja. Durante una noche de luna llena se debe mirar hacia el cielo y decir en voz alta:


IMPERARE ET FERIRE, INTERVERNIRE RES,
EIUS MANUS LUX PERPETUA,
POTERE CORS MEA SEMPER.


Este hechizo de amor en latín sirve para intervenir sobre la decisión de alguien que nos ha abandonado. Cuidado, solo puede realizarse una sola vez y luego aguardar los resultados. Nunca se debe repetir un hechizo de amor hasta no estar seguro de su impacto real sobre el objetivo.

El segundo hechizo de amor en latín funciona como amarre para que una pareja no se separe. Debe recitarse tres veces consecutivas durante la mañana. Será lo primero que hagas al verte en el espejo:


TACTUS ADFECTUS,
ACTUS MALEDICTUM,
FASCINARE TUUM ANIMA,
FASCINARE MENS DEBILIS.


Si la persona a la que le dedicamos este hechizo de amor en latín es mujer debemos cambiar la palabra MENS por FEMINA.

El último hechizo de amor en latín, al menos el último que daremos hoy, permite enamorar tanto a un hombre como a una mujer.


CORS TUUM URNA MAGICUS,
AETERNUS CANUM FIDELIS,
LAPIS ET CARO PER SEMPER,
NUNQUAM INTERVALUM,
¡LAQUEUS! ¡LAQUEUS!


Para terminar quiero decir que ninguno de estos hechizos de amor en latín es realmente peligroso. Como dije anteriormente, son más conjuros y encantamientos que hechizos de amor propiamente dichos, sin embargo, pueden ser muy útiles como refuerzo ya que todos ellos son bastante sencillos de realizar.




Hechizoteca. I Diarios Wiccanos.


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«Semper eadem»: Charles Baudelaire; poema y análisis


«Semper eadem»: Charles Baudelaire; poema y análisis.




Semper Eadem (Semper eadem) es un poema maldito del escritor francés Charles Baudelaire (1821-1867), publicado en la antología de 1857: Las flores del mal (Les fleurs du mal).

El título de Semper Eadem, uno de los poemas de Charles Baudelaire más notables, puede traducirse al español como «siempre igual», o «siempre lo mismo». Entre otros lugares célebres, estuvo ubicado en el escudo de armas de Elizabeth I de Inglaterra.




Semper eadem.
Semper eadem, Charles Baudelaire (1821-1867)

"¿De dónde os viene, decís, esta tristeza extraña,
Trepando como el mar sobre el peñón negro y desnudo?"
—Cuando nuestro corazón ha hecho una vez su vendimia,
¡Vivir es un mal! Es un secreto de todos conocido,

Un dolor muy simple y nada misterioso,
Y, como vuestra alegría, brillante para todos.
Deja de buscar, entonces, ¡Oh, bella curiosa!
Y, por más que vuestra voz sea dulce, ¡callad! ¡callaos!

¡Callad, ignorante! ¡Alma siempre arrebatada!
¡Boca de risa infantil! Más aún que la Vida,
La Muerte nos retiene casi siempre con lazos sutiles.

¡Dejad, dejad mi corazón embriagarse de una mentira,
Sumergirse en vuestros bellos ojos como en un hermoso sueño,
Y dormitar mucho tiempo a la sombra de vuestras pestañas!


"D'où vous vient, disiez-vous, cette tristesse étrange,
Montant comme la mer sur le roc noir et nu ? "
- Quand notre coeur a fait une fois sa vendange,
Vivre est un mal. C'est un secret de tous connu,

Une douleur très simple et non mystérieuse,
Et, comme votre joie, éclatante pour tous.
Cessez donc de chercher, ô belle curieuse !
Et, bien que votre voix soit douce, taisez-vous !

Taisez-vous, ignorante ! âme toujours ravie !
Bouche au rire enfantin ! Plus encor que la Vie,
La Mort nous tient souvent par des liens subtils.

Laissez, laissez mon coeur s'enivrer d'un mensonge,
Plonger dans vos beaux yeux comme dans un beau songe,
Et sommeiller longtemps à l'ombre de vos cils !


Charles Baudelaire
(1821-1867)




Poemas de Charles Baudelaire. I Poemas góticos.


Más literatura gótica:
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«Amor Intellectualis»: Oscar Wilde; poema y análisis


«Amor Intellectualis»: Oscar Wilde; poema y análisis.




Amor Intellectualis (Amor Intellectualis) es un poema de amor del escritor irlandés Oscar Wilde, publicado en la antología de 1881: Poemas (Poems).

Amor Intellectualis, uno de los grandes poemas de Oscar Wilde, requiere varios niveles de análisis e interpretación. Por un lado, el título del poema es en latín, y significa «amor intelectual», un concepto que Oscar Wilde fue desarrollando en la última etapa de su producción literaria.

Esta idea del Amor Intelectual hace referencia a Baruch Spinoza, un filósofo religioso del siglo XVII, quien elaboró una doctrina del amor intelectual. Spinoza creía que el objetivo final de la humanidad, su meta más alta y noble como especie, era el amor intelectual hacia Dios —o Amor Dei Intellectualis—. Este tipo de amor no tiene nada que ver con el amor romántico, sino más bien con un amor que equivale al conocimiento de Dios, según el filósofo, la única religión verdadera y, en consecuencia, el único camino hacia la verdad.

Ahora bien, Amor Intellectualis de Oscar Wilde toma este concepto, este vínculo incansable de devoción, y lo lleva a un plano más terrenal y accesible para todos. En última instancia, el poema refiere que los mayores logros a los que puede aspirar el poeta siempre deben partir de un vínculo intelectual de afecto.




Amor Intellectualis.
Amor Intellectualis, Oscar Wilde (1854-1900)

A menudo pisamos los valles de Castalia
y de viejas cañas oímos la música silvestre,
ignorada por el común de las gentes;
e hicimos nuestra barca a la mar
que las Musas tienen por imperio,
y libres trazamos surcos en olas y espuma,
y hacia tierras seguras no izamos reacias velas
hasta bien rebosar nuestro navío.
De tales tesoros despojados algo queda:
la pasión de Sordello y el verso de miel
del joven Endimión; altivo Tamerlán
portando sus jades tan cuidados, y, más aún,
las siete visiones del Florentino.
Y del Milton severo, solemnes armonías.


Oft have we trod the vales of Castaly
And heard sweet notes of sylvan music blown
From antique reeds to common folk unknown:
And often launched our bark upon that sea
Which the nine Muses hold in empery,
And ploughed free furrows through the wave and foam,
Nor spread reluctant sail for more safe home
Till we had freighted well our argosy.
Of which despoilèd treasures these remain,
Sordello's passion, and the honied line
Of young Endymion, lordly Tamburlaine
Driving his pampered jades, and more than these,
The seven-fold vision of the Florentine,
And grave-browed Milton's solemn harmonies.


Oscar Wilde
(1854-1900)




Poemas góticos. I Poemas de Oscar Wilde.

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«Carmina Burana»: poemas en latín y español


«Carmina Burana»: poemas en latín y español.




Carmina Burana (Carmina Burana) —a veces llamado Codex Buranus— es un libro medieval compuesto entre el siglo XII y XIII; una antología, básicamente, cuyas páginas agrupan toda clase de cantos y poemas en latín.

Carmina Burana significa «Canciones de Beuern», nombre latino de la ciudad alemana Benediktbeuern, donde el manuscrito original fue descubierto en 1803. El libro cuenta con alrededor de 300 versos en latín vulgar, Antiguo Alto Alemán, y Francés Antiguo. La métrica de los poemas en latín es un tanto infrecuente, consecuencia lógica de haber sido escritos en la Austria durante el siglo XII, pero al mismo tiempo muy interesantes, con variaciones novedosas y algunas de ellas realmente bellas.

Los poemas del Carmina Burana buscan glorificar el placer, el amor, el disfrute de los pequeños instantes de la vida. En cierta manera, Carmina Burana es distinto a todos los libros de la Edad Media, ya que su ambición es los placeres de la vida, grandes y pequeños, sin preocuparse demasiado por las supuestas bondades que nos esperan en el más allá. Después de todo, el aquí y ahora es todo lo que tenemos asegurado; el resto no nos pertenece.

A lo largo de este magnífico elogio de los sentidos, el Carmina Burana no rechaza ningún camino, ningún hábito, lo cual significa que sus páginas incluyen actividades no demasiado bien vistas para la época. Por ejemplo, la sección titulada: Carmina Amatoria, o «Canciones del amor», vindica el deseo y la pasión como vehículos de trascendencia.

A continuación compartimos dos de los mejores poemas del Carmina Burana en latín y español:




Carmina Burana: poemas en español y latín:




Libros prohibidos. I Libros extraños.


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«Prospice»: Robert Browning; poema y análisis


«Prospice»: Robert Browning; poema y análisis.




Prospice (Prospice) es un poema de amor del escritor inglés Robert Browning (1812-1889), compuesto en 1861 y publicado originalmente en la edición de junio de 1864 de la revista Atlantic Monthly. Posteriormente sería reeditado en la antología de ese mismo año: Dramatis Personae (Dramatis Personae).

Prospice, uno de los mejores poemas de Robert Browning, fue escrito pocos meses después de la muerte de su esposa, la poetisa Elizabeth Barrett Browning. Sus versos presentan a la muerte como una especie de batalla gloriosa, heroica, que el individuo debe atravesar luego de haber conquistado la vida.

El título del poema hace referencia a esta necesidad de seguir adelante más allá del dolor, tanto para los que lloran la pérdida de alguien como para quienes han fallecido. Prospice es una alteración del imperativo latino prospicio, que significa literalmente «mirar hacia adelante».




Prospice.
Prospice, Robert Browning (1812-1889)

¿Temer a la muerte? Sentir la niebla en mi garganta,
La neblina en mi rostro cuando llegan las nieves,
Y las ráfagas que anuncian que estoy acercándome;
El poder de la noche, la fuerza de la tormenta,
La asechanza incansable del enemigo.
Allí está, el horror supremo en forma visible;
Sin embargo, el hombre temerario debe acercarse,
Porque el viaje ha concluido y la meta alcanzada;
Las barreras caen, aunque falta una batalla para la conquista,
La recompensa de todo lo anterior.
Siempre fui un guerrero. ¡Una lucha más, la mejor y la última!
No deseo que la muerte vende mis ojos,
Que atenta me hiciera pasar arrastrándome.
¡No! Dejadme conocer todo su sabor,
Quiero ser como mis padres, héroes de antaño,
Soportar la embestida, pagar las deudas de una alegre vida
En un minuto de sufrimiento, de sombras y de frío.
Porque para los valientes lo peor se transforma en lo mejor,
El momento sombrío termina, y la furia de los elementos,
Las voces demoníacas desatadas se someten, se inclinan,
Cambian, se transforman en una paz que nace del dolor;
Luego una luz, luego tu seno, ¡Oh, tú, alma de mi alma!
¡Volveré a abrazarte y que la paz sea con Dios!


Fear death?—to feel the fog in my throat,
The mist in my face,
When the snows begin, and the blasts denote
I am nearing the place,
The power of the night, the press of the storm,
The post of the foe;
Where he stands, the Arch Fear in a visible form,
Yet the strong man must go:
For the journey is done and the summit attain’d,
And the barriers fall,
Though a battle’s to fight ere the guerdon be gain’d,
The reward of it all.
I was ever a fighter, so—one fight more,
The best and the last!
I would hate that death bandaged my eyes, and forbore,
And bade me creep past.
No! let me taste the whole of it, fare like my peers
The heroes of old,
Bear the brunt, in a minute pay glad life’s arrears
Of pain, darkness and cold.
For sudden the worst turns the best to the brave,
The black minute’s at end,
And the elements’ rage, the fiend-voices that rave,
Shall dwindle, shall blend,
Shall change, shall become first a peace out of pain.
Then a light, then thy breast,
O thou soul of my soul! I shall clasp thee again,
And with God be the rest!


Robert Browning (1812-1889)




Poemas góticos. I Poemas de Robert Browning.

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El análisis, traducción al español y resumen del poema de Robert Browning: Prospice (Prospice), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com



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