La misteriosa tumba de Edgar Allan Poe


La misteriosa tumba de Edgar Allan Poe.




Edgar Allan Poe fue un hombre enigmático. Su vida fue arrasada por diversas tragedias, y su muerte, acaso en sintonía con su magnífica imaginación, no estuvo al margen de las elucubraciones más fantásticas.

Lo cierto es que, dejando de lado la fantasía, la tumba de Edgar Allan Poe resguarda no solo los restos del autor, sino que además custoria un misterio, un último párrafo, si se quiere, de su extraña historia.

Poe Toaster es el nombre que la prensa sensacionalista le ha dado a una misteriosa persona —en realidad, a un grupo de personas—, que desde 1949 realiza un extraño rito en la tumba de Edgar Allan Poe. Todos los 19 de enero, fecha de nacimiento del escritor, una figura sombría, ataviada con ropas oscuras, con el rostro cubierto por una bufanta blanca y apoyándose en un bastón plateado, visita la tumba de Edgar Allan Poe en Baltimore, Maryland, durante las primeras horas de la madrugada.

El rito, más bien modesto, consiste en dejar tres rosas y una botella de coñac, llena por la mitad. Comedidos de toda clase, e incluso enviados especiales de la prensa, han intentado captar el instante de ese reconocimiento póstumo, sin obtener mayores resultados que una fotografía difusa y algunas descripciones que rozan lo fantástico.

Edgar Allan Poe murió a los cuarenta años de edad, en la ciudad de Baltimore, el 7 de octubre de 1849. Las circunstancias que rodean su muerte son, como mínimo, extrañas. Se dice que la tradición del Poe Toaster comenzó en el centenario de su muerte, en 1949. Cada año, este personaje desconocido se presenta en el Westminster Hall and Burying Ground de Baltimore, e ingresa a la tumba de Edgar Allan Poe, hoy marcada con una lápida conmemorativa. Allí deposita tres rosas rojas, que representan, según dicen, al propio E.A. Poe, a su joven esposa, Virginia Clemm, y a su suegra, María Clemm, ya que esa parcela del cementerio resguardó originalmente los cadáveres de los tres.

Luego, el Poe Toaster derrama media botella de coñac Martell sobre la tumba. Nadie ha sabido interpretar acertadamente este homenaje, aunque se le asigna un valor simbólico. De hecho, varias de estas botellas todavía se conservan en el museo de Edgar Allan Poe (ver: Edgar Allan Poe House and Museum, Balimore).

De acuerdo con el reporte de varios testigos, especialmente del más antiguo empleado del cementerio de Baltimore, el Poe Toaster orginal comenzó su obra en 1949, y concluyó en 1998, fecha en la que habría muerto. Se presume que su hijo es quien ha tomado la posta desde entonces. Curiosamente, en 2010 el Poe Toaster no apareció por el cementerio, tampoco en 2011, finalizando un homenaje que se extendió durante sesenta años ininterrumpidos. De su figura fantasmagórica nos queda apenas una difusa fotografía, publicada en la revista Life, y no mucho más.



En varias ocasiones el Poe Toaster dejó pequeñas notas junto a las ofrendas de rosas y alcohol, algunas, francamente deplorables; otras, en cambio, contienen mensajes crípticos, pero quizás comprensibles para el lector obsesivo de los relatos de Edgar Allan Poe.

Estas anotaciones causaron un revuelo considerable en la comunidad, como aquella que condena el homenaje deportivo efectuado por los Baltimore Ravens, cuyo nombre homenajea al gran poema de Edgar Allan Poe: El cuervo (The Raven).

En 2006, un grupo de entusiastas intentó interceptar al Poe Toaster, despertando la ira de aquellas personas temerosas de la tradición, quienes emboscaron a los emboscadores y los retuvieron durante todo el día en la entrada del cementerio, permitiendo de este modo que el rito se llevase a cabo en tiempo y forma.

El último reporte del homenaje se produjo en 2009, año del bicentenario del nacimiento de Edgar Allan Poe. Desde entonces, la vieja tumba del cementerio de Baltimore recibe el mejor rito al que un autor puede aspirar: la visita de lectores eternamente agradecidos.




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7 comentarios:

Vor-Mel dijo...

¡¡Qué interesante!!

Guille dice dijo...

Es bastante muy interesante. Más que temor o asombro me da alegría de que se rinda justo y merecido homenaje a quien lo merece: el maestro Allan Poe.

Pedro Pablo dijo...

q mejor homenaje para el maestro del terror..Grande Poe!!

Anónimo dijo...

yo enserio amo todas la lecturas de Poe es un gran homenaje a mi escrito favorito....!

Anónimo dijo...

amo a poe!!!

Unknown dijo...

Desde lo mejor ++++++++ descansa en paz+++/

Anónimo dijo...

Amo sus obras Edgar es mi favorito adoro adentarme a su maravilloso mundo cada vez que tomo uno de sus estupendos libros.



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