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Viajes en el Tiempo en la Tierra Media.


Viajes en el Tiempo en la Tierra Media.




«Porque los Dúnedain sostenían que incluso los Hombres mortales podrían contemplar otros tiempos además de los de la vida de sus cuerpos» [Akallabêth]


Este comentario es intrigante como punto de partida. ¿Tolkien está hablando de viajar en el tiempo a través de la proyección astral/mental? Ciertamente habla de contemplar «otros tiempos» más allá del período de vida que llamamos «presente», y más allá de la forma física que asumimos en ese presente. Entonces, ¿el concepto de «viaje en el tiempo» está presente en la Tierra Media?

Bueno, Gandalf dice que le gustaría usar el Palantir de Isengard para mirar atrás en el tiempo y ver a Fëanor trabajando. Sin embargo, en el ensayo Los Palantiri (The Palantíri), incluído en Cuentos Inconclusos (The Unfinished Tales), Tolkien sostiene que las piedras «retenían las imágenes recibidas, de modo que cada una contenía en sí misma una multiplicidad de imágenes y escenas, algunas de un pasado remoto». No se trata tanto de mirar directamente hacia atrás en el tiempo, sino de ver imágenes almacenadas en el Palantir. En otras palabras, no podemos ver algo en el pasado que el Palantir no haya registrado; por lo tanto, no hay involucrado ningún tipo de manipulación del tiempo en este caso [ver: La tercera Ley de Clarke en la Tierra Media]

Antes de que Tolkien publicara sus obras más conocidas [El Hobbit y El Señor de los Anillos], él y su buen amigo, C.S. Lewis, se dispusieron a escribir cada uno una novela. La de Lewis sería sobre viajes espaciales, mientras que la de Tolkien sería sobre viajes en el tiempo. La novela de Lewis [Fuera del planeta silencioso (Out of the Silent Planet)] se convirtió en un éxito y generó dos secuelas. Por otro lado, Tolkien nunca terminó su novela sobre viajes en el tiempo [El Camino Perdido (The Lost Road)]. Sin embargo, después de su muerte, Christopher Tolkien empezó a publicar los escritos tempranos de su padre en la serie Historia de la Tierra Media (History of Middle Earth). En el quinto volumen podemos leer una pequeña parte de la novela que Tolkien sí finalizó. Los personajes principales [un profesor y su hijo] viajan al final de la Segunda Edad, a Númenor. El personaje principal, Alboin, desea viajar en el tiempo para ver los orígenes de un extraño idioma que lo ha obsesionado:


«—Ojalá existiera una máquina del tiempo —dijo en voz alta—. Pero el tiempo no debe ser conquistado por máquinas. Y debería retroceder, no avanzar; creo que retroceder sería más posible.» El Camino Perdido y Otros Escritos (The Lost Road and Other Writings).


Después de expresar esto, el espíritu de Elendil el Alto se presenta ante Alboin en un sueño y le dice que su deseo de viajar al pasado puede cumplirse, aunque hay condiciones que debe aceptar. No será como un mero observador del pasado. Alboin estaría allí, arriesgando su vida miles de años atrás. Tampoco puede volver al presente cuando quiera. Debe ganarse el regreso. Y no puede viajar solo. Debe llevar con él a su hijo, Audoin, que se acerca a la edad adulta. Esto es posible, según Elendil, porque:


«Las reglas pueden ser estrictas, pero son los medios, no los fines. Hay excepciones; porque existe lo que gobierna y está por encima de las reglas... El velo está tejido, y cada hilo sigue un curso designado, trazando un diseño; sin embargo, el tejido no es impenetrable... Pero estas parábolas son antiguas, y no he venido a hablar de tales cosas. El mundo no es una máquina que fabrica otras máquinas a la manera de Sauron. A cada uno bajo la regla se le da un destino único, y este puede estar exceptuado de lo que es una regla para los demás.» El Camino Perdido y Otros Escritos (The Lost Road and Other Writings).


Y, cuando Alboin acepta los términos de Elendil:


«Entonces Alboin pareció caer en una oscuridad y un silencio profundos y absolutos. Era como si hubiera dejado el mundo por completo, donde todo silencio está al borde del sonido, y lleno de ecos, y donde lo demás es solo reposo sobre un movimiento mayor. Había dejado el mundo y salido. Estaba en silencio y en reposo.» El Camino Perdido y Otros Escritos (The Lost Road and Other Writings).


Se podría debatir si esto es parte o no de la mitología de la Tierra Media, pero lo cierto es que la primera versión de Númenor aparece en el marco de una historia sobre viajes en el tiempo. No hay tecnología involucrada, sino más bien una especie de «magia» [diría Sam]. Elendil sugiere que hay reglas generales y reglas individuales [destino] que pueden estar por encima de las primeras.

Tolkien es explícito al afirmar que los Valar y Maiar pueden desplazarse mentalmente por el tiempo lineal, aunque este poder era limitado. Mientras que pueden explorar el Pasado, el Futuro es más incierto debido a que solo Eru conoce el final de todos los caminos.


«Ellos [Valar y Maiar] podían moverse hacia atrás o hacia adelante en el pensamiento [*las cursivas son mías], y volver de nuevo tan rápidamente que aquellos que estaban en su presencia no parecían haberse movido. Todo lo que había pasado podían percibirlo claramente... pero el futuro sólo podían percibirlo o explorarlo en la medida en que su diseño les fue aclarado en la Música.»


Es decir que este movimiento «hacia atrás y adelante» en el tiempo de los Valar y Maiar no tiene que ver realmente con viajar en el tiempo, sino más bien con el recuerdo de las sutilezas de la Música. Es solo una forma de percepción [elevadísima], que no cambia ni altera el curso del tiempo pasado [ver: Viajes en el tiempo: Horror vs Ciencia Ficción]

Tolkien también explora una forma de visión remota o proyección mental que los Elfos y los numenoreanos podían usar. Me refiero al ósanwë, que no implica ningún tipo de manipulación del Tiempo, y se parece bastante al concepto de «telepatía». Al parecer, la «regla general» es que ninguna mente dentro del tiempo puede ver el futuro. En este contexto, los Ainur han visto una porción del futuro a partir de la Visión del Mundo que Eru les presentó, pero esa Visión estaba incompleta.

No sabemos si los Ainur que no han entrado en Eä pueden acceder a la totalidad del plan divino. Solo sabemos que entrar en Eä significa estar dentro del tiempo, y por lo tanto sujeto a sus reglas generales, las cuales pueden estirarse de acuerdo al poder de percepción de cada especie, pero nunca romperse del todo. En otras palabras: el tiempo es absoluto dentro de Eä y no puede ser eludido por aquellos que están dentro de Eä, ni siquiera por los Valar y Maiar [ya que la Visión de Eru estaba incompleta]. 

Después de la destrucción de Númenor, la cumbre del Meneltarma, el Pilar del Cielo, no quedó sumergida para siempre, «sino que se levantaba de nuevo sobre las olas, una isla solitaria perdida en las grandes aguas; porque había sido un lugar sagrado, e incluso en los días de Sauron nadie la había profanado». En Akallabêth se menciona lo siguiente:


«Avallónë ha desaparecido de la Tierra y la Tierra de Aman ha sido arrebatada, y en el mundo de esta oscuridad presente no pueden ser encontradas. Sin embargo, una vez fueron, y por lo tanto todavía son, en su verdadero ser... Porque los Dúnedain sostenían que incluso los Hombres mortales podían contemplar otros tiempos además de los de la vida de sus cuerpos.»


No creo que esta cita refiera específicamente a viajes en el tiempo. Suena más como algo místico: los Dúnedain creen en algún tipo de vida después de la muerte [en oposición a «la vida de sus cuerpos»].

Tolkien parece más interesado en la distorsión del tiempo que en el viaje en el tiempo propiamente dicho. El paso del tiempo en El Señor de los Anillos es desigual, parece transcurrir en diferentes ritmos y velocidades en los reinos de los Hombres y de los Elfos. Esto parece inspirado en la leyenda medieval de la Tierra de las Hadas —también explorada por Lord Dunsany en La Hija del Rey del País de los Elfos (The King of Elfland's Daughter)—, donde el tiempo corre de manera diferente. Por otra parte, en El Señor de los Anillos nos encontramos en un proceso de decadencia de la Tierra Media. Los Elfos intentan retrasar este declive tanto como sea posible en Rivendell y Lothlórien utilizando sus Anillos de Poder. ¿Es este una especie de «tiempo élfico» o es solo la percepción mortal la que cambia, haciendo que el tiempo parezca fluir más lento?

En El Camino Perdido y Otros Escritos, Christopher Tolkien comenta que su padre siempre tuvo «el deseo de volver atrás» en el tiempo. «Caminar en el Tiempo, tal vez, como caminan los hombres por largos caminos; o inspeccionarlo, como los hombres pueden ver el mundo desde una montaña... ver con los ojos y oír con los oídos: ver tierras antiguas y aun olvidadas, contemplar a los hombres antiguos andando, y oír sus lenguas como las hablaban en los días anteriores a los días». En este contexto, toda la obra de Tolkien es un dispositivo para viajar atrás en el tiempo.

Además de El Camino Perdido, Tolkien escribió otra historia [inconclusa] sobre distorsiones temporales: Los Papeles del Notion Club (The Notion Club Papers). En ambas historias encontramos dos versiones de Ælfwine, nombre del Inglés Antiguo que significa «amigo de los elfos», al igual que el nombre quenya Elendil. El mismo significado puede encontrarse en el nombre de Alboin en El Camino Perdido. Los Papeles del Notion Club presenta una serie de deslizamientos por el tiempo, tanto al pasado como al futuro, nuevamente usando a los sueños como mecanismo para regresar a Númenor [ver: Los 8 sueños en «El Señor de los Anillos»]

Analicemos ahora algunos puntos geográficos de la Tierra Media donde el Tiempo parece transcurrir de diferente manera. Sobre Lothlórien los protagonistas tienen distintas opiniones acerca de cómo funciona el tiempo allí. Por un lado, el Espejo de Galadriel le permite a Frodo y Sam ver el pasado, el presente y un posible futuro; aunque esto puede ser simplemente una pizca de la vieja magia de los Noldor. No creo que los Elfos puedan detener el Tiempo, sino más bien son capaces de retrasar el cambio y el deterioro utilizando. Sin embargo, el hecho de que Rivendell tenga su propio calendario podría sugerir que Elrond [portador de Vilya] realmente puede ralentizar el paso del tiempo en su valle.

Galadriel, por su parte, es portadora de Nenya; y de algún modo ha logrado proteger Lothlórien dándole una atmósfera de atemporalidad. La Compañía se siente transportada en el tiempo al entrar en este reino. También notan que el tiempo parece transcurrir de manera diferente:


«Tan pronto como puso un pie en la orilla opuesta de Silverlode lo invadió una extraña sensación, y se profundizó a medida que avanzaba hacia el Naith: le parecía que había cruzado un puente del tiempo hacia un rincón de los Días Antiguos, y ahora caminaba en un mundo que ya no existía. En Rivendell había memoria de cosas antiguas; en Lórien las cosas antiguas aún vivían en el mundo de la vigilia.»


Sam llama «magia» a esta influencia que todos en la Comunidad pueden sentir en Lothlórien. De hecho, Sam parece particularmente sensible a esto. Cuando la Comunidad debate sobre cuánto tiempo pasaron en Lórien, Sam recuerda que la luna estaba menguando justo antes de que llegaran, y que era luna nueva cuando partieron, aunque todos sintieron que habían estado allí por unos pocos días. «¡Cualquiera pensaría que el tiempo no cuenta allí!», exclama Sam; mientras que Frodo percibe a Galadriel como «presente y, sin embargo, remota, una visión viva de lo que ha sido dejado atrás por las corrientes del Tiempo». Incluso Legolas, que debería saber perfectamente cómo funcionan estas cosas en las tierras élficas, afirma que el tiempo no se detiene el Lórien, «pero el cambio y el crecimiento no son iguales en todas las cosas y lugares. Para los Elfos el mundo se mueve, y se mueve muy rápido y muy lento: rápido porque ellos mismos cambian poco, y todo lo demás pasa velozmente. Lentos, porque no cuentan los años corridos».

La explicación de Legolas parece resolver la contradicción [aparente] entre los puntos de vista élficos y mortales sobre el tiempo; sin embargo, no es del todo satisfactoria. Para Legolas, todo se resume a una cuestión de percepción. Para Frodo, hay una diferencia concreta en el tiempo entre Lothlórien y el de cualquier otro lugar. En este punto, Aragorn realiza un aporte interesante: está de acuerdo en que el tiempo no se ha detenido, como sostiene Legolas, pero sugiere que la Comunidad experimentó el tiempo como lo hacen los Elfos en Lórien. Después de resolver este dilema, Aragorn introduce un comentario que refuta sus observaciones anteriores al decir que la luna siguió cambiando de fases «en el mundo exterior». ¿Lothlórien tiene sus propias reglas en relación al tiempo? No lo creo. Más bien es un lugar donde ciertas leyes pueden estirarse un poco, como en El País de las Hadas; donde estar fuera de la línea de tiempo normal es un elemento recurrente [ver: Aragorn, el Sendero de los Muertos y un pasaje a la Cuarta Dimensión]

El ejemplo de Sam muestra cómo Tolkien combina el movimiento interno y subjetivo de las emociones y los sentimientos con el movimiento externo de la Comunidad más allá de las fronteras del reino élfico. En la frontera de Lórien, Sam experimenta no solo la amargura de la despedida, sino también la dramática complejidad de la dinámica espacio-temporal de la Tierra Media.

Ahora bien, si los Tres Anillos pueden jugar con el tiempo, ¿qué sucede con el Anillo Único? Que Frodo sienta que ha «cruzado un puente de tiempo» al entrar en Lothlórien es una experiencia común con los otros miembros de la Comunidad, pero Frodo tiene otras experiencias de tiempo alterado, como ver a Aragorn en Cerin Amroth «tal como era de joven».

El relato de Lothlórien transmite una sensación de atemporalidad, la cual se vuelve más evidente cuando la Compañía abandona esas tierras y descubre que, en el exterior, ha pasado un mes, pero nadie puede explicar satisfactoriamente adónde se han ido esos días. Esta atemporalidad, sin embargo, está condenada a desaparecer. Cuando Galadriel «invita» a Frodo que mire en el Espejo, dice que si su misión fracasa, y Sauron recupera el Anillo Único, «entonces quedaremos expuestos al Enemigo». Pero si Frodo tiene éxito, entonces el poder de los Tres disminuirá, «Lothlórien se desvanecerá y las mareas del tiempo lo barrerá», insinuando que, en cierto modo, actualmente está protegido del curso natural del tiempo.

Rivendell y Lothlórien marcan una disminución en el flujo de la narración así como en el calendario real de la Tierra Media. Pero hay otro punto en El Señor de los Anillos donde el tiempo, en términos de movimiento de la historia, no se mueve en absoluto: el episodio de Tom Bombadil, que bien podría ser una reminiscencia del pasado. El Bosque Viejo, el Viejo Hombre-Sauce, el propio Tom como un «sin padre»: todo es antiguo, todo es pasado. En este contexto, Tom Bombadil y Baya de Oro no son solo anacronismos o remanentes de la Primera Edad: son la Primera Edad, y también son esenciales para el Viaje mítico, no a través del espacio, sino del tiempo. Su importancia, como la de Rivendell y Lórien, no es geográfica, es temporal [ver: ¿Quién era el Viejo Hombre-Sauce?]

Algo similar sucede cuando los Hobbits se encuentran con los Tumularios. Este no es un viaje simbólico al pasado de la Primera Edad, sino a la Segunda, un tiempo en que el Rey Brujo de Angmar atacó desde su fortaleza de Carn Dûm y venció a la gente de la zona. Otra vez, el Anillo Único facilita que Frodo atraviese otra «puerta en el tiempo» cuando pasa junto a la antigua piedra erguida y grita: «Los hombres de Carn Dûm nos atacaron de noche y fuimos vencidos. ¡Ah! ¡La lanza en mi corazón!» [ver: El misterio de los Tumularios]

Cuando Tom Bombadil despierta a Merry en las Quebradas este tiene un recuerdo de un príncipe dúnadan que fue asesinado en una emboscada por las fuerzas del Rey Brujo. El «sueño» fue tan vívido que Merry está desorientado y tiene que decirse a sí mismo que solo fue un sueño. ¿De dónde viene este recuerdo? ¿Es una visión proyectada por los Tumularios con la intención de lastimar a Merry? ¿O el recuerdo está de algún modo «grabado» en el lugar? Después de todo, tal vez las piedras de Hollin realmente «hablan» con Legolas, y la espada de Turín «habla» de sus recuerdos de matar a Beleg.

En Los Papeles del Notion Club hay un personaje llamado Ramer, quien plantea la hipótesis de que es posible que la mente «recuerde» algo incrustado en ciertos objetos y lugares [ver: La teoría de la Cinta de Piedra]. Esto es más fácil de hacer con «cosas que tienen vida orgánica, o cualquier tipo de asociación humana». En esencia, la mente viaja o se proyecta a través del espacio y el tiempo, aunque el cuerpo permanece en su tiempo y lugar normales. Esto es difícil de hacer por varias razones, incluido el hecho de que el presente es una fuerza poderosa. Aparentemente, dormir es la mejor opción para tener estas «experiencias de ensueño», distintas de los sueños ordinarios.

Si aplicamos la teoría de Ramer en Notion Club, Merry está en contacto con los huesos, ropas y joyas en los Túmulos, es decir, está en contacto objetos «cargados» con el recuerdo de la batalla, y además poseen «asociaciones humanas». Inducido o no por por el Tumulario, Merry tiene una «experiencia de ensueño», es decir, revive la memoria de esos objetos. No es que estos últimos le cuenten su historia a Merry, la mente de Merry viaja en el tiempo a través de la historia de estos objetos para ver un evento histórico real. Esto le añade un condimento interesante al encuentro posterior de Merry con el Rey Brujo de Angmar, convirtiéndolo en una venganza personal.

Merry no solo tuvo una visión y escuchó las crueldades del Rey Brujo en su «experiencia de ensueño», sino que las experimentó en primera persona [su mente realmente estaba allí]; de modo que al apuñalar al Rey Brujo en los Campos de Pellenor no solo venga la muerte del dúnadan cuyos recuerdos traumáticos exploró, sino que venga una experiencia personal tenida a través de esta especie de proyección extracorporal [utilizo la definición «proyección extracorporal» no en términos de Swedenborg, sino como etiqueta con la que la mayoría está familiarizado]. Merry tiene un asunto personal con el Rey Brujo.

Otro pensamiento: Merry no puede hacer nada para detener la muerte del príncipe dúnadan durante su «experiencia de ensueño»; simplemente experimenta el pasado. Sin embargo, en el encuentro con el Rey Brujo en los Campos de Pellenor ve a Eowyn a punto de seguir el mismo camino que el príncipe, pero ahora tiene el control de su propio cuerpo para tratar de evitar su muerte. Sin el viaje o proyección temporal en los Túmulos, quizás, esto no habría ocurrido.

Supongo que los efectos que siente la Comunidad en Rivendell y Lothlorien no son el resultado de la manipulación temporal, sino del poder de los Tres Anillos para protegerse del «cansancio» del tiempo, no del tiempo en sí. Aman funciona de la misma manera, en el sentido de que esa tierra y sus habitantes se preservan contra la decadencia. El tiempo mismo todavía transcurre normalmente en Aman.

El deseo de trascender la propia mortalidad, y por lo tanto de obtener un plazo mayor de tiempo de vida, nunca termina bien en la obra de Tolkien. No es de extrañar que una de las propiedades del Anillo Único sea brindarle a su portador mortal una extensión de su tiempo natural. ¿Este es un efecto planeado por Sauron o algo completamente imprevisible? Cuando se forjó el Anillo, dudo que Sauron haya tenido en mente la posibilidad de que caiga en otras manos que no sean las suyas.

En El Camino Perdido, Alboin recibe visiones e impresiones de palabras del pasado, que de alguna manera están vinculadas al presente; y son estas palabras del pasado las que le permiten, en última instancia, ingresar al pasado mismo y ponerse en el lugar de aquellos que lo precedieron. Sin embargo, en los últimos capítulos de esta historia, ambientados en Númenor, no menciona a Alboin como un observador externo, es decir, como un viajero del futuro, sino que Alboin parece ver y registrar las cosas desde la perspectiva de Elendil. En este caso Alboin está cumpliendo un deseo personal de Tolkien: las palabras poseen una especie de magia que le permite a Alboin viajar en el tiempo. Dadas algunas coincidencias entre Alboin y Tolkien, parece razonable sugerir que este último está describiendo su propio viaje al pasado durante el proceso de reconstruir y crear palabras [ver: La teología de la Tierra Media]

Quien podría darnos algunas respuestas de primera mano sobre el funcionamiento del tiempo en la Tierra Media es Morgoth. ¿Es el Vacío Intemporal [Timeless Void] lo mismo que el Vacío fuera del Salón Intemporal [Timeless Hall] de Eru antes de la creación de Eä? ¿O están conectados como un espacio vacío continuo? En El Silmarillion se dice que los Valar empujaron a Morgoth «a través de la Puerta de la Noche más allá de los Muros del Mundo, hacia el Vacío Intemporal». Siempre tuve la impresión de que los Ainur que entraron en Eä no pueden salir, y mucho menos salir y entrar a su gusto. Sin embargo, Morgoth fue enviado más allá de los Muros Mundo y más tarde regresó: «Y, por lo tanto, cruzó los Muros de la Noche con su hueste, y llegó a la Tierra Media, muy al norte». También está la profecía de la Dagor Dagorath, que dice que Morgoth eventualmente volverá a encontrar un camino de regreso [ver: Morgoth y la ingeniería genética que creó a los Orcos]

Entonces: ¿el Vacío Intemporal sigue siendo parte Eä? Porque si Eä es el Universo, lo creado, y todo lo demás es sin tiempo ni espacio, un «Vacío Intemporal», el propio Salón de Eru no estaría «más allá de Eä», sino en la misma dimensión que sus Hijos; lo cual parece absurdo. Supongo que podríamos asumir que el Vacío Intemporal no es un espacio físico [porque un espacio implica un tiempo], sino un estado de «no ser», de «no existencia». Pero, en ese caso, ¿cómo Morgoth logró pasar de un estado de «no ser» a un «ser» lo suficientemente poderoso como para volver a entrar en Eä? Por suerte, Tolkien escribió unas notas tituladas Notas sobre los motivos en el Silmarillion [Notes on the Motives in the Silmarillion], publicado en El Anillo de Morgoth [Morgoth's Ring]. En la tercera sección Tolkien analiza la naturaleza de la derrota y el castigo de Morgoth:


«Morgoth fue hecho cautivo en forma física y en esa forma llevado como un mero criminal a Aman y entregado a Námo Mandos como juez y verdugo. Fue juzgado y finalmente expulsado del Reino Bendecido y ejecutado: es decir, asesinado como uno de los Encarnados. Entonces quedó claro (aunque Manwë y Námo deben haberlo entendido de antemano) que, aunque Morgoth había "difundido" su poder (su voluntad malvada, posesiva y rebelde) por toda Arda, había perdido directamente control de esto, de modo que lo que fue ajusticiado fue un remanente del ser integral, terriblemente encogido y reducido, que habitaba su cuerpo. Cuando ese cuerpo fue destruido, estaba débil y 'sin hogar', y por ese tiempo perdido y 'sin ancla' por así decirlo. Leemos que luego fue arrojado al Vacío. Eso debería significar que fue puesto fuera del Tiempo y el Espacio, fuera de Ëa por completo; pero si eso fuera así, implicaría una intervención directa de Eru (con o sin la súplica de los Valar).»


El Vacío Intemporal, entonces, significa el estado de «no ser», fuera del universo creado. Los Valar no pudieron arrojarlo allí, sino que habría requerido la intervención directa de Eru. Entonces, cuando El Silmarillion dice que los Valar arrojaron a Morgoth al Vacío, significa que Eru intervino y arrojó a Morgoth a este estado de «no ser». Se debe tener en cuenta que la cosmología de Tolkien cambió mucho a lo largo de los años.

Las capas temporales en la obra de Tolkien se superponen, resuenan entre sí: los eventos presentes [aunque todos sean pasados desde nuestra perspectiva] apelan a eventos similares o relacionados que tuvieron lugar antes. En términos musicales, cada evento en la Tierra Media no es una nota aislada, sino que suena como un acorde dentro una sinfonía de tiempos. El pasado es pasado, pero agobia al presente y se vuelve a experimentar a sí mismo a cada paso que damos en este universo, y a veces fuera de él.

La Tierra Media es cíclica: sus grandes sucesos apelan a la renovación del conflicto primario, pero a nivel individual [Bilbo, Frodo, Aragorn, Gandalf, Galadriel, etc.] no hay ciclicidad sino linealidad. Los personajes siguen su camino, su línea temporal; nunca retornan a su estado espiritual anterior, aunque de hecho regresen geográficamente al punto de partida. Bilbo y Frodo permanecen como terminaron al final de sus respectivos viajes [la Montaña Solitaria y Mordor], incluso después de regresar a la Comarca.

La memoria es el mecanismo clave comprender al tiempo como categoría en la narrativa. El tiempo está estructurado y ordenado por la memoria de las criaturas de la Tierra Media, pero no se agota en su memoria: «sus propios registros [de los Hobbits] comenzaron solo después del asentamiento de la Comarca, y sus leyendas más antiguas apenas se remontaban a sus Días Errantes». La memoria relativamente limitada de Elfos, Hobbits y Hombres, por su propia presencia, sugiere la corriente muda del tiempo antes de que aparecieran las crónicas [o la memoria como tal], pero presente como una categoría del ser.

Pengolodh afirma que ninguna mente sabe lo que no está en ella. Todo lo experimentado está allí, así como está en todas las cosas, aunque no siempre estén disponibles para el recuerdo. En este sentido, la previsión del futuro es muy limitada en la Tierra Media porque ninguna mente situada en el tiempo puede «ver todos los finales». Esto significa que, en última instancia, solo Eru [y en muy menor medida los Valar que escudriñaron una parte del plan divino] conoce el futuro absoluto. Un Encarnado, por lo tanto, solo puede saber algo del futuro, por instrucción derivada de los Valar, o por una revelación que viene directamente de Eru.




Tierra Media. I Taller gótico.


Más literatura gótica:
El artículo: Viajes en el Tiempo en la Tierra Media fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

Grendel y la misteriosa raza de los «Eotens».


Grendel y la misteriosa raza de los «Eotens».




El odio de Grendel se desató,
el monstruo disfrutó su guerra contra los daneses,
manteniendo viva la sangrienta enemistad,
sin buscar la paz, sin ofrecer tregua,
sin aceptar ningún acuerdo,
sin precio en oro o tierra,
cometiendo un crimen tras otro.


Grendel, como todos los Monstruos medievales, vive fuera de la sociedad, entre lo pagano y el cristianismo, mucho antes ser transformado por el cuento de hadas como una advertencia para los niños. La amenaza es que uno puede morir en esa región incierta, y que su cadáver será devorado [ver: Nachtkrapp: el cuento Vikingo para mandar a los chicos a dormir]

Estas historias a menudo se desarrollaron en períodos de escasez de alimentos. Por supuesto, los Monstruos nunca mueren de hambre, pero existen al margen de las sociedades que temen a la hambruna, y sobre todo a lo que puede reducirse el ser humano cuando está asediado por el hambre. Hansel y Gretel no corren ningún peligro hasta que su propio padre los abandona en el bosque debido a la falta de comida. Son los padres los que conducen a los niños a la cueva del Monstruo [ver: Groac'h: la bruja de Hansel y Gretel]

Beowulf es el poema más largo que se conserva en Inglés Antiguo, y Grendel es su primer y único villano con nombre propio. Geoffrey de Monmouth en su Historia Regum Britanniae [La historia de los reyes de Gran Bretaña, 1136] afirma que, antes de que los humanos llegaran a las Islas Británicas, los habitantes originales eran gigantes caníbales que tuvieron que ser derrotados por Brutus, nieto de Eneas de Troya. Estos gigantes luego fueron conocidos como Ogros y Trolls.

Beowulf es una historia pagana escrita por un cristiano, inspirada en una narración oral compartida entre los paganos de Gran Bretaña y Escandinavia. En otras palabras, es una historia nórdica muy antigua que luego fue llevada al pergamino por un monje que agregó algunos elementos cristianos. Los personajes [todos paganos] hablan del cristianismo, pero el elemento más cristiano del poema es su adversario, Grendel, y la forma en que el héroe, Beowulf, lo considera.

Beowulf, rey de los gautas, es el protagonista del poema. Es un poderoso guerrero que busca poner a prueba su fuerza. Primero lleva a sus hombres a Dinamarca para ayudar al rey Hrothgar contra la criatura que está haciendo estragos en su reino, Grendel; y, más adelante en el poema, luchará y matará a la madre de Grendel. Si bien Beowulf era originalmente un guerrero pagano, el monje puso el nombre de Cristo en sus labios. También afirmó que Grendel era «descendiente de Caín», y que los enemigos de Beowulf, por lo tanto, eran enemigos de Dios. En otras palabras, la naturaleza misma de Grendel lo convierte en el enemigo, no solo de los daneses y los gautas, sino de Dios.

La descripción de Grendel es vaga y existen numerosos debates sobre qué es exactamente. Se lo describe en el poema como un aglæca, una palabra relacionada con aglæc: «calamidad», que a su vez proviene de āglāc, «tormento». Esta era una palabra para referirse a un guerrero poderoso, y también se la usa en relación a Beowulf. Grendel además recibe el epíteto sceadugenga, «caminante de las sombras»; es decir, alguien que habita o se mueve únicamente en la oscuridad: un noctámbulo.

En el poema se hace referencia a Grendel y a su madre como gigantes, demonios, espíritus infernales y lobos en varios puntos, pero no se da una descripción física o identificación de especie. Ciertamente no es humano, de otro modo, el autor seguramente habría hablado de canibalismo; sin embargo, Grendel está relacionado con los humanos por ser descendiende de Adán, pero al mismo tiempo está separado de la humanidad por su descendencia de Caín.

Sabemos que Grendel tiene envidia de los hombres en Heorot, el salón de Hrothgar, y eso alimenta su ira, que a su vez lo hace matar y luego comer a sus víctimas. Cuando nos encontramos por primera vez con Grendel, entra en Heorot mientras los hombres de Hrothgar duermen, despertándolos abruptamente con su ira y violencia:


Estaban profundamente dormidos,
saciados y despreocupados
después del banquete, sin pena ni temor.
Él
[Grendel] los atacó con terrible rapidez,
sombríamente, arrancando con avidez de sus camas
a treinta desafortunados thanes del rey,
regodeándose, glorificándose en el hecho espantoso,
y luego arrastrando los pies a casa con su vergonzoso botín.


Grendel mata a treinta de los hombres de Hrothgar y se lleva los cuerpos [el «vergonzoso botín»] para devorarlos en su cubil. Esto era espantoso tanto para la mentalidad escandinava como para la cristiana. Los treinta desafortunados thanes que murieron no recibieron ni un entierro cristiano ni un funeral vikingo. Una muerte honorable en la batalla no sería espantosa para un nórdico, pero ser consumido por un descendiente de Caín era un destino bastante ingrato.

Este es el contexto en el cual Beowulf llega a Heorot. Grendel se está comiendo a los guerreros más fuertes y parece imparable. Pero, poco después de la llegada de Beowulf, Grendel cae en su trampa, pero aun así se las arregla para comerse a alguien más antes de que el héroe pueda actuar:


Al monstruo no le importaba perder el tiempo,
sino que se abalanzó repentinamente sobre un hombre dormido;
babeando de avaricia lo abrió,
tragó la sangre que brotaba de sus venas
y masticó grandes bocados de carne;
lo devoró por completo, manos y pies incluidos.


El autor [anónimo] reconoce que Grendel incluso se come las manos y los pies del guerrero, lo que significa varias cosas. Primero, Grendel es más una bestia que un ser humano, ya que se come las partes que, en un animal, normalmente se consideran no comestibles [ver: La biología de los Monstruos]

Ahora bien, su condición de monstruo sobrenatural no se describe claramente en Beowulf. Solo sabemos que, siendo maldecido como descendiente de Caín, Grendel está atormentado por los sonidos de los cantos que llegan todas las noches desde el salón de Hrothgar. No puede soportarlo más y ataca a Heorot. Continúa haciéndolo todas las noches, ¡por doce años!

El rey Hrothgar le da a Beowulf una calurosa bienvenida y ofrece un banquete. Luego, Beowulf y sus guerreros se acuestan en el salón para esperar el ataque de la criatura. Grendel acecha fuera del edificio por un tiempo, espiando a los guerreros adentro. Luego ataca. Rompe la puerta con los puños e ingresa. El primer guerrero que encuentra todavía está dormido, por lo que lo agarra y lo devora. Grendel agarra a un segundo guerrero, pero se sorprende cuando este lo sujeta con una fuerza irresistible. Mientras Grendel intenta zafarse, el lector descubre que ese segundo guerrero es Beowulf.

Beowulf no usa armas ni protección en esta pelea. Tampoco confía en sus compañeros; no los necesita. Confía en que Dios le ha dado la fuerza para derrotar a Grendel. Finalmente, le arranca el brazo, hiriendo mortalmente a la criatura. Grendel huye pero muere en su guarida en el pantano. Allí, Beowulf luego se involucra en una feroz batalla con la madre de Grendel, y de nuevo sale victorioso. Entonces Beowulf encuentra el cadáver de Grendel y le corta la cabeza, que conserva como trofeo. El héroe regresa a la superficie, y a sus hombres que lo esperan, a las nōn [alrededor de las 3 p.m.] Regresa a Heorot, donde un agradecido Hrothgar lo colma de regalos.

Grendel se presenta como alguien, o algo, que puede comerse a los muertos con impunidad, hasta que se encuentra con Beowulf; pero su monstruosidad, de la cual sus hábitos alimenticios son un marcador, es simplemente parte de quién es. Grendel es un exiliado, un outsider [en términos lovecraftianos], una criatura que seguramente inspiraría piedad, incluso lástima, si no fuese por su pernicioso hábito de comer carne humana. Beowulf, en cambio, es un caudillo pagano con actitudes cristianas. El autor prepara cuidadosamente este escenario para proporcionar el mayor impacto posible a la sensibilidad cristiana de la audiencia. En este contexto, no es difícil ver el festín caníbal de Grendel como una especie de grotesca eucaristía pagana.

J.R.R. Tolkien era un experto en Beowulf [Beowulf y los críticos (Beowulf and the Critics)]. Su conocimiento del poema influyó profundamente en El Señor de los Anillos y El Hobbit; de hecho, el enfoque de Tolkien hacia los monstruos [como los Orcos y otros] es similar al de Beowulf: son irredimibles, capaces únicamente de realizar acciones inmorales. No pueden elegir entre el bien y el mal, sino que solo tienden al mal; por eso nadie vacila jamás en matar a un Orco en la Tierra Media. Aquellos que se comen a los muertos [y los Orcos y los Trolls son ampliamente conocidos por sus apetitos por la carne humana] deben ser masacrados en cada oportunidad [ver: Morgoth y la ingeniería genética que creó a los Orcos]

Los mitos nórdicos describen a dos criaturas en particular que están relacionadas con Grendel: los Draugr y los Trolls. Los primeros son cadáveres animados, similares a los Ghouls, necrófagos que viven en túmulos y lugares de entierros paganos y salen por la noche en búsqueda de carne humana, preferentemente viva. Las leyendas escandinavas son conscientes de este pasado remoto en el que los muertos, bajo la forma de cadáveres ambulantes, amenazaban a los vivos, y solo podían ser derrotados por un Héroe.

Una de estas historias es la de Asmund, el Matador de Berserkers, un guerrero que hizo un juramento extraño con un hombre llamado Asvith: cuando Asvith falleciera, Asmund sería enterrado vivo con su amigo. Cuando un grupo de suecos [siempre imprudentes] irrumpió accidentalmente en la tumba común, fueron recibidos por Asmund. Explicó que Asvith había regresado de entre los muertos y lo atacó, comiéndose también el caballo y el perro con los que habían sido enterrados. Solo la decapitación terminó con el intento de Asvith de comerse a Asmund. De manera similar, cuando el amigo de Asmund, Aran, murió, Asmund esperó junto a la tumba a que regresara de entre los muertos. Una vez de regreso, Aran procedió a consumir animales y cadáveres hasta que Asmund le cortó la cabeza [pero no antes de arrancarle las orejas a Asmund]. De manera similar, en la Saga de Grettir, un Draugr llamado Glámr, parecido a Grendel en comportamiento, es un cadáver ambulante que mata y come guerreros hasta que Grettir lo derrota.

Al igual que Grendel [y su madre], los Trolls representan un peligro muy real en la tradición nórdica. Los Trolls ocasionalmente comen humanos, vivos o muertos; sin embargo, cocinan la carne antes de comerla, mientras que Grendel se come a sus víctimas crudas, incluso antes de que sus cuerpos se hayan enfriado. Es peor que un Troll, quien al menos conserva algún rastro de comportamiento humano al cocinar a sus presas.

Los hábitos de los Draugr y los Trolls, y el miedo que engendran, tiene sentido en los climas del norte. El canibalismo de supervivencia no era desconocido en las tierras escandinavas, y esto se ve claramente en la Saga Völsunga, la Saga Víðförla y la Saga Hálfdanar, donde los Héroes comen carne humana para absorber los atributos mágicos de ciertos órganos. Por otro lado, el abandono infantil y el canibalismo eran dos soluciones durante los períodos de hambruna y, por lo tanto, también peligros reales durante los inviernos más crudos. En los cuentos paganos, el canibalismo es un marcador de alguien reducido a un estado inferior al humano, pero que solo intenta sobrevivir. Para los cristianos, sin embargo, el canibalismo era un marcador del mal; por eso Grendel no tiene oportunidad de redimirse, ni de ser convertido. No conoce a un santo cristiano; no está bautizado; no cambia su nombre; en cambio, se encuentra con un guerrero, le arrancan el brazo y muere. En otras palabras, paga el precio pagano de ser un caníbal [ver: La derrota de los dioses paganos]

Grendel también aborbe algunos atributos de los Ogros. La percepción medieval de estos seres era particularmente inquietante: los Ogros prefieren la carne de los niños. Al igual que Grendel, los Ogros viven fuera de la sociedad; a menudocon una mujer, a veces una madre, otras una esposa; y, como Grendel, son vestigios paganos cuya peligrosidad es socavada por el cristianismo por la facilidad con la que son derrotados por el Héroe. Grendel, al menos, puede decir que fue derrotado por un gran guerrero como Beowulf, pero los Ogros a veces son vencidos por niños, incluso por gatos.

La palabra Ogro deriva del latín Orcus, otro nombre para Hades, el dios del inframundo en los mitos griegos; en otras palabras, los Ogros son una personificación del infierno. En segundo lugar, los Ogros son devoradores de niños, y son estos sus principales adversarios. Esto puede verse en todas las adaptaciones de los hermanos Grimm de temas medievales, e incluso anteriores, donde los niños abandonados deben luchar contra los Ogros para no ser comidos. De hecho, las Brujas han sido mucho más investigadas, analizadas y debatidas en relación a su obsesión con los niños, pero su contraparte masculina, los Ogros, han pasado desapercibidos. Una de las razones [para ser justos] es que las brujas son históricas y los Ogros son míticos. El Malleus Maleficarum no repara en ellos, y ningún Ogro, que yo sepa, fue ejecutado por la Inquisición.

Las Brujas han recibido mucha atención del feminismo, y con toda justicia, pero eso ha dejado a los Ogros fuera de la discusión. El auge de los estudios feministas se centró en la victimización de las mujeres por parte de la sociedad medieval; y los Ogros, por género, son machos. Es decir, son parte del patriarcado y parte del problema, por así decirlo, como queda demostrado en los cuentos de hadas. Los Ogros encarnan el peligro que representan los «machos» más grandes, comenzando por el propio padre. Es decir que los Ogros son metáforas; mientras que las Brujas fueron mujeres torturadas y asesinadas. Lo que une a los Ogros y las Brujas es la amenaza que constituyen para los niños [ver: Mæra: la bruja de todos los cuentos de hadas]

Es común pensar que los cuentos de hadas usan el miedo para mantener a raya a los niños [haz esto o aquello o vendrá un monstruo y te llevará], pero también representan las ansiedades de los adultos en relación a los niños. Cuando uno examina las historias de Ogros encuentra el miedo al hambre, el miedo a ser devorado por un monstruo hecho a partir del hambre. Podríamos decir que hay un elemento de identificación con el niño heroico que derrota al Ogro como con el Ogro mismo [ver: Por qué los cuentos de hadas no son para chicos]

Es fundamental tener en cuenta que estas historias resuenan desde un tiempo en el que la mortalidad infantil era una realidad habitual. Era un mundo propenso a la hambruna. Los muy jóvenes y los muy viejos son los primeros en morir en una hambruna, y esta siempre se encuentra en el eje de los cuentos de hadas. Hansel y Gretel fueron llevados al bosque porque había una hambruna. Su madrastra insiste en que su padre los abandone, de lo contrario, todos tendrán que morir de hambre. Los padres son los Ogros originales.

Tanto Grendel como los Ogros representan los peligros de la hambruna; ambos son monstruos paganos que han sido tamizados por una cultura cristiana posterior; ambos pueden ser derrotados por los valientes, los inteligentes y los fuertes, pero no antes de que causen estragos. El hecho de que coman niños o guerreros demuestra su incapacidad para vivir en la sociedad humana, de ahí la necesidad de derrotarlos. Al final, Grendel y los Ogros son vencidos. Con ellos muere el canibalismo y puede comenzar un nuevo período de prosperidad, porque en la derrota de los monstruos paganos está el advenimiento del cristianismo, que ha ofrecido un cuerpo diferente para comer: el de Cristo.

En la Edad Media, aquellos que comían el cuerpo de Cristo se convertían, eran redimidos y aptos para vivir en la nueva sociedad humana. Aquellos que preferían la carne humana [Grendel, Ogros, Trolls y Draugr] simplemente eran asesinados.

Tolkien señala que, si bien Grendel tiene orígenes cristianos [como descendiente de Caín], «no se puede disociar de las criaturas de la mitología del norte». Grendel habita el mundo visible, come la carne y bebe la sangre de los hombres, entra a sus casas por las puertas; y se enloquece con el sonido de las arpas. Para un cristiano, el Mal susurra al oído del hombre justo, trata de inducirlo a cometer malas acciones, pero en la mitología el mal es físico; tiene cuerpo, músculos, huesos, y necesidades orgánicas. Los monstruos paganos, sobre todo los nórdicos, son sólidamente físicos, concebidos como hechos de tierra y roca a los que la luz del sol, o de la fe, puede devolverlos [ver: Los Monstruos y lo Monstruoso]

Para un cristiano, como el autor de Beowulf, los monstruos paganos eran susceptibles de encarnar las ideas cristianas del pecado. Eran earmsceapen [«viles»], lo cual está fortalecido en Grendel por ser descendiente de Caín. Pero Grendel no solo está bajo esta maldición heredada [todos, según la teología cristiana, somos seres «caídos»], sino que la utiliza a su favor. Sin embargo, el poema también le asigna un hæþen sawle [«alma pagana»]. En otras palabras, Grendel es concebido como poseedor de un alma, que será castigada tras su muerte. Lo sabemos porque Beowulf sentencia: ðær abidan sceal miclan domes, hu him scir Metod scrifan wille [«allí esperará el gran Juicio, donde el Señor glorioso lo sentenciará»].

En Grendel encontramos muchos rasgos demoníacos, como su hostilidad hacia los hombres, su odio por la alegría [la música en el salón de Hrotgar realmente lo enloquece], su gran estatura física, su fealdad, su fuerza sobrehumana, su amor por la oscuridad, pero carece de auténticas intenciones diabólicas, como el engaño, la mentira y el deseo de mancillar el alma humana. Por otro lado, como ya hemos visto, Grendel es una criatura física con necesidades biológicas, perfectamente capaz de experimentar miedo ante la inminencia de la muerte; tal es así que cuando Beowulf le arranca el brazo, el autor dice: hyge wæs him hinfus, wolde on heolster fleon, secan deofla gedræg [«En su corazón ansiaba escapar, deseaba huir a la oscuridad y buscar la compañía del diablo»]. El «diablo», en este caso, es su madre.

Es decir que Grendel era un habitante carnal de este mundo, alguien con alma, hasta que fue asesinado físicamente por Beowulf; y eso eran esencialmente los Ogros antes de ser metamorfoseados por el cuento de hadas: un monstruo físico hostil a los humanos. Cuando no se lo menciona por su nombre particular, el autor de Beowulf se refiere a Grendel como un eoten, a veces en asociación con cyn, que significa algo así como tribu o parentesco. Entonces, ¿los Eotens eran un tipo particular de monstruo? Y, de ser así, ¿qué tipo de criaturas eran?

Realmente no lo sabemos, porque la palabra eoten solo sobrevive en Beowulf; no hay otros ejemplos, de modo que quizás solo se refiere a Grendel como «pariente» de Caín, el primer asesino.


«De Caín descendieron toda clase de eotens e ylfe [elfos] y orcnéas [sombras malvadas], así también como los Gigantes, quienes se unieron en largas guerras con Dios.»


Beowulf también menciona que los eotens viven en «páramos brumosos» a los que se accede por «escarpados pedregales» situados en un «país inhabitable y pantanoso». Entonces, Grendel [y presumiblemente otros eotens] vivían en páramos, tierras baldías y pantanos; esencialmente el tipo de región donde los seres humanos no pueden prosperar. El hogar particular de Grendel está en una cueva subterránea a la que se llega nadando a través de un lago de montaña:


Misteriosa es la región en la que viven:
páramos de lobos, yermos azotados por el viento
y traicioneros caminos pantanosos:
un torrente de agua desciende por oscuros acantilados
y se sumerge en la tierra en una inundación subterránea.


La apariencia exacta de Grendel nunca se detalla en el poema. Lo más cercano a una descripción sugiere que posee una forma vagamente humana, aunque mucho más grande:


Torcido en la forma de un hombre,
se mueve más allá del límite del hombre más alto,
una aberración llamada Grendel
en los días antiguos.


Y, en otra parte del poema, refiriéndose a Grendel y a su madre:


Un par de enormes caminantes rondando los páramos,
y uno de ellos, por lo que pudieron distinguir, tenía forma de mujer:
pero una forma de hombre, aunque retorcida, también recorrió las huellas del exilio.
Excepto que era más grande que cualquier ser humano.


No hay una descripción más detallada en el poema, aunque esto podría demostrar que los eotens se consideraban aproximadamente de forma humanoide pero más grandes y fuertes que un humano promedio [La cabeza decapitada de Grendel es tan grande que se necesitan cuatro hombres para transportarla de regreso a Heorot]. Tanto Grendel como su madre [presumiblemente de la misma raza], solo atacan a Heorot de noche. Durante el día se acuestan en la cueva debajo del lago. ¿Esto significa que los eotens eran nocturnos? Es probable, sobre todo cuando vemos la insistencia con la que el autor de Beowulf se refiere a Grendel como sceadugenga, que significa literalmente «caminante de las sombras», pero que podemos entender simplemente como «noctámbulo».

No hay indicios de que los eotens sean superiores a los humanos en astucia, intelecto, tecnología o magia. Grendel y su madre no elaboran astutos planes ni lanzan hechizos, solo irrumpen, agarran a las personas y se las comen. Sin embargo, el autor de Beowulf utiliza una vez la palabra forsworen, que describe un tipo de hechizo que inutiliza algo, lo cual parece implicar que Grendel hechiza las espadas de los guerreros. Esto explicaría por qué Beowulf renuncia a las armas para luchar contra él. Sin embargo, podría ser un término metafórico para expresar que el miedo que infunde Grendel paraliza a los guerreros.

Todo esto nos da una imagen aproximada de los eotens [suponiendo que Grendel sea un representante ordinario de esta especie] como criaturas grandes, de aspecto humanoide, muy fuertes, nocturnas, que viven en regiones aisladas [donde los humanos no pueden prosperar en comunidad], y que tienen una predilección por la carne humana cruda. No parecen utilizar armas [no estamos seguros en cuanto a la magia], ni se muestran particularmente inteligentes, aunque no creo que podamos afirmar que son estúpidos porque Grendel en ningún momento intenta engañar o burlar a nadie.

Entonces, ¿qué es Grendel exactamente?

La palabra eoten [Inglés Antiguo] está relacionada con el nórdico jötun, aquella raza de gigantes que aparecen con frecuencia en las leyendas escandinavas en oposición a los Æsir. Además, los jötuns eran considerados como un grupo de criaturas a la par de los dioses. En los Eddas, los jötuns pelean con los dioses, en ocasiones hay matrimonios celebrados entre ambos grupos, y en general no vivían en Midgard [la Tierra Media en la que habitan los seres humanos]. El autor de Beowulf parece haber pensado en los eotens como algo diferente de los jötuns. De hecho, parecen ser un tipo de criatura mucho más terrenal, que vive en rincones pantanosos y oscuros del mismo plano en el que viven los humanos. La guarida de Grendel está a menos de un día a caballo de Heorot, sin ningún obstáculo importante en el camino.

Grendel se menciona una vez en Beowulf como thyrse, que suele traducirse como «demonio» o «gigante», aunque de hecho está más relacionada con «troll». Si bien hay discrepancias, los Trolls se aproximan bastante a los eotens [si es que de hecho son una raza aparte]: ambos son grandes, brutos, fuertes, de aspecto más o menos humanoide, habitan en la naturaleza y comen carne humana. Sin embargo, los Trolls están más relacionados con los terrenos rocosos; siendo ellos mismos en general de un material duro como la piedra. Los eotens [Grendel en particular] parecen tener una conformación epidérmida distinta. Cuando los guerreros inspeccionan el brazo cortado de Grendel, observan que su piel está cubierta de extrañas y duras protuberancias:


Cada clavo, escama de garra y espuela,
cada punta y roncha en la mano de ese bruto pagano
era como acero con púas.
Todo el mundo dijo que no había hierro pulido
lo suficientemente duro como para atravesarlo,
ni hoja que pudiera cortar su brutal garra cubierta de sangre.


¿Por qué Grendel tiene un nombre propio en Beowulf, mientras que los otros monstruos del poema [el dragón y la madre de Grendel] carecen de esa identificación personal?

Esto puede deberse a que el episodio original de la historia oral se limitaba únicamente a la lucha entre Beowulf y Grendel, siendo el resto una adición posterior. El hecho de que Grendel no haya muerto en Heorot, y en cambio se haya retirado a su guarida subterránea para ser confrontado nuevamente por el héroe, justifica esa suposición. Según la clasificación Aarne-Thompson, este es el motivo folclórico 301: El cuento del hijo del oso, que a menudo presenta un solo monstruo enfrentado sobre y debajo de la superficie.

No hay duda de que la madre de Grendel tiene menos importancia que su hijo. Sin embargo, puede existir un simbolismo intencionado [y velado] al nombrar a esta hembra simplemente como «la madre de Grendel»; como si ella hubiese engendrado un nuevo linaje de monstruos. En este contexto, la historia se completa, ya que Beowulf mata tanto a la bestia como a quien la engendró. Si bien la madre de Grendel parece ajena a la cultura de Beowulf [un mujer guerrera, sin nombre, que vive bajo tierra] sus motivaciones sí con comprensibles: la muerte de su hijo.

De hecho, ella casi encaja mejor en el molde heroico que Beowulf. Vengar la muerte de un miembro de la familia era visto como un acto noble. La madre de Grendel, entonces, es tanto el monstruo salvaje, completamente ajeno a la civilización, como el monstruo interior: la venganza personificada [ver: El monstruo femenino como figura de resiliencia]

¿Y qué hay del Dragón? Un Dragón es más importante que un Troll, o un eoten, o lo que sea que haya sido Grendel, ¿verdad?

El episodio del Dragón puede o no haber estado relacionado con el personaje de Beowulf en la tradición oral. El objetivo de la lucha contra el Dragón es proporcionarle a Beowulf, en calidad de rey y guerrero legendario, una buena muerte. Es un final feliz, dentro de los parámetros del norte. El Dragón es simplemente un vehículo; por eso se lo trata en términos genéricos, sin nombre propio.

Grendel es claramente el foco de Beowulf, y con toda probabilidad de la tradición oral subyacente. No es caprichoso que el término anglosajón aglǣca se utilice tanto para Beowulf como para Grendel. Los dos son «luchadores feroces», y la verdadera prueba del poder del otro. Derrotar a Grendel es la prueba de Beowulf. Pero solo tenemos conjeturas sobre cómo pudo haber sido la tradición oral original, aunque ciertas conclusiones parecen razonables.

El nombre de Grendel puede estar relacionado con el Inglés Antiguo gryndal [«feroz»] y el Nórdico Antiguo grindill [«tormenta», poéticamente se refiere a alguien muy enojado]; también puede derivar del verbo en Inglés Antiguo grindan [«moler»]. Nada de todo esto es más que conjeturas; de hecho, existe la posibilidad de que el nombre Grendel no tenga significado, o bien tenga un significado para el cual no hay etimología.

Para finalizar [esto se ha extendido demasiado] quiero compartir una pregunta para la cual no tengo respuesta, pero que siempre resurge cuando vuelvo al poema. ¿Qué es Beowulf? Todo parece indicar que es un ser humano con capacidades extraordinarias, pero, ¿qué tal si también es una especie de monstruo como Grendel?

Tengamos en cuenta lo siguiente: Grendel no podía ser dañado con espadas, ya sea porque las hechizaba o porque su piel era demasiado dura para perforarla. Más tarde, cuando Beowulf lucha contra la madre de Grendel, ella no puede apuñalarlo con una daga debido a su armadura. No recurre a ninguna espada [y en su cubil había docenas de armas], sino que trata de usar sus propias manos, tal como lo hizo Beowulf con Grendel. No quiero decir que Beowulf y Grendel sean el mismo tipo de monstruo, pero quizás hay más similitudes que distancias entre estos dos personajes.

Después de que Beowulf vence a Grendel, Hrothgar, eufórico, dice que quiere adoptarlo, pero la reina Wealhtheow renegocia ese arreglo, ofreciéndole al hperoe toda clase de tesoros si no acepta la oferta de su esposo. Podemos suponer que ella imagina que Beowulf puede comenzar a ver con buenos ojos hacerse cargo del reino. Después de todo, ninguno de ellos pudo vencer a Grendel, mientras que él lo derrotó con relativa facilidad. ¿Qué impediría que Beowulf y sus hombres se apoderaran del trono de Hrothgar? Más aún, Hrothgar inicialmente trató de mantener en secreto su problema con Grendel, pero se corrió la voz y la historia llegó a Beowulf. Los daneses no querían que las tribus vecinas supieran que estaban siendo asediados y debilitados.

Probablemente esta es la razón por la que Beowulf se va cuando su trabajo está terminado. Pero, antes de eso, en la corte danesa se cuenta la historia de Hengest derrotando a los eotens, quizás para advertirle solapadamente a Beowulf de que los daneses ya han matado a muchos eotens en el pasado. También es probable que Beowulf haya detectado esa intención. Claramente los daneses no pudieron con Grendel. ¿Cómo hicieron para derrotar a otros como él? Además, Hengest no era danés, solo alguien que les servía.

Hay una sombra que pesa sobre Beowulf. El tema de su padre es algo tabú en la historia. Su padre era renombrado, pero también una especie de exiliado, de forajido. Había iniciado una pelea al matar a un hombre [con sus propias manos] y tuvo que huir porque su gente creyó que esto traería la guerra. Cuando Beowulf llega a Heorot y dice que quiere ayudar, Hrothgar responde sacando a relucir esta dolorosa historia. Cuando Beowulf regresa a casa, se nos dice que sus compatriotas lo despreciaban, que no lo honraban debidamente, pero que su victoria contra Grendel cambió las cosas para él. Por eso Beowulf estaba preocupado por demostrar su valía; para torcer el resentimiento que sus compatriotas sentían por él debido a los errores de su padre.

Algunos afirman que Beowulf ni siquiera era su nombre, sino un epíteto, y que su verdadero nombre era Ælfhere. Beowulf significa «lobo de las abejas», una kenning para «oso». Cuando se dice que Beowulf se abrió camino en la batalla siendo apenas un niño de siete años, se le llama beorn, que literalmente significa «oso». El análogo escandinavo de Beowulf es Boðvarr, que a menudo se empleaba para referirse a un forajido particularmente rudo, una especie de bestia forjada cuando alguien era obligado a vivir como un beorn, un «oso», aislado de las comunidades.

Definitivamente hay una corriente subyacente de animalismo en Beowulf. Arrancarle de cuajo el brazo a una criatura poderosa como Grendel, usando solo sus manos [su padre era recordado por la misma fuerza], quizás sugiere que el apodo beorn, «oso», no era del todo metafórico.




Mitología. I Medievalismo.


Más literatura gótica:
El artículo: Grendel y la misteriosa raza de los «Eotens» fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

El «Fuego Secreto», la «llama de Anor» y la «llama de Udûn».


El «Fuego Secreto», la «llama de Anor» y la «llama de Udûn».




[«Soy un sirviente del Fuego Secreto, portador de la llama de Anor. No puedes pasar. El fuego oscuro no te servirá de nada, llama de Udûn. ¡Vuelve a la Sombra! No puedes pasar.»]


Para algunos, la Llama Imperecedera [Flame Imperishable] o Fuego Secreto [Secret Fire] representa la actividad creadora de Eru, inseparable tanto de Él como de su creación. En la interpretación de Christopher Tolkien, representa «el misterio de la autoría», el autor tanto fuera de su obra como morando en ella [ver: La teología de la Tierra Media]

La cosmología de J.R.R. Tolkien plantea un claro dualismo entre el mundo espiritual y el material. Mientras que los Ainur, los primeros seres creados, poseen el poder subcreativo de la imaginación, el poder de crear vida [o realidad física] está reservado para Eru. Este poder de creación [primaria] se expresa mediante el concepto de Fuego Secreto que Gandalf menciona al Balrog en el puente de Khazad-dûm [ver: ¿Qué sucedió durante la lucha entre Gandalf y el Balrog?]

Pero hay una diferencia entre el universo material [, «el Mundo que Es», la palabra pronunciada por Eru para traer el universo físico a la realidad] y su prefiguración idealista en la mente de los Ainur, quienes fueron co-actores en la creación a través de la Ainulindalë. Solo Eru puede crear vida independiente o realidad dándole la Llama Imperecedera. Todos los seres no creados directamente por Eru necesitan ser aceptados para convertirse en más que meros títeres de su creador. Melkor, el ser más poderoso después de Eru, codiciaba el Fuego Secreto y lo buscó durante mucho tiempo pero sin encontrarlo, por lo que solo podía torcer y deformar lo que ya había recibido vida [ver: Morgoth y la ingeniería genética que creó a los Orcos]

Ahora bien, el acto de creación, naturalmente, se produjo fuera del tiempo y del universo físico, en un no-lugar que Tolkien llama Salones Atemporales [Timeless Halls]. Si bien Tolkien se aseguró de mantener el destino de las almas de los Hombres [y la naturaleza de su mortalidad] como un misterio para los Elfos [quienes están atados al mundo físico, de modo que la escatología cristiana no es aplicable a ellos], en la historia de Adanel se sugiere que las almas de los seres humanos regresan a Eru después de la muerte.

Tolkien es extremadamente hábil al construir su cosmogonía, y eso queda claro en el relato de los eventos anteriores a la creación, el cual no se desarrolla desde una perspectiva omnisciente sino como una tradición, un supuesto registro del relato original dado por los Valar a los Elfos en Aman, y desde allí transmitido a la Tierra Media y traducido, primero del Valarin al Quenya, y posteriormente a los lenguajes humanos.

No hay motivos para pensar que los Valar, quienes estaban presentes en el momento de la creación, no dieron un relato honesto a los Elfos; sin embargo, cualquier narración sobre lo que ocurrió antes del tiempo y la materia está necesariamente reducida por las limitaciones del idioma, por lo que hablar de «Música» o de palabras «pronunciadas» por Eru, incluso de «Salones» o «Llamas» y «Fuego» deben tomarse como metáforas.

Esto se cubre principalmente en Athrabeth Finrod ah Andreth [publicado en El Anillo de Morgoth (Morgoth's Ring)] donde el texto principal dice:


[«Eru Mismo debe en algún momento llegar a oponerse a Melkor. Pero Eru no puede entrar completamente en el mundo y su historia.»]


Por lo tanto, piensa Finrod, cuando Eru se manifieste, tendrá que estar tanto «afuera» como «adentro» de Arda, y así vislumbra la increíble complejidad de Eru, o mejor dicho, las infinitas permutaciones y distinciones en la naturaleza divina.

El concepto de Fuego Secreto ya está presente en Ainulindalë como Llama Imperecedera. Esto parece significar la actividad creativa de Eru [distinta de Él mismo], mediante la cual el creador daba existencia real e independiente [aunque derivada de su Ser] a todo lo que es. Es decir que la Llama Imperecedera es enviada desde Eru para morar en el corazón del mundo, y por eso empleó la palabra , «el Mundo que Es», como movimiento o acto creativo. Ahora bien, los Ainur sí pueden entrar completamente en el mundo, pero no Eru. ¿Cómo podría un ser ilimitado entrar completamente en un espacio limitado?

Entonces, el Fuego Secreto del que habla Gandalf se entiende como aquella parte de Eru que es en el plano físico, pero aún así separada de Él, representando la fuerza creativa que puso en el mundo y que usó para dar vida a sus Hijos. En la Ainulindalë, cuando se discuten los orígenes de la Caída de Melkor, esto es explícito [al menos todo lo explícito que puede ser Tolkien en estos asuntos]: la Llama Imperecedera o Fuego Secreto es el medio divino por el cual se pueden crear otras cosas:


[«A menudo (Melkor) había ido solo a los lugares vacíos en busca de la Llama Imperecedera; porque dentro de él creció el deseo de traer a la Existencia cosas propias.»]


Es decir que Melkor, el segundo ser en la escala de poder [y por eso mismo en inteligencia] emprendió la búsqueda de la Llama Imperecedera porque quería «traer a la Existencia cosas propias». Esta declaración de Tolkien nos obliga a asumir que la Llama Imperecedera o Fuego Secreto es indispensable para crear cosas propias. Sin ella solo se puede torcer, alterar o modificar lo que ya fue creado [ver: Cómo desaparecieron los Orcos de la Tierra Media después de la derrota de Sauron]

En este punto podríamos pensar que Tolkien está presentando una especie de Trinidad en Arda: Eru, la Llama Imperecedera, y la profecía de Finrod de la entrada de Eru en el mundo, que en comparación con la Trinidad Cristiana puede corresponder [en orden] al Padre, al Espíritu Santo y al Hijo, pero, por supuesto, no lo haremos.

Hay otras correspondencias en el Athrabeth Finrod ah Andreth relativas a las palabras «aliento», «fuego» y «espíritu», que pueden verse a la luz del griego pneuma usado en los textos bíblicos. Christopher Tolkien menciona que todo esto inquietaba enormemente a su padre. De hecho, el propio Tolkien, en una nota adjunta al Athrabeth, dice: «Ya es (aunque inevitablemente) demasiado parecido a una parodia del cristianismo».

Esto es lo más cerca que podemos estar de la literalidad. Tolkien jamás dice que el Fuego Secreto es la versión de Arda del Espíritu Santo, pero sí que le preocupaba la similitud entre ambos conceptos.

Ahora bien, ¿a qué se refiere Tolkien cuando habla de una «parodia del cristianismo»? Evidentemente, de una similitud con la Santa Trinidad [el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo]. El Padre es fácil de ubicar: Eru. El Espíritu Santo podría ser el Fuego Secreto. ¿Y el Hijo? Después de todo, para preocuparse de que el concepto de Santa Trinidad se haya inmiscuido en Arda, Tolkien necesitaba al Hijo. ¿Está presente este concepto? La respuesta es sí. Nuevamente la encontramos en Athrabeth:


[«—¿Cuál es entonces esta esperanza, si lo sabes? —preguntó Finrod.

—Dicen —respondió Andreth—: dicen que el Uno mismo entrará en Arda, y sanará a los Hombres desde el principio hasta el final. Esto es un rumor que ha llegado a lo largo de incontables años, incluso desde los días de nuestra perdición.»]


Esto sirve para reforzar la opinión de «parodia del cristianismo» de Tolkien, y puede explicar por qué Christopher omitió el Athrabeth del Silmarillion publicado, a pesar de ser, como señala en su introducción: «un trabajo importante y terminado, y se hace referencia a él en otra parte como si tuviera para mi padre algún tipo de autoridad».

No es la primera instancia en la que Tolkien [opinión personal] se vio sobrepasado por sus creencias. En El Señor de los Anillos están bajo control. No hay religión, ni templos, ni casi nada que se asemeje a un culto. En otras obras, su fe se fue metiendo por pequeñas grietas; en otras, por verdaderas erupciones volcánicas. En El libro de los cuentos perdidos, por ejemplo, Tolkien agregó las ideas católicas del Infierno, el Purgatorio y el Cielo; e inmediatamente las rechazó. Son conceptos incómodos, no porque fueran en contra de su teología católica, sino porque la inclusión de esa teología en su obra era incómoda. Hay declaraciones en sus Cartas donde Tolkien admite que excluyó deliberadamente la religión de El Señor de los Anillos con la justificación dada de que se trataba de una era precristiana; pero uno se pregunta si acaso no hubo otras razones.

Volvamos al puente de Khazad-dûm:


[«Soy un sirviente del Fuego Secreto, portador de la llama de Anor. No puedes pasar. El fuego oscuro no te servirá de nada, llama de Udûn. ¡Vuelve a la Sombra! No puedes pasar.»]


No hay ninguna otra referencia a «llama de Anor» y a la «llama de Udûn» en El Señor de los Anillos, ni siquiera en los apéndices. ¿Acaso Gandalf se está refiriendo a Narya, el Anillo de Fuego? Después de todo, Anor es un nombre para el Sol en la Tierra Media, mientras que Udûn es el nombre de una de las primeras guaridas de Morgoth. ¿Gandalf solo está diciendo algo así como «tengo el poder del bien de mi lado, tú tienes el poder del mal»? [ver: Gandalf y la tercera ley de Clarke: la magia como forma avazada de tecnología]

Gandalf hace tres referencias muy específicas en el puente de Khazad-dûm, ya sean advertencias o desafíos al Balrog. Al identificarse como un «sirviente del Fuego Secreto», Gandalf se anuncia como un Maia, un «sirviente» [encarnado] de los Valar que protege la luz de la Creación que Eru puso en Arda. Al llamarse «portador de la llama de Anor», Gandalf podría estar refiriéndose a su capacidad para aprovechar el poder del sol a través Narya, pero también a sus propios orígenes divinos. Finalmente, cuando se refiere a su enemigo como «llama de Udûn», le informa al Balrog que sabe que este es una Maia corrupto al servicio de Morgoth. Acto seguido, le ordena retirarse [«¡vuelve a la Sombra!»].

Como ya hemos visto, en El Silmarillion se describe la creación. Los Ainur primero cantan su visión del Mundo, entonces el Dios Único, Ilúvatar, hace realidad su canción:


[«Por lo tanto, Ilúvatar dio a su visión el Ser, y lo colocó en medio del Vacío, y el Fuego Secreto fue enviado a arder en el corazón del Mundo.»]


Si bien la «llama de Anor» parece ser simple de interpretar, en realidad es una referencia muy elusiva. Gandalf se anuncia como «portador de la llama de Anor»; sabemos que Anor es la palabra sindarín para «sol». La encontramos en Minas Anor [La Torre del Sol], que más tarde sería renombrada como Minas Tirith. Lo conflictivo aquí es la palabra «portador». ¿Esto es igual a decir «portador de Narya»? Pero, de ser así, ¿por qué Gandalf le daría esa información al Balrog? ¿Acaso estaba tratando de evitar una confrontación directa, anunciándole a su oponente que él poseía el Anillo de Fuego? No parece probable que Gandalf revelara una carta tan importante a un enemigo cuyo poder, aunque indudablemente grande, era incierto en ese punto [ver: ¿Gandalf podría haber derrotado a Sauron?]

Ahora bien, Gandalf nunca revela a Narya hasta que Aragorn ha sido coronado, manteniéndolo en secreto según las instrucciones de Círdan, por lo que es muy poco probable que le revelara esa información al Balrog. Además, la única conexión de Narya con el Sol es simbólica. A lo sumo, Narya acentúa el poder innato de Gandalf para manejar el fuego y «encender los corazones» de los demás. El Sol y los poderes de Narya no están relacionados. Narya no es un arma ni Gandalf la usa como tal [ver: Los extraños poderes de los Nueve Anillos]. Entonces, ¿a qué se refiere con «portador de la llama de Anor»?

Por supuesto, todo esto es especulativo [un término elegante para «sin evidencia que lo respalde»], por lo tanto, como argumento es bastante deficiente. En ausencia de pruebas, debemos tomar a Gandalf literalmente: la «llama de Anor» es simplemente el Sol. Más específicamente, el Amanecer. Gandalf quiso decir que maneja en cierta medida el poder del sol, y sabemos que esto es cierto por su historia, desde los Trolls petrificados en El Hobbit al deus ex machina en el Abismo de Helm, cuando el Istari llega con refuerzos y leemos que el enemigo está enloquecido por su llegada desde el Este con las primeras luces del día [«De repente, sobre una cresta apareció un jinete, vestido de blanco, que brillaba con el sol naciente»]. Incluso cuando se reencuentra con Aragorn, Legolas y Gimli en Fangorn, Gandalf elige hacerlo bañado por el sol [«los ojos debajo de sus cejas profundas eran brillantes, penetrantes como los rayos del sol»]. El uso que hace Gandalf de la salida del sol no es un caso aislado, y hay bastantes pasajes en los que llega a su destino con las primeras luces del alba, como en El retorno del rey:


[«De modo que Gandalf y Peregrin cabalgaron hacia la Gran Puerta de los Hombres de Gondor al amanecer, y sus puertas de hierro se abrieron ante ellos.»]


Todos estos son ejemplos de Gandalf aprovechando el sol, especialmente el amanecer, pero no veo ninguna evidencia de que pueda manejar el poder del sol, y menos aún de autoproclamarse «portador de la llama de Anor». No es como si Gandalf hiciera salir el sol y petrificara a los Trolls, simplemente los distrajo hasta que sucedió. Sin embargo, Gandalf no dice que puede manejar el sol, sino que es «portador» de su «llama» [¿poder?]. Pensemos, por ejemplo, en los fuegos que se observan de lejos en la Cima de los Vientos [«tal luz y llama no se han visto en Weathertop desde los faros de guerra de antaño»]. ¿Acaso se trata de Gandalf irradiando algo de su poder, o un efecto del uso de Narya? [ver: Gandalf como Señor del Anillo sería peor que Sauron]

Aquí en El Espejo Gótico creemos que «portador de la llama de Anor» se refiere a aquella luz que Eru le entregó a Varda (Elbereth), a quien los Noldor veneraban especialmente. Esta luz fue compartida con Arien [la Maia del Sol], y fue para poseer esta luz que Morgoth atacó a Arien; quemándose y debilitándose irrevocablemente. Creo que Gandalf se está refiriendo a esta luz sagrada y muy especial, dada por Eru como algo mortal para Morgoth y sus sirvientes [ver: Morgoth vs. Sauron: ¿quién fue más poderoso?]

Udûn, en sindarín, significa «infierno»; no el infierno cristiano, desde luego, sino una alusión a la primera fortaleza de Melkor [Utumno] en el extremo norte de la Tierra Media. Al decir esto, Gandalf marca al Balrog como un antiguo enemigo. Pero, como el mundo de Tolkien está en perpetuo estado de declive, es probable que el Balrog, aunque muy antiguo, no sea tan poderoso como en aquellos años [ver: Balrogs: ¿Maiar o espíritus?]

La «llama de Udûn» [o «fuego oscuro»], entonces, es el intento de Morgoth de crear su propia versión del Fuego Secreto, que solo constituye una herramienta para pervertir lo que ya fue creado.

En La Guerra de las Joyas (The War of the Jewels), Christopher Tolkien añade una breve sección titulada El lenguaje de los Valar [The language of the Valar], donde comparte algunas palabras en Valarin. Allí encontramos dos palabras interesantes: anar y uruš, que significan «sol» y «fuego» respectivamente. Dada la similitud lingüística entre la r y la d, no es improbable que Gandalf haya usado términos en Valarin, es decir, palabras de una lengua muy antigua que precedieron al despertar de los Elfos, para referirse a su fuego y al del Balrog. Después de todo, Gandalf y el Balrog son lo suficientemente antiguos como para no tener que recurrir a una lengua élfica posterior. Por supuesto, todo esto es especulativo, pero no es irracional pensar que Gandalf estaba usando deliberadamente un vocabulario muy antiguo y no palabras élficas, que serían confundidas por quienes las oyeron: dos Hombres, un Enano, un Elfo, y cuatro Hobbits [ver: ¿Qué significa realmente la inscripción en el Anillo Único?]

Esto también es lógico en términos cronológicos. Si el Balrog estuvo aislado durante tanto tiempo, y luego solo hubiera interactuado con Orcos o algunos Enanos torturados, probablemente no habría entendido la Lengua Común, quizás tampoco Sindarín. En este contexto, es razonable que Gandalf empleara algunos comandos en una lengua comprensible para su enemigo [ver: Sauroniano: análisis de la Lengua Negra de Mordor]

Sin embargo, Gandalf usa el Sindarín dos veces aquí: Udún y Anor, «Utumno» y «sol» respectivamente. De modo que, aunque supongo que sería apropiado que Gandalf usara el Valarin contra otro Maia, ni siquiera está claro si todavía recordaba esa lengua arcaica, o si alguien en la compañía entendía lo suficiente como para que Frodo luego la transcribiera.

Ahora bien, ¿estaba el Fuego Secreto al alcance de Morgoth?

En El Silmarillion se nos informa que el primer Señor Oscuro lo buscó en vano durante mucho tiempo, pero también que Eru encendió el Fuego Secreto en el corazón de la Tierra Media. Tolkien también sostiene que Morgoth volcó gran parte de su ser en Arda, es decir, hizo de la Tierra Media su Anillo. En otras palabras, Arda está imbuida y contaminada con la esencia de Morgoth, lo cual le permitió convertirse en su amo de facto durante mucho un tiempo. Después de que los Valar se retiraron a Valinor hasta el momento en que Morgoth fue capturado para exiliarse en el Vacío, tuvo tiempo de hacer prácticamente lo que quisiera en la Tierra Media sin enfrentar una oposición seria. ¿Pudo Morgoth llegar hasta el Fuego Secreto para tratar de ponerlo bajo su influencia y dominio? [ver: El tercer Señor Oscuro de la Tierra Media]

Estoy bastante seguro de que el Fuego Secreto estaba reservado solo para Eru. De alguna manera, esta fuerza motivadora de la vida es Eru, y viceversa. Esta es la razón por la que Morgoth y Aulë, a pesar de lo grandes y poderosos que eran, solo pudieron crear autómatas, imitaciones [o burlas, en el caso de Morgoth] de los Hijos de Illuvitar. Por supuesto, en el caso de Aulë, Eru concedió a los Enanos el Fuego Secreto y, por lo tanto, les dio la verdadera vida, independiente del pensamiento y la voluntad de Aulë [ver: Khuzdul: la lengua secreta de los Enanos]

Sin embargo, si el Fuego Secreto arde en el corazón del Mundo, sea o no parte de Eru, está en la Tierra Media y no con Él, al menos no completamente. Más allá de todo esto, es razonable suponer que el Fuego Secreto nunca estuvo al alcance de Morgoth. La Llama Imperecedera fue, siempre y para siempre, de Eru:


[«A Melkor, entre los Ainur, se le habían dado los mayores dones de poder y conocimiento, y él tenía una participación en todos los dones de sus hermanos. A menudo había ido solo a los lugares vacíos en busca de la Llama Imperecedera, porque dentro de él ardía el deseo de traer a la Existencia cosas propias, y le parecía que Ilúvatar no se preocupaba por el Vacío. Sin embargo, no encontró el Fuego, porque está con Ilúvatar.» El Silmarillion]


Tolkien usa las palabras con gran cuidado, a menudo empleando deliberados arcaísmos para realzar algún aspecto en particular. Por lo tanto, cuando dice que el Fuego Secreto «está con Ilúvatar», lo dice como un hecho universal y atemporal. En otras palabras, si Morgoth no pudo acceder al Fuego Secreto cuando aún no había nacido, encontrarlo presentaría el mismo obstáculo una vez que hubiera sido formada. De hecho, parece claro que el Fuego Secreto es simplemente otro nombre para el poder creativo innato de Eru [ver: La tercera Ley de Clarke en la Tierra Media]

De hecho, en las primeras versiones de la mitología de Tolkien podemos ver cuán fútil sería en realidad cualquier intento de Morgoth [entonces Melkor] de adquirir el Fuego Secreto:


[«Ahora, el Sol fue diseñado para ser el corazón de Arda, y los Valar se propusieron que diera luz a todo ese Reino, incesantemente y sin cansancio ni disminución, y que de su luz el mundo recibiera salud y vida y crecimiento, por lo que Varda puso allí al más ardiente y hermoso de todos aquellos espíritus que habían entrado con ella en . Fue nombrada Arie, y Varda le dio a su custodia una porción del regalo de Ilúvatar para que el Sol perdurara y fuera bendecido y diera bendición.» El Anillo de Morgoth]


Nótese la similitud de este pasaje con la descripción posterior de que encontramos en El Silmarillion:


[«Por lo tanto, Ilúvatar le dio a su visión el Ser, y lo colocó en medio del Vacío, y el Fuego Secreto fue enviado a arder en el corazón del Mundo; y se llamó .»]


Este «regalo de Ilúvatar» al espíritu del Sol es análogo al Fuego Secreto que arde en el corazón de Arda. Como hemos mencionado anteriormente, este debe entenderse como el elemento o principio creativo divino que le da a Arda su existencia continua. Por supuesto, Morgoth deseaba este principio para sí mismo y decidió tomarlo por la fuerza. En los mitos tempranos de Tolkien, Arie rechazó a Melkor y lo reprendió, diciendo:


[«No hables de lo correcto, que hace mucho tiempo que olvidaste. Ni para ti ni por ti fue hecho ; y no serás rey de Arda. Cuidado, por lo tanto; porque hay en el corazón de As (el sol) una luz en la que tú no tienes parte, y un fuego que no te servirá. No le extiendas la mano. Porque aunque tu potencia pueda destruirlo, te quemará y tu brillo se oscurecerá.» El Anillo de Morgoth]


Y así:


[«Entonces el espíritu de Arie se elevó como una llama de angustia e ira, y partió para siempre de Arda, y el Sol quedó privado de la Luz de Varda, y fue manchado por el asalto de Melkor. Y ardiendo excesivamente durante mucho tiempo, o enfriándose demasiado, Arda sufrió un grave daño y la creación del mundo se estropeó y retrasó, hasta que con mucho trabajo los Valar establecieron un nuevo orden. Pero incluso, como predijo Arie, Melkor se quemó y su brillo se oscureció, y no dio más luz. Desde entonces toda luz le dolió y él la odió.» El Anillo de Morgoth]


Nótese que Morgoth no ganó dominio ni corrompió la Luz de Varda, que Tolkien llamaría más tarde Fuego Secreto o Llama Imperecedera. De hecho, Morgoth logró corromper al sol, pero la Luz de Varda, que en otros lugares se identifica con el amor de Eru por la creación, partió con Arie.

Inicialmente en los Mitos de Tolkien, Varda tenía una importancia capital en relación con el Fuego Secreto. Como ejemplo tomemos estas palabras que Eru le dijo a Varda:


[«Te daré un regalo de despedida. Llevarás a una luz que es sagrada, que viene nueva de Mí, inmaculada por el pensamiento y la lujuria de Melkor, y contigo entrará en , y estará en , pero no será de El Anillo de Morgoth]


Morgoth no podría destruir el Fuego Secreto porque este no puede ser destruido, siendo [como es] un atributo de Ilúvatar. Cualquier intento de reclamar el Fuego Secreto solo habría sido para pesar de Morgoth. Si bien podía corromper sus manifestaciones, como de hecho corrompió a Arda al verter su ser en ella, el Fuego Secreto estaba más allá de su esfera de influencia [ver: Thû: la historia del verdadero Nigromante de Dol Guldur]

Volviendo a Gandalf, es interesante notar que la orden: «¡regresa a la Sombra!», suena como una referencia específica pero en realidad es bastante abstracta. ¿Es esta Sombra un eufemismo o Gandalf se está refiriendo a algo específico? La palabra Sombra está en mayúscula, lo que me hace pensar que debe ser un concepto, más que un eufemismo. Después de todo, Tolkien es muy específico con las palabras que van con mayúscula. Por otro lado, si Gandalf no le estaba diciendo al Balrog que se retirara a un lugar específico, ¿a qué se refiere con «regresar a la Sombra»?

En este contexto, creo que Gandalf se está refiriendo a la «Sombra» como una agencia activa del Mal, es decir, una parodia del Fuego Secreto personificada por Melkor en la Primera Edad. Recordemos las palabras de Frodo a Sam sobre los Orcos: «La Sombra que los crió solo puede burlarse, no puede hacer cosas realmente nuevas». Y, en otra parte: «No creo que haya dado vida a los Orcos, solo los arruinó y los retorció». Por lo tanto, una lectura literal parece incorrecta. El uso que hace Gandalf de «Sombra» es para hacerle saber al Balrog que sabe qué es y qué representa; nada mas. En términos coloquiales, podría traducirse como «¡Regresa a Morgoth!» [ver: ¿Por qué Sauron no permitía que se pronunciara su nombre?]




Tierra Media. I Taller gótico.


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El artículo: El «Fuego Secreto», la «llama de Anor» y la «llama de Udûn» fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com



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