Gandalf y la tercera ley de Clarke: la magia como forma avanzada de tecnología


Gandalf y la tercera ley de Clarke: la magia como forma avanzada de tecnología.




Si, como propone la Tercera Ley de Clarke: cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia, ¿qué indescifrables artilugios tecnológicos se esconden en la vara de Gandalf? [ver: ¿Gandalf podría haber derrotado a Sauron?]

La magia en El Señor de los Anillos es peligrosa, misteriosa, pero no parece entrañar algún tipo de tecnología. Asumir esta posibilidad nos obligaría a leer la trilogía de J.R.R. Tolkien como una variante particularmente extraña de la ciencia ficción, y creo que nadie está dispuesto a cometer semejante imprudencia (ver: El horror cósmico en El Señor de los Anillos)

Por otro lado, la magia simplemente es una herramienta para manipular el mundo de acuerdo a leyes físicas, algunas conocidas, otras no tanto, y ciertamente tiene límites. Tolkien no es explícito sobre cuáles son esos límites, y en la mayoría de los casos no es necesario que lo sea. Realmente no necesitamos conocer los detalles de las habilidades de Gandalf para saber que es menos poderoso que Sauron (ver: ¿Cómo era el aspecto de Sauron en realidad?)

Tolkien no utiliza a la magia para resolver el argumento de El Señor de los Anillos, pero cuando ves las cosas a través de los ojos de Frodo, Sam, o incluso de Aragorn, las actividades de Gandalf están más allá de nuestro entendimiento; incluso sus decisiones parecen estar sujetas a una lógica incomprensible para las mentes mortales (ver: Aragorn, el Sendero de los Muertos y un pasaje a la Cuarta Dimensión). Sus conocimientos son lo suficientemente avanzados como para ser percibidos como algo mágico [ver: Gandalf [como Señor del Anillo] sería peor que Sauron]

La habilidad de Gandalf para urdir planes misteriosos, para unir a las personas frente a un enemigo común, e incluso para elegir a los tipos más impensados para destruir un dispositivo de destrucción masiva, como el Anillo Único, y todo esto acaso sea un subproducto de su verdadera magia. Por otro lado, la magia negra también tiene sus subproductos en El Señor de los Anillos; y el principal es la tecnología.

En una carta de 1951, Tolkien comentó que la trilogía parecía tratar en gran parte sobre el poder y la corrupción del poder, pero que había otros temas subyacentes: el material está relacionado con la Caída, la Mortalidad, y la Máquina, y con el poder solo en lo que se refiere a esos tres grandes temas

¿Qué quiso decir Tolkien con la Máquina?

En El Señor de los Anillos, la magia blanca —término detestable pero que nos permite agrupar aquí a Elfos, Magos, Maiar, etc.— no parece demasiado espectacular. En la mayoría de los casos, es interna, sutil, y enfatiza ciertos aspectos inherentes de cada personaje. Su objetivo es persuadir, ayudar, pero nunca imponerse sobre otras voluntades.

La magia negra, en cambio, es externa, grosera, y se manifiesta a través de la materia. Su objetivo es la dominación o, como mínimo, coaccionar otras voluntades (ver: ¿Qué significa realmente la inscripción en el Anillo Único?)

La idea de que la tecnología (la Máquina) es una expresión de la magia —negra, en este caso— fue compartida por un gran amigo de Tolkien, C.S. Lewis, quien afirmó:


Al principio, la magia y la ciencia eran gemelas: una estaba enferma y murió, la otra continuó, fuerte y próspera. Sin dudas, la magia se contrasta en nuestras mentes con la de los magos, pero solo a la luz de su expresión, y solo porque sabemos que la ciencia tuvo éxito y la magia fracasó.


Si la magia y la ciencia estában relacionadas en un pasado remoto, tiene sentido que los principales exponentes de la tecnología en El Señor de los Anillos sean figuras demoníacas empeñadas en dominar al mundo, como Sauron y Saruman. De hecho, no es caprichoso que Bárbol, el Ent, defina a Saruman en los siguientes términos: tiene una mente de metal y ruedas; y no le importan las cosas que crecen, excepto en la medida en que le sirvan por el momento.

Tolkien reafirma este vínculo entre la tecnología y la magia negra; de hecho, cuanto más diabólico es el personaje, más cerca está de fabricar y usar tecnología para favorecer sus oscuros designios. La relación es demasiado obvia como para pasarla por alto (ver: Las nuevas tecnologías en la mecánica del Horror)

Ahora bien, ¿qué sucede con la magia blanca?

Por momentos, Tolkien parece usar la palabra magia en un sentido casual, genérico, aunque Galadriel y otros personajes importantes critican el uso mortal de la palabra. Pero esto se debe a una razón narrativa: la historia está contada por Hobbits, quienes no hacen demasiada distinción entre los artilugios de Sauron y los recursos sutiles de Gandalf. Tal es así que Galadriel los amonesta del siguiente modo:


Esto es lo que tu gente llamaría magia. Creo; aunque no entiendo claramente lo que quieren decir; y parece que también usan la misma palabra para referirse a los engaños del Enemigo.


Es decir que la magia en la Tierra Media no fue definida explícitamente por Tolkien. En la mayoría de los casos, es simplemente un término utilizado por los Hobbits para describir procesos y habilidades no podían entender y mucho menos explicar fuera de su limitada tradición y conocimiento. Esencialmente, los Hobbits perciben la magia de acuerdo a los términos de la Tercera Ley de Clarke: cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.

Todo es una cuestión de perspectiva realmente. Para los Elfos y los Magos la magia no es contraria a las leyes del mundo natural que ellos conocen. Para estos personajes, la realidad no se limita a lo que es visible, por ejemplo, para los Hobbits o los Hombres, lo cual lleva a una categorización más amplia del mundo. Los aspectos visibles de una cosa o de una persona son solo una parte del todo. Frodo lo advierte rápidamente cuando usa el Anillo Único y ve a Glorfindel en todo su verdadero poder y esplendor, cuestiones que probablemente no son invisibles para otros Elfos, o para el propio Gandalf.

En Sindarín hay dos palabras que hacen referencia a la magia negra: Morgul y Guldur. Gûl significa literalmente «conocimiento mágico», asociado a la nigromancia y hechicería. Môr puede traducirse como «oscuro», y Dûr, de similar significado, significa «oscuro» o «sombrío». Las palabras no son neutrales, a pesar de que el concepto de magia en la Tierra Media sí lo es. Cuando estos términos se utilizan, por ejemplo para referirse un cuchillo de Morgul o a la fortaleza de Dol Guldur, tienen claras connotaciones negativas.

La magia de Sauron (conocido como el Nigromante), y en menor medida la de sus lacayos, los Espectros del Anillo, no solo es física —siendo el Anillo Único su máxima expresión—, sino que se basa directamente en el legado físico de su maestro anterior, el primer Señor Oscuro: Morgoth. De hecho, este elemento morgothiano en la materia parece ser un requisito previo indispensable para la magia que practica Sauron.

Son muy pocas las ocasiones en las que Gandalf da muestras visibles de su poder: usa un hechizo para conjurar fuego, crear luz, bendecir al pony de Sam, sujetar la puerta en la Cámara de Mazarbul, romper el Puente de Khazad-dûm; y, en Fangorn, lanza un hechizo para evitar que Gimli y Legolas, creyendo que era Saruman disfrazado de mendigo, lo atacaran (ver: ¿Qué fue de Legolas y Gimli después de «El Señor de los Anillos»?). Pero la verdadera magia de Gandalf es imperceptible a los ojos. Por ejemplo, como cuando utiliza su voz en Orthanc para revelar las mentiras de Saruman. El mal fabrica ilusiones, el bien las derriba.

Si pensamos en dispositivos tecnológicos tan avanzados que resultan indistinguibles de la magia, la opción más obvia es la vara de los Magos.

Por momentos, estos objetos parecen canalizar el poder de los Magos, o incluso ser el poder en sí mismo. Por ejemplo, la vara de Saruman se rompe durante el parlamento con Gandalf, y al hacerlo destruye todo su poder. Por otro lado, la vara de Gandalf también se rompe en Puente de Khazad-dûm, pero así y todo éste logra matar al Balrog (ver: Criaturas sin Nombre: ¿la Tierra Media y los Mitos de Cthulhu pertenecen al mismo universo?). De manera tal que no queda del todo claro si las varas son una herramienta para canalizar la magia, o la magia misma [ver: ¿Qué sucedió durante la lucha entre Gandalf y el Balrog?]

El principal artefacto mágico-tecnológico de El Señor de los Anillos es el Anillo Único. Su poder es mucho mayor que el de cualquier otra cosa, precisamente porque es capaz de extraer lo peor de cada uno y convertir en malvado a cualquiera que lo use. Por lo tanto, nadie podría usarlo directamente contra Sauron... bueno, nadie poderoso, como los Magos y los Elfos; porque quienes demuestran tener mayor resistencia al Anillo son los pequeños e insignificantes Hobbits, quienes rara vez están interesados ​​en cuestiones como el poder.

El Anillo Único tenía numerosos poderes mágicos. Como todos los Anillos de Poder, es capaz de ralentizar el deterioro físico: también amplifica los poderes de su portador, confiere invisibilidad física, al mismo tiempo que permite al portador ver el lado invisible de la realidad. Finalmente, tiene poder sobre los demás Anillos de Poder, lo que permite saber todo lo que piensan los otros portadores, así como controlarlos y esclavizarlos.

Isaac Asimov, en un excelente ensayo titulado: El Anillo del Mal (The Ring of Evil, 1980), explora el simbolismo de El Señor de los Anillos y llega a la siguiente conclusión:


Tom Bombadil es un personaje misterioso que parece representar la naturaleza en su conjunto. Los Ents caracterizan los bosques verdes, y los Enanos representan las montañas y el mundo mineral. Están los Elfos, también, poderosos pero desgastados, representantes de un tiempo que pasa al limbo, que no sobrevivirá a pesar de que Sauron haya sido destruido. Pero, ¿qué representa el Anillo Único? Es poderoso, controla a los otros anillos, inspira un impulso casi abrumador de poseerlo y corromperá por completo a quien lo use. Incluso el poderoso Gandalf evita tocarlo, y lo deja en manos de un pequeño y débil Hobbit, Frodo, para llevar su carga. Al final, también lo corrompe a él.

¿Qué es el Anillo Único, entonces? ¿Qué representa? ¿Qué es lo que es tan deseable y tan corruptor? ¿Qué es lo que no se puede dejar ir a pesar de que nos está destruyendo?



La respuesta de Asimov a todas estas preguntas se resume en una palabra: tecnología.

Para Asimov, Mordor representa al mundo industrial que, lenta pero seguramente, cubrirá el planeta. Los Elfos, en su opinión, representan la era preindustrial que se está desvaneciendo, mientras que los Ents, los Enanos y Tom Bombadil son diferentes facetas de la naturaleza que están siendo destruidas o desplazadas por la industrialización (ver: El misterio de Tom Bombadil). Los Hobbits representan la vida pastoral ya desaparecida.

El atractivo, la tentación del Anillo Único, sostiene Asimov, son análogas a las de la tecnología: la seducción de las cosas que se hacen más rápido, más fácil, de los artilugios y dispositivos que se fabrican en una variedad de formas pero que nos conducen inevitablemente a estar atados a ellos.

Uno se pregunta qué tan difícil puede ser soltar un anillo al fuego, y también si alguna vez estaremos dispuestos, o seremos capaces, de renunciar a ciertos aspectos de la tecnología que se traducen en contaminación ambiental, cambio climático, etc.

No somos muy distintos de Frodo en este sentido, quien no pudo arrojar el Anillo al fuego. De igual modo, nuestra dependencia de la tecnología nos está destruyendo, y no hay un Monte del Destino al cual arrojarla.

La realidad actual nos obliga a pensar que El Señor de los Anillos es solo una parte de la historia, una batalla victoriosa, es cierto, pero pasajera. Basta mirar nuestro mundo industrializado y sobreexplotado para darse cuenta que, eventualmente, las sombras de Mordor se han extendido sobre toda la Tierra Media.




Tierra Media. I Taller Gótico.


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1 comentarios:

Francisco dijo...

Sólo para hacer una mención: la dependencia a los celulares refleja muy bien esto.



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