Poemas de amor en latín y español


Poemas de amor en latín y español.




Para comenzar con esta sección de poemas de amor en latín y español hemos elegido a un clásico de la poesía lírica de la antigüedad: Vivamus, mea Lesbia (Vivamos, Lesbia mía).

Se trata del fragmento inicial de la quinta parte del Carmina, de Cayo Valerio Cátulo. Su primera línea —Vivamus, mea Lesbia— se suele utilizar como título del poema. Fue compuesto en el siglo I d.C, y sus personajes son el poeta y Lesbia, quien además de ser la musa de Cátulo era también su esposa.

El poema es una exhortación al placer, una hermosa exaltación de las delicias de la vida, aspiraciones que Cátulo contrasta con el aura tenebrosa de la noche eterna.

Algunos sostienen que la intención de Cátulo era instruir a los poetas jóvenes y excesivamente dedicados al estudio sobre la importancia de la vida activa como combustible del arte. En este sentido, estudiar y formarse en los senderos de la poesía está muy bien, pero más importante es vivir intensamente.

Otros, tal vez menos proclives a elaborar razonamientos de corte docente, especulan que Cátulo simplemente nos invita a disfrutar de los placeres de la vida sin darle demasiada importancia a las opiniones de los demás.

En nuestra versión en español de Vivamos, Lesbia mía hemos insertado algunos fragmentos del Carmina que nos parecen oportunos para entender los tormentosos sentimientos del poeta por su bella esposa.

Al final del poema original en latín, desde luego, acompañado por una traducción al español, hemos dejado un par de notas aclaratorias sobre dos términos que pueden resultar confusos.



Vivamus, mea Lesbia.
Vivamos, Lesbia mía, Cayo Valerio Cátulo, poema en latín y español.

Vivamos, Lesbia mía, y amemos,
Si los sabios reprueban nuestros actos
Con excesivo escrúpulo, olvidémoslos.
Los astros se sumergen en el oeste
Para luego retornar:
Pero nosotros, cuando se extinga
La tenue luz de nuestras vidas,
Dormiremos una noche eterna.
Dadme mil besos, y después cien,
Mil besos más, y luego otros cien,
Comienza de nuevo y completa mil con cien más,
Cuando hayamos acumulado muchos miles,
Revolvamos todo y perdamos la cuenta,
Para que el malvado no pueda encantarnos,
Cuando sepa de los besos que compartimos.


Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
Rumoresque senum seueriorum
Omnes unius aestimemus assis.
Soles occidere et redire possunt:
Nobis, cum semel occidit breuis lux,
Nox est perpetua una dormienda.
Da mi basia mille, deinde centum,
Dein mille altera, dein secunda centum,
Deinde usque altera mille, deinde centum.
Dein, cum milia multa fecerimus,
Conturbabimus illa, ne sciamus,
Aut nequis malus inuidere possit,
Cum tantum sciat esse basiorum.


Preguntas cuántos besos tuyos, Lesbia,
Me satisfacen y superan.
Cuan grande es el número de arena libia,
Rica en laserpicio*, que se extiende por Cirene,
Entre el oráculo del tempestuoso Júpiter
Y el sagrado sepulcro del viejo Bato**;
O cuantas estrellas observan, cuando la noche calla,
Los furtivos amores de los hombres;
Tantos besos le satisfacen y le sobran
Al loco de Cátulo, que los curiosos
Jamás podrán contarlos
Ni mancillarlos con sus malas lenguas.


Quaeris, quot mihi basiationes
tuae, Lesbia, sint satis superque.
quam magnus numerus Libyssae harenae
lasarpiciferis iacet Cyrenis,
oraclum Iouis inter aestuosi
et Batti ueteris sacrum sepulcrum;
aut quam sidera multa, cum tacet nox,
furtiuos hominum uident amores;
tam te basia multa basiare
uesano satis et super Catullo est,
quae nec pernumerare curiosi
possint nec mala fascinare lingua.


A tal estado ha llegado mi alma por tu culpa, Lesbia mía,
Y de tal forma ella se ha perdido por su fidelidad,
Que ya no es capaz de amarte con bondad,
Aunque te conviertas en la mejor,
Ni dejar de desearte, hagas lo que hagas.


Huc est mens deducta tua, mea Lesbia, culpa,
atque ita se officio perdidit ipsa suo,
ut iam nec bene uelle queat tibi, si optima fias,
nec desistere amare, omnia si facias.


Odio y amo: ¿Porqué lo hago, acaso preguntas?
No lo sé, pero siento que sucede y me atormenta.

Odi et amo: quare id faciam, fortasse requiris.
nescio, sed fieri sentio et excrucior.



Cayo Valerio Cátulo.




Notas acerca del Vivamus, mea Lesbia.

*Laserpicio: se trata de una planta medicinal muy utilizada en la época de Cátulo.

**Bato: uno de los descendientes de los argonautas y fundador mítico de la ciudad de Cirene.




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3 comentarios:

Clodia dijo...

El poema es muy hermoso, sin duda, pero Lesbia, illa Lesbia mea, no era la esposa de Catulo, era más bien su amada, su puella desdeñosa ( a veces no tanto). Era probablemente una mujer casada, Clodia Pulcher (casi con toda seguridad, o así me gusta creerlo), o incluso puede que no fuese más que una evocación del poeta. Catulo la llama Lesbia para rendirle homenaje a Safo de Lesbos, poetisa lírica griega que vivió y creó hacia el siglo VI a.C.
Cuenta Apuleyo que a partir de Catulo todos los poetas elegíacos escondieron el nombre de sus amadas (casadas) con un pseudónimo (por mantener la etimología) con igual número de letras que su nombre real: Clodia est Lesbia.

Me encanta este blog
Valete!

Salvador Gonzalez Manzano dijo...

Al leerlos me ha traido un tiempo donde el latín era la lengua que en las clases de Latin y Humanidades y luego en Filosofia y Teologia se hablaba como el castellano,me ha traído recudos inmemorables cuyos poemas eran declamados en el aula por los alqumnos,entre ellos yo

Anónimo dijo...

Un muy buen trabajo, sin embargo, este poeta es Catulo, no Cátulo; es muy normal confundirlos, no obstante, el Cátulo que usted menciona con tilde en la a fue un cónsul que nada tenía que ver con la poesía ni con Lesbia. Nuestro poeta se llama Gayo Valerio Catulo.



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