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«Un sueño»: William Blake; poema y análisis.


«Un sueño»: William Blake; poema y análisis.




Un sueño (A Dream) es un poema del romanticismo del escritor inglés William Blake (1757-1827), publicado en la antología de 1789: Cantos de inocencia y experiencia (Songs of Innocence and of Experience).

Un sueño, uno de los poemas de William Blake menos conocidos, es también una de sus piezas más diáfanas. Aquí, el autor perfila los conflictos internos de una madre [hormiga] perdida en la noche.

El tema del extravío está presente en el personaje de Emmet, que parece un nombre propio pero en realidad es una palabra del Inglés Antiguo que significa «hormiga» [así la hemos traducido]. Sin embargo, no se trata de una hormiga cualquiera. William Blake le otorga el privilegio de las mayúsculas para mostrar su personificación. El concepto de guía y protección también aparece a lo largo de El Sueño como un medio para regresar a un estado de inocencia perdida. De eso se trata este hermoso poema de William Blake: el retorno a la inocencia a partir de la experiencia.

Un Niño sueña con mundo en miniatura repleto de amigables insectos que se ayudan mutuamente; sin embargo, la situación es desesperada: una hormiga va en busca de sus hijos perdidos:


Una vez un sueño tejió una sombra
sobre mi lecho que un ángel protegía:
era una Hormiga que se había extraviado
en la hierba donde yo creía que estaba.
Confundida, perpleja, desesperada,
oscura, por tinieblas cercada, exhausta,
en la extendida maraña tropezaba;
desconsolada, le escuché decir:
«¡Oh, hijos míos! ¿Acaso lloran?
¿Oirán cómo suspira su padre?
¿Acaso rondan por ahí para buscarme?
¿Acaso regresan y sollozan por mí?»
Compadecido, solté una lágrima;
pero cerca vi una luciérnaga,
que respondió: «¿Qué lamento humano
convoca al guardián de la noche?
Me corresponde iluminar la arboleda
mientras el escarabajo hace su ronda:
sigue ahora el zumbido del escarabajo;
pequeña vagabunda, vuelve pronto a casa.


El Niño [el soñador] demuestra su sensibilidad al dejar caer una lágrima. En su inocencia no es capaz de soportar el dolor de la hormiga. Luego, el poema da un giro, y es la Hormiga quien se extravía, desamparada en medio de la noche. Entonces se encuentra con la luciérnaga, que en el sueño del Niño tiene el deber de iluminar el camino de los demás insectos; es, en definitiva, el «guardián de la noche». Otro habitante de este sueño es el escarabajo que va en su ronda nocturna. La luciérnaga le pide la hormiga que regrese a casa siguiendo el zumbido del escarabajo.

El Narrador es el Niño que tiene el sueño, ya no con la inocencia de antaño, sino con experiencia. En otras palabras, es la experiencia la que proyecta los incidentes del sueño de la inocencia. Sin embargo, y a pesar de la aparente simpleza del sueño, todo el drama humano se encuentra plasmado en la situación: la Hormiga está confundida y atrapada en la trampa de la noche. Está llorando por sus hijos perdidos y está preocupada por su esposo. El Niño que simpatiza con la Hormiga no es, digamos, un ejemplo típico de la infancia. Un chico común y corriente es capaz de pisotear un hormiguero o ensartar a un escarabajo y seguir adelante con su día como si nada hubiera ocurrido. Este Niño en particular empatiza con una hormiga. Es, en toda regla, un soñador.

En calidad de soñador, el Niño es capaz de ver que incluso los insectos [hormigas, luciérnagas y escarabajos] están dotados de virtudes divinas, y por lo tanto cumplen un papel en el plan divino. Y así como la luciérnaga ilumina el camino de los demás insectos, el Niño también está siendo protegido en su cama por un ángel. Pero si la luciérnaga puede considerarse como un equivalente natural de los ángeles en el diminuto mundo de los insectos, las hormigas y los humanos comparten el destino de estar perdidos en la noche. El escarabajo, más terrenal que la luciérnaga, también guía el camino de las hormigas que vagan en la noche a través de su canturreo.

Un Sueño de William Blake, en su simpleza, se abre en varias capas simbólicas. Las hormigas pueden ser los seres humanos perdidos en la noche de la existencia terrenal, o quizás son un símbolo del alma perdida que es conducida a su hogar [Dios] por la luz de sus ángeles y el canturreo de los sabios.

La Hormiga [Emmet] es inocente, pero también se puede percibir en ella un toque de experiencia: tiene miedo de su entorno [conoce los peligros porque los ha experimentado] y parece cansada [producto de esas experiencias]. Indudablemente, la Hormiga ha experimentado algunas dificultades más allá de la inocencia general del sueño. La resolución del dilema en el que se encuentra [encontrar a sus hijos perdidos] se logra únicamente a través de la cooperación con los demás [la empatía del narrador, el rescate de la luciérnaga y la guía del escarabajo].

Todo esto es cierto, y basta leer el poema para percibirlo, pero creo que hay algo más en Un Sueño. En el comienzo, el poema de William Blake transmite una sensación de abstracción al describir el sueño como tejiendo «una sombra» sobre la cama del Niño, que está custodiada por ángeles, guardianes de la inocencia. Este es el verdadero escenario de la historia: la cama, incluida la de William Blake, probablemente el lugar donde la imaginación puede expandirse al máximo, dando lugar a sueños y pesadillas que expresan de manera simbólica [como la poesía] cuestiones muy profundas.

Ahora bien, el Niño-Soñador está acostado en la cama, pero en el sueño la cama se convierte en un lecho de hierba, donde la Hormiga tropieza desconsoladamente mientras busca a sus hijos. El motivo de la madre que busca a sus hijos perdidos es relativamente común en la poesía y el mito, pero en este caso la Madre también está perdida. Creo que aquí William Blake intenta decirnos algo. Parece que es el adulto [la Madre] quien está perdido esta vez, buscando un camino de regreso a la inocencia mientras carga el peso de la experiencia. Para William Blake la infancia no es simplemente un estado que precede a la [supuesta] sabiduría adulta, sino el núcleo de toda la experiencia humana. De este modo, William Blake invierte... mejor dicho, redirige el patrón místico de la búsqueda y la esperanza de una vida mejor en el más allá en un anhelo por la infancia.




Un sueño.
A Dream, William Blake (1757-1827)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Una vez un sueño tejió una sombra
sobre mi lecho que un ángel protegía:
era una Hormiga que se había extraviado
en la hierba donde yo creía que estaba.

Confundida, perpleja, desesperada,
oscura, por tinieblas cercada, exhausta,
en la extendida maraña de rocío tropezaba;
desconsolada, le escuché decir:
«¡Oh, hijos míos! ¿Acaso lloran?
¿Oirán cómo suspira su padre?
¿Acaso rondan por ahí para buscarme?
¿Acaso regresan y sollozan por mí?»

Compadecido, solté una lágrima;
pero cerca vi una luciérnaga,
que respondió: «¿Qué lamento humano
convoca al guardián de la noche?

Me corresponde iluminar la arboleda
mientras el escarabajo hace su ronda:
sigue ahora el zumbido del escarabajo;
pequeña vagabunda, vuelve pronto a casa.


Once a dream did weave a shade,
O'er my Angel-guarded bed,
That an Emmet lost it's way
Where on grass methought I lay.

Troubled wilderd and forlorn
Dark benighted travel-worn,
Over many a tangled spray
All heart-broke I heard her say.

O my children! do they cry
Do they hear their father sigh.
Now they look abroad to see,
Now return and weep for me.

Pitying I dropp'd a tear:
But I saw a glow-worm near:
Who replied. What wailing wight
Calls the watchman of the night.

I am set to light the ground,
While the beetle goes his round:
Follow now the beetles hum,
Little wanderer hie thee home.


William Blake
(1757-1827)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de William Blake.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de William Blake: Un sueño (A Dream), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«El Tigre»: William Blake; poema y análisis.


«El Tigre»: William Blake; poema y análisis.




El Tigre (The Tyger) es un poema del romanticismo del escritor inglés William Blake (1757-1827), publicado en 1794 como parte de los Cantos de inocencia y experiencia (Songs of Innocence and of Experience).

Para analizar El Tigre, uno de los mejores poemas de William Blake, primero es necesario quitar del camino los lugares comunes. Hagámoslo rápido: se dice que es un poema que formula algunas inquietudes teológicas [como la inutilidad de darle un sentido simple a Dios], que debe entenderse en el contexto de la Revolución Francesa, etc; lo cual es cierto. También que William Blake es un autor poco convencional, aislado incluso del movimiento literario predominante en su tiempo: el Romanticismo. Mientras los románticos adoraban a la naturaleza, William Blake encontraba la belleza en el interior del ser.

El hecho de que no exista acuerdo sobre el significado de El Tigre es quizás un tributo a la complejidad del pensamiento de William Blake. El problema, creo, surge cuando se analiza el poema tratando de buscar algo que revele la naturaleza de su autor. William Blake simplemente está haciendo grandes preguntas para las que él, por supuesto, no tiene respuestas. Estas grandes preguntas tienen que ver con la idea del Mal, y la dificultad de reconciliar la noción de un Dios omnipotente y benévolo con la presencia del Mal en el mundo.

El Tigre de William Blake comienza con una pregunta directa dirigida a un tyger. Uno podría pensar que se trata de un animal real, impresionante en tamaño y fuerza, pero el hecho de que el título del poema acentúe la excentricidad de la criatura al sustituir la letra «i» por la menos común «y» es un indicio de que no estamos ante un tigre cualquiera, sino la de una figura que no debe tomarse literalmente. Su poderoso impacto en el narrador es evidente desde las primeras líneas:


Tigre, tigre, brillo ardiente
en los bosques de la noche,
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo forjar tu terrible simetría?


La referencia a «los bosques de la noche» es un recordatorio del primer Canto de La Divina Comedia de Dante Alighieri. Antes de su encuentro con Virgilio, el narrador declara: «Me encontré dentro de un bosque oscuro, / porque el camino recto se había perdido». La imagen de los oscuros senderos del bosque genera la impresión de estar perdido, o al menos desviado del rumbo correcto. Sin embargo, en la noche de la incertidumbre aparece el Tigre con su «brillo ardiente», tal vez una guía, una luz en la oscuridad.

El Narrador de William Blake, en lugar de mirar introspectivamente, busca una respuesta en el mundo exterior para darse una idea de quién es el creador del Tigre. Lo que imagina es un ser inmortal que, como mínimo, tiene la fuerza para trascender el tiempo a través de su obra [el Tigre]. Entonces surge la pregunta: «¿qué mano inmortal, qué ojo pudo forjar tu terrible simetría?»; es decir, la «mano» del escritor y el «ojo» de la imaginación para concebir una obra [un poema sobre el Tigre] con su «terrible simetría»?

En este punto, la mayoría de las interpretaciones sobre El Tigre de William Blake viran hacia un significado teológico, y si bien acaso sea imposible eludir por completo las creencias que pudo haber tenido el autor, personalmente siento [más que creer con fundamentos] que está hablando de otra cosa. De todos modos, el Narrador continúa con una serie de preguntas retóricas sobre el Creador [el Artista-Dios] y la posible intención detrás del obra [el poema-Tigre]


¿En qué distantes abismos, en qué cielos
ardió el fuego de tus ojos?
¿En qué alas atrevidas te elevaste?
¿Qué mano audaz osó tomar ese fuego?
¿Y qué hombro, qué arte
pudo torcer las fibras de tu corazón? Y al comenzar a latir,
¿qué mano temerosa, qué pie?


A pesar de reconocer la separación temporal entre el Creador-Autor y el lector, el Narrador no logra conectarse con el poema que tiene frente a él [o ella], con el Tigre, y en su lugar deambula por lejanas posibilidade teológicas, por «cielos» y «distantes abismos» en busca de respuestas que puedan brindarle una explicación de la grandeza del Tigre-Poema. ¿Cuáles eran las aspiraciones del Creador-Poeta, las «alas» que esperaba dar a su obra? ¿Y cómo pudo tener la audacia y el coraje de tomar y controlar el «el fuego» creador? Con estas dos preguntas el narrador de William Blake decididamente se desvía del «camino recto» del narrador de Dante, porque el deseo de intelectualizar la intención autoral se apodera de toda la interpretación.

Además, la siguiente estrofa introduce referencias a algunas de las partes del cuerpo del Creador, agregando un «hombro» y «pies» a su mano y ojo, como si el narrador solo pudiera vislumbrar fragmentos de la personalidad del autor y admirar su Tigre [su obra] basado en pistas aisladas e inconexas. Sin comprender que la imagen evocada será distorsionada y mezclada con su propia experiencia, personalidad e ideología, el Narrador [lector] asume un rol pasivo, contentándose con observar en lugar de recrear el poema. En consecuencia, continúa preguntándose sobre las «fibras» del «corazón» palpitante del Tigre-Poema y, por lo tanto, sobre las emociones que el autor pudo haber tenido e invertir en él.

La suposición aquí es que, debido a que el Tigre es tan impresionante y temible, la entidad que le dio vida debe ser aún más grandiosa. El Narrador tiene la impresión de que la creación está completa y su papel es simplemente dar un paso atrás, contemplarla y cantar su belleza, sin cuestionar por qué el Tigre se ve bajo esta luz y no otra, sin considerar la posibilidad de que el Tigre-Poema, en lugar de reflejar a su autor, podría estar reflejando al lector.

Para lograr una imagen más concreta y física del Creador-Autor, en narrador lo imagina como un herrero que forja sus palabras:


¿Qué martillo, qué cadena,
en qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque? ¿Qué terribles garras
osaron dominar el terror más implacable?


Así, en lugar del lápiz y el papel, los instrumentos del Creador son el «martillo», la «cadena», el «horno» y el «yunque», que dan cuenta de la enormidad del esfuerzo y la energía puesta en la creación de la obra, así como la naturaleza compleja del proceso de escritura.

El «cerebro» del Tigre aparece como una metáfora del razonamiento detrás del poema, mientras que el horno puede representar la fuerza creativa del autor que funde y forja conceptos y rimas según su propio calor personal. En este contexto, el título del poema es engañoso porque el énfasis no está en el Tigre, como cabría esperar, sino en la naturaleza de su creador. Por lo tanto, los elogios del Narrador no se dirigen en realidad a la belleza y espanto del Tigre-Poema, sino hacia las cualidades de su hacedor.

Todos los elementos que componen al Tigre [«ojos», «corazón» y «cerebro»] están cuidadosamente controlados. De este modo, como Mary Shelley trabajó en su Frankenstein, juntando partes del cuerpo solo para perder el control sobre su creación una vez que estuvo terminada, el Tigre de William Blake necesita un observador, una conciencia, un lector que lo vista con su imaginación. De otra manera es solo un monstruo inanimado e informe.

Si bien el universo, representado por las estrellas, es impotente frente al Tigre, ya que no puede abarcar ni al Creador ni a la Creación, el narrador aún espera arrojar un poco de luz sobre el carácter del autor:

Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas,
¿sonrió al ver Su obra?
Él, que hizo al Cordero, ¿también te hizo?


Las «estrellas» se presentan aquí como un ejército derrotado. Si bien nuestra traducción dice que «arrojaron sus lanzas», tal vez generando la impresión de que están atacando, el original [threw down their spears] implica que bajaron las armas, quizás reconociendo que no son lo suficientemente poderosas para mantener cautivo al Tigre dentro de un marco de pura lógica. Sus «lágrimas» son signos de dolor y frustración por haber renunciado a la lucha por captar el significado del Tigre-Poema.

En apariencia, el Tigre es libre, pero al mismo tiempo está cautivo, incluso esclavizado por la búsqueda inflexible del Narrador por descubrir el carácter del Creador, por saber si el artista quedó satisfecho, si «sonrió al ver Su obra». La «simetría» no solo es una característica «terrible» del Tigre, sino que se erige como una evidencia de la redundancia de las interpretaciones del Narrador:


Tigre, tigre, brillo ardiente
en los bosques de la noche,
¿qué mano inmortal, qué ojo
se atrevió a forjar tu terrible simetría?



El final de El Tigre de William Blake es casi idéntico a su comienzo, con la excepción de la palabra could [«pudo»] reemplazada por la mucho más fuerte dare [«atrever»]. La pregunta ahora ya no es cómo el Creador pudo tener la habilidad de construir algo tan poderoso como el Tigre, sino cómo tuvo la audacia de hacerlo. Sin embargo, este cambio no afecta al Narrador, ya que su interés sigue estando en el Creador-Autor, en su intención, no en la reunión de su obra con el lector. En otras palabras, el Narrador ha estado haciendo las preguntas equivocadas. Todavía está perdido en «los bosques de la noche», sin haber hecho ningún progreso desde el comienzo del poema.

La interpretación estándar de El Tigre de William Blake tiene que ver con el Mal, o mejor dicho, con la naturaleza de Dios, que siendo [supuestamente] omnipotente y misericordioso fue capaz de crear al Tigre y al cordero que sería devorado por él. Sin embargo, esto es derribado por el propio William Blake, que realizó un dibujo que acompaña al poema [ver izq.]. Este tigre no tiene casi nada en común con el Tigre del poema. En primer lugar, parece estar caminando, sin preparar un ataque y sin inspirar miedo, mucho menos terror. En segundo lugar, el tigre del dibujo tiene una expresión pacífica, mansa, como la de un animal domesticado, que definitivamente no induce asombro y espanto en un salvaje despliegue de colmillos y garras, sino que muestra simpatía, incluso sumisión, manteniendo la cola baja y las orejas hacia atrás. La diferencia entre el Tigre del poema y el del grabado demuestra, una vez más, cómo la perspectiva del lector puede modificar la realidad. En última instancia, la representación del Tigre [en términos de obra artística] no depende de las intenciones del Creador-Autor, sino de la experiencia subjetiva del lector.




El Tigre.
The Tyger, William Blake (1757-1827)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Tigre, tigre, brillo ardiente
en los bosques de la noche,
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo forjar tu terrible simetría?
¿En qué distantes abismos, en qué cielos
ardió el fuego de tus ojos?
¿En qué alas atrevidas te elevaste?
¿Qué mano audaz osó tomar ese fuego?
¿Y qué hombro, qué arte
pudo torcer las fibras de tu corazón? Y al comenzar a latir,
¿qué mano temerosa, qué pie?
¿Qué martillo, qué cadena,
en qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque? ¿Qué terribles garras
osaron dominar el terror más implacable?
Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas,
¿sonrió al ver Su obra?
Él, que hizo al Cordero, ¿también te hizo?
Tigre, tigre, brillo ardiente
en los bosques de la noche,
¿qué mano inmortal, qué ojo
se atrevió a forjar tu terrible simetría?


Tyger Tyger, burning bright,
In the forests of the night;
What immortal hand or eye,
Could frame thy fearful symmetry?

In what distant deeps or skies,
Burnt the fire of thine eyes?
On what wings dare he aspire?
What the hand, dare sieze the fire?

And what shoulder, and what art,
Could twist the sinews of thy heart?
And when thy heart began to beat,
What dread hand? And what dread feet?

What the hammer? what the chain,
In what furnace was thy brain?
What the anvil? what dread grasp,
Dare its deadly terrors clasp!

When the stars threw down their spears
And water'd heaven with their tears:
Did he smile his work to see?
Did he who made the Lamb make thee?

Tyger Tyger burning bright,
In the forests of the night:
What immortal hand or eye,
Dare frame thy fearful symmetry?


William Blake
(1757-1827)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de William Blake.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de William Blake: El Tigre (The Tyger), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«Nada está lejos»: Robert Francis; poema y análisis


«Nada está lejos»: Robert Francis; poema y análisis.




Nada está lejos (Nothing Is Far) es un poema metafísico del escritor norteamericano Robert Francis (1901-1987), publicado en la antología de 1985: Robert Francis: poemas escogidos (Robert Francis: Collected Poems).

Nada está lejos, probablemente uno de los mejores poemas de Robert Francis, cuestiona nuestra incapacidad para percibir un poder superior [Dios, o como quieras llamarlo] en nuestra vida cotidiana.

El poema comienza con el narrador considerando que, aunque el mundo es básicamente el mismo que durante la época de los antiguos, él no puede tener sus experiencias. Puede escuchar el canto de los mismos pájaros que ellos, pero no escucha la voz de Dios. Ve los árboles en el crepúsculo, pero ninguna deidad emerge de ellos. Sin embargo, a pesar de este aparente silencio, no se siente del todo convencido y todavía cree que una roca puede ser mucho más que un objeto común. Está fascinado con la idea de que esos objetos, por prosaicos que sean, contienen más de lo que parece. Cree que una modesta piedra es capaz de ocultar «algo que no es de piedra, que no se ve, pero que es real».

Con la esperanza de descubrir cuál podría ser esta presencia, concluye que hoy nada está más lejos de lo que estaba. Dios, y las respuestas, deberían estar tan cerca como lo estaban para los videntes y profetas de la antigüedad. El narrador cree que nada está oculto ahora, así como nada lo estuvo antes. Todas las cosas están imbuidas de este poder superior de la misma manera que antes.

Al comienzo de Nada está lejos de Robert Francis, el narrador parece estar cuestionando su espiritualidad. Ha estado buscando alguna señal de Dios en los sonidos de la naturaleza, y jamás la ha encontrado. ¿Por qué? Después de todo, está haciendo todo lo que hicieron los antiguos. Está oyendo los mismos sonidos y viendo las mismas cosas, pero no siente a Dios dentro de ellas. No hay ningún mensaje escondido; sin embargo, el narrador no duda de la presencia de este poder superior, sino que la reinterpreta, a través de sus no-experiencias, concluyendo que, tal vez, esa señal de la presencia divina que tanto anhela se manifiesta a través de su aparente ausencia.

Es muy interesante cómo el narrador de Nada está lejos de Robert Francis intenta razonar la presencia de Dios dentro de los objetos comunes. Ha pasado tiempo [mucho tiempo] desde que los pueblos antiguos vieron dioses en de los árboles, en las rocas, las montañas, el viento, el sol. Esa presencia parece haberse retirado, aunque las cosas siguen siendo las mismas en general. «Nada está lejos que una vez estuvo cerca». Nada, dice, se ha perdido desde la época de los antiguos. Todo está ahí [los árboles, las rocas, las montañas, el viento, el sol], pero de algún modo oscurecidas.




Nada está lejos.
Nothing Is Far, Robert Francis (1901-1987)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Aunque nunca he captado la palabra
de Dios en ningún pájaro que gorjea,
escucho todo lo que escucharon los antiguos.

Aunque no he visto a ninguna deidad
entrar o salir de un árbol crepuscular,
veo todo lo que han visto los videntes.

Una piedra común todavía puede revelar
algo que no es piedra, que no se ve, pero que es real.
¿Qué puede ocultar una piedra común?

Nada está lejos que una vez estuvo cerca.
Nada se oculta que una vez fue evidente.
Nada era Dios que no esté aquí.

Aquí está el pájaro, el árbol, la piedra.
Aquí en el sol me siento solo
entre lo conocido y lo desconocido.


Though I have never caught the word
Of God from any calling bird,
I hear all that the ancients heard.

Though I have seen no deity
Enter or leave a twilit tree,
I see all that the seers see.

A common stone can still reveal
Something not stone, not seen, yet real.
What may a common stone conceal?

Nothing is far that once was near.
Nothing is hid that once was clear.
Nothing was God that is not here.

Here is the bird, the tree, the stone.
Here in the sun I sit alone
Between the known and the unknown.


Robert Francis
(1901-1987)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas metafísicos.


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El análisis, traducción al español y resumen del poema de Robert Francis: Nada está lejos (Nothing Is Far), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«El emperador de los helados»: Wallace Stevens; poema y análisis


«El emperador de los helados»: Wallace Stevens; poema y análisis.




El emperador de los helados (The Emperor of Ice-Cream) es un poema modernista del escritor norteamericano Wallace Stevens (1879-1955), publicado en la antología de 1923: Armonio (Harmonium).

El emperador de los helados, posiblemente el poema de Wallace Stevens más reconocido, es una pieza notablemente ambigua a pesar de describir escenarios bastante familiares. Sabemos que una anciana ha muerto, y que el narrador, en la primera estrofa, da instrucciones a otros para el funeral. En la segunda estrofa, el narrador parece estar en una habitación más tranquila con el cadáver. Aquí, pronuncia una misteriosa súplica para que la realidad sea despojada de apariencias ilusorias.

Superficialmente podemos interpretar El emperador de los helados de Wallace Stevens como un poema que revela el triunfo de la vida sobre el silencio de la muerte. No obstante, esta no es necesariamente una victoria heroica, sino más bien una mirada sobre la naturaleza de la experiencia de la vida y la muerte.

La sintaxis que Wallace Stevens utiliza en El emperador de los helados es vaga, confusa; y eso puede verse de forma más prominente en las últimas líneas de ambas estrofas. Su uso de la extraña imagen de este Emperador de los Helados provoca un cambio de tono desconcertante. ¿Quién es el Emperador de los Helados? ¿Qué significa? No es hasta el final que se aclara el tema del poema: la universalidad de la muerte.

El emperador de los helados de Wallace Stevens comienza con el narrador pidiendo que el oyente busque un hombre fuerte para liar cigarros. Se está produciendo algún tipo de celebración, y su ambiente se atenúa cuando el narrador les dice a todos que sigan actuando como siempre lo han hecho. No hay razón para hacer una ceremonia. Cuando el lector llega a la segunda estrofa, queda claro que el evento en cuestión es la muerte de una mujer. Será enterrada como todos los que la precedieron. No hay forma de escapar de la muerte.

El emperador de los helados es uno de los poemas de Wallace Stevens más populares. Está escrito en un verso libre espectacular, con lenguaje exótico, un interior rico y un mensaje filosófico profundo. Además, tiene mucho helado... y eso fue un problema para mí cuando me acerqué por primera vez a él. Los lectores de El Espejo Gótico sabrán ser indulgentes con esta breve anécdota.

A los doce años [u once, o trece, no estoy seguro] leí la novela de vampiros de Stephen King: Salem's Lot [ver: Drácula visita Salem's Lot]. La segunda parte de la novela se titula El emperador de los helados (The Emperor of Ice-Cream), y además hace varias alusiones al poema. Una de las líneas más enigmáticas es algo que dice Richard Straker [especie de familiar, de Renfield, del vampiro principal] durante una de sus primeras apariciones, tal vez la primera. Dice [estoy parafraseando] algo así como: Vengo del país donde la gente ha conocido la verdadera miseria de la muerte, el hambre y la peste. Pero la miseria de tu pueblo es como la de un niño que deja caer su helado. Algo como eso.

Stephen King probablemente estaba tratando de decir que Straker es el emperador de la miseria, una especie de heraldo de la muerte; pero a mí, en aquel entonces, solo me interesaba conocer más sobre este Emperador de los Helados. Cuando por fin conseguí encontrarlo, me sentí completamente desconcertado. El poema lo tenía todo [helados, una mujer muerta, imágenes fuertes e inusuales], pero no pude procesarlo. En retrospectiva, creo que me sentí perturbado por la conexión entre el helado y un libro tan aterrador. Tanto es así que el nombre se quedó conmigo. Creo que una buena forma de garantizar que un poema te persiga durante la mayor parte de tu vida es encontrarlo por primera vez en una novela sobre vampiros de Stephen King cuando tienes doce años.

El único emperador es el emperador de los helados...

¿Qué significa eso? ¿Cómo se relaciona el helado con la muerte? Bueno, el helado podría representar la vida misma. No tienes poder sobre ella. Te derretirás en algún momento. No se puede congelar el tiempo, pero sí hay alguien que lo gobierna, alguien que puede decidir cuánto tiempo permanecerás con vida [o sin derretirte]; y ese sería el Emperador. Creo que esta explicación nunca me gustó porque no consigo relacionarla con la segunda parte de la novela de Stephen King. En este punto de la historia, la gente comienza a desaparecer, y en algunos casos a morir sin explicación. Hay un miedo atávico que atraviesa a los personajes principales: Susan, Ben, Mark y Matt sienten que ya no tienen control sobre lo que está sucediendo, mientras que Barlow [el vampiro principal] está en absoluto control de la situación, planeando quién morirá, y cuándo, para convertirse en vampiro bajo sus órdenes.

Parece que Stephen King pone más énfasis en la línea que dice: el único emperador es el emperador de los helados que en el mensaje del poema de Wallace Stevens, relacionado con la celebración de la vida. Quizás esto tenga que ver con la incertidumbre que atraviesan los personajes en ese momento de la historia. Su hora de desaparecer podría ser esta noche.

El emperador de los helados de Wallace Stevens es uno de esos poemas que, al terminar de leerlo, plantea un desafío adicional: descifrar las emociones encontradas que produce; en mi caso, una mezcla de atracción y perplejidad; y creo que hasta ahí podemos llegar con este conspicuo análisis. Eventualmente, alguna vez me topé con una frase del autor que muestra exactamente cuáles eran sus intenciones: un poema debe resistir la inteligencia, casi con éxito. El emperador de los helados, entonces, es un poema sensorial, casi onírico, que desafía al lector con inusuales juegos de palabras y un lenguaje exótico. He leído este poema muchas veces, y con cada lectura obtengo imágenes ligeramente diferentes, signo de un gran poema.




El emperador de los helados.
The Emperor of Ice-Cream, Wallace Stevens (1879-1955)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Llama al que hace los grandes cigarros,
a ese musculoso, y dile que bata
cremas concupiscentes en tazones de cocina.
Que las muchachas se recreen con las ropas
que acostumbran usar, y que los chicos
traigan flores en diarios del mes pasado.
Que ser sea final de parecer.
El único emperador es el emperador de los helados.

Toma del aparador de pino,
al que le faltan las tres perillas de vidrio, esa sábana
en la que ella una vez bordó palomas,
y extiéndela de modo que su rostro quede cubierto.
Si sus pies callosos sobresalen, lo hacen
oara mostrar cuán fría está, y callada,
que la lámpara proyecte su rayo.
El único emperador es el emperador de los helados.


Call the roller of big cigars,
The muscular one, and bid him whip
In kitchen cups concupiscent curds.
Let the wenches dawdle in such dress
As they are used to wear, and let the boys
Bring flowers in last month’s newspapers.
Let be be finale of seem.
The only emperor is the emperor of ice-cream.

Take from the dresser of deal,
Lacking the three glass knobs, that sheet
On which she embroidered fantails once
And spread it so as to cover her face.
If her horny feet protrude, they come
To show how cold she is, and dumb.
Let the lamp affix its beam.
The only emperor is the emperor of ice-cream.


Wallace Stevens
(1879-1955)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de Wallace Stevens.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Wallace Stevens: El emperador de los helados (The Emperor of Ice-Cream), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«Gata negra»: Rainer Maria Rilke; poema y análisis


«Gata negra»: Rainer Maria Rilke; poema y análisis.




Gata negro (Schwarze Katze) es un poema gótico del escritor bohemio Rainer Maria Rilke (1875-1926), escrito en 1908.

Gata negra, uno de los mejores poemas de Rainer Maria Rilke, sostiene una teoría interesante sobre los gatos. Si bien un fantasma es invisible, afirma el poeta, todavía puedes entender un poco sus motivaciones; sin embargo, un gato nunca te permitirá descifrar sus secretos (ver: La diferencia entre perros y gatos).

Rainer Maria Rilke es un poeta que utiliza los objetos físicos [el «silencio de su realidad concentrada»] para revelar algo misterioso, inefable, y acaso ominoso, debajo de su aparente simpleza. Al inicio del poema, la mención a los fantasmas nos transporta inmediatamente a un lugar de asombro, precisamente porque el temor que nos despiertan es opuesto, por ejemplo, al que podría producirnos un asesino. Sabemos que un asesino puede hacernos daño, pero un fantasma... bueno, nos infunden miedo por lo que desconocemos de él. No sabemos qué quiere de nosotros, ni cómo puede dañarnos, si es que de hecho puede hacerlo.


Un fantasma, aunque invisible, todavía es algo
en lo que tu mirada puede reflejarse;
pero, en aquella piel negra, esa mirada, aun la más penetrante
se disolverá y finalmente se extinguirá:


Además, cuando uno ve un fantasma, estos parecen reconocer nuestra mirada. Hay un reconocimiento, un propósito [en apariencia] para el momentáneo levantamiento del velo que separa el mundo material del espiritual. A menudo, ese propósito no es aterrorizarnos, sino más bien impartir algún tipo de mensaje. Lo que Rainer MAria Rilke parece estar sugiriendo aquí es que incluso si un fantasma permanece invisible, todavía hay algo lo suficientemente tangible en él como para constituir una especie de eco, algo en lo que nuestra mirada puede resonar. Entonces contrasta esta noción con lo que sucede debajo de la espesa piel negra de un gato: no hay eco, no hay resonancia aquí. Solo absorción.

Gata negra enfatiza la completa absorción de la luz a través de este animal que no devuelve nada a la mirada, al igual que si observáramos el interior de un ataúd bajo tierra. No importa cuán aguda sea tu vista. No importa que tus pupilas se dilaten más allá de las fronteras del iris en el intento. Nadie puede penetrar en el misterio (ver: ¿El Gato Negro de E.A. Poe es una criatura de los mitos celtas?)

En la siguiente stanza, esta característica absorbente del gato se compara con una pared acolchada contra la cual un lunático golpea sus puños. La energía que gasta al hacerlo, se ve recompensada con alivio. Está pacificado. Sin embargo, creo que está mal suponer que Rainer Maria Rilke está recomendando un tratamiento para la ira. De hecho, parece estar sugiriendo que se puede experimentar algo beneficioso incluso si el objeto de nuestra dependencia [o desesperación] no responde.


así, como un loco furioso, cuando nada mas
puede aliviarlo, se desahoga en su oscura noche,
aullando, golpea la pared acolchada, y siente
que su ira se desvanece y se apacigua.


La gata parece estar en un estrado, en una audiencia, presidiendo sumariamente todo lo que se le presenta. Entonces llega la palabra más importante de todo el poema: «pero». No debemos restar importancia a esa palabra. Significa que algunas de las anteriores suposiciones están a punto de ser negadas, o al menos reorganizadas. No hay otro lugar adonde ir después de que Rainer María Rilke despliega la palabra «pero». Sabemos que la gata vuelve su rostro hacia el tuyo,  quey ahora tú eres el fantasma, la aparición sobre la cual resuena la mirada de la gata negra, y tu turno de reconocer que te están observando (ver: Caterina: la verdadera gata negra de Edgar Allan Poe)

La gata no ha estado ausente. Es más consciente de ti de lo que crees. Más sensible de lo que has imaginado. Es por eso que te sientes conmocionado y humillado cuando miras esos ojos. Nunca, mientras miramos a la gata, ella se sorprendió al ser observada de esa manera. ¿Por qué? ¿Y por qué, en el reflejo de esos ojos ambarinos, nos vemos pequeños... no solo como un insecto, sino como un «insecto prehistórico»? ¿Es porque la sabiduría de la gata es tan antigua como la prehistoria humana? ¿Hay algo que aprender de la mirada de un gato?

Rainer Maria Rilke creía en la coexistencia de los reinos material y espiritual, pero los seres humanos eran para él solo espectadores de la vida, captando sus bellezas momentáneamente para perderlas nuevamente. Gata negra retrata un momento en el que esa belleza es captada temporalmente. El resto es misterio, y así debe ser (ver: El gato que quiso atrapar al sol)




Gata negra.
Schwarze Katze, Rainer Maria Rilke (1875-1926)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Un fantasma, aunque invisible, todavía es algo
en lo que tu mirada puede reflejarse;
pero, en aquella piel negra, esa mirada, aun la más penetrante
se disolverá y finalmente se extinguirá:

así, como un loco furioso, cuando nada mas
puede aliviarlo, se desahoga en su oscura noche,
aullando, golpea la pared acolchada, y siente
que su ira se desvanece y se apacigua.

Ella parece ocultar en su piel todas las miradas que alguna vez
la acariciaron, de modo que, como una audiencia,
pueda vigilarlas, amenazante y taciturna,
y enrollarse a dormir con ellas.
Pero súbitamente, como si despertara,
vuelve su cara hacia la tuya;
y, conmocionado, te ves a ti mismo, diminuto,
dentro del ámbar dorado de las orbitas de sus ojos,
suspendido, como un insecto prehistórico.


Ein Gespenst ist noch wie eine Stelle,
dran dein Blick mit einem Klange stößt;
aber da an diesem schwarzen Felle
wird dein stärkstes Schauen aufgelöst:

wie ein Tobender, wenn er in vollster
Raserei in Schwarze stampft,
jählings am benehmenden Gepolster
einer Zelle aufhört und verdampft.

Alle Blicke, die sie jemals trafen,
scheint sie also an sich zu verhehlen,
um darüber drohend und verdrossen
zuzuschauern und damit zu schlafen.
Doch auf einmal kehrt sie, wie geweckt,
ihr Gesicht und mitten in das deine:
und da triffst du deinen Blick im geelen
Amber ihrer runden Augensteine
unerwartet wieder: eingeschlossen
wie ein ausgestorbenes Insekt.


Rainer Maria Rilke
(1875-1926)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de Rainer Maria Rilke.


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«Sueños»: Langston Hughes; poema y análisis


«Sueños»: Langston Hughes; poema y análisis.




Sueños (Dreams) es un poema del escritor norteamericano Langston Hughes (1901-1967), escrito en 1922.

Sueños, uno de los mejores poemas de Langston Hughes, ilustra la importancia de tener sueños, de mantenerlos vivos a pesar de todo. Parece un mensaje elemental, pero en realidad no lo es. Después de todo, no es sencillo aferrarse a los sueños sin importar el obstáculo.

Mantén tus sueños, porque sin ellos el mundo puede ser un lugar despiadado, nos dice Langston Hughes. Sin embargo, prescinde de las virtudes de ese cultivo personal; por el contrario, el mensaje de Sueños tiene que ver con lo que nos sucederá si permitimos que nuestros sueños mueran.

La brevedad de Sueños transmite una sensación de urgencia, como si este mensaje debiera ser enviado con rapidez y eficacia. Langston Hughes elige as palabras cuidadosamente para generar este efecto. Sin embargo, los sueños en sí no son el punto focal del poema, sino más bien la necesidad de no dejar que se marchiten voluntariamente.

Interactuar con el lector de este modo tan directo puede parecer un tanto informal, pero lo cierto es que la importancia del mensaje es tan grande, desde la perspectiva del autor, que para él no vale la pena demorarse ni entrar en formalidades. Al hacerlo se arriesga que el significado del mensaje se pierda en la reflexión. El cambio, Langston Hughes manifiesta claramente su intención desde la primera línea.

Un detalle sutil de Sueños está en las líneas si los sueños mueren. Langston Hughes evita caer en el más eficaz cuando los sueños mueren. El «sí» (if), indica que ese destino no es inevitable, es solo una posibilidad. Esto justifica todo el poema, ya que las personas, para el autor, pueden evitar que sus sueños se marchiten. Pero, ¿cómo? ¿Es una cuestión de voluntad? ¿De capacidad de resiliencia? Los sueños, incluso los más modestos, necesitan ser alimentados constantemente; aunque Langston Hughes se abstiene de compartir la receta.




Sueños.
Dreams, Langston Hughes (1901-1967)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Aférrate a tus sueños
porque si lo sueños mueren
la vida es como un pájaro de alas rotas
incapaz de volar.
Aférrate a tus sueños
porque si los sueños se marchan
la vida es como un campo yermo
cubierto de escarcha.


Hold fast to dreams
For if dreams die
Life is a broken-winged bird
That cannot fly.
Hold fast to dreams
For when dreams go
Life is a barren field
Frozen with snow.


Langston Hughes
(1901-1967)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de Langston Hughes.


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Langston Hughes: poemas


Langston Hughes: poemas.




Langston Hughes —James Mercer Langston Hughes (1901-1967)— fue un destacado poeta norteamericano que retrató las dificultades y sueños de los afroamericanos en una tierra hostil. En este contexto, los poemas de Langston Hughes expresan el sentir de los marginados, los discriminados, y con una agudeza que lo llevó a ser considerado uno de los grandes poetas de su tiempo.

En esta sección de El Espejo Gótico iremos recorriendo los mejores poemas de Langston Hughes.




Poemas de Langston Hughes.
  • A medida que crecía (As I Grew Older)
  • Sueños (Dreams)
  • Boleto de ida (One-Way Ticket)
  • Campos de asombro (Fields of Wonder)
  • El arado de la libertad (Freedom's Plow)
  • El blues cansado (The Weary Blues)
  • El guardián del sueño (The Dream Keeper)
  • Fina ropa a la judía (Fine Clothes to the Jew)
  • La pantera y el látigo (The Panther and the Lash)
  • La última parada de Jim Crow (Jim Crow's Last Stand)
  • Montaje de un sueño diferido (Montage of a Dream Deferred)
  • Poemas escogidos de Langston Hughes (Selected Poems of Langston Hughes)
  • Pregúntale a tu mamá (Ask Your Mama)
  • Querida muerte (Dear Lovely Death)
  • Shakespeare en Harlem (Shakespeare in Harlem)
  • Una nueva canción (A New Song)




Autores en El Espejo Gótico. I Autores con historia.


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«A medida que crecía»: Langston Hughes; poema y análisis


«A medida que crecía»: Langston Hughes; poema y análisis.




A medida que crecía (As I Grew Older) es un poema del escritor norteamericano Langston Hughes (1902-1967), publicado en la antología de 1926: The Weary Blues.

A medida que crecía, posiblemente uno de los mejores poemas de Langston Hughes, expresa la opresión que sufrieron los afroamericanos a principios del siglo XX. El narrador pone el acento en sí mismo, y en cómo su color aparentemente ha sido un obstáculo para alcanzar sus sueños. Eventualmente, a medida que crece, llega a la conclusión de que debe luchar por ellos para poder sobrevivir.

A medida que crecía comparte el tema de la lucha por los derechos que podemos encontrar en otros poemas de Langston Hughes, como Sueños (Dreams) y Harlem (Harlem). Al comienzo del poema, el narrador recuerda un sueño que tuvo hace mucho tiempo y que casi había olvidado. En este contexto, el su voz representa a todos los afroamericanos que tuvieron que renunciar a sus sueños debido a la discriminación y persecución generalizadas en la sociedad estadounidense de principios del siglo XX.

Los niños afroamericanos pueden haber experimentado unos breves años de feliz ignorancia, como el narrador, pero todos eventualmente se darían cuenta de su condición de ciudadanos de segunda, como un muro de injusticia que se eleva para bloquear gradualmente la luz del sol. Sin embargo, el hecho de que el muro se haya levantado no significa que el sueño deje de existir del otro lado. El narrador simplemente no puede verlo.

Langston Hughes emplea deliberadamente el símbolo de una sombra, porque es la raza del narrador el verdadero obstáculo que le impide alcanzar su sueño. Sin embargo, a medida que el poema avanza, su apatía se transforma en determinación, generando un exquisito cambio de energía.

El narrador ordena enérgicamente a sus manos oscuras que atraviesen el muro para acceder a su sueño. Ya no está dispuesto a que este languidezca más allá de su alcance. Quiere romper la oscuridad, aplastar la noche. Es un momento brillante de A medida que crecía, donde el lenguaje cambia progresivamente a medida que el narrador se empodera y ya no siente miedo sobre lo que debe hacer.

La imagen final de A medida que crecía de Langston Hughes es fantástica. El narrador imagina que la sombra se rompe en miles de fragmentos de luz y libera sus sueños. Al enfrentar aquel obstáculo, aparentemente insalvable, encuentra su voz y su propósito en la vida.




A medida que crecía.
As I Grew Older, Langston Hughes (1902-1967)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Fue hace mucho tiempo.
Casi he olvidado mi sueño.
Pero entonces estaba allí,
delante de mí,
brillante como el sol,
mi sueño.
Y luego el muro se levantó,
se levantó lentamente,
poco a poco,
entre mi sueño y yo.
Se levantó hasta tocar el cielo.
El muro.
Sombra.
Soy negro.
Yazgo bajo la sombra.
Ya no es la luz de mi sueño ante mí,
encima mío.
Sólo el grueso muro.
Sólo la sombra.
¡Mis manos!
¡Mis manos oscuras!
¡Rompen el muro!
¡Buscan mi sueño!
Ayúdame a romper esta oscuridad,
aplastar esta noche,
destrozar esta sombra
en mil fragmentos de sol,
¡en mil turbulentos sueños
de sol!


It was a long time ago.
I have almost forgotten my dream.
But it was there then,
In front of me,
Bright like a sun—
My dream.
And then the wall rose,
Rose slowly,
Slowly,
Between me and my dream.
Rose until it touched the sky—
The wall.
Shadow.
I am black.
I lie down in the shadow.
No longer the light of my dream before me,
Above me.
Only the thick wall.
Only the shadow.
My hands!
My dark hands!
Break through the wall!
Find my dream!
Help me to shatter this darkness,
To smash this night,
To break this shadow
Into a thousand lights of sun,
Into a thousand whirling dreams
Of sun!


Langston Hughes
(1902-1967)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas norteamericanos.


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«Ningún hombre es una isla»: John Donne; poema y análisis


«Ningún hombre es una isla»: John Donne; poema y análisis.




Ningún hombre es una isla (No Man Is an Island) —también conocido como: Por quién doblan las campanas— es un poema metafísico del escritor inglés John Donne (1572-1631). Se trata de la Meditación XVII de su obra: Meditaciones (Meditations), a su vez, parte de la obra: Devociones sobre ocasiones emergentes (Devotions upon Emergent Occasions). El poema luego sería reeditado en la antología de 1633: Poemas (Poems).

Ningún hombre es una isla, tal vez uno de los poemas de John Donne más notables, integra dos de las frases más conocidas del autor: «Ningún hombre es una isla» y «Nunca preguntes por quién doblan las campanas, doblan por ti». El poema rechaza la idea de que cada uno puede seguir su propio camino, alejado de los demás. Todos estamos conectados.

El significado de Ningún hombre es una isla de John Donne es claro: no somos seres individuales, sino que pertenecemos a una gran familia, a una raza, la humanidad, y que la muerte de cualquier persona debería ser motivo de sufrimiento y pesar para todos nosotros, precisamente porque el Todo ha perdido una parte de sí.

Es decir que las campanas fúnebres que tocan la muerte de otra persona, también tocan para nosotros, no solo porque la muerte es una parte más de la vida, sino como un recordatorio de que nosotros mismos moriremos algún día.

Cuando John Donne escribió Ningún hombre es una isla se encontraba gravemente enfermo, y su propia muerte, así como el concepto de mortalidad, seguramente estaban presentes en su mente; de ahí que el poema resulte tan vívido, tan sincero.

La fuerza arrasadora de Ningún hombre es una isla no está en su significado, sino en el lenguaje que John Donne decidió utilizar. Habitualmente, sus poemas metafísicos elaboraban una sola idea, la exprimían en una serie de metáforas, y luego la llevaban hacia una conclusión, muchas veces deliberadamente absurda. En Ningún hombre es una isla, John Donne logra un desarrollo de la metáfora más contundente todavía: nadie vive o existe solo, y todos somos parte de algo más grande que nosotros mismos (ver: John Donne y el peligro del amor recíproco).




Ningún hombre es una isla.
No Man Is an Island, John Donne (1572-1631)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Ningún hombre es una isla
por sí mismo.
Cada hombre es una pieza de un continente,
una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra,
toda Europa queda disminuida,
como si fuera un promontorio,
o la casa de uno de tus amigos,
o la tuya propia.
La muerte de cualquiera me afecta,
porque me encuentro unido a toda la humanidad;
por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas;
doblan por ti.


No man is an island,
Entire all by itself,
Every man is a piece of a continent,
A part of the main.
If a clod (stupid person) were washed away by the sea
It would be Europe's loss
Just as much as if a promontory were
Or if your friend's house were.
Or if your home were.
Any man's death diminishes me,
Because I am involved in mankind.
And therefore, never ask who the bell tolls for;
It tolls for you.


John Donne
(1572-1631)




Poemas góticos. I Poemas de John Donne.


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«La llamada»: Charotte Mew; poema y análisis


«La llamada»: Charotte Mew; poema y análisis.




La llamada (The Call) es un poema metafísico de la escritora inglesa Charlotte Mew (1869-1928), publicado de manera póstuma en la antología de 1929: El marinero divagante (The Rambling Sailor).

La llamada, uno de los grandes poemas de Charlotte Mew, es una pieza espléndidamente misteriosa, como una especie de cuento de fantasmas, pero con un profundo simbolismo detrás: una mujer junto al fuego de su hogar, en una noche invernal, oye que alguien llama a la puerta. ¿Quién es? ¿Acaso hay alguien ahí afuera?

Lo que Charlotte Mew revela en este poema es arquetípico, una fuente desconocida de inquietud en una noche silenciosa, tranquila, al calor del hogar. ¿Qué significa esta llamada, este traqueteo en el cristal de la ventana, esta voz incorpórea en el aire? Las posibilidades son muchas, en apariencia, pero todas conducen a una sola respuesta.

Aun en la seguridad del hogar, donde todo es tibio y confortable, uno puede escuchar la llamada de algo que proviene de afuera, algo que nos impulsa a salir de nuestro lugar de confort para aventurarnos en los desconocido. De eso se trata La llamada de Charlotte Mew (ver: La locura hereditaria de Charlotte Mew).

La inacción no es una alternativa realmente, una vez que se oye la llamada. Debemos ir. Debemos dejar la calidez y la comodidad de nuestra sala de estar. Pero las preguntas nos perturban: ¿quiénes somos? ¿Quién es el misterioso visitante? ¿Por qué nos vamos? ¿Acaso sabemos hacia dónde vamos? Aquellos que conozcan la obra de Walter de la Mare seguramente encontrarán familiar este motivo, que se expresa maravillosamente en Los oyentes (The Listeners).

En el caso de Charlotte Mew, La llamada representa los peligros que implica ser una poetisa. Para eso crea un ambiente doméstico, cómodo, donde la narradora vive una vida pasiva. Pero la poesía exige otra cosa. Demanda compromiso, y sobre todo acción. En este contexto, los apegos humanos, esa tendencia a la pasividad del hogar, es representada como un impulso opuesto a la creatividad poética. La llamada no es otra cosa que una convocatoria a la acción, a salir de ese estado de comodidad y aventurarse en el frío de la noche, para convertirse en uno mismo en esa voz inarticulada que llama a otros a la aventura.




La llamada.
The Call, Charlotte Mew (1869-1928)

Desde nuestro lugar junto al fuego
donde dormimos, soñamos y observamos el resplandor
o rastrillamos las cenizas, deteniéndonos
para que apenas viéramos el sol o la lluvia arriba,
o mucho más alto
que este mismo fuego rojo o apagado.
Esta noche escuchamos una llamada,
un traqueteo en el cristal de la ventana,
una voz en el aire agudo,
y sentimos un aliento agitando en nuestro cabello,
una llama dentro de nosotros:
algo rápido y alto entró y salió, y eso fue todo.
¿Era un ángel brillante u oscuro? ¿Quien puede saberlo?
No dejó ninguna marca en la nieve,
pero de repente rompió la cadena,
abrió de par en par la puerta
que no volverá a cerrarse;
y ya no podemos sentarnos más aquí.
Debemos levantarnos y partir:
el mundo es frío y oscuro,
y está cubierto de misterio, enemistad y duda,
pero debemos ir, aunque no sabemos
quién llamó o qué marcas dejaremos en la nieve.


From our low seat beside the fire
Where we have dozed and dreamed and watched the glow
Or raked the ashes, stopping so
We scarcely saw the sun or rain
Above, or looked much higher
Than this same quiet red or burned-out fire.
Tonight we heard a call,
A rattle on the window pane,
A voice on the sharp air,
And felt a breath stirring our hair,
A flame within us: Something swift and tall
Swept in and out and that was all.
Was it a bright or a dark angel? Who can know?
It left no mark upon the snow,
But suddenly it snapped the chain
Unbarred, flung wide the door
Which will not shut again;
And so we cannot sit here any more.
We must arise and go:
The world is cold without
And dark and hedged about
With mystery and enmity and doubt,
But we must go
Though yet we do not know
Who called, or what marks we shall leave upon the snow.


Charlotte Mew
(1869-1928)




Poemas góticos. I Poemas de Charlotte Mew.


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E.E. Cummings: poemas destacados


E.E. Cummings: poemas destacados.




E.E. Cummings (1894-1962) fue un importante poeta estadounidense que desafió las leyes de la sintaxis, de la gramática, en favor de un efecto poético verdaderamente ingenioso. En este contexto, los poemas de E.E. Cummings forman parte de a vanguardia de la época, y aun hoy, después de tanto tiempo, continúan vigentes incluso en su aspecto experimental.

En esta segmento iremos repasando los poemas de E.E. Cummings más destacados.




Poemas de E.E. Cummings.
  • En algún lugar al que nunca he viajado (Somewhere I Have Never Travelled)
  • Nadie, ni siquiera la lluvia (Nobody, Not Even the Rain)
  • 1 × 1 (1 × 1)
  • 1/20 (1/20)
  • 50 poemas (50 Poems)
  • Antropos o El futuro del arte (Anthropos or The Future of Art)
  • CIOPW (CIOPW)
  • Cuentos de hadas (Fairy Tales)
  • Eimi (Eimi)
  • La habitación enorme (The Enormous Room)
  • No gracias (No Thanks)
  • Ocho poetas de Harvard (Eight Harvard Poets)
  • Poemas (Poems)
  • Poemas escogidos (Collected Poems)
  • Puella Mea (Puella Mea)
  • Santa Claus (Santa Claus)
  • Tom (Tom)
  • Tulipanes y chimeneas (Tulips and Chimneys)
  • ViVa (ViVa)
  • Xaipe (Xaipe)




Autores en El Espejo Gótico. I Autores con historia.


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«El cómo y el por qué»: Alfred Tennyson; poema y análisis


«El cómo y el por qué»: Alfred Tennyson; poema y análisis.




El cómo y el por qué (The "How" and the "Why") es un poema victoriano del escritor inglés Alfred Tennyson (1809-1892), publicado en la antología de 1830: Poemas principalmente líricos (Poems, Chiefly Lyrical).

El cómo y el por qué, uno de los grandes poemas de Alfred Tennyson, plantea una serie de interrogantes realmente interesantes que abarcan desde lo más pequeño y cotidiano de la vida a las grandes abstracciones del universo, como el tiempo, la muerte y la eternidad.

Ambos extremos, entre lo grande y lo pequeño, entre lo inconcebible y lo diminuto, se unen en la necesidad del hombre de preguntar el cómo y el porqué de las cosas, aún cuando no haya respuesta posible que no incluya, al menos, un nuevo interrogante.




El cómo y el por qué.
The "How" and the "Why", Alfred Tennyson (1809-1892)

Soy el pretendiente de cualquier hombre,
si es que alguno pretende enseñarme:
algunos dicen que esta vida es agradable,
otros piensan que se acelera:
en el tiempo no hay presente,
en la eternidad no hay futuro,
en la eternidad no hay pasado.
Nos reímos, lloramos, nacemos, morimos,
¿quién me dirá el cómo y el por qué?

La espadaña saluda con la cabeza a su hermano,
las flores se susurran unas a otras:
¿Qué es lo que dicen? ¿Qué hacen allí?
¿Por qué dos y dos hacen cuatro? ¿Por qué lo redondo no es cuadrado?
¿Por qué las rocas se detienen y las ligeras nubes vuelan?
¿Por qué el pesado roble gime y los sauces blancos suspiran?
¿Por qué lo profundo no es alto, y lo alto no es profundo?
¿Nos despertamos, o nos dormimos?
¿Dormimos o morimos?
¿Cómo estás tu? ¿Por qué soy yo?
¿Quién me explicará el cómo y el por qué?

El mundo es algo; continúa de alguna manera;
pero ¿cuál es el significado de entonces y ahora?
Siento que hay algo; ¿pero cómo y qué?
Sé que hay algo; ¿pero qué y por qué?
No puedo decir si eso es algo soy yo.

El pichón pía: ¿por qué?, ¿por qué?
en los bosques estivales, cuando el sol cae
y el gran pájaro se sienta en la rama opuesta,
y mira su rostro y grita: ¿cómo?, ¿cómo?
Y el búho negro se desliza por el suave crepúsculo
y canta: ¿cómo?, ¿cómo?, toda la noche.

¿Por qué se va la vida cuando la sangre se derrama?
¿Qué es la vida? ¿Dónde está el alma?
¿Por qué una iglesia se construye con un campanario,
y una casa con una chimenea?
¿Quién me explicará el cómo y el qué?
¿Quién me explicará el qué y el por qué?


I am any man's suitor,
If any will be my tutor:
Some say this life is pleasant,
Some think it speedeth fast:
In time there is no present,
In eternity no future,
In eternity no past.
We laugh, we cry, we are born, we die,
Who will riddle me the how and the why?

The bulrush nods unto its brother,
The wheatears whisper to each other:
What is it they say? What do they there?
Why two and two make four? Why round is not square?
Why the rocks stand still, and the light clouds fly?
Why the heavy oak groans, and the white willows sigh?
Why deep is not high, and high is not deep?
Whether we wake, or whether we sleep?
Whether we sleep, or whether we die?
How you are you? Why I am I?
Who will riddle me the how and the why?

The world is somewhat; it goes on somehow;
But what is the meaning of then and now?
I feel there is something; but how and what?
I know there is somewhat; but what and why?
I cannot tell if that somewhat be I.

The little bird pipeth, "why? why?"
In the summerwoods when the sun falls low
And the great bird sits on the opposite bough,
And stares in his face and shouts, "how? how?"
And the black owl scuds down the mellow twilight,
And chaunts, "how? how?" the whole of the night.

Why the life goes when the blood is spilt?
What the life is? where the soul may lie?
Why a church is with a steeple built;
And a house with a chimneypot?
Who will riddle me the how and the what?
Who will riddle me the what and the why?


Alfred Tennyson
(1809-1892)




Poemas góticos. I Poemas de Alfred Tennyson.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Alfred Tennyson: El cómo y el porqué (The "How" and the "Why"), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com



Lo más visto esta semana en El Espejo Gótico:

Análisis de «Christabel» de Samuel Coleridge.
Poema de Elizabeth Akers Allen.
Relato de Carl Jacobi.


Poema de Amy Lowell.
Poema de Dora Sigerson Shorter.
Poema de Thomas Lovell Beddoes.