¿El Gato Negro de E.A. Poe es una criatura de los mitos celtas?


¿El Gato Negro de E.A. Poe es una criatura de los mitos celtas?




¿Es el Gato Negro de Edgar Allan Poe una criatura de los mitos celtas? Nadie, que yo sepa, ha estimado seriamente esta posibilidad, de manera tal que intentaremos avanzar con cautela, casi en puntas de pie, para que que no se desmorone prematuramente.

Uno de los relatos de Edgar Allan Poe más oscuros es El gato negro (The Black Cat), publicado en la edición del 19 de agosto de 1849 del periódico United States Saturday Post, y luego reeditado en la antología de 1850: Las obras del difunto Edgar Allan Poe (The Works of the Late Edgar Allan Poe). Mucho se ha escrito sobre su significado oculto, sus símbolos, pero muy poco acerca del verdadero protagonista de la historia, quien acaso podría pertenecer a los mitos celtas.

Comencemos por dar un breve repaso de El gato negro:

Un sujeto alcohólico se ensaña con su gato negro, llamado Plutón (Pluto), a quien inicialmente le perfora un ojo y luego decide colgarlo. Tras ese crimen su casa se incendia, lo cual lo lleva a creer que existe algún tipo de relación entre los dos hechos. Más adelante encuentra a otro gato, casi idéntico a Plutón, incluso con un ojo perforado, pero con una pequeña mancha o franja blanca en el pecho, y lo adopta.

La culpa por haber matado al primer gato negro hace que el narrador sienta un miedo atroz por su nuevo felino. Ebrio, decide matarlo con un hacha, pero su esposa se interpone, y termina matándola accidentalmente.

Es lógico suponer que un gato llamado Plutón, nombre de un dios romano que, a su vez, se conecta con Hades, el dios del inframundo de los mitos griegos, nada tiene que ver con la mitología celta. Esa suposición no solo es justificable, sino rigurosamente veraz. El gato negro del título del relato no es Plutón, sino el segundo animal, quien termina desencadenando la tragedia.

Ahora bien, el narrador de El gato negro no es fiable en términos de salud mental —así como los de otros relatos de Edgar Allan Poe, por ejemplo, el de Berenice (Berenice) o el de El corazón delator (The Tell-Tale Heart)—; de hecho, él mismo se considera un loco.

En este punto es importante entender que, dentro de la filosofía de E.A. Poe, la locura no es un estado de desconexión con la realidad, sino la forma más sublime de la inteligencia; es decir, un estado que conecta al ser con los niveles superiores de la consciencia, los cuales pueden ser francamente aterradores.

Edgar Allan Poe establece el grado de locura del narrador de diversas formas, entre ellas, el alcoholismo. Al principio, él mismo se declara como un amante de los animales, lo cual contrasta con su misantropía y su misoginia.

Es, en esencia, un psicópata; que acaso considera que su esposa también es una mascota. El narrador no es consciente de todo esto, solo sabe que le gustan los animales y que desconfía de los humanos. Su incapacidad para comprender estos rasgos presagia la misma impericia para explicar los motivos detrás de sus horrorosas acciones.

La presencia de Plutón nos hace pensar rápidamente en la superstición del gato negro, pero no es hacia allí donde apunta Edgar Allan Poe. De hecho, en el breve ensayo: Instinto vs. Razón: un gato negro (Instinct vs Reason: A Black Cat) se permite bromear al respecto.


El autor de este artículo es el dueño de uno de los más notables gatos negros en el mundo; y esto es decir mucho, ya que muchos recordarán que todos los gatos negros son en realidad brujas.

(The writer of this article is the owner of one of the most remarkable black cats in the world, and this is saying much; for it will be remembered that black cats are all of them witches)


Aquí, E.A. Poe hace referencia a Caterina, su gata negra, quien lo acompañó en la etapa convalecencia de su esposa, Virgina Clemm, y varios años después de su fallecimiento.

Al principio del cuento, Plutón es un personaje más o menos neutral, que se convierte en antagonista del narrador cuando éste se vuelca hacia la bebida. El pobre gato, quien hasta entonces siempre se ha mantenido fiel a su amo, de repente es visto como una criatura maléfica, quizás una bruja o un espíritu familiar, aunque nada en el comportamiento del felino haga pensar en esa posibilidad. No obstante, todo lo contrario ocurre cuando aparece el segundo gato:


Era un gato negro, enorme, tan corpulento como Plutón, al que se parecía en todo menos en un pormenor: Plutón no tenía un solo pelo blanco en todo el cuerpo, pero éste tenía una marca ancha y blanca, aunque de forma indefinida, que le cubría casi toda la región del pecho.

(It was a black cat —a very large one— fully as large as Pluto, and closely resembling him in every respect but one. Pluto had not a white hair upon any portion of his body; but this cat had a large, although indefinite splotch of white, covering nearly the whole region of the breast.)


Este gato negro es quien se venga del narrador por el crimen cometido contra su predecesor. Sus dos principales características —la física (gato negro con una franja blanca en el pecho), y la sobrenatural (como vehículo de una venganza)—, son las mismas que podemos encontrar en una criatura de los mitos celtas, llamada Cat Sìth: un espíritu que asume la forma de un gato negro con una mancha o franja blanca en el pecho.

La leyenda sostiene que el Cat Sìth solo atormenta a quienes han cometido algún tipo de crimen, y han logrado salir impunes. No se trata de un dios realmente, sino de una criatura sobrenatural que puede asumir nueve veces la forma de un gato de estas características.

Su venganza nunca es directa, es decir, nunca mata a sus víctimas él mismo, sino que frecuentemente los induce a la culpa, la locura, y finalmente al suicidio.

Esta metodología —Culpa, locura y muerte— es prácticamente idéntica a la del segundo gato negro en el cuento de E.A. Poe.

No podemos probar que el autor conociera esta leyenda celta, desde luego, pero tampoco puede probarse que no la conociera. De hecho, las similitudes son lo suficientemente significativas como para plantear una posibilidad bastante concreta.





Taller literario. I Relatos de Edgar Allan Poe.


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1 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buen artículo. La verdad no me había dado cuenta, aunque ahora me doy cuenta q es incluso bastante evidente q el segundo felino sea ciertamente un cat sith. Con respecto a si Poe conocía o no la leyenda, tambien es probable q sí, teniendo en cuenta q él era de Nueva Inglaterra, una zona donde las historias tanto británicas como celtas, del viejo continente, eran muy conocidas, aun mas por alguien como él imagino. Gran artículo!



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