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Ciclo Harry Dickson: el detective de Jean Ray


Ciclo Harry Dickson: el detective de Jean Ray.




El ciclo Harry Dickson agrupa una serie de relatos de detectives del escritor belga Jean Ray. No se trata de un detective común y corriente, sino del Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle.

Harry Dickson es una respuesta a la alta demanda de relatos de Sherlock Holmes, los cuales no siempre eran traducidos al francés con la rapidez que ansiaban sus lectores, de modo que algunos editores encargaron la creación de un detective que, en esencia, sea una réplica casi exacta del personaje de Arthur Conan Doyle.

A continuación iremos recorriendo el ciclo Harry Dickson, dentro del cual podemos encontrar algunos de los mejores cuentos de Jean Ray.




Ciclo Harry Dickson.
  • El extraño resplandor verde (L'étrange lueur verte)
  • La resurrección de la Gorgona (La résurrection de la Gorgone)
  • Al rescate de Francia (Au secours de la France)
  • Cric-Croc, los muertos en el hábito (Cric-Croc, le mort en habit)
  • El alambre de cobre (Un fil de cuivre)
  • El camino de los dioses (Le chemin des dieux)
  • El caso Bardouillet (L'affaire Bardouillet)
  • El caso de Maud Wantey (Le cas de Maud Wantey)
  • El caso más difícil (Les plus difficiles de mes causes)
  • El castigo de Foyle (Le châtiment des Foyle)
  • El científico invisible (Le savant invisible)
  • El club de los villanos (Le club des hommes vilains)
  • El decapitado viviente (Le décapité vivant)
  • El demonio púrpura (Le démon pourpre)
  • El diablo en su prisión (Le diable dans sa prison)
  • El enigma de la esfinge (L'énigme du Sphinx)
  • El enigmático Tiger Brand (L'énigmatique Tiger Brand)
  • El ermitaño del pantano del diablo (L'ermite du Marais du Diable)
  • El espantoso prometido (L'effroyable fiancé)
  • El estudio rojo (Le studio rouge)
  • El fantasma de las ruinas rojas (Le fantôme des ruines rouges)
  • El gabinete del doctor Selles (Le cabinet du docteur Selles)
  • El hombre del mosquete (L'homme au mousquet)
  • El hombre lobo (Le loup-garou)
  • El jardín de las furias (Le jardin des furies)
  • El misterio del bosque (Le mystère de la forêt)
  • El misterio de los siete locos (Le mystère des sept fous)
  • El misterioso Horla (Le mystérieux Horle)
  • El monstruo blanco (Le monstre blanc)
  • El problema de Blessington (Le problème Blessington)
  • El profesor Krausse (Le professeur Krausse)
  • El pulpo negro (La pieuvre noire)
  • El retrato del señor Rigott (Le portrait de Mr. Rigott)
  • El rey de la medianoche (Le roi de minuit)
  • El ritual de la muerte (Le rituel de la mort)
  • El secreto de la Casa Bray (Le secret de Bray House)
  • El silbato de la muerte (Le sifflet de la mort)
  • El singular señor Hingle (Le singulier Mr. Hingle)
  • El templo de hierro (Le temple de fer)
  • El vampiro de ojos rojos (Le vampire aux yeux rouges)
  • El vampiro que canta (Le vampire qui chante)
  • El verdadero secreto del hotel Palmer (Le véritable secret du Palmer Hotel)
  • El whisky del señor Bitterston (Le whisky de monsieur Bitterstone)
  • La ametralladora Musgrave (La mitrailleuse Musgrave)
  • La aventura de una noche (L'aventure d'un soir)
  • La aventura española (L'aventure espagnole)
  • La banda de la araña (La bande de l'araignée)
  • La cama del diablo (Le lit du Diable)
  • La carpa de los misterios (La tente aux mystères)
  • La casa de las alucinaciones (La maison des hallucinations)
  • La casa del gran peligro (La maison du grand péril)
  • La casa embrujada de Fulham Road (La maison hantée de Fulham Road)
  • La cigüeña azul (La cigogne bleue)
  • La ciudad del extraño pavor (La cité de l'étrange peur)
  • La conspiración fantástica (La conspiration fantastique)
  • La corte del terror (La cour d'épouvante)
  • La cruz de Lorena (La croix de Lorraine)
  • La desaparición del señor Byslop (La disparition de Monsieur Byslop)
  • La estrella de siete puntas (L'étoile à sept branches)
  • La gran sombra (La grande ombre)
  • La habitación embrujada (La chambre hantée)
  • La hierba de los monstruos (L'herbe des monstres)
  • La isla del terror (L'île de la terreur)
  • La isla de monsieur Rocamir (L'île de monsieur Rocamir)
  • La noche de Barcelona (La nuit de Barcelone)
  • La noche del pantano (La nuit du marécage)
  • La piedra lunar (La pierre de lune)
  • Las aguas infernales (Les eaux infernales)
  • La sala 113 (La chambre 113)
  • Las momias desvanecidas (Les momies évanouies)
  • Las noches aterradoras de Fellston (Les nuits effrayantes de Fellston)
  • Las pinturas embrujadas (Les tableaux hantés)
  • Las estrellas de la muerte (Les étoiles de la mort)
  • Las ideas del señor Triggs (Les idées de Monsieur Triggs)
  • La silla 27 (Le fauteuil 27)
  • Las memorias de Harry Dickson (Les mémoires de Harry Dickson)
  • Las prodigiosas veinticuatro horas (Les vingt-quatre heures prodigieuses)
  • Las siete sillas pequeñas (Les sept petites chaises)
  • Las siete villas (Les sept villas)
  • La terrible noche del zoológico (La terrible nuit du zoo)
  • Los enigmas de la mansión Rules (Les énigmes de la maison Rules)
  • Los espectros ejecutores (Les spectres-bourreaux)
  • Los guardianes del golfo (Les gardiens du gouffre)
  • Los ladrones de mujeres del barrio chino (Les voleurs de femmes de Chinatown)
  • Los misteriosos estudios del doctor Drum (Les mystérieuses études du docteur Drum)
  • Los ojos de la luna (Les yeux de la Lune)
  • Los tres círculos del terror (Les trois cercles de l'épouvante)
  • Los vengadores del diablo (Les vengeurs du Diable)
  • Mysteras (Mysteras)
  • Plantas de la muerte (Usines de mort)
  • Robamos a un hombre (On a volé un homme!)
  • Sobre el asesinato del señor Parkinson (On a tué Monsieur Parkinson)
  • Turckle, el negro (Turckle-le-Noir)
  • X-4 (X-4)




Antologías. I Relatos de Jean Ray.


El artículo: Ciclo Harry Dickson: el detective de Jean Ray fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

Clausuramos «Jurassic Park»: historia de los dinosaurios en la literatura


Clausuramos «Jurassic Park»: historia de los dinosaurios en la literatura.




Si aún en pleno siglo XXI los dinosaurios continúan fascinándonos, haciendo rentables enormes producciones cinematográficas, algunas sin demasiada imaginación, qué decir de la época en la cual la teoría de la evolución de las especies continuaba siendo discutida. En definitiva, los dinosaurios son un motivo cultural, universal; y, como tal, la literatura los exprimió al máximo.

Los dinosaurios están en todas partes, incluso en sitios en donde jamás esperaríamos encontrarlos.

En el poema In Memoriam (In Memoriam, 1850), de Alfred Tennyson, se los define como «dragones del pasado» (Dragons of the prime); no ya como metáfora, sino debido a que la palabra dinosaurio era relativamente nueva e inadecuada para la poesía. Por otra parte, en Casa desolada (Bleak House, 1853), de Charles Dickens, se imagina a un megalosaurio caminando tranquilamente por Holborn Hill.

Desde luego, no podemos decir que Dickens y Tennyson realmente escribieron acerca de los dinosaurios, sino más bien que los aprovecharon en términos simbólicos y dentro de un contexto totalmente alejado de la ciencia ficción.

¿Pero cómo deberíamos clasificar las historias de dinosaurios?

Siendo que el ser humano y los dinosaurios no convivieron, todas sus historias necesariamente deben apelar a ciertos recursos y géneros que van desde la ciencia ficción a lo fantástico, pasando por una enorme variedad de subgéneros.

De hecho, los dinosaurios forjaron un subgénero literario completamente nuevo, conocido como Lost World, o Mundo Perdido; cuyo nombre homenajea a la novela de Arthur Conan Doyle: El mundo perdido (The Lost World, 1912), donde el profesor Challenger encabeza una expedición a la selva amazónica venezolana y encuentra toda clase de criaturas prehistóricas. Si bien es cierto que los dinosaurios ocupan un rol menor en la historia, sobre todo en comparación con la gran cantidad de homínidos primitivos y criaturas de un pasado inconcebiblemente remoto que allí aparecen, El mundo perdido es recordada como una de las primeras novelas en utilizar a los dinosaurios en el presente.

Dentro de este subgénero podemos añadir a El lagarto de Lemuria (The Wizard of Lemuria), de Lin Carter, primera obra del ciclo de Thongor acerca del continente perdido de Lemuria y sus aterradoras criaturas prehistóricas. También a El rostro en el abismo (The Face in the Abyss, 1931), de Abraham Merritt, donde un intrépido ingeniero que estudia las ruinas Incas en Sudamérica descubre la existencia de una corte de serpientes colosales, antiguamente consideradas como dioses, que aún sobreviven y ansían recuperar su pasado de gloria.

A propósito de los mitos precolombinos, Las piedras de Nomuru (The Stones of Nomuru), de L. Sprague de Camp, viaja a la mítica Kukulka, en este caso, un planeta interdimensional en donde aún pueden encontrarse dinosaurios y toda clase de criaturas del pasado.

El ciclo Pellucidar (Pellucidar), de Edgar Rice Burroughs, está infestado de dinosaurios, los cuales habitan en una especie de reino subterráneo, donde también encontramos humanos prehistóricos conviviendo con una raza de reptilianos con poderes psíquicos; combinación extraña pero no inédita en la literatura.

En todas las novelas de este ciclo —En el centro de la Tierra (At the Earth's Core), Pellucidar (Pellucidar), Tanar de Pellucidar (Tanar of Pellucidar), Tarzán en el centro de la Tierra (Tarzan at the Earth's Core), De vuelta a la Edad de Piedra (Back to the Stone Age), Tierra del terror (Land of Terror) y Salvaje Pellucidar (Savage Pellucidar)— podemos encontrar las más variadas especies de dinosaurios.

Uno de los primeros en pensar a los dinosaurios dentro del subgénero de la Tierra Hueca (Hollow Earth), fue nada menos que Julio Verne. En Viaje al centro de la Tierra (Voyage au centre de la terre), de 1863, accedemos a un vasto continente subterráneo poblado con diversas criaturas prehistóricas, entre ellas, los dinosaurios, aunque estos poseen un valor apenas decorativo para el argumento.

Prácticamente no existe sitio en el planeta en el que no existan dinosaurios literarios:

En Más allá de la gran muralla del sur (Beyond the Great South Wall, 1899), de Frank Savile, descubrimos a una inquietante variedad de brontosaurios viviendo en la Antártida. Cuando Londres cayó (When London Fell, 1937), de W.J. Passingham, revela la existencia de dinosaurios viviendo en los túneles del subterráneo de Londres. Y Las siluetas de la noche (The Night Shapes, 1962), de James Blish, coloca a los últimos dinosaurios viviendo en un remoto valle de África.

La idea de que es posible revivir a los dinosaurios a través de la ciencia tiene su inicio literario en El monstruo del lago LaMetrie (The Monster of Lake LaMetrie, 1899), de Wardon Allan Curtis, donde un científico loco consigue criar a un dinosaurio para luego transplantarle un cerebro humano, con consecuencias previsiblemente nefastas para la humanidad.

Durante la era victoriana, la ciencia percibió a los dinosaurios como máquinas de matar; y la literatura continuó este vago prejuicio hasta convertirlo en un icono cultural. No hay forma de escribir sobre los dinosaurios si estos no se dedican exclusivamente a devorar humanos. La mayoría de los ejemplos cinematográficos de nuestro tiempo evidencian claramente que ese motivo no ha variado demasiado.

Otra manera de acceder a una realidad poblada por los dinosaurios es agotando las infinitas posibilidades del Viaje en el Tiempo.

En este sentido, existen muchísimas historias que nos trasladan hacia el pasado en una máquina del tiempo para conocer personalmente a los dinosaurios: El ruido de un trueno (A Sound of Thunder), de Ray Bradbury, Un arma para dinosaurios (A Gun for Dinosaur, L. Sprague de Camp), Pobre pequeño guerrero (Poor Little Warrior, Brian Aldiss), son ejemplos notables de viajes en el tiempo y dinosaurios.

Dentro de esta línea incluso podemos citar a un personaje que viajó en el tiempo para registrar la extinción de los dinosaurios: el protagonista de Después del amanecer (Before the Dawn, 1934), de John Taine.

De similar argumento, pero superior en términos de ejecución, se encuentra El día de los cazadores (Day of the Hunters, 1950), de Isaac Asimov, donde un científico viaja al pasado para estudiar la extinción de los dinosaurios, y descubre que estos fueron exterminados por una raza de reptilianos, sus descendientes, del mismo modo en que el Homo Sapiens precipitaría la extinción de la megafauna de su tiempo; por ejemplo, el mamut.

Claro que hay historias en las que los dinosaurios no se extinguieron en absoluto. Algunas ya las hemos mencionado; otras, sin embargo, examinan la posibilidad de que los dinosaurios fueron evolucionando. Por ejemplo, en Al oeste del Edén (West of Eden), de Harry Harrison, los dinosaurios evolucionaron hasta alcanzar un grado rudimentario pero letal de inteligencia. Esta raza de reptilianos disputó la supremacía en la cadena alimentaria al enfrentarse con los primeros grupos organizados de Homo Sapiens.

En otros casos, la evolución de los dinosaurios en sociedades altamente complejas ocurre en universos paralelos, como el diseñado por Robert Sheckley en Dimensión de milagros (Dimension of Miracles), donde los herederos de los dinosaurios forman una civilización similar a la nuestra, aunque con hábitos sedentarios más propicios para seres de sangre fría.

Tampoco es necesario esperar a Jurassic Park para encontrar un parque de diversiones poblado de dinosaurios. En Los parasaurianos (The Parasaurians, 1969), de Robert Wells, se nos presenta un inquietante parque temático habitado con toda clase de dinosaurios, aunque con la salvedad de que no son reales, sino robots. Naturalmente, estos pierden el control y empiezan a cazar y a matar a los desprevenidos visitantes.

También es importante señalar que, mucho antes de que Michael Crichton publicara Jurassic Park (Jurassic Park, 1990), la ciencia ficción ya había pensado en la posibilidad de crear y clonar dinosaurios a partir de muestras de ADN; por ejemplo, en Temporada de caza (The Hunting Season, 1951), de Frank M Robinson; o en Rutas (Roadmarks, 1979), de Roger Zelazny, donde se describe el arduo proceso de clonar a un tiranosaurio.




Universo Pulp. I Taller de literatura.


Más literatura gótica:
El artículo: Clausuramos «Jurassic Park»: historia de los dinosaurios en la literatura fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«Un extraño manuscrito hallado en un cilindro de cobre»: James De Mille.


«Un extraño manuscrito hallado en un cilindro de cobre»: James De Mille.




Un extraño manuscrito hallado en un cilindro de cobre (A Strange Manuscript Found in a Copper Cylinder) es una novela de ciencia ficción del escritor James De Mille (1833-1880), publicada de manera póstuma en 1888.

Un extraño manuscrito hallado en un cilindro de cobre, una de las mejores novelas de James De Mille, nos ubica en una Antártida casi tropical, habitada por monstruos prehistóricos y una tribu de adoradores de la muerte llamados Kosekin.

Un extraño manuscrito hallado en un cilindro de cobre recupera la tradición de Edgar Allan Poe y su gran novela sobre una Antártida habitada por abominables criaturas: La narración de Arthur Gordon Pym de Nantucket (The Narrative of Arthur Gordon Pym of Nantucket), y su relato: Manuscrito hallado en una botella (Ms. Found in a Bottle).[ver: ¡Tekeli-li!: análisis de «La narración de Arthur Gordon Pym»]

De esta forma la novela de James De Mille anticipa algunos elementos esenciales del género del Mundo Perdido (Lost World), inmortalizados en El mundo perdido (The Lost World) de Arthur Conan Doyle, y La tierra que el tiempo olvidó (The Land That Time Forgot) de Edgar Rice Burroughs.

La novela relata las aventuras de Adam More, un marino británico que sobrevive al naufragio del buque con destino a Tasmania. Luego de atravesar un enigmático pasaje subterráneo, tal vez de origen volcánico, el protagonista descubre este asombroso mundo perdido lleno de plantas animales prehistóricos que se sostienen en el frío antártico gracias a las propiedades de sus volcanes.

La historia de Adam More queda registrada en una serie de manuscritos, sellados en un cilindro de cobre, que luego serán hallados por cuatro navegantes. Allí se describe, sobre todo, la cultura de los terribles Kosekin, cuya lengua recuerda algunas variaciones semitas notablemente antiguas.




Novelas de ciencia ficción. I Novelas góticas.


El análisis y resumen de la novela de James De Mille: Un extraño manuscrito hallado en un cilindro de cobre (A Strange Manuscript Found in a Copper Cylinder) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«La guerra de los mundos: con sangre, tripas y zombis»: Eric Brown.


«La guerra de los mundos: con sangre, tripas y zombis»: Eric Brown.




La guerra de los mundos: con sangre, tripas y zombies (The War of the Worlds, Plus Blood, Guts and Zombies) es una novela de zombies del escritor Eric Brown, publicada en 2014.

Se trata de una adaptación del clásico de H.G. Wells: La guerra de los mundos (The War of the Worlds), publicado en 1898, donde se describe una sangrienta invasión marciana a la Tierra; de hecho, la primera invasión alienígena en la historia de la novela de ciencia ficción.

En este caso el escenario es el mismo que desarrolla H.G. Wells: los invasores marcianos descienden sobre el planeta y esparcen el pánico y la destrucción a lo largo de la Inglaterra victoriana. No obstante, los Trípodes, feroces máquinas de guerra, vacían sus armas sobre la población y diseminan los campos con una sustancia que, para sorpresa de invasores e invadidos, tiene efectos secundarios francamente indeseables.

Miles de zombis se alzan de sus tumbas, lo cual convierte el escenario pensado por H.G. Wells en un verdadero pandemonio surrealista.

El narrador de la historia no solo debe sobrevivir al apocalípsis alienígena, sino evitar caer en las garras de los zombis, que tampoco se rehúsan a la carne marciana.

No es la primera vez que La guerra de los mundos es adaptada, o mutilada, por seguidores ávidos de continuar la historia. Por allí anda La noche de las tortugas (Night of the Cooters), de Howard Waldrop, donde se desarrolla la misma invasión alienígena propuesta por H.G. Wells pero fuera de Gran Bretaña, en este caso, a través de un comisario de Texas. También Demonios forasteros (Foreign Devils), de Walter Jon Williams, que sitúa la invasión sobre China.

Jean-Pierre Guillet también aportó lo suyo a la mitología de H.G. Wells. Su novela: La jaula de Londres (La Cage de Londres), funciona como una secuela de La guerra de los mundos que relata una nueva invasión marciana a Londres.

Pero tal vez la más extraña y fascinante adaptación del clásico de H.G. Wells sea la novela de Manly Wade Wellman:La guerra de los mundos de Sherlock Holmes (Sherlock Holmes' War of the Worlds), de 1975, donde los detectives de Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes, y el Profesor Challenger, se ven enfrascados en el medio de la invasión alienígena sobre Londres.




Novelas de zombis. I Novelas de H.G. Wells.


El resumen de la novela de Eric Brown: La guerra de los mundos: con sangre, tripas y zombies (The War of the Worlds, Plus Blood, Guts and Zombies) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

Relatos del Profesor Challenger: el otro Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle.


Relatos del Profesor Challenger: el otro Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle.




George Edward Challenger —más conocido como Profesor Challenger— es un personaje creado por Arthur Conan Doyle (1859-1930).

En clara oposición a otro personaje clásico del relato de detectives creado por Arthur Conan Doyle: Sherlock Holmes, hombre de lúcidos razonamientos y personalidad analítica, el Profesor Challenger manifiesta todos los síntomas de un intelecto agresivo y dominante.

Sobre este marcado porte ausente de inhibiciones el Profesor Challenger se enfrenta a toda clase de misterios, más cercanos a la ciencia ficción que al relato policial propiamente dicho.

Paradójicamente, la personalidad homicida y megalómana del Profesor Challenger lo pone a resguardo de los peligros a los que normalmente se enfrenta. Solo un hombre con esas características es capaz de soslayar problemas que repugnan a la razón. Para alcanzar sus objetivos el Profesor Challenger no se priva de insultos, golpes y ofensas de todo tipo, a veces vertidas sobre sus propios colaboradores.

Al igual que Sherlock Holmes, el Profesor Challenger está basado en una persona real, en este caso, William Rutheford, un profesor de fisiología de la Universidad de Edimburgo donde Arthur Conan Doyle cursó sus estudios de medicina




Relatos del Profesor Challenger:
  • El mundo perdido (The Lost World). Relata una peligrosa expedición a un reino escondido en Sudamérica donde todavía habitan criaturas prehistóricas.
  • La zona envenenada (The Poison Belt). Relata el paso del planeta tierra por una nube cósmica con propiedades alucinógenas.
  • La tierra de la bruma (The Land of Mist). Relata algunas creencias personales de Arthur Conan Doyle acerca del espiritismo.
  • El día que la tierra aulló (When the World Screamed). Desarrolla una peculiar teoría del Profesor Challenger.
  • La máquina desintegradora (The Disintegration Machine). Relata los peligros potenciales de u nnuevo invento del maligno científico Theodore Nemor.




Relatos de Arthur Conan Doyle. I Relatos de detectives.


El Ciclo Profesor Challenger: el otro Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«El otro registro de Phileas Fogg»: Philip José Farmer; novela y análisis.


«El otro registro de Phileas Fogg»: Philip José Farmer; novela y análisis.




El otro registro de Phileas Fogg (The Other Log of Phileas Fogg) es una novela de ciencia ficción del escritor norteamericano Philip José Farmer (1918-2009), publicada en 1973.

El otro registro de Phileas Fogg, una de las novelas de Philip José Farmer más brillantes, se desarrolla dentro del universo de la novela de Julio Verne: Vuelta al mundo en ochenta días (Le tour du monde en quatre-vingts jours).

Philip José Farmer utiliza muchos personajes de la novela original, entre ellos su protagonista, Phileas Fogg; pero también se sirve de otras obras clásicas, por ejemplo, Sherlock Holmes, el detective de Arthur Conan Doyle, y su archienemigo, James Moriarty.

Algunos lectores fanáticos de Julio Verne acaso se sientan escandalizados por este versión alternativa de Vuelta al mundo en ochenta días. Sin embargo, conviene recordar que el propio Julio Verne admitía este tipo de intervenciones. Sin ir más lejos, en 1897 publicó un magnífica novela titulada: La esfinge de los hielos (Le sphinx des glaces), cuyo argumento continúa la trama de La narración de Arthur Gordon Pym (The Narrative of Arthur Gordon Pym) de Edgar Allan Poe.

El otro registro de Phileas Fogg sostiene que la novela original de Julio Verne no fue simplemente una obra de ficción, sino el relato cronológico de hechos que realmente ocurrieron. En este contexto, Julio Verne habría decidido que solo bajo la máscara de la ciencia ficción esos hechos podrían ser admisibles para el lector.

Philip José Farmer no solo sostiene que Phileas Fogg está vivo, sino que acaso es el autor de la novela.

Desde la perspectiva de Philip José Farmer [recordemos, un seudónimo del propio Phileas Fogg], Julio Verne reveló una pequeña porción de una historia más amplia y significativa. El verdadero trasfondo de Vuelta al mundo en ochenta días incluye una feroz batalla entre dos razas de extraterrestres, los Eridani y los Capellas.

El otro registro de Phileas Logg no contradice ninguna afirmación hecha en la novela de Julio Verne, sino que añade episodios secundarios y nuevos elementos entre los capítulos del original.

Por ejemplo, aquí Phileas Logg es un inglés típico como en Vuelta al mundo en ochenta días, solo que también es un híbrido mitad alienígena, descendiente de los humanoides Eridani, quienes gestionan aquella vuelta al mundo en ochenta días con un propósito bien definido: mantener escondido un dispositivo letal, cuya posesión jamás debe caer en las manos de los odiosos Capellas.

A lo largo de la novela de Philip José Farmer nos encontramos con otros personajes fabulosos, como el capitán Nemo, agente secreto de los Capellas; e incluso aquel misterioso buque fantasma conocido como Mary Celeste.




Novelas de ciencia ficción. I Novelas de Philip José Farmer.


El análisis y resumen de la novela de Philip José Farmer: El otro registro de Phileas Logg (The Other Log of Phileas Fogg) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«El horror de las alturas»: Arthur Conan Doyle; relato y análisis.


«El horror de las alturas»: Arthur Conan Doyle; relato y análisis.




El horror de las alturas (The Horror of the Heights) es un relato de terror del escuror inglés Arthur Conan Doyle (1859-1930), publicado originalmente en la edición de noviembre de 1913 de la revista The Strand.


El horror de las alturas, uno de los relatos de Arthur Conan Doyle menos conocidos, es relatado a través de una polvorienta bitácora oculta en una granja de Withyham. El cuaderno fue escrito por un tal Joyce-Armstrong. La primera y la última página del manuscrito se han perdido, o bien han sido arrancadas deliberadamente para esconder algo ominoso.

Joyce-Armstrong fue, a la luz de sus comentarios, un aviador audaz y brillante, cuyo objetivo principal era alcanzar el récord de vuelo de 30.000 pies de altura. Para alcanzar este objetivo estudia obsesivamente la muerte de todos los pilotos que han intentado esa hazaña. Al parecer, después de los 30.000 pies la presión del aire sencillamente es demasiado para los aviones de la época.

No obstante, Joyce-Armstrong intenta llevar a cabo su empresa. El monoplano que pilotea alcanza los 40.000 pies de altura, superando ampliamente el récord establecido. Sin embargo, sus descubrimientos son mucho más interesantes, y ominosos, que la hazaña realizada.

El piloto descubre que, a esa altura, la atmósfera está habitada por criaturas amorfas, gelatinosas, como nubes de gases y vapores espesos que se parecen bastante a los seres indescriptibles que describe H.P. Lovecraft en sus Mitos de Cthulhu.

Joyce-Armstrong es atacado por estas criaturas, puntualmente por un ser repulsivo y tentacular que al parecer se alimenta de los gases y putrescencias que ascienden a la atmósfera desde la tierra, pero que ocasionalmente se permite algún bocado más apetitoso.

El horror de las alturas de Arthur Conan Doyle finaliza con un última anotación en la bitácora de vuelo:

«43.000 pies. Nunca veré de nuevo la tierra. Están detrás de mi, tres de ellos. Dios me ayude; es una horrible muerte la que me espera.»




Relatos de Arthur Conan Doyle. I Relatos góticos.


El resumen del cuento de Arthur Conan Doyle: El horror de las alturas (The Horror of the Heights) fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«La guerra de los mundos de Sherlock Holmes»: Manly Wade Wellman; novela y análisis.


«La guerra de los mundos de Sherlock Holmes»: Manly Wade Wellman; novela y análisis.




La guerra de los mundos de Sherlock Holmes (Sherlock Holmes's War of the Worlds) —rebautizada en 2009 como: Las nuevas aventuras de Sherlock Holmes: La guerra de los mundos (The Further Adventures of Sherlock Holmes: The War of the Worlds)— es una novela de ciencia ficción del escritor norteamericano Manly Wade Wellman (1903-1986), publicada en 1975.

Se trata de la secuela de la novela apocalíptica de H.G. Wells: La guerra de los mundos (The War of the Worlds), con la particularidad de que el encargado de resolver esta invasión extraterrestre es nada menos que el detective creado por Arthur Conan Doyle: Sherlock Holmes.

Esta fusión entre Sherlock Holmes y la Guerra de los mundos, en apariencia, forzada, resulta convincente; a pesar de que el propio Manly Wade Wellman tenía en su poder la autoría de dos detectives paranormales que, por sus características, hubiesen sido idóneos para enfrentarse a una invasión alienígena. Hablamos de John Thunstone y el Juez Pursuivant.

El argumento de La guerra de los mundos de Sherlock Holmes contradice la idea principal de la novela de H.G. Wells, esto es, que el ser humano está indefenso ante las fuerzas invasoras del planeta Marte, así como las criaturas de nuestro propio planeta están indefensas ante la crueldad del hombre. Esta es la dinámica de La guerra de los mundos, algo que Manly Wade Wellman debió suavizar para que su versión de Sherlock Holmes tenga alguna influencia en el devenir de los acontecimientos.

H.G. Wells plantea un claro paralelo entre la relación de los marcianos con los humanos, básicamente la del cazador y su presa, o la del arriero con su ganado. De hecho, a menudo compara el trato brutal de los marcianos con el rechazo de los humanos por las ratas y las cucarachas. El resultado venturoso de la invasión no tiene nada que ver con la resistencia de las naciones, sino con una bacteria que destroza las cosechas y luego el organismo de los alienígenas.

En el caso de la novela de Manly Wade Wellman, Sherlock Holmes y su partida de hombres audaces se enfrentan y vencen constantemente a los invasores, y lo hacen a pesar de la clara inferioridad tecnológica que juega contra ellos.




Novelas de Manly Wade Wellman. I Novelas de ciencia ficción.


El análisis y resumen del libro de Manly Wade Wellman: La guerra de los mundos de Sherlock Holmes (Sherlock Holmes's War of the Worlds) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

Ciclo de relatos de Hércules Poirot [Agatha Christie]


Ciclo de relatos de Hércules Poirot [Agatha Christie]




Hércules Poirot (Hercule Poirot) es uno de los detectives más notables de la literatura del siglo XX. Entre 1920 y 1975 protagonizó la cifra escalofriante de 33 novelas y 50 relatos. Su autora fue nada menos que Agatha Christie (1890-1976), madre de otra ran detective literaria: la Señora Marple (Mrs. Marple)

El propio Hércules Poirot es un homenaje al relato de detectives. De hecho, su nombre honra a dos ejemplos olvidados del género: Hercule Popeau, de Marie Belloc Lowndes y Monsieur Poiret de Frank Howel Evans. Otras influencias ineludibles son el inspector Hanaud, de A.E.W. Mason, y el gran Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, que a su vez se inspiró en C.A. Dupin, de Edgar Allan Poe. En este sentido, Hércules Poirot continúa la tradición de detectives que resuelven sus casos utilizando únicamente el razonamiento.

Hércules Poirot llega a Inglaterra tras la ocupación alemana de su tierra natal, Bélgica, durante la Primera Guerra Mundial. No trabaja oficialmente para Scotland Yard, sino que se dedica a resolver crímenes por su propia cuenta, aunque a menudo es invitado gentilmente a participar de las pesquisas por las autoridades locales.

Las historias de Hércules Poirot aparecieron ininterrumpidamente durante cincuenta y cinco años, desde 1920 hasta 1975. Esta regularidad le valió un homenaje póstumo que ningún otro personaje de ficción logró alcanzar. Tras la aparición de su último relato, el periódico The New York Times publicó un obituario el 6 de agosto de 1975:


Hercule Poirot Is Dead; Famed Belgian Detective; Hercule Poirot, the Detective, Dies.
[Hércules Poirot está muerto; afamado detective belga; Hércules Poirot, el detective, muere]


La relación de Agatha Christie con Hércules Poirot siempre fue tensa, y hasta conflictiva. Ella lo veía como un tipo más bien detestable, egocéntrico, cuya personalidad parecía agigantarse a medida que se esforzaba por humanizarlo. La única razón por la que Agatha Christie no lo mató durante los primeros años es porque el público lo adoraba. Físicamente, Hércules Poirot dejaba mucho que desear. Era un hombre bajo, ligeramente obeso, de cabeza con forma ovoidal, de bigote rígido y acaso militar, pulcro en exceso y con un andar elegante y digno. Agatha Christie desliza que una mancha en su atuendo le dolería más que una bala.

Trazar una biografía de Hércules Poirot es prácticamente imposible. A menudo suministra información falsa sobre sus antecedentes, o bien datos erróneos de su pasado, cuyo propósito es ajustarse la personalidad de su interlocutor y de ese modo obtener información de él.

Sus ardides no tienen reservas morales de ningún tipo. Es capaz de hablar de familiares con enfermedades o discapcidades para generar la empatía de sus interrogados. Su propia madre suele ser el blanco de insólitas disfunciones apócrifas. A veces la describe como inválida, otras como discapacitada mental, por ejemplo, para investigar una serie de misteriosos crímenes en un hospital.

Hércules Poirot muere, literalmente, en el relato Telón, uno de los mejores cuentos policiales del siglo XX. Allí, nuestro afrancesado detective sigue la pista de un asesino que no ha matado a nadie realmente, pero que mediante estratagemas ha conseguido que otros mataran por él. Su cuerpo fue enterrado en la fe cristiana y su funeral fue organizado por Hastings, su mejor y tal vez único amigo.

Como todo detective afamado, Hércules Poirot no trabaja por dinero. Solo admite casos que plantean algún tipo de desafío mental.

Su mayor orgullo, curiosamente, es su bigote, a quien juzga como el mejor de toda Inglaterra. Su personalidad es fríamente atildada. Adora el orden y la higiene personal, y sobre todo el método. De hecho, en su departamento no existen muebles curvos. Todo debe ser perfectamente recto, como sus razonamientos. Su inglés es correcto, aunque de vez en cuando comete algún error gramatical; en especial cuando alguien lo confunde con un francés. Constantemente amenaza con su retiro, que nunca se concreta, para dedicarse a cultivar calabazas.

Hércules Poirot abjura de la ciencia forense. De hecho, sus métodos no tienen nada de «policiales». Su mayor interés está en el estudio de la naturaleza humana, es decir, en la psicología, y a partir de ella sacar conclusiones. Desprecia incluso las pruebas más evidentes, como las huellas digitales, y en cambio se interesa por asuntos aparentemente intrascendentes, pero que al final resultan decisivos.

Los oficiales de Scotland Yard se burlan abiertamente de sus métodos, aunque todos admiten que el resultado final siempre es irrefutable. El único «enemigo» de Hércules Poirot es un avezado sabueso de la Sûreté, llamado Giraud, cuya metodología es más moderna y menos «lógica». En uno de sus relatos más notables, Hércules Poirot incluso llega a poner a su bigote como garantía en una apuesta con Giraud para ver quién resuelve antes el crimen.




Ciclo de relatos de Hércules Poirot [Agatha Christie]
  • El misterioso caso de Styles (The Mysterious Affair at Styles)
  • Asesinato en el campo de golf (Murder on the Links)
  • Poirot investiga (Poirot Investigates)
  • El asesinato de Roger Ackroyd (The Murder of Roger Ackroyd)
  • Los cuatro grandes (The Big Four)
  • El misterio del tren azul (The Mystery of the Blue Train)
  • Peligro inminente (Peril at End House)
  • Poirot infringe la ley (The Hound of Death)
  • La muerte de Lord Edgware (Lord Edgware Dies)
  • Asesinato en el Orient Express (Murder on the Orient Express)
  • Tragedia en tres actos (Three Act Tragedy)
  • Muerte en las nubes (Death in the Clouds)
  • El misterio de la guía de ferrocarriles (The A.B.C. Murders)
  • Cartas sobre la mesa (Cards on the Table)
  • Asesinato en Mesopotamia (Murder in Mesopotamia)
  • Muerte en el Nilo (Death on the Nile)
  • El testigo mudo (Dumb Witness or Poirot Loses a Client)
  • Asesinato en Bardsley Mews (Murder in the Mews)
  • Cita con la muerte (Appointment with Death)
  • Navidades trágicas (Hercule Poirot's Christmas)
  • La muerte visita al dentista (One, Two, Buckle My Shoe)
  • Un triste ciprés (Sad Cypress)
  • Maldad bajo el sol (Evil under the Sun)
  • Cinco cerditos (Five Little Pigs)
  • Sangre en la piscina (The Hollow)
  • Los trabajos de Hércules (The Labours of Hercules)
  • Pleamares de la vida (Taken at the Flood)
  • Tres ratones ciegos (Three Blind Mice)
  • Ocho casos de Poirot (The Under Dog)
  • La señora McGinty ha muerto (Mrs McGinty's Dead)
  • Después del funeral (After the Funeral or Funerals are Fatal)
  • Asesinato en la calle Hickory (Hickory, Dickory, Dock or Hickory, Dickory, Death)
  • El templete de Nasse-House (Dead Man's Folly)
  • Un gato en el palomar (Cat Among the Pigeons)
  • Pudding de Navidad (The Adventure of the Christmas Pudding)
  • Los relojes (The Clocks)
  • La tercera muchacha (Third Girl)
  • Las manzanas (Hallowe'en Party)
  • Los elefantes pueden recordar (Elephants Can Remember)
  • Primeros casos de Poirot (Poirot's Early Cases)
  • Telón: El Último Caso de Hercules Poirot (Curtain: Hercule Poirot's Last Case)




Relatos de detectives. I Relatos fantásticos.


El artículo: Ciclo de relatos de Hércules Poirot [Agatha Christie] fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

«Sombras sobre Baker Street»: libro y relatos.


«Sombras sobre Baker Street»: libro y relatos.




¿Qué ocurriría si se enfrentaran Sherlock Holmes y las criaturas de los Mitos de Cthulhu? Justamente de eso se trata esta antología.

Sombras sobre Baker Street (Shadows Over Baker Street) es una colección de relatos de terror que agrupa a uno de los detectives más famosos de la literatura, Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle; frente a las monstruosidades cósmicas creadas por H.P. Lovecraft. Cada cuento de Sombras sobre Baker Street presenta un enigma, un misterio que el sagaz Sherlock Holmes debe resolver, cuyo trasfondo incluye a las poderosas fuerzas siderales de los Mitos de Cthulhu, algo inédito para la potencia intuitiva del detective de Arthur Conan Doyle.





Sombras sobre Baker Street.
Shadows Over Baker Street.
  • Arte en la sangre (Art in the Blood, Brian Stableford)
  • El caso de la ondulante Daga Negra (The Case of the Wavy Black Dagger, Steve Perry)
  • El caso de la sangre real (A Case of Royal Blood, Steven-Elliot Altman y H.G. Wells)
  • El curioso caso de la señorita Violet Stone (The Curious Case of Miss Violet Stone, Poppy Z. Brite y David Ferguson)
  • El geólogo ahogado (The Drowned Geologist, Caitlín R. Kiernan)
  • El horror de muchas caras (The Horror of the Many Faces, Tim Lebbon)
  • El misterio del gusano (The Mystery of the Worm, John Pelan)
  • El misterio del hombre ahorcado (The Mystery of the Hanged Man's Puzzle, Paul Finch)
  • Estudio en esmeralda (A Study in Emerald, Neil Gaiman)
  • La aventura de la nieta de un anticuario (The Adventure of the Antiquarian's Niece, Barbara Hambly y Carnacki de W.H. Hodgson)
  • La aventura del manuscrito del árabe (The Adventure of the Arab's Manuscript, Michael Reaves, acerca del Necronomicón)
  • La aventura del priorato de Exham (The Adventure of Exham Priory, F. Gwynplaine MacIntyre)
  • La aventura del signo de Voorish (The Adventure of the Voorish Sign, Richard A. Lupoff)
  • La muerte no se convirtió en Él (Death Did Not Become Him, David Niall Wilson y Patricia Lee Macomber)
  • Las máscaras lagrimeantes (The Weeping Masks, James Lowder)
  • Pesadilla de cera (Nightmare in Wax, Simon Clark)
  • ¡Tigre! ¡Tigre! (Tiger! Tiger!, Elizabeth Bear)
  • Un caso de insomnio (A Case of Insomnia, John P. Vourlis)




Relatos de H.P. Lovecraft. I Relatos de Arthur Conan Doyle.


El análisis y resumen del libro: Sombras sobre Baker Street (Shadows Over Baker Street) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

Ciclo de relatos policiales de Miss Marple [Agatha Christie]


Ciclo de relatos policiales de Miss Marple [Agatha Christie]




Miss Marple, también conocida como Jane Marple, es la protagonista de una serie de relatos policiales de la escritora inglesa Agatha Christie (1890-1976).

Se trata de una mujer madura, tremendamente sagaz, que vive en una entrañable comarca rural llamada St. Mary Mead. A pesar de su bondad y su existencia pacífica, la Señorita Marple es capaz de introducirse en la mente del asesino más despiadado y de ese modo anticipar sus pasos.

En cierta forma, su conocimiento de la naturaleza humana y de los horrores insospechados que puede alcanzar la convirtió en una consultora de cabecera de Scotland Yard, que a menudo recurre a ella para resolver crímenes aparentemente perfectos.

Miss Marple protagonizó trece novelas detectivescas de Agatha Christie, además de un puñado de relatos cortos. Sus características inéditas, hablamos de una mujer anciana que resuelve crímenes apelando únicamente a su instinto e intelecto, definieron el perfil del investigador aficionado, algo que se repetirá muchas veces a lo largo de la historia del cuento policial.

Agatha Christie agrupó sobre Miss Marple una serie de características que la volvieron notablemente atractiva para el público. La describe como una anciana solterona, taciturna, solitaria, reservada (no se sabe casi nada de su vida personal); pero capaz de un optimismo sobrehumano. A pesar de su edad, y sobre todo de su experiencia con criminales desalmados, el idealismo de la señorita Marple parece invulnerable.

Concordantemente con otros grandes detectives literarios, como C.A. Dupin, de E.A. Poe; y Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle; Miss Marple basa sus investigaciones en la observación. Posee, de hecho, una mirada analítica que sus detractores califican de «curiosa». Esta combinación de curiosidad insaciable y gran capacidad analítica la vuelven una excelente intérprete de misterios y enigmas, cuestiones que la atraen poderosamente.

Como toda persona mayor, Miss Marple suele alardear un poco sobre sus hazañas, y sobre todo de sus conocimientos sobre la naturaleza humana. Para entender cómo una anciana de un pueblo de la campiña inglesa es capaz de penetrar en la mente de los asesinos más despiadados de Londres, Miss Marple nos ofrece su frase de cabecera, la cual aparece en prácticamente en todas sus historias:


[La naturaleza humana es igual en todas partes.]


Ciclo de relatos policiales de Miss Marple.
  • Miss Marple y trece problemas (The Thirteen Problems, 1928)
  • Muerte en la vicaría (The Murder at the Vicarage, 1930)
  • Un cadáver en la biblioteca (The Body in the Library, 1942)
  • El caso de los anónimos (The Moving Finger, 1943)
  • Se anuncia un asesinato (A Murder is Announced, 1950)
  • El truco de los espejos (They Do It with Mirrors, or Murder With Mirrors, 1952)
  • Un puñado de centeno (A Pocket Full of Rye, 1953)
  • El tren de las 4:50 (4.50 from Paddington, or What Mrs. McGillicuddy Saw!, 1957)
  • El espejo se rajó de lado a lado (The Mirror Crack'd from Side to Side, or The Mirror Crack'd, 1962)
  • Misterio en el Caribe (A Caribbean Mystery, 1964)
  • En el hotel Bertram (At Bertram's Hotel, 1965)
  • Némesis (Nemesis, 1971)
  • Un crimen dormido (Sleeping Murder, 1976)




Relatos de detectives. I Relatos fantásticos.


El artículo: Ciclo de relatos policiales de Miss Marple [Agartha Christie] fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

Cómo escribir un cuento policial: G.K. Chesterton.


Cómo escribir un cuento policial: G.K. Chesterton.




G.K. Chesterton (1874-1936) fue un escritor inglés que cultivó distintos géneros, entre ellos, el relato de detectives, a través de uno de los personajes más célebres y extravagantes del género: el padre Brown, un sacerdote católico aficionado a resolver crímenes y misterios a pesar de que su propia personalidad parece refractaria a los enigmas que investiga.

De alguna forma, el padre Brown [conocido como el «príncipe de las paradojas»] opera como un derribador de mitos en torno al cuento policial. No es un sesudo razonador como C.A. Dupin, de E.A. Poe, y menos un instintivo como Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle. El detective de G.K. Chesterton, al igual que su autor, posee firmes convicciones acerca de los enigmas que debe resolver, siendo menos importante la elegancia de la resolusión que el cómo se arriba a ella.

Su encanto está en la aparente inocencia, en el desapego de las pasiones, en la distancia emocional que lo separa del crímen, y que por alguna paradójica ecuación lo ubica peligrosamente cerca de la psiquis del criminal.

Más allá de las actuaciones formidables del padre Brown, G.K. Chesterton nos ha dejado un interesante análisis sobre el cuento policial que a continuación compartimos con todos los interesados en este formidable género.




Cómo escribir un cuento policial: G.K. Chesterton.

Que quede claro que escribo este artículo siendo totalmente consciente de que he fracasado en escribir un cuento policíaco. Pero he fracasado muchas veces.

Mi autoridad es por lo tanto de naturaleza práctica y científica, como la de un estudioso de lo social que se ocupe del desempleo o del problema de la vivienda. No tengo la pretensión de haber cumplido el ideal que aquí propongo al joven estudiante; soy, si les place, ante todo el terrible ejemplo que se debe evitar. Sin embargo creo que existen ideales para la narrativa policíaca, como existen para cualquier actividad digna de ser llevada a cabo. Y me pregunto por qué no se exponen con más frecuencia en la literatura didáctica popular que nos enseña a hacer tantas otras cosas menos dignas de efectuarse.

Lo primero y principal es que el objetivo del cuento de misterio, como el de cualquier otro cuento o cualquier otro misterio, no es la oscuridad sino la luz.

El cuento se escribe para el momento en el que el lector comprende por fin el acontecimiento misterioso, no simplemente por los múltiples preliminares en que no. El error sólo es la oscura silueta de una nube que descubre el brillo de ese instante en que se entiende la trama. Y la mayoría de los malos cuentos policíacos son malos porque fracasan en esto.

Los escritores tienen la extraña idea de que su trabajo consiste en confundir a sus lectores y que, mientras los mantengan confundidos, no importa si los decepcionan. Pero no hace falta sólo esconder un secreto, también hace falta un secreto digno de ocultar.

El clímax no debe ser anticlimático. No puede consistir en invitar al lector a un baile para abandonarle en una zanja. Más que reventar una burbuja debe ser el primer albor de un amanecer en el que el alba se ve acentuada por las tinieblas. Cualquier forma artística, por trivial que sea, se apoya en algunas verdades valiosas. Y por más que nos ocupemos de nada más importante que una multitud de Watsons dando vueltas con desorbitados ojos de búho, considero aceptable insistir en que es la gente que ha estado sentada en la oscuridad la que llega a ver una gran luz; y que la oscuridad sólo es valiosa en tanto acentúa dicha gran luz en la mente.

Siempre he considerado una coincidencia simpática que el mejor cuento de Sherlock Holmes tiene un titulo que, a pesar de haber sido concebido y empleado en un sentido completamente diferente, podría haber sido compuesto para expresar este esencial clarear: el título es: Resplandor de plata (Silver Blaze).

El segundo gran principio es que el alma de los cuentos de detectives no es la complejidad sino la sencillez.

El secreto puede ser complicado pero debe ser simple. Esto también señala las historias de más calidad. El escritor esta ahí para explicar el misterio pero no debería tener que explicar la propia explicación. Ésta debe hablar por sí misma. Debería ser algo que pueda decirse con voz silbante (por el malo, por supuesto) en unas pocas palabras susurradas o gritado por la heroína antes de desmayarse por la impresión de descubrir que dos y dos son cuatro.

Ahora bien, algunos detectives literarios complican más la solución que el misterio y hacen el crimen más complejo aun que su solución.

En tercer lugar, de lo anterior deducimos que el hecho o el personaje que lo explican todo, deben resultar familiares al lector. El criminal debe estar en primer plano pero no como criminal; tiene que tener alguna otra cosa que hacer que, sin embargo, le otorgue el derecho de permanecer en el proscenio.

Tomaré como ejemplo el que ya he mencionado, Resplandor de plata. Sherlock Holmes es tan conocido como Shakespeare. Por lo tanto, no hay nada de malo en desvelar, a estas alturas, el secreto de uno de estos famosos cuentos.

A Sherlock Holmes le dan la noticia de que un valioso caballo de carreras ha sido robado y el entrenador que lo vigilaba asesinado por el ladrón. Se sospecha, justificadamente, de varias personas y todo el mundo se concentra en el grave problema policial de descubrir la identidad del asesino del entrenador. La pura verdad es que el caballo lo asesinó.

Pues bien, considero el cuento modélico por la extrema sencillez de la verdad. La verdad termina resultando algo muy evidente. El caballo da título al cuento, trata del caballo en todo momento, el caballo está siempre en primer plano, pero siempre haciendo otra cosa. Como objeto de gran valor, para los lectores, va siempre en cabeza. Verlo como el criminal es lo que nos sorprende. Es un cuento en el que el caballo hace el papel de joya hasta que olvidamos que una joya puede ser un arma.

Si tuviese que crear reglas para este tipo de composiciones, esta es la primera que sugeriría:

En términos generales, el motor de la acción debe ser una figura familiar actuando de una manera poco frecuente. Debería ser algo conocido previamente y que esté muy a la vista. De otra manera no hay auténtica sorpresa sino simple originalidad. Es inútil que algo sea inesperado no siendo digno de espera. Pero debería ser visible por alguna razón y culpable por otra. Una gran parte de la tramoya, o el truco, de escribir cuentos de misterio es encontrar una razón convincente, que al mismo tiempo despiste al lector, que justifique la visibilidad del criminal, más allá de su propio trabajo de cometer el crimen.

Muchas obras de misterio fracasan al dejarlo como un cabo suelto en la historia, sin otra cosa que hacer que delinquir. Por suerte suele tener dinero o nuestro sistema legal, tan justo y equitativo, le habría aplicado la ley de vagos y maleantes mucho antes de que lo detengan por asesinato. Llegamos al punto en que sospechamos de estos personajes gracias a un proceso inconsciente de eliminación muy rápido.

Por lo general, sospechamos de él simplemente porque nadie lo hace. El arte de contar consiste en convencer, durante un momento, al lector no sólo de que el personaje no ha llegado al lugar del crimen sin intención de delinquir si no de que el autor no lo ha puesto allí con alguna segunda intención. Porque el cuento de detectives no es más que un juego. Y el lector no juega contra el criminal sino contra el autor.

El escritor debe recordar que en este juego el lector no preguntará, como a veces hace en una obra seria o realista: "¿Por qué el agrimensor de gafas verdes trepa al árbol para vigilar el jardín del médico?" Sin sentirlo ni dudarlo, se preguntará: "¿Por qué el autor hizo que el agrimensor trepase al árbol o cuál es la razón que le hizo presentarnos a un agrimensor?". El lector puede admitir que cualquier ciudad necesita un agrimensor sin reconocer que el cuento pueda necesitarlo. Es necesario justificar su presencia en el cuento (y en el árbol) no sólo sugiriendo que lo envía el Ayuntamiento sino explicando por qué lo envía el autor. Más allá de las faltas que planea cometer en el interior de la historia debe tener alguna otra justificación como personaje de la misma, no como una miserable persona de carne y hueso en la vida real.

El lector, mientras juega al escondite con su auténtico rival el autor, tiende a decir: Sí soy consciente de que un agrimensor puede trepar a un árbol, y sé que existen árboles y agrimensores. ¿Pero qué esta haciendo con ellos? ¿Por qué hace usted que este agrimensor en concreto trepase a este árbol en particular, hombre astuto y malvado?

Esto nos conduce al cuarto principio que debemos recordar. La gente no lo reconocerá como práctico ya que, como en los otros casos, los pilares en que se apoya lo hacen parecer teórico. Descansa en el hecho que, entre las artes, los asesinatos misteriosos pertenecen a la gran y alegre compañía de las cosas llamadas chistes. La historia es un vuelo de la imaginación. Es conscientemente una ficción ficticia.

Podemos decir que es una forma artística muy artificial pero prefiero decir que es claramente un juguete, algo a lo que los niños juegan. De donde se deduce que el lector que es un niño, y por lo tanto muy despierto, es consciente no sólo del juguete, también de su amigo invisible que fabricó el juguete y tramó el engaño. Los niños inocentes son muy inteligentes y algo desconfiados. E insisto en que una de las principales reglas que debe tener en mente el hacedor de cuentos engañosos es que el asesino enmascarado debe tener un derecho artístico a estar en escena y no un simple derecho realista a vivir en el mundo. No debe venir de visita sólo por motivos de negocios, deben ser los negocios de la trama. No se trata de los motivos por los que el personaje viene de visita, se trata de los motivos que tiene el autor para que la visita ocurra.

El cuento de misterio ideal es aquel en que es un personaje tal y como el autor habría creado por placer, o por impulsar la historia en otras áreas necesarias y después descubriremos que está presente no por la razón obvia y suficiente sino por las segunda y secreta. Añadiré que por este motivo, a pesar de las burlas hacia los noviazgos estereotipados, hay mucho que decir a favor de la tradición sentimental de estilo más lector o más victoriano. Habrá quien lo llame un aburrimiento pero puede servir para taparle los ojos al lector.

Por último, el principio de que los cuentos de detectives, como cualquier otra forma literaria, empiezan con una idea.

Lo que se aplica también a sus facetas más mecánicas y a los detalles. Cuando la historia trata de investigaciones, aunque el detective entre desde fuera el escritor debe empezar desde dentro. Cada buen problema de este tipo empieza con una buena idea, una idea simple.

Algún hecho de la vida diaria que el escritor es capaz de recordar y el lector puede olvidar. Pero en cualquier caso la historia debe basarse en una verdad y, por más que se le pueda añadir, no puede ser simplemente una alucinación.




Más taller de literatura. I Relatos de G.K. Chesterton.


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4 relatos de terror de Arthur Conan Doyle [donde no aparece Sherlock Holmes]


4 relatos de terror de Arthur Conan Doyle [donde no aparece Sherlock Holmes]




Arthur Conan Doyle (1859-1930) es normalmente reconocido por su paternidad sobre uno de los detectives más conocidos de la literatura: Sherlock Holmes, hombre que devoró literalmente otras facetas de su obra.

No obstante, Arthur Conan Doyle fue bastante más que esto. Su obra incluye la novela histórica, teatro, poesía, ciencia ficción, relatos de terror. Esta última categoría, acaso la menos explorada de todas, ofrece ejemplos magistrales del género que han sido cuidadosamente olvidados por la descomunal atracción que despertó Sherlock Holmes.

A continuación daremos cuenta de los que a nuestro juicio son los 4 mejores relatos de terror de Arthur Conan Doyle, que, desde luego, no incluyan la presencia enceguecedora del detective mas conocido de la literatura.




4 relatos de terror de Arthur Conan Doyle [donde no aparece Sherlock Holmes]



Relatos de Arthur Conan Doyle. I Relatos góticos.


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Relatos de detectives de Dick Donovan: J.E. Preston Muddock.


Relatos de detectives de Dick Donovan: J.E. Preston Muddock.




El relato de detectives también tiene sus protagonistas abnegados. Tal es el caso de James Edward Preston Muddock (1843-1934), también conocido como Joyce Emmerson Preston Muddock, un autor británico que bien podríamos clasificar como la sombra de Arthur Conan Doyle.

Entre 1889 y 1922 J.E. Preston Muddock publicó alrededor de 300 cuentos de detectives prolijamente olvidados. Esta indiferencia no se debe a una obra deficiente, sino al ámbito marginal donde fue publicada. En cierta medida podemos pensar el los relatos de J.E. Preston Muddock como repuestos de un original.

J.E. Preston Muddock creó uno de los detectives más prolíficos de su tiempo: Dick Donovan, el detective de Glasgow. Sus relatos fueron más leídos que poulares, paradoja que lo llevó a firmar sus obras con el nombre de su personaje, alcanzando un éxito considerable dentro del cerrado ámbito del cuento de detectives. Más aún, bajo el seudónimo de Dick Donovan, J.E. Preston Muddock escribió innumerables relatos de crímenes y misterio y 37 novelas.

Lo interesante es que casi todos los relatos del detective Dick Donovan fueron publicados en la revista The Strand Magazine en las ediciones en donde no aparecían los relatos de Sherlock Holmes, el celebérrimo detective de Arthur Conan Doyle; casi como un suplente o reemplazo temporal de aquel demoledor de misterios.

Las historias de detectives de J.E. Preston Muddock difieren de las profundas investigaciones psicológicas de personajes análogos. Dick Donovan se preocupaba poco por los detalles y mucho por las impresiones que le producía la actitud del criminal, desde luego, manifestada a través del crimen en cuestión, y que casi siempre se explicaban bajo una lógica aberrante.

A continuación recorremos los relatos de Dick Donovan más conocidos, es decir, los que mejor han eludido el destino implacable de estos cuentos pensados un consuelo para los que aguardaban con ansias las últimas aventuras de Sherlock Holmes.




Ciclo de relatos de detectives de Dick Donovan: J.E. Preston Muddock.
  • Desde el seno de la profundidad (From the Bosom of the Deep)
  • El cazador de hombre (The Man Hunter)
  • Atrapado al final (Caught at Last)
  • ¿Quién envenenó a Hetty Duncan? (Who Poisoned Hetty Duncan)
  • El hombre de Manchester (The Man from Manchester)
  • Los triunfos de un detective (A Detective's Triumph)
  • En las garras de la ley (In the Grip of the Law)
  • De la pista a la captura (From Clue to Capture)
  • El misterio de Jamaica Terrace (The Mystery of Jamaica Terrace)
  • Las crónicas de Michael Danevitch (The Chronicles of Michael Danevitch)
  • Las grabaciones de Vincent Trill (The Records of Vincent Trill)
  • Las aventuras de Tyler Tatlock (The Adventures of Tyler Tatlock)
  • Diácono Brodie (Deacon Brodie)
  • ¿Quién fué la mano? (Whose Was the Hand)
  • El sello escarlata (The Scarlet Seal)
  • El crimen del siglo (The Crime of the Century)
  • El anillo fatal (The Fatal Ring)
  • Un caballero del mal (A Knight of Evil)
  • El crimen de Thirtell (Thurtell's Crime)
  • El misterio de Knutsford (The Knutsford Mystery)
  • La sombra del mal (The Shadow of Evil)
  • Al servicio de la reina (In the Queen's Service)
  • En la cara de la noche (In the Face of the Night)
  • Una belleza salvaje (A Wild Beauty)
  • Por honor o muerte (For Honour or Death)
  • La mujer fatal (The Fatal Woman)
  • La esposa del hombre rico (The Rich Man's Wife)
  • La rueda de la fortuna (The Turning Wheel)
  • Ahí afuera (Out There)




Relatos de detectives. I Detectives paranormales en la literatura.


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Lo más visto esta semana en El Espejo Gótico:

Análisis de «Christabel» de Samuel Coleridge.
Poema de Elizabeth Akers Allen.
Relato de Carl Jacobi.


Poema de Amy Lowell.
Poema de Dora Sigerson Shorter.
Poema de Thomas Lovell Beddoes.