Historia [y Prehistoria] del Necronomicón de Lovecraft.


Historia [y Prehistoria] del Necronomicón de Lovecraft.




El breve texto Historia del Necronomicón (History of the Necronomicon) fue escrito por H.P. Lovecraft en otoño de 1927, como una especie de ayudamemoria o sinopsis para futuras referencias del libro en sus relatos. Si bien se publicó de manera póstuma en la antología de 1943: Más allá del muro del sueño (Beyond the Wall of Sleep), el flaco de Providence distribuyó varias copias mecanografiadas a sus amigos más cercanos a fines de 1927; entre ellos, Clark Ashton Smith, a quien comentó: «He elaborado algunos datos sobre el célebre e innombrable Necronomicón.» [ver: El Necronomicón según Lovecraft]

En El Espejo Gótico hemos hablado bastante sobre el Necronomicón, pero nunca hemos analizado minuciosamente su historia, es decir, la historia que Lovecraft creó para el Necronomicón. Este será un viaje largo, con muchas estaciones intermedias, y sin un destino claro.

Comencemos, entonces, viajando antes de que Lovecraft escribiera Historia del Necronomicón; es decir, antes de que este libro maldito se volviera tan importante en su obra como para dedicarle una compleja historia propia. En otras palabras, una Prehistoria del Necronomicón



Prehistoria del Necronomicón.

Es interesante notar que Abdul Alhazred, el árabe loco, apareció antes que el Necronomicón en la ficción de Lovecraft. Fue introducido en el relato de 1921: La ciudad sin nombre (The Nameless City).


[«En la oscuridad aparecieron ante mi mente fragmentos de mi preciado tesoro de conocimientos demoníacos; frases de Alhazred, el árabe loco...»]


Y:


[«Me puse a balbucear una y otra vez ese inexplicable pareado del árabe loco, Alhazred, que soñaba con la ciudad sin nombre: No está muerto lo que puede yacer eternamente, / Y con eones extraños hasta la muerte puede morir»]


Lovecraft afirma que este nombre [Abdul Alhazred] le fue dado como apodo cuando era niño, ya sea por el abogado de su familia o por él mismo. Fue pensado como un comentario sobre el amor del joven Lovecraft por la versión de Andrew Lang de Las mil y una noches, y por su apetito voraz por la lectura [Alhazred = all has read, «ha leído todo»]. Esto explica por qué el nombre Abdul Alhazred no tiene sentido en términos de convenciones de nombres árabes [ver: Lovecraft y las lenguas prehumanas]

Ahora bien, la primera mención de El Necronomicón fue en el relato de 1922: El sabueso (The Hound):


[«El amuleto de jade reposaba ahora en un nicho de nuestro museo, y a veces encendíamos una vela de extraño aroma ante él. Leímos mucho en el Necronomicón de Alhazred sobre sus propiedades y sobre la relación de las almas de los fantasmas con los objetos; y nos perturbó lo que leímos.»]


En la misma historia se describe a Alhazred como «el viejo demonólogo árabe». Tanto el nombre como el libro vuelven a aparecer en el relato de 1923: El ceremonial (El Festival):


[«Cuando me senté a leer vi que los libros estaban vetustos y enmohecidos, (…) lo peor de todo, el innombrable Necronomicón del árabe loco Abdul Alhazred, en la traducción latina prohibida de Olaus Wormius; un libro que nunca había visto, pero del que había oído susurrar cosas monstruosas (...) Traté de leerlo y pronto me absorbió algo que encontré en ese maldito Necronomicón; un pensamiento y una leyenda demasiado espantosas para la cordura o la conciencia.»]


Creo que Lovecraft se sintió obligado a darle al Necronomicón un contexto histórico sólido, cohesivo y creíble, luego de La Llamada de Cthulhu (The Call of Cthulhu). El libro de Alhazred se había vuelto demasiado importante en su ficción como para omitir cualquier referencia histórica:


[«Del culto (de Cthulhu) dijo que el centro estaba en medio del desierto sin caminos de Arabia, donde Irem, la Ciudad de los Pilares, sueña escondida e intacta. No estaba aliado con el culto europeo de las brujas y era prácticamente desconocido más allá de sus miembros. Ningún libro lo había insinuado realmente, aunque los inmortales chinos decían que había referencias a él en Necronomicón del árabe loco Abdul Alhazred, que los iniciados podían leer como quisieran.»]


La llamada de Cthulhu es una historia fundamental dentro de los Mitos de Cthulhu, donde se repite el famoso pareado del Necronomicón que Lovecraft había dado anteriormente en La ciudad sin nombre [No está muerto lo que puede yacer eternamente, / Y con eones extraños hasta la muerte puede morir.]. Un año después de este relato, el flaco de Providence escribió Historia del Necronomicón, cuya intención, como mencionamos anteriormente, era darle al libro maldito de Alhazred un contexto histórico. A continuación lo analizaremos párrafo a párrafo.



Análisis de «Historia del Necronomicón».


[«Título original Al Azif azif es la palabra utilizada por los árabes para designar ese sonido nocturno (producido por insectos) que se supone que es el aullido de los demonios.»]


Este es el significado que Lovecraft le da a la palabra árabe azif, pero lo más cercano a esa definición es el término azif, que define a un músico especializado en ciertos instrumentos de cuerda [Ma'azif es el conjunto de esos instrumentos]. En árabe, el azf de algo se refiere a su particular sonido musical, y está relacionado con la idea de que un sonido distrae [como el de los insectos] o es placentero [como la música]. Realmente no hay ninguna mención sobre supersticiones, leyendas o creencias populares árabes relacionadas con el sonido de los insectos, y menos aún que estos sean considerados como «aullido de los demonios» [ver: Lovecraft y las lenguas extraterrestres]

En el folclore árabe, sin embargo, podemos encontrar varios seres sobrenaturales que orillean esta definición, sin incluirse del todo; por ejemplo, los Afrit [o Ifrit], traviesas criaturas solitarias pero menos poderosas que los Djinn y los Ghouls, sobre los cuales hemos hablado extensamente en El Espejo Gótico [ver: Ghouls: la historia secreta de los Necrófagos en la ficción]. Estas categorías de espíritus a menudo se mezclan en la cultura árabe. Por lo tanto, no es extraño que hayan sido confundidas en las traducciones occidentales. En cualquier caso, ninguno de estos espíritus parece tener relevancia para los ruidos nocturnos de insectos que menciona Lovecraft.

En Historia de Arabia: antigua y moderna (History of Arabia: Ancient and Modern, 1843), Andrew Crichton menciona: «otro insecto venenoso, parecido a una araña, infesta el desierto, al que los beduinos dan el nombre de abou hanekein. Hace su aparición sólo por la noche, y es atraído por el fuego. Los árabes les tienen el mayor temor». El problema, creo, es que Lovecraft habla de «insectos» en términos genéricos. Lo más parecido a un ruido nocturno emitido por insectos que se relacione con algo negativo con el folclore árabe se encuentra en la palabra arbeh, la cual describe el terrorífico sonido que hace un enjambre de langostas, las cuales pueden destruir cosechas enteras en muy pocas horas.

Ahora bien, en la literatura medieval los árabes comparaban a menudo a los enjambres de langostas con la caballería, pero de ahí a los demonios aulladores de Lovecraft hay un largo camino. La comprensión árabe de las langostas parece haberse basado en temas marciales en lugar de concepciones sobrenaturales. Sin embargo, existe una conexión interesante entre las langostas y las creencias preislámicas. Se creía que las langostas llegan a fines de mayo, cuando las Pléyades [constelación considerada benéfica por los árabes nómadas] se están ocultando en el firmamento, lo cual ha generado la supersitición de que estos insectos abrigan pavor a esa constelación.

Las estrellas de las Pléyades también se conocen en Occidente como las Siete Hermanas. En El que susurra en la oscuridad (The Whisperer in Darkness), los cultistas parecen aludir a las Siete Hermanas como una morada o ubicación de Nyarlathotep:


[«A Nyarlathotep, Poderoso Mensajero, debe dársele cuenta de todo. Y Él tomará la apariencia de los hombres, con la máscara de cera y la indumentaria que oculta, y descenderá del mundo de los Siete Soles para burlarse.»]


La estrella Aldebarán [del árabe: Al Dabaran, que significa «el seguidor»] parece seguir a las Pléyades en el cielo nocturno, y los acólitos de Lovecraft le dieron un papel importante en los Mitos de Cthulhu. Por ejemplo, August Derleth se refiere a Celaeno, un planeta alrededor de una estrella en el cúmulo de las Pléyades que contiene una biblioteca de conocimiento absoluto. Aldebarán también tiene un lugar central en El Rey de Amarillo, mencionado por Lovecraft al final de Historia del Necronomicón.

Si bien los ruidos nocturnos de los insectos no parecen formar parte de las antiguas supersticiones árabes, tampoco es un elemento que Lovecraft creó a partir de la nada. En La historia del Califa Vathek (The History of Caliph Vathek, 1784), de William Beckford [que Lovecraft conocía bien] se dice lo siguiente:


[«Los buenos musulmanes imaginaron que el zumbido hosco de esos insectos nocturnos presagiaba el mal, y suplicaron a Vathek que tuviera cuidado».]


En una nota al pie de página en Vathek se menciona que «el sonido nocturno, llamado por los árabes azif, se creía que era el aullido de los demonios». Esta nota fue dada por Lovecraft como su verdadera fuente en una carta a Clark Ashton Smith fechada eel 27 de noviembre de 1927: «Azif es una palabra real. La saqué de las notas de Henley sobre el Vathek».

Esto explica de dónde sacó Lovecraft el significado de azif, pero no de dónde lo sacó el propio Henley en su nota al pie de página en Vathek. Podría tratarse de una confusión con el término al-aazif, que describe a un músico itinerante del desierto; o con azis [«trueno»]. No obstante, algunos ven en azif una palabra preislámica para cierto tipo de cantante místico capaz de invocar y de controlar el trueno y los vientos del desierto; es decir, un chamán. No es irracional que los posteriores musulmanes vieran en estos místicos sufíes [los «derviches aulladores»], y en su música, el «aullido de los demonios». Los viajeros occidentales del siglo XIX informaron que el temible aullido de estos derviches enloquecidos podrían rivalizar con los lobos.

Sigamos con el segundo párrafo de Historia del Necronomicón:


[«Compuesto por Abdul Alhazred, un poeta loco de Sanaá, en Yemen, de quien se dice que floreció durante el período de los califas Ommíades, alrededor del año 700 d.C. Visitó las ruinas de Babilonia y los secretos subterráneos de Menfis y pasó diez años solo en el gran desierto del sur de Arabia —el Roba el Khaliyeh o «Espacio Vacío» de los antiguos— y el desierto «Dahna» o «Carmesí» de los árabes modernos, que se considera habitado por espíritus malignos y monstruos de la muerte. De este desierto muchas maravillas extrañas e increíbles cuentan los que pretenden haberlo penetrado».]


El hecho de que Alhazred esté «loco» no es caprichoso. En la cultura árabe medieval, estar loco era estar poseído por un Djinn. Lovecraft, además, sitúa a Alhazred en un período anterior al florecimiento de la medicina árabe y su increíblemente complejo sistema de clasificación y tratamiento de enfermedades mentales [ver: Por qué enloqueció Abdul Alhazred]

En el siglo XIX, Sanaá era descrita en todos los diccionario geográficos a los que podía acceder Lovecraft como una ciudad pequeña, aunque también era el asentamiento principal de Yemen. Como dato curioso, estos diccionarios mencionaban que había un importante mercado de escritores trabajando en Sanáa, donde se copiaban libros y se instruía a jóvenes eruditos en el arte de escribir y copiar. No es un mal lugar para un tipo como Alhazred.

Lovecraft habla de una época «alrededor del año 700 d.C», y esto coincide con las notas de la Encyclopaedia Britannica [a las que Lovecraft recurría sistemáticamente], donde se habla de un período de «verdadera tranquilidad interna, alrededor del año 705 d. C. en adelante, en toda Arabia». Esta época donde Lovecraft sitúa a Alhazred viajando e investigando el Necronomicón coincide con el gobierno de Hejjaj, un general militar de la dinastía Ommíade [también llamada Umayyad u Omayyad].

Alhazred «visitó las ruinas de Babilonia», anota Lovecraft, y ese es un dato históricamente correcto. Babilonia tuvo su apogeo alrededor del 1300 a.C., pero la ciudad se convirtió en ruinas alrededor del año 475 a.C.; y directamente un emplazamiento abandonado, cubierto por las arenas, alrededor del 120 d. C., hasta su redescubrimiento en el siglo XVIII. Lovecraft, por lo tanto, implica que Abdul Alhazred descubrió la ubicación de Babilonia unos mil años antes de su redescubrimiento real.

Lovecraft menciona que Alhazred también visitó los «secretos subterráneos de Menfis», una ciudad del Antiguo Egipto fundada por Menes, quien presumiblemente prestó su nombre al niño de Los gatos de Ulthar (The Cats of Ulthar). Menfis era el centro del culto del dios Ptah. En relación con la mitología de Lovecraft, Ptah es la deificación del «montículo primordial» de la «tierra resucitada», es decir, el dios de la tierra sumergida que ha surgido del mar [o del delta del Nilo], lo cual recuerda a R'lyeh. Congruentemente con estos «secretos subterráneos», en El caso de Charles Dexter Ward (The Case of Charles Dexter Ward), Lovecraft menciona «esa Cosa Oscura debajo de Memphis» [ver: ¡Vamos a R'lyeh!]

El Roba el Khaliyeh es una región desértica descomunal [400.000 km. cuadrados] ahora llamada Rub 'al Khali. Es pertinente mencionar que algunos exploradores de fines del siglo XIX documentaron un extraño fenómeno sonoro en este desierto, llamado «arenas cantoras», que pueden o no tener alguna relación con los «aullidos de los demonios». Este pasaje es un préstamo literal de la Encyclopaedia Brittanica: «La fantasía árabe ha atribuido la protección adicional de los espíritus malignos y los monstruos de la muerte. Este gran desierto, el Roba el Khaliyeh o Espacio Vacío de los geógrafos, el Dahna o Carmesí de los árabes modernos».

Continuemos con otro párrafo de Historia del Necronomicón:


[«En sus últimos años Alhazred habitó en Damasco, donde se escribió el Necronomicón (Al Azif), y de su muerte o desaparición final (738 d.C.) se cuentan muchas cosas terribles y contradictorias. Ebn Khallikan (biógrafo del siglo XII) dice que fue capturado por un monstruo invisible a plena luz del día y devorado horriblemente ante un gran número de testigos paralizados. De su locura se cuentan muchas cosas.»]


Lovecraft no asegura que Alhazred haya muerto, sino que una de esas versiones habla de «su muerte o desaparición final» [aunque aparentemente fue «devorado horriblemente»]. También menciona que se cuentan muchas cosas «contradictorias» sobre todo esto. Tal vez Lovecraft estaba tratando de mantener abierta la posibilidad de una nueva aparición de Alhazred en futuros relatos. No es la primera vez que un personaje de los Mitos de Cthulhu adquiere una larga vida o es llevado a otra dimensión, como Pickman y Randolph Carter [ver: La crisis de la mediana edad de Randolph Carter]. En este contexto, Robert M. Price escribió un texto muy interesante llamado ¿Alhazred sigue vivo? (Is Alhazred Still Alive?). La mención de «Ebn Khallikan» podría referirse a Ibn Khallikan, pero las fechas no son correctas, ya que este biógrafo vivió aproximadamente un siglo después.

El «monstruo invisible» que capturó a Alhazred es consistente con varias creencias de los nómadas árabes sobre los Djinns y otros seres asociados, esencialmente invisibles al ojo humano y libres de nuestras limitaciones físicas. Por lo tanto, los Djinns pueden cambiar de forma, y suelen acechar a los seres humanos. Lovecraft revierte un poco esta tradición y hace que el «monstruo invisible» capture a Alhazred «a plena luz del día».


[«Afirmó haber visto la fabulosa Irem, o Ciudad de los Pilares, y haber encontrado bajo las ruinas de cierta ciudad del desierto sin nombre los impactantes anales y secretos de una raza más antigua que la humanidad. Era solo un musulmán indiferente, adorador de entidades desconocidas a las que llamó Yog-Sothoth y Cthulhu.»]


La «fabulosa Irem, o Ciudad de los Pilares» es otro préstamo de la Encyclopaedia Britannica, donde podemos leer: «Muy hermosas son las descripciones dadas de Irem, la ciudad de los pilares, que después de la aniquilación de su población, permanece entera, dicen los árabes, invisible a los ojos ordinarios, pero ocasionalmente, y en raros intervalos, revelada a algún viajero favorecido por el cielo.» 

En efecto, según el folclore árabe, Irem es una ciudad mágica construida en el desierto por los Djinns. Irem también es una referencia a La Ciudad sin Nombre, donde Lovecraft menciona que las ruinas del desierto ocultan ciudades mucho más antiguas y sepultadas por la arena. Las menciones a Yog-Sothoth y Cthulhu no requieren mayor profundización.


[«En el año 950 d.C., el Azif, que había ganado una circulación considerable aunque subrepticia entre los filósofos de la época, fue traducido al griego en secreto por Theodorus Philetas de Constantinopla bajo el título Necronomicón.»]


Los eruditos cristianos consideran que el año 950 d.C. es el momento en que la persecución de los cristianos comenzó a declinar, y su ascenso a la hegemonía marcó el comienzo de la Edad Media. En cuanto a Theodorus Philetas, algunos piensan que podría tratarse de Teócrito, un poeta bucólico griego que fue discípulo de Philetas, sin embargo, no parece ser una elección obvia para Lovecraft. Teócrito nunca roza lo sobrenatural en sus obras. Es más probable que Theodorus Philetas sea algo parecido a un anagrama de uno de los seudónimos de Lovecraft: Lewis Theobald [ver: Los extraños seudónimos de Lovecraft]


[«Durante un siglo impulsó a ciertos experimentadores a terribles intentos, cuando fue suprimido y quemado por el patriarca Miguel. Después de esto, solo se lo oye furtivamente, pero (1228) Olaus Wormius hizo una traducción latina más tarde en la Edad Media, y el texto latino se imprimió dos veces: una en el siglo XV en letra negra (evidentemente en Alemania) y otra en el decimoséptimo (prob. en español) —ambas ediciones sin marcas de identificación, y ubicadas en cuanto a tiempo y lugar solo por evidencia tipográfica interna.»]


Miguel I [patriarca ortodoxo griego en Constantinopla desde 1043 a 1059] parece haber sido aficionado a la alquimia y el ocultismo. Olaus Wormius (1588-1655) fue un célebre médico y anticuario danés. Aquí, Lovecraft lo sitúa trescientos años antes de su tiempo.

La «letra negra» era un tipo de impresión utilizada por los tipógrafos ingleses, por lo que la suposición de que Alemania es su origen no parece acertada. La mención a España es históricamente apropiada. Muchos consideran que España era, de hecho, un hervidero de ocultismo en aquella época.


[«La obra, tanto en latín como en griego, fue prohibida por el Papa Gregorio IX en 1232, poco después de su traducción al latín, que llamó la atención sobre ella. El original árabe se perdió ya en la época de Wormius, como lo indica su nota preliminar; y no se ha visto nada de la copia griega, que se imprimió en Italia entre 1500 y 1550, desde el incendio de la biblioteca de cierto hombre en Salem, en 1692.»]


El Papa Gregorio IX [1145-1241] fue un especialista en prohibir cosas. Entre otras cosas, prohibió el Talmud y condenó abiertamente a todos los gatos negros como entidades satánicas, lo cual desencadenó una verdadera matanza de gatos negros en toda Europa [evidentemente, Gregorio no habría sido bien recibido en Ulthar; ver: Lovecraft, los gatos y un paseo por Ulthar].

En una carta a Clark Ashton Smith, fechada en noviembre de 1927, Lovecraft amplía un poco más el comentario, y afirma que Gregorio habría incluido al Necronomicón en el Index Expurgatorius, una especie de lista con posibles adiciones al Index Librorum Prohibitorum, esencialmente una catálogo con todos los libros prohibidos por la Iglesia Católica. Sin embargo, aquí Lovecraft parece tener las fechas mal nuevamente, porque el Index no se publicó hasta 1559. Más adelante, Lovecraft advirtió el error, y omitió la mención del Index Expurgatorius en posteriores versiones de Historia del Necronomicón.

La mención de Salem y la fecha [1692] es pertinente. Este fue el año del apogeo de los juicios por brujería de Salem. El incendio de esta biblioteca, sin embargo, es curioso. Quizás Lovecraft estaba preparando el terreno para una futura historia, o quizás refiriéndose a la biblioteca quemada de Cotton Mather [«cierto hombre» parece ser una referencia directa a Mather, pero eso se produjo muchos años después].


[«Una traducción al inglés hecha por el Dr. Dee nunca se imprimió y solo existe en fragmentos recuperados del manuscrito original. De los textos latinos que existen actualmente, se sabe que uno (siglo XV) está bajo llave en el Museo Británico, mientras que otro (siglo XVII) está en la Bibliothèque Nationale de París. Una edición del siglo XVII se encuentra en la Biblioteca Widener de Harvard y en la biblioteca de la Universidad de Miskatonic en Arkham. También en la biblioteca de la Universidad de Buenos Aires.»]


El «Dr. Dee» es John Dee [1527-1608], un hombre extraordinario. Fue consultor, como científico y astrólogo, de la reina Elizabeth I. Su biblioteca de libros ocultos era extensa y renombrada, tanto es así que eventualmente fue saqueada por una turba supersticiosa [ver: El verdadero «Necronomicón» de John Dee]. John Dee, además, fue el supuesto intérprete de la lengua de los ángeles, el Enoquiano.

Este párrafo de Historia del Necronomicón fue modificado por Lovecraft para ajustarse a una cita [por supuesto, apócrifa] del Necronomicón de John Dee que sirvió de epígrafe en el relato de Frank Belknap Long: Los devoradores del espacio (The Space Eaters), que en ese momento aún no se había publicado [este cuento de Long también fue el primero en incluir al flaco de Providence como personaje]. Más adelante, Lovecraft utilizó la mención de John Dee de Frank Belknap Long en El horror de Dunwich (The Dunwich Horror) [ver: La Biblia de Yog-Sothoth: análisis de «El horror de Dunwich»]

Lovecraft menciona varias bibliotecas reales [casi todas, en realidad, excepto la de la Universidad de Miskatonic] con copias del Necronomicón [ver: ¡Vamos a Arkham!]. Todas parecen de algún modo congruentes con la migración del libro [Inglaterra, Francia, Harvard, Arkham], pero, ¿por qué Lovecraft eligió Buenos Aires? El flaco de Providence casi nunca menciona a Sudamérica [y cuando lo hace no es en los términos más elogiosos], y nunca mencionó a Argentina.

Si uno observa en el mapa la ubicación de todas esas copias del Necronomicón, todas son congruentes, salvo la de Buenos Aires [Lovecraft emplea el arcaismo «Buenos Ayres»]; pero, si bien Buenos Aires estaba geográficamente alejada de Inglaterra, Francia y los Estados Unidos [según me informan, lo sigue estando], culturalmente era una ciudad vanguardista en la década de 1920. De hecho, el primer grupo surrealista fuera de Francia estaba activo en Buenos Aires en aquellos años. Pero, tal vez, Lovecraft estaba más interesado en el lado oscuro de Buenos Aires.

Poco antes de que Lovecraft escribiera Historia del Necronomicón se publicó un libro que causó una gran polémica, y si bien no hay evidencia de que el flaco de Providence lo haya leído, ciertamente estaba al tanto de las reseñas. Me refiero a El camino a Buenos Aires [Le Chemin Aux Buenos-Ayres], de Albert Londres, un periodista francés que realizó una investigación de incógnito sobre la trata de blancas por lo que en aquel entonces se llamó «el paraíso de los rufianes». Según el libro [y al parecer esto es bastante cercano a la realidad], la ciudad estaba llena de burdeles regenteados por la mafia judía. Además de todo esto, Buenos Aires era uno de los principales reductos de la teosofía: sesiones de espiritismo, médiums, psíquicos, el estudio de la Cábala, eran actividades populares en Buenos Aires a principios del siglo XX. Incluso Arthur Machen, a quien Lovecraft admiraba profundamente, mencionó una Buenos Aires con estas características en El gran Dios Pan (The Great God Pan). En resumen: hebreos maliciosos + ocultistas inescripulosos... tenía que haber una copia del Necronomicón en Buenos Aires.

Años después de la muerte de Lovecraft, Jorge Luis Borges asumió como director de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, en cuyo catálogo incluyó al Necronomicón, tal vez como burla u homenaje [ver: Borges y la misteriosa copia del «Necronomicón» en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires]. A propósito, Borges también nos dejó su versión de la ficción de Lovecraft en el relato There are more things [ver: Borges, Lovecraft y el Feng Shui de la cuarta dimensión]


[«Probablemente existan muchas otras copias en secreto, y se rumorea persistentemente que una del siglo XV forma parte de la colección de un célebre millonario estadounidense. Un rumor aún más vago acredita la preservación de un texto griego del siglo XVI en la familia Pickman, de Salem; pero si de hecho se conservó, se esfumó con el artista R.U. Pickman, que desapareció a principios de 1926. El libro está rígidamente suprimido por las autoridades de la mayoría de los países y por todas las ramas del eclesiasticismo organizado. Leerlo trae terribles consecuencias. Se dice que R.W. Chambers derivó la idea de su primera novela, El rey de amarillo, de los rumores sobre este libro (que relativamente pocos del público en general conocen).»]


El «célebre millonario estadounidense» que posiblemente posee una copia del Necronomicón podría ser una referencia al relato de Clark Ashton Smith: El regreso del hechicero (The Return of the Sorcerer) [publicado en 1931 pero que Lovecraft ya había leído], donde un tal John Carnby [lo suficientemente rico como para emplear a una secretaria, aunque definitivamente no es un millonario] posee «una colección singularmente completa de obras antiguas y modernas sobre demonología y artes negras».

«R.U. Pickman», por supuesto, es el Richard Upton Pickman de El modelo de Pickman (Pickman's Model), quien de hecho viene de una notoria familia de Salem [ver: De la luz a la oscuridad: psicología de «El modelo de Pickman»]. Al parecer, realmente hay muchos Pickman en los registros históricos de los juicios de Salem. Finalmente, Lovecraft menciona a Robert W. Chambers y el mítico Rey de Amarillo [King in Yellow], un libro maldito [y también apócrifo] que, según se dice, contiene una obra de teatro cuya lectura trae desgracia y locura [ver: Ciclo de Carcosa: ¡Vamos a las Híades con el Rey de Amarillo!]

Hasta aquí llegamos en El Espejo Gótico con esta Historia [y Prehistoria] del Necronomicón de Lovecraft. No hemos dicho nada realmente novedoso, pero sí creo que puede tener algún valor como marco general de referencia. Para finalizar compartimos el texto completo de Lovecraft, Historia del Necronomicón, sin más interrupciones impertinentes.



Historia del Necronomicón.
History of the Necronomicon, H.P. Lovecraft (1890-1937)

Título original Al Azif azif es la palabra utilizada por los árabes para designar ese sonido nocturno (producido por insectos) que se supone que es el aullido de los demonios. Compuesto por Abdul Alhazred, un poeta loco de Sanaá, en Yemen, de quien se dice que floreció durante el período de los califas Ommíades, alrededor del año 700 d.C. Visitó las ruinas de Babilonia y los secretos subterráneos de Menfis y pasó diez años solo en el gran desierto del sur de Arabia —el Roba el Khaliyeh o «Espacio Vacío» de los antiguos»— y el desierto «Dahna» o «Carmesí» de los árabes modernos, que se considera habitado por espíritus malignos y monstruos de la muerte. De este desierto muchas maravillas extrañas e increíbles cuentan los que pretenden haberlo penetrado. En sus últimos años Alhazred habitó en Damasco, donde se escribió el Necronomicón (Al Azif), y de su muerte o desaparición final (738 d.C.) se cuentan muchas cosas terribles y contradictorias. Ebn Khallikan (biógrafo del siglo XII) dice que fue capturado por un monstruo invisible a plena luz del día y devorado horriblemente ante un gran número de testigos paralizados. De su locura se cuentan muchas cosas. Afirmó haber visto la fabulosa Irem, o Ciudad de los Pilares, y haber encontrado bajo las ruinas de cierta ciudad del desierto sin nombre los impactantes anales y secretos de una raza más antigua que la humanidad. Era solo un musulmán indiferente, adorador de entidades desconocidas a las que llamó Yog-Sothoth y Cthulhu. En el año 950 d.C., el Azif, que había ganado una circulación considerable aunque subrepticia entre los filósofos de la época, fue traducido al griego en secreto por Theodorus Philetas de Constantinopla bajo el título Necronomicon. Durante un siglo impulsó a ciertos experimentadores a terribles intentos, cuando fue suprimido y quemado por el patriarca Miguel. Después de esto, solo se lo oye furtivamente, pero (1228) Olaus Wormius hizo una traducción latina más tarde en la Edad Media, y el texto latino se imprimió dos veces: una en el siglo XV en letra negra (evidentemente en Alemania) y otra en el decimoséptimo (prob. español) —ambas ediciones sin marcas de identificación, y ubicadas en cuanto a tiempo y lugar solo por evidencia tipográfica interna. La obra, tanto en latín como en griego, fue prohibida por el Papa Gregorio IX en 1232, poco después de su traducción al latín, que llamó la atención sobre ella. El original árabe se perdió ya en la época de Wormius, como lo indica su nota preliminar; y no se ha visto nada de la copia griega, que se imprimió en Italia entre 1500 y 1550, desde el incendio de la biblioteca de cierto hombre en Salem, en 1692. Una traducción al inglés hecha por el Dr. Dee nunca se imprimió y solo existe en fragmentos recuperados del manuscrito original. De los textos latinos que existen actualmente, se sabe que uno (siglo XV) está bajo llave en el Museo Británico, mientras que otro (siglo XVII) está en la Bibliothèque Nationale de París. Una edición del siglo XVII se encuentra en la Biblioteca Widener de Harvard y en la biblioteca de la Universidad de Miskatonic en Arkham. También en la biblioteca de la Universidad de Buenos Aires. Probablemente existan muchas otras copias en secreto, y se rumorea persistentemente que una del siglo XV forma parte de la colección de un célebre millonario estadounidense. Un rumor aún más vago acredita la preservación de un texto griego del siglo XVI en la familia Pickman, de Salem; pero si de hecho se conservó, se esfumó con el artista R.U. Pickman, que desapareció a principios de 1926. El libro está rígidamente suprimido por las autoridades de la mayoría de los países y por todas las ramas del eclesiasticismo organizado. Leerlo trae terribles consecuencias. Se dice que R.W. Chambers derivó la idea de su primera novela, El rey de amarillo, de los rumores sobre este libro (que relativamente pocos del público en general conocen).

H.P. Lovecraft (1890-1937)




H.P. Lovecraft. I Mitos de Cthulhu.


Más literatura gótica:
El artículo: Historia [y Prehistoria] del Necronomicón de Lovecraft fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante. Al igual que el Delomelanicon y el Codex Gigas, es uno de esos libros misteriosos de los cuales posiblemente nunca se tenga certeza de su origen.



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