Abdul Alhazred: una biografía


Abdul Alhazred: una biografía.




Abdul Alhazred, aquel árabe loco creador del Al Azif, más conocido como Necronomicón, a pesar de ser un personaje apócrifo, también posee una larga y meticulosa biografía [ver: ¿Por qué enloqueció Abdul Alhazred?]

El nombre Abdul Alhazred, por supuesto, es un seudónimo inventado por el propio H.P. Lovecraft después de leer las Mil y una noches a los cinco años. Algunos biógrafos anuncian que el apodo en realidad tiene origen en Albert Baker, abogado de la familia Phillips, quien siempre veía al pequeño Howard con un libro en las manos. En efecto, Abdul es un componente común de los nombres árabes, pero nunca es un nombre propio, es decir, sólo funciona como artículo, ya que deriva de la partícula Abd, «el». Alhazred, en cambio, nada tiene de arábigo, y mucho de doble sentido. Según la opinión de la mayoría, se trata de una deformación de All Has Read, «el que lo ha leído todo», aludiendo a la voracidad intelectual del pequeño Lovecraft [ver: ¿La palabra «CTHULHU» es un código secreto?]

Otra posibilidad, estudiada por el sueco Rickard Berghorn, es que el nombre Alhazred sea en realidad la latinización de dos personajes históricos: Alhazen ben Josef, traductor de Ptolometo, y Abu 'Ali al-Hasan ibn al-Haytham, redactor de algunos tratados sobre óptica y matemáticas [ver: El verdadero «Necronomicón» de John Dee]

Sea como sea, Abdul Alhazred posee nulas características gramáticas del árabe. A tal punto, que las traducciones de la obra de H.P. Lovecraft al árabe suelen vertir el nombre de Abdul Alhazred como Abdullah Alha Zred; tal vez porque el original resulta demasiado fuera del orbe morfológico de aquella lengua de exquisitas texturas. Curiosamente, la versión del nombre que los traductores árabes han elegido no está fuera de contexto. Abdullah Alha Zred literalmente significa «sirviente de lo prohibido» [ver: Traductores que perdieron la cabeza con el «Necronomicón»]

La biografía de Abdul Alhazred adquiere consistencia en la Historia del Necronomicon (History of the Necronomicon), escrita por H.P. Lovecraft en 1927 [ver: El Necronomicón según Lovecraft.]. Allí se nos informa que el «árabe loco» fue un poeta yemenita en la era de los califas Omeyas en el siglo VIII d.C. Tras visitar las ruinas de Babilonia y Memfis, y luego de diez años de soledad y ascetismo al sur del gran desierto arábico, el Roba El Khaliyeh, el «Espacio Vacío», según los antiguos, Abdul Alhazred se encontró con extraños espíritus de la aridez, los Ghouls, quienes lo informaron sobre un pasado remoto y fantástico de la Tierra [ver: Ghouls: la historia secreta de los Necrófagos en la ficción]

En el año 730 d.C, mientras residía en Damasco, Abdul Alhazred escribió un libro definitivo, una obra repulsiva, abominable, que llamó Al Azif, nombre que alude al extraño zumbido de los insectos en las noches del desierto; y que luego de incontables traducciones terminaría llamándose Necronomicón [ver: El Necronomicón de Simon]

La muerte de Abdul Alhazred, o más bien, su desaparición, se produjo en 738 d.C. Según Ibn Khallikan, biógrafo apócrifo del siglo XII, la potencia enloquecedora del libro finalmente desestabilizó el equilibrio mental del sabio. Al parecer, tuvo una visión estremecedora de dos entidades ciclópeas, antiguas como el mundo, que habitan bajo la superficie de lo que vulgarmente denominamos realidad, llamadas Yog-Sothoth y Cthulhu [ver: ¿Cómo se pronuncia «CTHULHU» en realidad?]

Tras la muerte de H.P. Lovecraft, August Derleth hizo algunas modificaciones en la vida de Abdul Alhazred. Por ejemplo, éste data su muerte en 731 d.C; e incluso nos invita a conocer su tumba en el relato El guardián de la llave (The Keeper of the Key), publicado en 1951 [ver: August Derleth: el creador de los Mitos de Cthulhu]

Fuese cual fuese el final dramático de Abdul Alhazred, al menos conocemos sus comienzos, lejos de las arenas voraces del desierto y fuera del orbe enloquecedor de manuscritos prohibidos que mencionan seres demasiado aberrantes para imaginarlos en la vigilia. Su horror definitivo acaso debamos hallarlo en la mirada atónita de un muchacho de cinco años, maravillado por un universo de noches interminables que se suceden una a una, como si el tiempo fuese una promesa, o una broma macabra de dioses antiquísimos [ver: El extraño caso del «Necronomicón de Simón»]




Mitos de Cthulhu. I HP. Lovecraft.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena investigación precisa, breve, sin demasiada informacion y exacta. Saludos.

Anónimo dijo...

En algún lugar que no quiero recordar, leí que murió devorado por una criatura invisible a plena luz del día y a la vista de numerosos testigos.



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