Las 100 páginas eliminadas de «Drácula» [y un final alternativo]


Las 100 páginas eliminadas de «Drácula» [y un final alternativo]




Los viejos siglos tenían, y tienen,
poderes propios que la mera «modernidad» no puede matar.


Si Bram Stoker hubiera seguido adelante con sus planes iniciales, Drácula (Dracula) habría sido una novela muy diferente. En esta primera versión, titulada El No Muerto (The Un-Dead), un profesor alemán, Max Windshoeffel, se habría enfrentado al Conde Wampyr de Estiria, Lucy Westenra habría estado comprometida con el doctor Seward, mientras que Mina habría asesinada por un hombre lobo.

Incluso en la versión terminada de Drácula hay algunos cabos sueltos. ¿El Conde es realmente destruido al final de la novela? Si no es así, ¿tenía Bram Stoker la intención de escribir una secuela? Todas estas cuestiones requieren una respuesta detallada. Comencemos, entonces, por el final de Drácula, el cual está directamente relacionado con estas 100 páginas eliminadas del manuscrito original.

El final de la novela es lo suficientemente ambiguo como para sugerir que es posible que Drácula no haya sido destruido. A lo largo del libro, Van Helsing insiste en que el método apropiado para matar a un vampiro es una estaca en el corazón, seguido de la decapitación. Pero, cuando llega el momento crucial, no hay estaca de madera. Drácula es derrotado con dos cuchillos y no está claro si se llevó a cabo una decapitación completa. ¿Esa tenue nube de polvo en la que se disuelve el cuerpo del Conde es una señal de que ha logrado escapar mediante una de sus tantas estratagemas? Las dudas solo aumentan cuando examinamos las instancias previas a la publicación de la novela.

Después de lo que parece ser la muerte de Drácula, Mina registra:


«El Castillo de Drácula se destacaba contra el cielo rojo, y cada piedra de sus almenas rotas se recortaba contra la luz del sol poniente».


En la versión mecanografiada podemos encontrar una interesante adición que luego sería eliminada:


«Mientras mirábamos se produjo una terrible convulsión de la tierra, de modo que pareció que nos balanceábamos de un lado a otro y caímos de rodillas. En el mismo momento, con un rugido que pareció sacudir los mismos cielos, todo el castillo y la roca e incluso la colina sobre la que se encontraba parecieron elevarse en el aire y dispersarse hacia en fragmentos mientras una poderosa nube de humo negro y amarillo se disparada hacia arriba con una rapidez inconcebible. Luego hubo una quietud en la naturaleza cuando retumbaron los ecos de algo, como el estampido hueco de un trueno, un largo redoble reverberante. Luego, en una ruina poderosa, cayeron los fragmentos que habían sido arrojados hacia el cielo en el cataclismo. Desde nuestra posición parecía como si el feroz estallido del volcán hubiera satisfecho el hambre de la naturaleza y que el castillo y la estructura de la colina se hubieran hundido nuevamente en el vacío. Estábamos tan consternados con lo repentino y la grandeza de ese suceso que nos olvidamos de pensar en nosotros mismos.»


En efecto, el final original de Drácula incluye una erupción volcánica que se traga el Castillo del Conde [ver: Una exploración literaria por el Castillo de Drácula]

Bram Stoker no incluyó este cataclismo en la novela, según su amigo Roger Sherman Hoar, porque «planeaba llevar a Drácula a Estados Unidos en otra historia» [ver: Drácula visita Salem's lot]. Esto es, por supuesto, un rumor. Sin embargo, el final que sí se publicó es decididamente ambiguo, lo cual podría ser una señal de que Bram Stoker tenía la intención de dejar abierta la posibilidad de una secuela.

Más aún, en la versión publicada no se usan las estacas para despachar al Conde, algo con lo que Van Helsing insiste a lo largo de la novela; de hecho, el uso de cuchillos podría ser una indicación de que Bram Stoker no se decidió por aniquilar por completo a Drácula y, en cambio, presentó un final ambivalente. Por supuesto, en esta posible secuela se explicaría que Drácula sobrevivió porque no fue ultimado correctamente.

Todo lo que se sabe sobre esta posible secuela de Drácula son rumores provenientes de amigos y familiares de Bram Stoker. Algunos sostienen que no solo planeaba una secuela, sino también una serie de relatos donde Van Helsing, como una especie de detective psíquico, se encargaría de resolver toda clase de entuertos paranormales. Lo cierto es que Bram Stoker nunca escribió una secuela de sus otras obras; ni siquiera recicló personajes de una historia a otra, de modo que una segunda parte de Drácula parece improbable.

El final de Drácula es decididamente anticlimático. No solo un villano tan inteligente y poderoso merecía un mejor final que ser despachado en cinco líneas, sino que los últimos dos capítulos de la novela poseen un ritmo excesivamente acelerado, como si hubiesen sido escritos a toda prisa, lo cual generó varias inconsistencias y puntos ciegos. Algunos sospechan que este frenesí no se debe a una escritura apresurada, sino a una corrección de último momento. ¿Acaso Bram Stoker fue persuadido por su editor [Archibald Constable] a cortar la escena del volcán en favor de un final más ambivalente?

Después de todo, por la versión mecanografiada sabemos que había muchos episodios y elementos que fueron recortados en la versión final. Por ejemplo, antes de llegar al Castillo tenemos unas 80 páginas en las que Jonathan Harker visita la Casa Muerta de Munich, donde, sin saberlo, conoce a una vampiresa llamada Condesa Dolinger de Gratz.

Es inusual que el manuscrito de una obra tan importante se pierda por completo... durante casi un siglo, pero este fue el caso del texto mecanografiado original de Drácula, cuya existencia no se sospechó hasta su descubrimiento en 1984. En las notas preliminares de la novela hay un apartado sin fecha que contiene varios títulos posibles, entre ellos, El No Muerto (The Un-Dead) y El Muerto No Muerto (The Dead Un-Dead). El 18 de mayo de 1897 se llevó a cabo una especie de premiere; en realidad, una lectura teatral de la novela. El programa impreso publicitó la obra como Drácula o El No Muerto (Dracula, or the Un-Dead). Dos días después Bram Stoker firmó el contrato con la editorial, Constable & Co., donde se especifica que el título de la novela es El No Muerto (The Un-Dead), pero cuando el libro apareció en las librerías, el 26 de mayo, el título se cambió al memorable, crujiente y enfático Drácula. Se desconoce si el cambio fue consensuado entre el autor y la editorial, o si fue una decisión unilateral.

Bram Stoker era un escritor minucioso [anal, diría Freud]. Existe evidencia concreta de las complejas reorganizaciones que sufrió la historia durante siete años de trabajo, además de una última carnicería al preparar el texto mecanografiado para la imprenta. La mayoría de las páginas del texto mecanografiado tienen, al menos, tres conjuntos de paginación: uno mecanografiado y dos en tinta, escritos a mano, lo cual sugiere la existencia de textos mecanografiados anteriores o, al menos, de otra drástica reorganización. Debido a que Bram Stoker utilizó el método de cortar y pegar [en esa época, literalmente cortar y pegar] para ensamblar el manuscrito, la numeración no siempre es lineal; de hecho, algunas páginas tienen dos números consecutivos.

Para evitar este engorro digamos que las secuencias de numeración indican con cierto grado de probabilidad que Bram Stoker no solo alteró el orden de los capítulos, sino el orden de las páginas dentro de los capítulos.

Del texto mecanografiado y las notas preliminares se desprenden algunas cuestiones interesantes, entre ellas, que el viaje de Jonathan Harker a Transilvania no era el comienzo original de la novela. El primer capítulo consistiría en la correspondencia entre Drácula y el señor Hawkins [el jefe de Jonathan] acerca de la compra de una propiedad en Londres. En el segundo capítulo, Harker habría escrito en su diaro de viaje que se detuvo en Munich para asistir a una representación de El holandés errante (Der Fliegende Hollander) de Richard Wagner [una elección apropiada dados sus elementos sobrenaturales], donde conocería a la Condesa Dolinger de Gratz, una vampiresa más sofisticada que las tres novias del Castillo. Está claro que, como mínimo, Bram Stoker eliminó 102 páginas que preceden al inicio del Drácula que conocemos, el cual comienza con una entrada del diario de Jonathan Harker fechada el 3 de mayo.

Florence, la viuda de Bram Stoker, publicó un texto mecanografiado después de la muerte de su esposo, que, según ella, era el segundo capítulo original de la novela. Lo tituló El huésped de Drácula (Dracula's Guest) y apareció en una colección de 1914 del mismo título. Sin embargo, a la luz de las notas y las versiones previas, hoy sabemos que El huésped de Drácula no era un capítulo, sino un borrador muy temprano de la novela, o incluso un cuento independiente que data de alrededor de 1890.

No ha sobrevivido ningún texto escrito a mano de Drácula, si es que realmente existió alguno, pero sí ha sobrevivido un extenso archivo de notas preliminares, esquemas de la trama, listas y descripciones de los personajes, y varios borradores mecanografiados. Al igual que Mina Harker, Bram Stoker optó por utilizar la máquina de escribir, que para la década de 1890 había dejado de ser un dispositivo que solía fallar y difícil de mantener. En el capítulo XIV de la novela, Mina expresa su gratitud por poder usar la «máquina de escribir del viajero», posiblemente una referencia a la la Columbia, una máquina de escribir portátil. Es probable que Bram Stoker escribiera toda la novela en dispositivos de este tipo, o bien que haya contratado a una de las numerosas agencias de mecanografía que existían en la época para transcribir textos escritos a mano. Si esto fue así, el trabajo habría sido hecho por una mujer, una auténtica Mina cuyo nombre nunca conoceremos.

Desde luego, todas las páginas del texto mecanografiado exhiben alguna revisión a mano por parte de Bram Stoker, a veces añadiendo una o dos frases. Una de estas adiciones de última hora, en puño y letra, es la cita de la popular balada de Gottfried August Bürger, Lenore (Lenore)Denn die Todten reiten schnell [«porque los muertos viajan deprisa»], susurrada por uno de los pasajeros del carruaje que Harker toma en el Paso de Borgo [ver: Porque los muertos viajan deprisa]

Algunas de estas revisiones fueron hechas por el distinguido médico Sir William Thornley Stoker, hermano de Bram, quien lo asesoró en el aspecto médico de la historia, sobre todo en relación a las transfusiones de sangre que se le administran a Lucy Westenra con la esperanza de salvarla. De hecho, William Stoker viajó desde Dublin, su lugar de residencia, a Londres, a efecto de asegurarse de que la descripción técnica del inusual proceso de transfusión de sangre hecha por Bram fuera precisa.

En este punto del desarrollo de Drácula, Renfield, aquel entrañable paciente zoófago, todavía no tenía nombre propio, y simplemente se refería a él como Flyman [ver: Síndrome de Renfield]. La Abadía de Carfax [una de las propiedades que Drácula adquiere en Londres] tampoco tenía nombre, y las fechas y progresión de hechos a bordo del Deméter [el barco que lleva al Conde a Whitby] eran un verdadero caos. Todo esto sugiere que Bram Stoker permaneció indeciso sobre diferentes aspectos de la novela hasta una etapa relativamente tardía.

A propósito de Lucy, la muchacha encuentra un «broche misterioso» en la playa de Whitby, probablemente uno de los objetos que se perdió en el naufragio del Deméter. Esta pieza de joyería juega un papel importante en la versión no publicada, cuando Lucy, sonámbula, camina por el cementerio de Whitby y es atacada. La seductora mujer rubia del Castillo que ataca a Harker usa el mismo tipo de joya. Ambas ejercen un poder hipnótico sobre Harker y Lucy, pero no queda claro si Bram Stoker deseaba que esta vampiresa viajara con el Conde a Inglaterra, perdiendo el broche en el naufragio.

Tal vez el aspecto más importante que no fue incluido en la versión publicada es el final. Afortunadamente, el pasaje fue tachado del texto mecanografiado pero resulta claramente legible. Allí nos enteramos que, después de que Morris y Harker matan al Drácula, el Castillo es destruido en un cataclismo volcánico. El pasaje sugiere que, así como el cuerpo de Drácula se mantenía sobrenaturalmente más allá de los límites de la muerte, el Castillo estaba atado al Conde [como Sauron al Anillo Único, o como la Casa Usher a Roderick Usher], y colapsó cuando ese vínculo se rompió debido a la muerte del Conde. Es posible que nunca sepamos los motivos de Bram Stoker para ese significativo recorte del clímax de la historia, pero es probable que tenga que ver con la posibilidad de traer de nuevo al Conde en una secuela [ver: ¿Quién convirtió a Drácula en vampiro?]

Debemos retroceder siete años, hasta 1890, para encontrar el momento en que Bram Stoker se decidió por un tema y un personaje destinados a convertirse en un clásico. Él, su esposa e hijo pasaron el verano de 1890 en el balneario de Whitby, en la costa de Yorkshire. Esta pintoresca ciudad, con las imponentes ruinas de una abadía del siglo XIII sobre un promontorio junto al mar, causó una fuerte impresión en Bram Stoker; tal es así que esta localidad se incorporó a varios capítulos de Drácula. En el libro, Whitby se convierte en el sitio de la casa de vacaciones de la familia Westenra. Más tarde, cuando Drácula es llevado a Inglaterra en secreto a bordo de un barco mercante ruso, el Deméter, llega a Whitby en medio de una tormenta. El incidente se basó en un naufragio real de un barco ruso del que Bram Stoker había oído hablar a los residentes locales [ver: El misterio del «Deméter»]. Finalmente, después de que Drácula desembarca en forma de un gran perro, es en un banco en lo alto del acantilado, cerca del cementerio, donde Lucy Westenra tiene su primer y fatídico encuentro con el vampiro [ver: Bloofer Lady: la transformación de Lucy Westenra]

Según el hijo del autor, Noel Stoker, Drácula fue inspirado por una pesadilla de su padre sobre un rey vampiro que se levantaba de la tumba. Esta pesadilla se produjo durante aquellas vacaciones familiares en Whitby, luego de una indigestión.

Las primeras notas para el libro datan de marzo de 1890. En contraste con el vértigo periodístico al que Bram Stoker estaba acostumbrado, que apenas le permitía desarrollar un relato corto durante el año, y una novela en el transcurso de un mes de vacaciones, su trabajo sobre Drácula fue meticuloso, casi obsesivo, desde el principio; a tal punto que a menudo se estancaba durante semanas en la atención de detalles triviales. Todo este esfuerzo por la precisión y la verosimilitud, por el ritmo de la historia, por cada giro de la trama, cuidadosamente planeado y revisado en numerosas ocasiones, es, en lo personal, lo que más destaco de la novela. Por supuesto, mis opiniones son cirrelevantes aquí, pero tal vez sirvan para enfatizar esta relación entre el carácter obsesivo de un autor con la calidad de la obra producida. Prefiero leer una mala novela [no es el caso de Drácula] que realmente haya obsesionado a su autor, que una pieza excelente que solo haya constituído para su creador un desafío intelectual. En cualquier caso, a diferencia de sus otras novelas, Drácula fue, como toda obsesión, un proyecto a largo plazo [ver: El código secreto en el «Drácula» de Bram Stoker]

Las primeras notas de 1890 muestran que, originalmente, Bram Stoker concibió a Drácula como una obra en cuatro libros, que denominó De Estiria a Londres (From Styria to London) [luego tachó «Estiria» y la sustituyó por «Transilvania»]. Cada uno de estos cuatro libros constaría de siete capítulos. Aún en esta etapa temprana, la acción de cada capítulo se trazó con sorprendente detalle. El capítulo III del Libro 1 se describe como «El viaje — lobos — llama azul» [The journey — wolves — blue flame]; y el capítulo IV: «Llegada al castillo» [Arrival the castle]. Incluso una de las líneas más memorables del Conde ya había sido visualizada por Bram Stoker en 1890. Su borrador para el capítulo V dice: «Soledad — el beso — este hombre me pertenece» [Loneliness — the Kiss — this man belongs to me] [ver: ¡Este hombre me pertenece!]

El personaje principal aparece allí como El Conde [The Count], luego Conde Wampyr [Count Wampyr], y finalmente Drácula. Como dato curioso, Bram Stoker anota algunos rasgos especiales de los vampiros, por ejemplo, «nunca comer ni beber», «influencia sobre ratas», «dinero en oro viejo», «no hay espejos en el castillo, nunca puedo verlo reflejado» [ver: El «Drácula» de Stoker NO está inspirado en Vlad Tepes]

Todo este rigor contradice el corte abrupto que recibió el final original de Drácula. Como ya hemos mencionado, Drácula no es destruido de la manera recomendada por Van Helsing durante el curso de la novela, es decir, con una estaca atravesándole el corazón y, acto seguido, su decapitación. En cambio, es ultimado cuando Jonathan Harker le corta el cuello con su cuchillo kukri mientras que Quincey Morris, herido de muerte, clava su cuchillo bowie en el corazón del Conde. Esto es lo que sucede a continuación, tal como lo describe Mina:


«Fue como un milagro, pero ante nuestros propios ojos, y casi en un abrir y cerrar de ojos, todo el cuerpo se convirtió en polvo y desapareció de nuestra vista (...) incluso en ese momento de disolución final había en el rostro una mirada de paz como nunca hubiera imaginado que podría haber descansado allí.»


¿El obsesivo Bram Stoker está tratando de decirnos que Drácula está muerto, y aparentemente reconciliado con Dios, de un modo que contradice el lore que plantea la novela? Es como si Tolkien hubiera decidido a último momento, mientras Frodo y Sam [y Gollum] llegaban al Monte del Destino, que el Anillo Único podía ser destruido por un fuego común y corriente, y no por el calor volcánico que lo forjó en primera lugar? No es un ejemplo exagerado: Tolkien nos dice que la ÚNICA manera de destruir el Anillo es en el Monte del Destino, así como Van Helsing sostiene que la ÚNICA forma de matar a Drácula es atravesándole el corazón con una estaca y luego decapitarlo. Tolkien es consistente con el lore de su historia, pero Bram Stoker toma un camino alternativo. ¿Por qué? Solo hay dos respuestas posibles: pensaba traer de regreso al Conde en una secuela, o bien Van Helsing estaba equivocado [ver: El «cerebro infantil» de Drácula]

Personalmente creo que el plan de Bram Stoker era acabar con el Conde de forma consistente con el universo interno de la novela, pero Archibald Constable, su editor, le planteó la posibilidad de una secuela en el futuro. Realmente no podemos saber si Bram Stoker pensaba escribirla algún día, pero de todos modos recortó el final original y optó por un final ambiguo, un final que en su ambivalencia sí es consistente con el lore de la historia. Siguiendo esta posibilidad, la descripción de Mina de que el cuerpo de Drácula «se convirtió en polvo y desapareció de nuestra vista» podría ser una señal de que el Conde simplemente escapó convirtiéndose en polvo en el momento justo. Después de todo, es uno de sus poderes.

Sin embargo, hasta ese momento, la frente de Mina estaba marcada por la hostia eucarística que Van Helsing utilizó luego de ser mordida por el Conde. Al colocar la hostia en la frente de Mina, la piel quedó en carne viva, como si le hubieran apoyado «una pieza de metal al rojo vivo». La marca significa su infección vampírica y su enlace con Drácula, ya que en esta historia se establece un vínculo telepático entre los vampiros [ver: El enlace entre el Vampiro y su víctima]. Además, en el universo de Bram Stoker los vampiros no toleran los objetos sagrados. Drácula es repelido con crucifijos, sus «novias» se mantienen a raya con un círculo mágico hecho con hostias desmenuzadas; etc. En este sentido, cuando Drácula [aparentemente] ha sido despachado, un agonizante Quincey Morris dice:


«¡Gracias, Dios mío, porque todo esto no ha sido en vano! ¡Miren! ¡Ni la nieve está más limpia que su frente! ¡La maldición ha terminado!»


Si Drácula no murió, ¿cómo pudo suceder eso? La desaparición de la marca en la frente de Mina indica que ella está libre de la «infección». Además, lo que muchos olvidan es que la novela concluye con un epílogo ambientado siete años después. No hay signos de vampirismo en Mina. De hecho, ella y Jonathan han tenido un hijo, el pequeño Quincey. Por otro lado, Arthur Holmwood ha superado la pérdida de Lucy y se ha casado, también el doctor Seward. Hasta Van Helsing parece despreocupado y jovial. Si Bram Stoker tenía la intención de traer de regreso a Drácula, ¿dónde están las señales?

Respuesta: en las páginas excluidas de la novela publicada.

En la historia original, Scotland Yard toma parte en la investigación de las actividades del Conde en Londres. De hecho, Bram Stoker perfiló dos detectives que colaborarían con el grupo de «cazadores». Archibald Constable planteó su desacuerdo sobre este punto, en parte porque la investigación de estos dos detectives se desarrollaría en Londres, donde Jack el Destripador seguía prófugo. En resumen, Archibald Constable pensaba que incluir una investigación policial sobre una serie de misteriosos y espantosos asesinatos en Londres sería considerado un golpe bajo. Al final, Bram Stoker y su editor se pusieron de acuerdo, y el escritor accedió a eliminar la mayor parte del prefacio y unas cien páginas del manuscrito.

Ahora bien, para reconstruir la posibilidad de un Drácula que haya sobrevivido debemos comentar un dato biográfico: la misteriosa enfermedad de Bram Stoker, la cual lo confinó a la cama durante la mayor parte de su infancia hasta que se recuperó, abrupta y milagrosamente, a la edad de 7 años. Diez años más tarde sería campeón de rugby en el Trinity College. ¿Qué sucedió para que Bram Stoker pasara de ser un niño frágil y postrado a un duro jugador de rugby en tan poco tiempo? No, no creo que hubiera un vampiro involucrado, pero sí un conocimiento profundo, de primera mano, de lo que sentiría una víctima de vampirismo, particularmente un niño.

Al parecer, Bram Stoker consideró la posibilidad de que Drácula comenzara con la historia de un niño enfermizo que es curado por su niñera [en realidad, no es solo una niñera, sino una criatura sobrenatural]. Este episodio terminaría en la cima de una volcán en Rumania, básicamente en lugar donde estaba el Castillo del Conde, destruido por aquella erupción. Esto, sin embargo, sería presentado al lector al comienzo de la novela, pero cronológicamente tendría que ver con el final; mejor dicho, con el epílogo, porque este niño enfermizo es nada menos que el pequeño Quincey Harker, hijo de Jonathan y Mina. De este modo quedaría establecido que Drácula no solo sobrevivió, sino que siguió vampirizando al pequeño Quincey, quizás después de algunos años de recuperar fuerzas, y que el epílogo, conectado directamente con el prefacio, en realidad da comienzo a una nueva historia.

Por supuesto, todo esto es simplemente especulación, aunque posee ciertos fundamentos, porque buena parte de estos elementos no incluidos en el original aparecieron en Mörkrets makter [Poderes de la oscuridad], una versión islandesa de Drácula publicada en 1899, dos años después de la aparición del original, que fue aprobada por el propio Bram Stoker a pesar de sus extravagantes diferencias. Mörkrets makter [para no desviarnos demasiado hablaremos sobre esta versión en otro artículo] incluye TODO el material que Bram Stoker no publicó en la versión oficial, incluida la siguiente declaración en el prefacio:


«Estoy bastante convencido de que no hay duda alguna de que los eventos aquí descritos realmente sucedieron, por increíbles e incomprensibles que puedan parecer a primera vista.»


Por las circunstancias que rodean a El huésped de Dracula queda claro que Bram Stoker escribió versiones anteriores de Drácula, pero hay una confirmación más directa que proviene de una fuente inesperada: H.P. Lovecraft. En una carta a Frank Belknap Long, fechada el 7 de octubre de 1923, el flaco de Providence escribe:


«La señora Miniter leyó Drácula en un manuscrito hace unos treinta años. Estaba increíblemente descuidado. Consideró hacer el trabajo de revisión, pero Stoker pensó que sus aranceles eran demasiado altos.»


La «señora Miniter» era una buena amiga de Lovecraft [este se quedó en su casa en un par de ocasiones]. Su nombre era Edith Dowe Miniter (1867-1934), una escritora y periodista cuyas revisiones eran muy bien consideradas en el ámbito editorial. En otra carta, esta vez a Donald Wandrei, fechada el 29 de enero de 1927, Lovecraft repite la misma información sobre el manuscrito de Bram Stoker:


«... es interesante mencionar que una persona de nuestro círculo de periodistas aficionados, la anciana señora Miniter, tuvo la oportunidad de revisar el manuscrito de Drácula [¡que era un diabólico desastre!] antes de su publicación, pero lo rechazó porque Stoker se negó a pagar el precio que la dificultad del trabajo le impulsó cobrar.»


Lovecraft vuelve sobre el mismo tema en una carta a R.H. Barlow del 10 de diciembre de 1932:


«Conozco a una anciana que casi tuvo el trabajo de revisar Drácula a principios de la década de 1890: vio el manuscrito original y dijo que era un tremendo desastre. Finalmente, alguien más (Stoker pensó que el precio a pagar por el trabajo era demasiado alto) le dio la la forma que ahora posee.»


En otra carta a Barlow, fechada en septiembre de 1933, Lovecaft agrega que la señora Miniter no tuvo ningún contacto personal con Bram Stoker:


«Ella nunca estuvo en contacto directo con Stoker, un representante suyo le llevó el manuscrito y más tarde, cuando no se pudo llegar a ningún acuerdo, tuvo que devolverlo.»


Finalmente, en una memoria de la fallecida señora Miniter, escrita en 1934 pero publicada en 1938, Lovecraft brinda información adicional sobre parte de la razón por la cual la señora Miniter no aceptó el trabajo:


«A la señora Miniter no le gustaban las historias de carácter macabro o sobrenatural, considerándolas como extravagantes y poco representativas de la vida. Rechazó la oportunidad de revisar un manuscrito de este tipo que más tarde alcanzó mucha fama: la novela de vampiros, Drácula, cuyo autor estaba entonces de gira por Estados Unidos como representante de Sir Henry Irving.»


Si los detalles que proporciona Lovecraft son correctos, Edith Miniter fue contactada para hacer el trabajo de revisión del manuscrito de Drácula cuando Sir Henry Irving y su conjunto estaban de gira en los Estados Unidos, respaldados por Bram Stoker. Esta gira comenzó en 1893 y llegó a Boston en enero de 1894, donde Edith Miniter trabajaba para el la revista Boston Home Journal. Las producciones de Irving fueron reseñadas por Miniter de manera mordaz; de hecho, fue una de las peores críticas de aquella gira por los Estados Unidos. Bram Stoker fue el contacto de prensa durante la gira, y no es improbable que allí conociera a Edith Miniter.

Volviendo a las notas de Bram Stoker, es bien sabido que, en la versión publicada, el Conde se encarga secretamente de todas las tareas del hogar para Harker; pero en las notas tiene una criada sordomuda. Debe haber sido una buena empleada, porque también cumple sus funciones en Inglaterra. Probablemente esto se descartó cuando Bram Stoker escribió la masacre del Deméter, lo cual hacía difícil que la mujer, evidentemente humana, llegara a salvo a Whitby. Otro sirviente se menciona en las notas, un «hombre silencioso», originalmente el cochero que lleva a Jonathan Harker al castillo. En Drácula, el propio Conde desempeña el papel de cochero [ver: ¿Drácula era menos inteligente de lo que creíamos?]

Otro detalle interesante que aparece repetidamente en las notas de Bram Stoker es el Cuarto Rojo. Se trata de «una habitación secreta del castillo coloreada como la sangre». En una nota leemos: «Harker registra el castillo — descubre cuarto rojo sangre» [ver: Las fantasías privadas de Bram Stoker]. Esta habitación resulta ser el lugar más secreto del Castillo que luego, en una versión corregida, se convierte en una de las habitaciones de Carfax. El doctor Seward la describe del siguiente modo:


«Estaba en un dormitorio decorado con gran lujo, además de iluminado por una lámpara colgante con una pantalla roja sangre. Todo en la habitación era del mismo color, en mi opinión no muy adecuado para un ambiente tranquilo y relajante, como debería ser un dormitorio. Allí todo era un rojo llameante que penetraba y llenaba el ambiente. Techos y paredes estaban cubiertos de terciopelo rojo, dos de las grandes paredes estaban cubiertas casi en su totalidad con inmensos espejos (?) enmarcados con felpa roja: la alfombra tenía el mismo color, y tanto las ventanas como las puertas estaban completamente cubiertas con cortinas rojas, mientras que la cama misma estaba cubierta y acolchonada con seda y terciopelo en este color intenso y brillante, tal es así que parecía un estuche para joyas, más que un ordinario lugar de descanso.»


Bram Stoker le dio vueltas a esta idea del Cuarto Rojo, originalmente destinado a ser a la habitación donde Drácula se alimentaba, pero luego la descartó por considerar que un cuarto con estos colores era más adecuado para una mujer. Drácula pasó a tener otra habitación dispuesta de forma más masculina [ver: Drácula y las mujeres]

A propósito del doctor Seward, el administrador del manicomio de Carfax, se lo describe en las notas como «el médico loco» [mad doctor]. La primera nota dice: «médico loco — enamorado de la chica — paciente loco — teoría de la vida eterna» [Mad Doctor — Loves Girl —Mad patient theory of perpetual life]. John Seward es el «doctor loco», Lucy Westenra es de quien está «enamorado», y Renfield es el «paciente loco» con sus extrañas teorías. En el Drácula publicado, el doctor Seward no tiene problemas con su salud mental [aunque es un sádico], pero en las notas su condición mental es un punto importante de la trama. Eventualmente pierde la cordura cuando Lucy, ya convertida en vampiro, es ultimada por los cazadores, y termina encerrado en el manicomio que el mismo administraba hasta hace poco. De hecho, algunos piensan que, originalmente, el doctor Seward y Renfield serían un solo personaje [ver: Porque la sangre es la vida: análisis del «Caso Renfield»]

Si tomamos esta prehistoria de Drácula, es decir, las notas preliminares, y las comparamos con la versión publicada, podemos encontrar varios elementos que no son disonantes con la historia final. A su llegada al Castillo, por ejemplo, Harker habría sido recibido por la ama de llaves sordomuda y conducido a un templo subterráneo [el Cuarto Rojo], donde se revelaría rápidamente que Drácula practica el sacrificio ritual. La sangre, sin embargo, no es para sí mismo, sino para un selecto grupo de acólitos gitanos «parecidos a simios». Más adelante, Harker se encuentra con una vampiresa rubia, en lugar de las tres novias; y aunque en el libro Harker se siente aliviado de ser rescatado por la interrupción del Conde, en las notas Harker sigue encontrándose en secreto con esta no-muerta, desobediendo repetidamente las instrucciones de su anfitrión [ver: La verdad sobre las tres Vampiresas de Drácula]

En Londres, Drácula tiene muchas apariciones públicas, incluso charla animadamente con Mina en la calle [Coppola incorporó esta nota a su película]. De hecho, mientras se alimenta de Lucy por las noches, durante el día el Conde asiste a una reunión en la residencia Westenra, y hasta organiza una fiesta en Carfax con invitados muy respetables [ver: El Drácula de Coppola y las cloacas de Stoker]




Taller gótico. I Vampiros.


Más literatura gótica:
El artículo: Las 100 páginas eliminadas de «Drácula» [y un final alternativo] fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres un escritor maravilloso y tus escritos me demustran tu talento. Me encantas.

Tristán de Aragón dijo...

Cuando tenía unos ocho o nueve años me hice de una copia de "Drácula", era una versión escolar, resumida, que no superaba las 120 páginas, pero este librito tenía una peculiaridad: en los capítulos en que Jonathan Harker recorre el castillo del conde se encuentra con una puerta que, al abrirla, da hacia un campo abierto muy extenso donde hay un león o tigre que se arroja sobre él, Harker apenas alcanza a cerrar la puerta y ponerse a salvo (al más puro estilo de las caricaturas) y, acto seguido, sigue recorriendo el castillo. De adolescente siempre me sorprendió que esa parte del libro no se adaptara a las películas, ni siquiera a la de Francis Ford Coppola o de Mel Brooks. Años después conseguí una versión de extensión normal de la novela y pensé que la nueva edición que tenía suprimía ese pasaje, así que decidí buscar resúmenes y pdfs de la novela pero en ninguna se decía nada de un león o un tigre. Llegué a la conclusión de que aquella versión escolar que perdí en una excursión no era muy fiel al libro (tal vez alguien tuvo un arrebato de imaginación mientras la editaba), sin embargo, se convirtió en un buen y curioso recuerdo.

Sebastian Beringheli dijo...

Gracias, Anon! Eres muy amable.

Tristán: Es interesante que justo aquel fragmento se haya grabado a fuego en tu recuerdo. Me pregunto si esta escena del león o tigre no reemplazaba en la versión escolar la escena de Harker con las tres vampiresas.

Tristán de Aragón dijo...

Honestamente no lo recuerdo con exactitud, pero creo que es una posibilidad, tengo la impresión de que otros aspectos violentos de la historia aparecían abreviados o mencionados sólo de pasada.



Lo más visto esta semana en El Espejo Gótico:

Relato de Thomas Mann.
Apertura [y cierre] de Hill House.
Los finales de Lovecraft.

Poema de Wallace Stevens.
Relato de Algernon Blackwood.
De la Infestación al Poltergeist.