«Meditaciones entre las tumbas»: James Hervey; poema y análisis.


«Meditaciones entre las tumbas»: James Hervey; poema y análisis.




[«En lugar tan apartado y temible no pude evitar caer en una sucesión de severas reflexiones, tristemente placenteras, que, según creo, me resultaron en cierta medida provechosas mientras poseyeron y avivaron mis pensamientos.»]


Meditaciones entre las tumbas (Meditations Among the Tombs) —a veces traducido al español como Meditaciones entre los sepulcros— es un poema de cementerio de escritor y reverendo inglés James Hervey (1714 - 1708), publicado en 1746. Se trata de un largo poema en prosa, considerado como el primer poema de cementerio. [ver: La poesía del silencio sepulcral]

En el prefacio Meditaciones entre las tumbas, James Hervey escribe:


[«Me halaga que los pensamientos concebidos entre las tumbas puedan ser bienvenidos por la mente seria, porque, como son pocos los que no han consignado los restos de algún querido amigo o pariente a esos silenciosos depósitos, se debe ser consciente de que esta es la casa designada para todos los vivientes, y que ellos mismos se mudarán en breve a las mismas mansiones solemnes.»]


Las Meditaciones entre las tumbas de James Hervey están escritas como si se tratara de una carta a una joven mujer. El escenario es Cornualles, donde el escritor da un paseo por una vieja y retirada iglesia, en la cual comienza a tener una serie de pensamientos lúgubres y extrañamente placenteros en relación a la muerte [«no pude evitar caer en una sucesión de severas reflexiones, tristemente placenteras»].

Meditaciones entre las tumbas de James Hervey se desarrolla en sesenta y cinco páginas, donde predomina el tema de la Melancolía [ver: Historia de la Melancolía]. Al entrar en la iglesia, Hervey se siente atraído por la estructura elevada, un «hermoso retablo». Recuerda el «excelente discurso de Salomón al Todopoderoso, en la dedicación de su famoso templo», y está encantado; pero pronto es asaltado por reflexiones un poco más sombrías, casi metafísicas.


[«Al examinar los registros de mortalidad, encontré los memoriales de una multitud promiscua. Sabios, niños, amos, sirvientes, opulentos e indigentes, todos disfrutando del mismo sueño profundo, con toda distinción de rango y superioridad desaparecida. Ninguno ambicionaba los aposentos más altos, o los asientos principales, en esta casa de duelo. Ninguno albergaba esperanzas afectuosas y ansiosas de ser recibido con honor en sus oscuras celdas. El hombre de años y experiencia, reputado como un oráculo en su generación, se contentaba con acostarse a los pies de un bebé.»]


James Hervey menciona que «aquella piedra blanca» marca el lugar de descanso de un infante que «exhaló su tierna alma casi al instante de recibirla». La tumba evoca el dolor de una madre cariñosa y un padre indulgente, y la repentina muerte de un muchacho de veintiocho años provoca la admonición: «¡No presumas del mañana!»

En una primera lectura, Meditaciones entre las tumbas parece aspirar simplemente a moralizar sobre la vanidad humana y alertar al lector sobre la brevedad de la vida; sin embargo, James Hervey pronto desbarata esta presunción.


[«Entre estas confusas reliquias de la humanidad, hay, sin duda, personas de intereses contrarios y sentimientos contradictorios. Pero la muerte, como un hábil jornalero, ha puesto su mano sobre las partes en conflicto; y llevó todas sus diferencias a una conclusión amistosa. Enemigos jurados habitan juntos en unidad. Dejan todo pensamiento amargado y olvidan que alguna vez fueron enemigos.»]


El elemento dramático es prominente en Meditaciones entre las tumbas, pero James Hervey no recurre a la idea [demasiado simplista, creo] de que la muerte, al ser inevitable, debe ser aceptada con humildad. De hecho, vindica la negación, la rebeldía, el deseo de seguir vivo, a pesar de todo, de un modo que recuerda [lejanamente] a Dylan Thomas y su notable poema: No entres dócil en esa buena noche (Do Not Go Gentle Into That Good Night). No importa que seamos mortales, que estemos destinados a morir en el mismo instante en que nacemos: toda muerte es una tragedia.


[«El alma, a punto de abandonar el barro tambaleante, junta todas sus fuerzas. El hombre bueno se levanta sobre su almohada; tiende a sus siervos una mano bondadosa; se despide conmovedoramente de sus amigos; estrecha su vida en un débil abrazo y besa las amadas falanges de su mutuo amor.»]


La denominada Poesía de Cementerio surge en pleno declive de la estética augusta. Este giro implica el paulatino abandono de los paisajes idílicos por una mirada más directa sobre la Muerte. La idea subyacente de la Poesía de Cementerio, donde predomina la melancolía, se concibe como una reacción al progreso que margina a las clases bajas y campesinas a la más absoluta pobreza. Los poetas de cementerio, cuyos cimientos se construyeron sobre las Meditaciones entre las tumbas de James Hervey, tienen por objeto denunciar la precariedad y la miseria y demandar conmiseración a aquellos que gozan de riquezas.

En este contexto, la Muerte, la Tumba, el Cementerio, se toman como imágenes recurrentes que aluden a la mutabilidad de la materia y la fugacidad de la existencia. Después de todo, los ricos y los pobres terminarán del mismo modo:


[«Tal vez sus huesos desmoronados se mezclen mientras se enmohecen; y aquellos que, mientras vivieron, se mantuvieron distantes en discrepancias irreconciliables, aquí caen en abrazos mutuos, e incluso se incorporan en la tumba, ¡oh!, para que aprendamos de estas cenizas amigas, a no perpetuar la memoria de las injurias, a no fomentar la fiebre del resentimiento ni acariciar la turbulencia de la pasión. ¡Que haya tan poca animosidad y desacuerdo en la tierra de los vivos como en la congregación de los muertos!»]


De este modo, Meditaciones entre las tumbas pretende conmover a los ambiciosos y alentarlos a que contemplen la salvación espiritual, no solo la propia, sino la de los pobres.

Además, los temas recurrentes que dotan de un aire sepulcral a esta modalidad poética son la enfermedad física, la enfermedad social, la muerte, la tumba y la oscuridad de la noche, elementos de gran realismo que inspiraron a los poetas de cementerio a plasmar en sus melancólicos versos sus más profundas críticas, advertencias y contemplaciones.


[«Allí, el infante pacífico, con tan solo saber lo que significan el trabajo y la vejación, yace quieto; duerme y está en reposo. Quedándose sólo para lavar su nativa impureza en la fuente de la regeneración, se despidió rápidamente del tiempo y de las cosas terrestres. ¿Qué encontró el pequeño viajero apresurado, tan imponente y repugnante en nuestro mundo superior como para ocasionar su precipitada salida?»]


Pero, por supuesto, el poeta no tiene respuestas. Cree en la vida eterna, en la recompensa del cielo, pero se pregunta qué habrá hecho el infante, que solo comparte la impureza del pecado original, para querer partir de este mundo tan rápido:


[«Nuestro extraño recién llegado comenzó a sorber la copa de la vida; pero, al percibir la amargura, apartó la cabeza y la rechazó. ¿Fue esta la causa por la que el cauteloso bebé solo abrió los ojos; simplemente miró la luz y luego se retiró a las regiones más atractivas del reposo imperturbable?»]


Como vemos, Meditaciones entre las tumbas es un poema que habla de la muerte en sus aspectos más trágicos y crueles, como la muerte de un inocente o, como más adelante, la de un joven en la plenitud de la vida. En este contexto, James Hervey no solo habla de la tragedia de morir en términos individuales, sino de lo que supone la muerte para los vivos que han quedado atrás:


[«Aquí yace el dolor de una madre cariñosa y la expectativa maldita de un padre indulgente. El joven creció como una planta bien regada; sus raíces crecieron profundamente, se elevó alto y apostó justo por la virilidad. Pero justo cuando el cedro comenzó a elevarse y prometió, dentro de poco, ser el orgullo del bosque y el príncipe entre los árboles vecinos; he aquí que el hacha cayó sobre la raíz, asestó el golpe fatal; y todas sus ramas cayeron al polvo. ¿Y cayó solo? No; también cayeron las esperanzas del padre que lo engendró, las gratas esperanzas de la mujer que lo alumbró; cayeron y fueron aplastadas junto con él.»]


Meditaciones entre las tumbas le reserva varios reproches a las personas que se jactan de su alcurnia y nobleza, es decir, a las personas que de algún modo se creen especiales, superiores. La Muerte nos iguala a todos; y para expresar este destino común de corrupción orgánica, James Hervey emplea los mismos recursos que, casi un siglo después, utilizaría Edgar Allan Poe en El gusano vencedor (The Conqueror Worm).

Más aún, la siguiente línea de Meditaciones entre las tumbas bien podría haber estado inscrita debajo de la famosa frase que Dante imaginó en la entrada al infierno: Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate, que significa «abandonad toda esperanza, quienes aquí entráis.»


[«Aquellos que se vanagloriaron de antepasados de alta cuna y nobleza, aquí abandonan sus altivas pretensiones. Reconocen parentesco con cosas que se arrastran, con los reptiles más viles. Dicen a la corrupción, tú eres mi padre; y al gusano, tú eres mi madre y mi hermana. Aquí no hay más que pobre y sórdido polvo. (...) En lugar de mesas suntuosas y deliciosos manjares, el propio voluptuoso es un festín para insectos engordados; el reptil se amotina en su carne; el gusano se alimenta de él.»]


James Hervey tuvo un impacto duradero en el arte a través de William Blake, quien era admirador suyo y pintó Epítome de las Meditaciones entre las tumbas entre 1820 y 1825. Más aún, el propio James Hervey se menciona en los poemas de William Blake como uno de los guardias sagrados en su mitología; además, la influencia de Meditaciones entre las tumbas es evitende en el poema de William Blake: El tigre (The Tyger).

En cierto modo, el estilo y la atmósfera de Meditaciones entre las tumbas inspiró al romanticismo y, en mayor medida, al gótico, expresiones que tomaron esta mirada sombría pero la despojaron de sus intenciones moralizantes [ver: La atracción por lo Macabro en la ficción]

El tono arrollador del poema de James Hervey [ej: «el espantoso placer que inspira contemplar los monumentos caídos y las tumbas en descomposición.»] fue rápidamente absorbido por las primeras novelas góticas, como El Castillo de Otranto (The Castle of Otranto) de Horace Walpole, y en consecuencia, por toda la literatura gótica y el romanticismo posterior, llegando a formar parte de la macabra estética de estos movimientos [ver: El placer estético del Horror]

Sin embargo, el gótico y el romanticismo solo utilizaron la atmósfera macabra, sombría, fúnebre, de las Meditaciones entre las tumbas, dejando atrás esos incómodos momentos de espiritualidad. No obstante, es en el contraste entre la decadencia de la muerte que retrata James Hervey, sin endulzarla ni vanagloriarla, con la esperanza de un Dios, donde yace esta exquisita contradicción tan necesaria para la esperanza:


[«Este poder eterno, por lo tanto, que hizo este enorme universo, que sostiene su marco en todo momento y asegura que no se disuelva, esto; el poder que produce las estrellas en su orden, y los gusanos y los reptiles en sus innumerables millones, y gobierna todos sus movimientos para la gloria divina, debe necesariamente afectar a un alma contemplativa con placentero éxtasis; y en estas sublimes meditaciones, con la ayuda del Espíritu divino, un alma en la tierra puede acercarse al cielo. Y con qué religioso y desconocido placer en tal estación se encoge su propio ser como si fuera un átomo que yace en el polvo y adora.»]


Lamentablemente no hemos encontrado ninguna traducción al español de las Meditaciones entre las tumbas que pueda leerse online, de modo que remitimos al lector interesado al original en inglés.




Poemas góticos. I Poemas de cementerio.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de James Hervey: Meditaciones entre las tumbas (Meditations Among the Tombs), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

1 comentarios:

Javirock86 dijo...

Eres muy GRANDE. Gracias por todo!



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