Historia de la Novela Rosa

Historia de la Novela Rosa.


La Novela Rosa, llamada así en español para distinguirla del Romance Novel de los países de habla inglesa; o el Roman à l'eau de rose de Francia, ambos provenientes del Romanticismo, es un género literario relativamente moderno que utiliza personajes y atmósferas convencionales para narrar las peripecias de dos enamorados que luchan por estar juntos.

En la Novela Rosa, hay que decirlo, aunque sin intención de arruinarle el final al lector ansioso, el amor siempre triunfa.

Casi todos los especialistas coinciden en afirmar que la Novela Rosa proviene directamente del Romance Medieval, es decir, de la historia de un amorío tormentoso que concluye venturosamente, aunque con algunas características propias que se han vuelto excluyentes para sus lectoras, especialmente en los países de lengua inglesa, cuya cifra de autores y lectores supera ampliamente los promedios de otras culturas.

En cierta forma, la Novela Rosa adoptó la fórmula griega de la tragedia amorosa, que consiste en la siguiente secuencia: Enamoramiento, fuga, boda, separación forzada (por rapto, guerra, oposición parental, etc), reencuentro y final.

Unos de los primeros ejemplos de la Novela Rosa son los clásicos de Samuel Richardson: Clarissa (Clarissa) y Pamela, o la virtud recompensada (Pamela: Or, Virtue Rewarded), de 1740, donde recorremos la historia de una virtuosa joven que logra reformar el espíritu libertino de su amado, y luego casarse con él.

Tras el éxito de Samuel Richardson aparecieron algunas parodias memorables, como Tom Jones (Tom Jones), de Henry Fielding, donde se relatan las aventuras de un joven lascivo empeñado en recuperar su herencia, conociendo en el camino a la hermosa Sophia Western, una mujer firme y virtuosa que prefigura a las heroínas de Jane Austen.

Henry Fielding nos dejó otra parodia imperdible de Pamela, titulada Shamela (Shamela); donde se invierten los roles de aquella muchacha virtuosa que logra torcer la voluntad libertina de su amado, para convertirse en una audaz caza-fortunas que destruye sistemáticamente las pulsiones de vida de su objetivo sentimental.

En esta línea de obras picarescas, que podríamos incluir dentro de la matriz de la Novela Rosa, vale destacar a: Glenarvon (Glenarvon, Caroline Lamb); El vicario de Wakefield (The Vicary of Wakefield, Oliver Goldsmith); Amor en exceso, o la investigación fatal (Love in Excess; or the Fatal Enquiry, Eliza Haywood); El árabe (The Sheik, Edith Maude Hull) y El profesor (The Professor; Charlotte Brontë).

Para algunos, la primera oleada de Novelas Góticas poseen elementos que luego serían adoptados y reciclados por la Novela Rosa, especialmente las obras de Ann Radcliffe: El italiano (The Italian), El romance del bosque (The Romance of the Forest) y Los misterios de Udolfo (The Mysteries of Udolpho); esta última satirizada brillantemente Jane Austen en La abadía de Northanger (Northanger Abbey), donde logró contrastar el misterio áspero de novela gótica con la cotidianeidad de las debildades humanas.

Otros clásicos de la Novela Rosa, aunque con características que podrían incluirlas en distintos géneros, son: Orgullo y prejuicio (Pride and Prejudice), de Jane Austen, Cumbres borrascosas (Wuthering Heights), de Emily Brontë, y Jane Eyre (Jane Eyre), de Charlotte Brontë.

Ahora bien, ¿cuáles son las características de la Novela Rosa?

Solo existen dos reglas de oro para la Novela Rosa.

La primera define que su argumento debe centrarse en una relación amorosa cuyos integrantes se esfuerzan para superar las vicisitudes que buscan separarlos. Pueden existir matices y tangentes narrativas, pero el hilo conductor de la historia siempre debe ajustarse a esta relación tormentosa. Podríamos decir que los protagonistas de la Novela Rosa SIEMPRE deben jugarse por amor.

La segunda característica de la Novela Rosa ocurre al final, que siempre debe ser feliz, o al menos positivo o veladamente venturoso. Todas las Novelas Rosas, sin excepción, deben dejar al lector con la certeza de que el amor ha vencido, y que la relación entre los protagonistas perdurará eternamente.

Los motivos para esta estructura invariable, y por cierto muy exitosa comercialmente, reside en el hecho de que los finales optimistas y emocionalmente satisfactorios le proponen al lector una especie de justicia sentimental y poderosamente maniquea, donde el bien siempre es recompensado, y donde "el malo", encarnado en celosos partícipes secundarios o padres intolerantes, es oportunamente castigado.

En este sentido, la Novela Rosa formula la siguiente hipótesis: 

Sólo el amor incondicional es incondicionalmente recompensado.

Sin ánimos de caer en clasificaciones de género, hay un dato objetivo acerca de la Novela Rosa, que acaso explique parcialmente el por qué de sus rotundos finales felices. El 95% de los lectores de la Novela Rosa son mujeres; cifra que le permite a los autores ajustarse a sus necesidades y deseos.

Se han desarrollado estudios estadísticos que van aún más lejos, y sostienen que, en promedio, la lectora de Novelas Rosas es una mujer urbana que trabaja, estudia y posee un nivel socio-cultural medio. Su edad promedio oscila entre los 35 y 50 años; aunque últimamente el rango se ha expandido en ambos sentidos; especialmente en las últimas décadas, donde el género (y sus lectoras) se han vuelto más exigentes respecto al contenido, los personajes, y sobre todo las historias de amor.



Más novelas góticas. I Novelas góticas de amor.


Más literatura gótica:
El artículo: Historia de la Novela Rosa fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

1 comentarios:

Unknown dijo...

Nada más cierto: yo he leído muchísimo de ese estilo,y te puedo asegurar que es tal cual.



Lo más visto esta semana en El Espejo Gótico:

Análisis de «La pequeña habitación» de Madeline Yale Wynne.
Poema de Emily Dickinson.
Relatos de Edith Nesbit.


Paranormal.
Poema de Charlotte Mew.
Relato de Walter de la Mare.