«Clarissa»: Samuel Richardson; novela y análisis.


«Clarissa»: Samuel Richardson; novela y análisis.




Clarissa o La historia de una joven dama (Clarissa or The History of a Young Lady) —también publicada como Clarissa Harlowe, o La historia de una joven dama (Clarissa Harlowe; or the History of a Young Lady)— es una novela del romanticismo del escritor inglés Samuel Richardson (1689-1761), publicada en 1748.

Clarissa posee la cualidad [o el defecto] de su volumen excepcional. Posiblemente se trate de la novela inglesa más larga del romanticismo, y acaso la más larga de todas las novelas escritas en esa lengua. Su tercera edición, la más intensamente corregida por Samuel Richardson, alcanza la cifra terrorífica un millón de palabras, casi mil más que en la primera edición.

Clarissa es indiscutiblemente uno de los primeros intentos de crear una novela psicológica. Samuel Richardson pone el acento en la psíquis de sus personajes, muchas veces en oposición con la moral hipócrita que esboza como escritor. En él se mezcla una valoración despreciativa de la mujer, considerada como un objeto decorativo y emocionalmente frágil, con personajes femeninos de perturbadora agudeza intelectual que se resisten a encarnar el ideal soñado por su creador.

A pesar de su extensión, Clarissa se convirtió en un éxito inmediato en todos los países de habla inglesa. En otros lugares fue prácticamente desconocida a causa de que su traducción plantea numerosos inconvenientes, entre ellos, la repetición sistemática de citas epistolares, cuando no de cartas enteras, que alcanzan las 2.500 páginas.

Clarissa es tal vez menos conocida que los íconos que logró proyectar, casi como un replanteo de los mitos griegos y los secuestros divinos de dioses enamorados de mujeres mortales, en este caso, del lascivo villano Robert Lovelace, que secuestra, droga y abusa de la protagonista, Clarissa Harlowe; en lo que posiblemente sea uno de los pasajes más perturbadores de la novela del romanticismo.

Pero la pobre Clarissa no solo debe sobrevivir a un pretendiente criminal. Durante la convalecencia que sucede al ataque de Lovelace, Clarissa conoce a otro caballero, John Belford; quien inmediatamente se enamora de ella. Solo luego de varios centenares de páginas nos enteramos que Belford es un amigo íntimo de Lovelace; y que este busca casarse con su víctima persiguiendo antiguas venganzas familiares.

Podemos pensar a Clarissa como un vértice moral intachable alrededor del cual orbitan toda clase de perversiones encarnadas. El esquema general de la novela empuja al lector a una asociación absurda: que la virtud de algún modo está asociada a la virginidad. Robert Lovelace quiere casarse con Clarissa, más aún, quiere poseerla física e intelectualmente. Como la joven no accede, Lovelace especula que si ella «pierde su virtud» accederá a casarse con él incluso luego de haber cometido un crimen atroz.

Lo interesante del caso, algo que probablemente sorprendió al propio Samuel Richardson, es que a medida que vamos conociendo a Clarissa ella demuestra una astucia y una inteligencia a toda prueba, y acaso la certeza que la virtud no tiene ninguna relación con la sexualidad.




Novelas góticas. I Novelas de Samuel Richardson.


El análisis y resumen de la novela de Samuel Richardson: Clarissa o la historia de una joven dama (Clarissa or The History of a Young Lady) fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

1 comentarios:

Judas V. dijo...

Hay otra novela mas larga, escrita por el artista Henry Darger, titulada "La Historia de las Vivians, en lo que se conoce como los Reinos de lo Irreal" o algo asi, que ronda las 15,000 paginas, que yo sepa no se ha publicado y talvez nunca lo haga, por la extension de la obra, que tambien dejo ilustrada con mas de un centenar de dibujos, pinturas y collages.
Un saludo fraterno a todos los que hacen posible este excelente blog.



Lo más visto esta semana en El Espejo Gótico:

Poema de Emily Dickinson.
Relato de Vincent O'Sullivan.
Taller gótico.

Poema de Robert Graves.
Relato de May Sinclair.
¿Por qué a las 03:00 AM?