«El mensaje de Thuba Mleen»: Aleister Crowley; poema y análisis.


«El mensaje de Thuba Mleen»: Aleister Crowley; poema y análisis.




«Muchos creen que fue un mensaje de Thuba Mleen,
el misterioso emperador de aquellas tierras,
nunca visto por ningún hombre,
quien ordenó que Bethmoora debía quedar vacía.»

—Lord Dunsany, Bethmoora.



El mensaje de Thuba Mleen (The Message of Thuba Mleen) es un poema gótico del escritor y ocultista inglés Aleister Crowley (1875-1947), publicado originalmente en la edición de 1911 de la revista The Equinox en 1911.

El mensaje de Thuba Mleen, uno de los mejores poemas de Aleister Crowley, nos sitúa «más allá de Utnar Véhi» y «las colinas de Hap», donde el «gran Emperador», Thuba Mleen, está sentado en su trono, jugueteando con un collar entre los dedos, cuyas cuentas «alguna vez fueron el globo ocular de su hijo no nacido». Mientras tanto, observa cómo su propia madre es torturada.

Pero, «al desgarrar la última carne», Thuba Mleen se cansa, y dirige su atención a unos «esclavos de la brillante Bethmoora», quienes le tributan vino y hachís. Ebrio, Thuba Mleen, «el hermano bastardo del desierto», envía a los esclavos de regreso a Bethmoora para anunciar que «esa serpiente antigua, la Bruja de Utnar Véhi, ha despertado».

Los esclavos quedan aterrotizados. Conocen bien «las artes de Utnar Véhi» y «lo que anhela la Vieja Gris». Bethmoora está condenada,

En 1911, Aleister Crowley se encontraba en Francia, escribiendo sus libros de Thelema. Durante ese período leyó una obra que desató su imaginación: Cuentos de un soñador (A Dreamer’s Tales) de lord Dunsany, escrito un año antes. Tanto es así que escribió una reseña y un poema adjunto: El mensaje de Thuba Mleen, donde explora algunos aspectos de la mitología de lord Dunsany [ver: Los Mitos de Pegana: la mitología de Lord Dunsany]

El propio Thuba Mleen aparece en dos cuentos de lord Dunsany. El primero es El hombre del hachís (The Hashish-Man), donde nos enteramos que Bethmoora fue abandonada por orden del emperador Thuba Mleen:


«¿Fue por la maldición del Desierto? —pregunté. Y él respondió—: En parte fue la furia del Desierto y en parte el consejo del Emperador Thuba Mleen, pues esa temible bestia está relacionada de alguna manera con el Desierto por parte de su madre.»


H. P. Lovecraft nunca recurrió al nombre de Thuba Mleen, pero sí menciona a Bethmoora en El que susurra en la oscuridad (The Whisperer in Darkness), por lo que el flaco de Providence comparte referencias con Aleister Crowley [ver: Lovecraft, Crowley y un sueño compartido]. De hecho, El mensaje de Thuba Mleen se complementa perfectamente con el Ciclo Onírico de H. P. Lovecraft [también inspirado en Dunsany], con sus extraños y evocativos nombres de antaño. Muchos aficionados a lo oculto buscaron una fuente común en la magia para estos dos autores, un vínculo entre el Necronomicón y el Liber AL vel Legis [libro de la Ley]. Sin embargo, esa fuente común está en la fantasía, en el mito compartido de Lord Dunsany [ver: El Necronomicón astral: la conexión Lovecraft-Crowley]

La fascinación de Crowley por Dunsany quedó registrada en su reseña de 1911 [publicada en The Equinox], donde examina solo 5 de los 16 relatos porque «aún no los he leído cuarenta veces». Elogia El pobre viejo Bill (Poor Old Bill) [«parece derivado de La balada del viejo marinero»], La espada y el ídolo (The Sword and the Idol) [«lo leo una y otra vez, y cuanto más lo leo, más me fascina»], Poltarnees, sobre el cual dice que «es el mejor relato jamás escrito sobre la seducción del mar», y menciona que Bethmoora y El hombre del hachís, donde aparece Thuba Mleen, «son en realidad un solo cuento».

El otro cuento de Dunsany donde aparece Thuba Mleen es Bethmoora. En esta historia se barajan varias hipótesis para explicar el abandono de Bethmoora basándose en el mensaje de los tres esclavos que envía Thuba Mleen a la ciudad [que también aparecen en el poema de Crowley]. El propio Emperador es un misterio, ya que ningún humano alcanzó a verlo. Este detalle se aleja del poema, donde Thuba Mleen parce hablarle directamente a los esclavos.

Lovecraft coquetea con el aspecto elusivo del emperador. En La búsqueda onírica de la desconocida Kadath (The Dream-Quest of Unknown Kadath), el flaco de Providence introduce al Sumo Sacerdote de Leng, un clérigo no humano que porta una máscara amarilla. En Bethmoora se menciona que Thuba Mleen tiene el rostro amarillo. El hecho de que nunca fuera visto por ojos humanos podría haberle sugerido a Lovecraft el motivo de la máscara.

Una de las razones por las que lord Dunsany no es tan popular es debido a la ausencia de una mitología coherente, cuando, en realidad, la inconsistencia es una característica primaria de los Mitos. Estamos acostumbrados a las franquicias estandarizadas y hemos perdido tacto con los conjuntos de historias dispersas y, a menudo, contradictorias entre sí. Dunsany, creo, puede ser visto como la materia prima sobre la que Lovecraft, Crowley, Robert E. Howard, incluso J. R. R. Tolkien, extrajeron motivos fundamentales para sus respectivos ciclos literarios.

Cada una de las historias de Dunsany es un mundo independiente. En el mejor de los casos, hay algunos hilos que se entrelazan, y que el lector puede identificar: Días de ocio en el Yann (Idle Days on the Yann) tiene sus secuelas, y algunos topónimos y figuras arquetípicas reaparecen, como Thuba Mleen, pero siempre con alteraciones. Por ejemplo, Yann es un río, pero, en Bethmoora, Thuba Mleen sugiere que es una lengua, el yannish.

De todos modos, los conceptos de base de Dunsany fueron aprovechados por Lovecraft. Por ejemplo, en Celephais toma una idea de El hombre del hachís: estos reinos fantásticos existen en algún lugar fuera de la percepción ordinaria, y podemos visitarlos a través de nuestros sueños [o del consumo de ciertas sustancias]. Hablando de sustancias, Aleister Crowley le escribió una carta a Dunsany glorificando los Cuentos de un soñador, y bromea diciéndole que, por lo visto, «solo conoces el hachís de oídas, no por experiencia». También le envió un par de revistas eróticas. Dunsany no se ofendió, de hecho, aparentemente se divirtió y, en una típica muestra de su humor, le envió a Crowley una nota de agradecimiento diciendo que la droga más fuerte que tomaba era té.

No creo que sea conveniente seguir hurgando en este mundo de referencias. Podríamos cometer el desatino de sugerir que Dunsany tuvo en mente al Rey de Amarillo de Robert E. Chambers al crear a su propio Emperador Amarillo, Thuba Mleen; y que Jorge Luis Borges, quizás, pensó en la vaciada Bethmoora al crear su propia ciudad imaginaria, Uqbar, que se desliza hacia nuestra realidad en el relato Tlön, Uqbar, Orbis Tertius.




El mensaje de Thuba Mleen.
The Message of Thuba Mleen, Aleister Crowley (1875-1947)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Mucho más allá de Utnar Véhi, mucho más allá
de las colinas de Hap,
se sienta el gran Emperador coronado con diamantes,
moviendo el rosario en su regazo:
el rosario cuyas cuentas, perfectamente ordenadas
con una dicha impecable,
alguna vez fueron el globo ocular de su hijo no nacido.

Bebió el olor de la sangre viva, que silbaba
sobre el acero blanco como el fuego.
Rió disimuladamente mientras los miembros de su madre
eran besados por los anzuelos de la Rueda
que desgarraba alma y forma, más finos que la niebla
rasgada por el viento sombrío
que sopla desde Kragua y las tierras desconocidas tras ella.

Al desgarrar la última carne, se cansó;
esclavos de la brillante Bethmoora
se adelantaron con cuencos tallados cuyo carmesí
ansiaba vino verde de hachís, vino negro de datura,
como las primeras y últimas olas del Yann.
Estos vinos calmaron el rencor de Thuba Mleen,
el hermano bastardo del Desierto.

Bebió y miró a los esclavos. «Mwass, Dagricho, Xu-Xulgulura,
¡ensillen sus mulas!», susurró, «cabalguen a toda velocidad
hacia Bethmoora
y díganle a la gente de la ciudad
que esa serpiente antigua,
la Bruja de Utnar Véhi, ha despertado».

Así retorció su daga en los corazones
de aquellos esclavos
que le llevaban vino; porque conocían bien las artes
de Utnar Véhi —¡lo que anhela la Vieja Gris!—;
sabían cómo sus parientes en las viñas y mercados
de la brillante Bethmoora, así malditos,
se arrojarían a merced de la sed del Desierto.

Ojalá Mana-Yood-Sushai se inclinara y escuchara,
y oyera al epiceno, barbudo y risueño
enano, orlado de miedo,
hermano bastardo del Desierto, Thuba Mleen.
Pues Él despertaría y gritaría
la Palabra para aniquilar el sueño.


Far beyond Utnar Véhi, far beyond
The Hills of Hap,
Sits the great Emperor crowned with diamond,
Twitching the rosary in his lap—
The rosary whose every bead well-conned
With sleek unblinking bliss
Was once the eyeball of an unborn child of his.

He drank the smell of living blood, that hissed
On flame-white steel.
He tittered while his mother’s limbs were kissed
By the fish-hooks on the Wheel
That shredded soul and shape, more fine than mist
Is torn by the bleak wind
That blows from Kragua and the unknown lands behind

As the last flesh was flicked, he wearied; slaves
From bright Bethmoora
Sprang forward with carved bowls whose crimson craves
Green wine of hashish, black wine of datura,
Like the Yann’s earlier and its latter waves!
These wines soothed well the spleen
Of the Desert‘s bastard brother Thuba Mleen.

He drank, and eyed the slaves “Mwass, Dagricho, Xu-Xulgulura,
Saddle your mules!” he whispered, “ride full slow
Unto Bethmoora
And bid the people of the city know
That that most ancient snake,
The Crone of Utnar Véhi, is awake.”

Thus twisted he his dagger in the hearts
Of those two slaves
That bore him wine ; for they knew well the arts
Of Utnar Véhi—what the grey Crone craves!—
Knew how their kindred in the vines and marts
Of bright Bethmoora, thus accurst,
Would rush to the mercy of the Desert’s thirst.

I would that Mana-Yood-Sushai would lean
And listen, and hear
The tittering, thin-bearded, epicene.
Dwarf, fringed with fear,
Of the Desert’s bastard brother Thuba Mleen!
For He would wake, and scream
Aloud the Word to annihilate the dream.


Aleister Crowley (1875-1947)


(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de Aleister Crowley.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Aleister Crowley: El mensaje de Thuba Mleen (The Message of Thuba Mleen), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

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