Un sueño, un terremoto, y el nacimiento de Cthulhu


Un sueño, un terremoto, y el nacimiento de Cthulhu.




En una tarde de mayo de 1920, H.P. Lovecraft, de 29 años por aquel entonces, estaba escribiendo en el departamento que compartía con su madre en el número 598 de Angell Street, Providence. Agotado, apoyó la cabeza sobre sus brazos, cruzados sobre el viejo escritorio, y experimentó el siguiente sueño:


***
Estaba en un museo de antigüedades en algún lugar de Providence, hablando con el curador, un hombre muy viejo y muy erudito. Intentaba venderle un bajorrelieve extraño que acababa de modelar en arcilla. El viejo se rió de mí y me preguntó en qué pensaba al tratar de vender algo nuevo, y hecho por mi propia mano, a un museo de antigüedades. Respondí:

—¿Por qué dices que esto es nuevo? Los sueños de los hombres son más antiguos que la melancolía de Egipto, la Esfinge contemplativa, o la Babilonia del jardín, y esta cosa fue creada en mis sueños.

Entonces el curador me pidió que le mostrara mi producto, lo cual hice. Era de antiguo diseño egipcio, aparentemente retratando a los sacerdotes de Ra en procesión. El hombre parecía horrorizado y preguntó en un terrible susurro:

—¿QUIÉN ERES?

Le dije que me llamaba Lovecraft.

Él respondió:

—No, no, ¡ANTES DE ESO!

Le dije que no tenía otros recuerdos antes de ser Lovecraft, salvo en sueños. Entonces el curador me ofreció un alto precio por el bajorrelieve, que rechacé; porque vi en su rostro que tenía la intención de destruir mi escultura tan pronto como fuese suya.

Mi negativa claramente perturbó al hombre. Acto seguido, me pidió que le pusiera un precio. Con ironía, respondí:

—¡Un millón de libras esterlinas!

Para mi sorpresa, el viejo no se rió, sino que parecía más preocupado. Luego dijo en un tono perplejo, desconcertado y asustado:

—Consultaré con los directores de la institución, por favor llame dentro de una semana.

***


Transcurridos más de cuatro años de aquel sueño —el cual sería registrado en una carta a Robert Barlow—, Lovecraft se mudó a Nueva York para casarse con Sonia Greene (ver: Lovecraft y Sonia: una historia de amor), y buscar un trabajo regular. En ese momento, cuando el maestro de Providence estuvo a punto de abandonar su carrera como escritor, sucedió un hecho extraordinario.

En la noche del 28 de febrero de 1925, Lovecraft leía en su habitación en el número 169 Clinton Street, en Brooklyn. Dos amigos suyos, George Kirk y Samuel Loveman, acababan de despedirse. De repente, a las 9:32 p.m. el edificio de dos pisos fue sacudido por un poderoso terremoto. El sismo, según se cree, se sintió tan lejos como en Toronto.

En Nueva York, las lámparas cayeron de las mesas, los espejos quebraron en las paredes; y las paredes mismas se agrietaron y las ventanas se hicieron añicos. La gente, desconcertada, huyó a la calle.

Además de los daños económicos, y de algunas vidas que desgraciadamente se perdieron, este terremoto tendría repercusiones insospechadas en la literatura, porque puso en marcha la imaginación de Lovecraft, lo que provocó la lenta aparición de una de sus mayores contribuciones al Horror Cósmico (ver: Horror Cósmico: el universo conspira para destruirnos)

Me refiero al relato: La llamada de Cthulhu (The Call of Cthulhu), publicado en la edición de febrero de 1928 de Weird Tales, y luego reeditado por Arkham House en la antología de 1938: El extraño y otros (The Outsider and Others); probablemente la pieza más importante de los Mitos de Cthulhu.

Es interesante cómo estos dos eventos, el Sueño y el Terremoto, tan diferentes entre sí, tan distantes en el tiempo, se convertirían en los cimientos del Multiverso de Lovecraft.

También es interesante cómo el maestro de Providence modificó y amplió ideas e imágenes del argumento germinal antes de la composición de La llamada de Cthulhu, el primero de una serie de tres cuentos que le tomarían una cantidad excepcional de tiempo para ser terminados. Los otros dos son: El que susurra en la oscuridad (The Whisperer in Darkness) y La sombra fuera del tiempo (The Shadow out of Time).

Cthulhu, entonces, nación a partir de un sueño y un terremoto (ver: Cthulhu: origen e historia según el canon de H.P. Lovecraft). Del sueño, Lovecraft extrajo la idea de los bajorrelieves de arcilla, sumamente antiguos, creados por un culto inmemorial y que describen la existencia de aquella criatura descomunal.

Del terremoto surgió la idea de Cthulhu, sumergido en e fondo del Pacífico, agitándose en un sueño inquieto en la ciudad de R'lyeh (ver: ¿Cómo se pronuncia «CTHULHU» en realidad?).

Claro que hay otras fuentes de inspiración para Cthulhu; entre ellas, el soneto de Alfred Tennyson: El Kraken (The Kraken), donde se hace referencia a una enorme criatura que duerme en el fondo del océano, y destinada a salir a la superficie durante el apocalipsis. También el relato de Guy de Maupassant: El Horla (Le Horla), que describe la avanzada de organismos extraterrestres que llegan al planeta para subyugar a la humanidad, en principio, ocupando la mente de las personas (ver: Gente Sombra, el Horla, y el portal interdimensional de Maupassant).

Sin embargo, ninguno de esos elementos, por sí solos, podrían unirse y dar forma a La llamada de Cthulhu sin aquel sueño, sin aquella aterradora experiencia en el terremoto de Nueva York.




H.P. Lovecraft. I Mitos de Cthulhu.


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2 comentarios:

Luciano dijo...

Excelente artículo. "Los sueños de los hombres son más antiguos que la melancolía de Egipto, la Esfinge contemplativa, o la Babilonia del jardín". Realmente es una frase que te deja pensando mucho.

Renacida Caos dijo...

Genial Lili. Una reseña muy bien expuesta. Una sintesis sobre la inspiración de Lovecraft planteada con genialidad



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