El Multiverso en los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft.
Hace algún tiempo hablamos acerca de los viajes en el tiempo en la obra de H.P. Lovecraft. Para justificarlos, el maestro de Providence utiliza el concepto de Dimensiones Superiores (Higher Dimentions), el cual analizaremos en este artículo dentro de la teoría del Multiverso.
Para no engrosar excesivamente las referencias de este análisis nos centraremos en un sólo cuento: A través de las puertas de la llave de plata (Through the Gates of the Silver Key), escrito en colaboración con E. Hoffmann Price. El relato pertenece al ciclo de Randolph Carter, y apareció originalmente en la edición de julio de 1934 de la revista Weird Tales. Luego sería reeditado por Arkham House en la antología de 1939: El extraño y otros (The Outsider and Others).
En el capítulo cuarto, Randolph Carter se dirige a Yog-Sothoth, diciéndole básicamente que está listo para observar más allá del velo de la realidad. El favor le es concedido, y la mente de Randolph Carter es literalmente inundada con la realidad última del cosmos.
La descripción que H.P. Lovecraft realiza sobre este suceso es, como siempre, frondosa; pero esencialmente se trata de cómo nuestra percepción de la realidad, las Cuatro Dimensiones en las que habitamos, no representan la verdadera estructura del universo; el cual, en definitiva, es apenas uno entre incontables otros.
Randolph Carter, como cualquiera de nosotros, sabe perfectamente que nuestros sentidos solo pueden percibir una porción de la realidad; sin embargo, no deja de sentirse sobrecogido:
En las sombras de lo que al principio había sido como una concentración de poder, y luego como un vacío ilimitado, percibía ahora un torbellino de fuerzas creadoras que aturdían sus sentidos.
Yog-Sothoth continúa llenando la mente de Randolph Carter con algo que H.P. Lovecraft denomina «olas de energía» (Energy Waves), que no son otra cosa que información, desde ya, incorporada a partir de aquel ensanchamiento de la percepción de Carter, el cual le permite procesar la realidad en términos más amplios.
A pesar de eso, Carter sigue siendo humano, de manera tal que apenas logra procesar un concepto vago pero fascinante: él mismo es una porción infinitesimal de una entidad multiforme que atraviesa todos los universos:
Cada figura espacial no es más que el resultado de la intersección, en un plano, de una figura correspondiente que posee además otra dimensión, como el cuadrado resulta de la sección de un cubo, o el círculo de la de una esfera. El cubo y la esfera, con sus tres dimensiones, corresponden a su vez a la sección de otras figuras de cuatro dimensiones, que los hombres conocen sólo por sueños y conjeturas; y éstas a su vez, son secciones de otras figuras de cinco dimensiones, y así sucesivamente, hasta remontarse a la inalcanzable infinitud arquetípica.
Esa figura multidimensional, de la cual Randolph Carter es apenas una representación en nuestro universo, es Nyarlathothep. No deberíamos suponer que se trata de un ser o una criatura, lo cual presume un nacimiento, un desarrollo, una etapa previa de no existencia, sino más bien imaginar que se trata de una estructura consciente mucho más compleja.
Esta visión multidimensional de Randolph Carter le permite comprender que nuestro universo de tres dimensiones —más una, el Tiempo— es simplemente una sombra de la estructura última de la realidad, infinitamente más compleja.
H.P. Lovecraft utiliza el ejemplo de un cubo, es decir, una figura de tres dimensiones, cuya sombra reflejada en cualquier superficie plana es de apenas dos dimensiones. Nuestro universo sería esa ilusión incompleta.
Por lo tanto, la sombra es una representación en el plano bidimensional de algo más complejo en el plano tridimensional; del mismo modo en que nuestro universo es una representación tridimensional, una sombra, de un Multiverso cuyas características y leyes están más allá de nuestra comprensión.
En este punto vale la pena mencionar que H.P. Lovecraft descreía de aquel viejo axioma del ocultismo y el esoterismo: como es arriba, es abajo. Para el maestro de Providence, la correspondencia no existe en términos comprensibles. En todo caso, lo que es arriba nunca es como lo de abajo. O mejor dicho, lo de abajo es una ilusión incompleta de lo que está arriba.
Volviendo al análisis del cuento, lo que hace Yog-Sothoth es correr ligeramente el velo de la realidad tridimensional de Randolph Carter; es decir, amplía su capacidad para procesar al menos un fragmento de la naturaleza multidimensional de la realidad.
Ahora bien, H.P. Lovecraft estaba al tanto de estas teorías. Desde el siglo XIX los matemáticos investigaron la geometría más allá de las tres dimensiones espaciales que conocemos. De hecho, la geometría No Euclidiana es frecuente en muchos de sus relatos. A su vez, Albert Einstein tomaría varios de estos conceptos, llegando a la conclusión de que el espacio y el tiempo están deformados por la materia, y que esa fuerza es la responsable de la gravedad; la cual, a su vez, acaso podría atravesar hacia otras dimensiones, incluido el Tiempo.
Es decir que H.P. Lovecraft conocía las necesidades de la matemática por incorporar el concepto de las Altas Dimensiones para explicar la realidad en un contexto más amplio. De hecho, esto se convertiría en un cliché de la ciencia ficción, pero no lo era en absoluto en la época de H.P. Lovecraft.
En resumen: H.P. Lovecraft propone que las entidades tridimensionales, como nosotros, y que además existen en el tiempo lineal, no pueden percibir el Multiverso precisamente por tratarse de sombras que se desprenden de aquella realidad. No obstante, otras entidades, como Yog-Sothoth, que no responden a las leyes de nuestro universo sino a las de esferas de realidad mucho más amplias, pueden percibir e incluso acceder al Multiverso, lo cual les permitiría viajar a través del tiempo y el espacio de formas inimaginables para nosotros.
Si nos basamos en lo que la ciencia sabe acerca del espacio-tiempo, la vida tal como la conocemos solo puede existir en un universo de cuatro dimensiones —anchura, altura, profundidad y tiempo—. En términos abstractos, un espacio con cinco dimensiones, o con dos, o con mil, necesariamente debería contar con átomos distintos de los que conocemos, y quizás con estructuras perpetuamente inestables o mutables.
El aporte de H.P. Lovecraft no consiste en entablar una discusión con la ciencia, sino en la afirmación intuitiva de que la ciencia es inaplicable sobre leyes y realidades que no podemos traducir en términos matemáticos, y mucho menos imaginar.
En todo caso, en el Multiverso de H.P. Lovecraft hay universos muertos, estériles, debido a su inestabilidad, pero también dimensiones superiores donde proliferan formas de vida tan distintas de la nuestra que nos costaría mucho trabajo reconocerlas, si es que acaso podríamos reconocerlas como vida.
Por eso, algunas criaturas de los Mitos de Cthulhu pueden acceder a estos planos y llevar a cabo hazañas que rozan lo mágico, desde nuestra perspectiva, a través del espacio y el tiempo. Otras, como Yog-Sothoth, van todavía más lejos: son formas de vida extraordinariamente complejas que recorren y acaso existen simultáneamente en todas esas dimensiones superiores.
Más sobre H.P. Lovecraft. I Mitos de Cthulhu.
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2 comentarios:
Te quería agradecer por compartir esta información. Realmente muy interesante. Particularmente me pongo a comparar con mis ideas de "realidad" y lo que es en sí este extraño universo.
muy buena informacion
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