«Mörkrets Makter»: la versión preliminar de «Drácula».
En 1899, dos años después de la aparición de Drácula (Drácula), el periódico sueco Dagen publicó por entregas una «adaptación» de la novela de vampiros de Bram Stoker, titulada Mörkrets Makter, que significa «Poderes de la Oscuridad». Esta «adaptación» fue firmada por «A–e», y apareció entre el 10 de junio de 1899 hasta el 7 de febrero de 1900. Dacre Stoker, sobrino-bisnieto de Bram y responsable de desempolvar los secretos literarios familiares, sospecha que Mörkrets Makter no está basada en el Drácula publicado, sino en los primeros borradores de la novela.
Teniendo en cuenta que Bram Stoker fue un verdadero perro de presa en su lucha por la legislación sobre los derechos de autor, combatiendo ferozmente cada versión pirata, ¿por qué nunca movió un dedo para impedir la publicación de la versión sueca?
Mörkrets Makter es el doble de extenso que Drácula, e incorpora una gran variedad de escenas, personajes y subtramas de los cuales no hay rastros en la novela publicada de Bram Stoker; y hasta incluye un final nuevo. Varios personajes cambian de nombre: Mina es Wilma, Jonathan es Thomas y Drácula pasó a llamarse Mavros Draculitz. No es un pastiche, tampoco un penny dreadful, sino una historia consistente, bien escrita, que preserva el estilo y la atmósfera del original. Aquí, el Conde no solo se limita a desembarcar en Inglaterra. Su plan es esparcir la raza vampírica por todo el planeta, conspirando con políticos de todo el mundo para introducir un nuevo orden mundial basado en la [supuesta] superioridad racial de los Vampiros.
En efecto, el Conde Draculitz concibe a los Vampiros como el siguiente escalón evolutivo de la humanidad.
El Ocultismo chorrea de la versión sueca. Tal es así que, en las catacumbas debajo del Castillo, Draculitz asume el rol de sumo sacerdote de una obscena religión pagana que incluye, por supuesto, sacrificios humanos practicados por seres que no son exactamente Vampiros, pero tampoco humanos, sino más bien necrófagos, Ghouls de aspecto simiesco [ver: Ghouls: historia de los Necrófagos]. Este es el credo que el Conde Draculitz planea difundir por todo el mundo.
Una de las diferencias entre Drácula y Mörkrets makter es la presencia de una extraña mujer en el Castillo, una vampiresa rubia y de ojos azules que trata de seducir a Jonathan Harker. En la novela de Bram Stoker hay tres vampiresas, dos de cabello oscuro y una rubia, que de hecho seducen a Harker y lo mantienen prisionero [ver: La verdad sobre las tres Vampiresas de «Drácula»]. Si bien desempeñan un papel importante en los planes del Conde, ocupan un espacio insignificante en la novela. La Vampiresa de Mörkrets makter, en cambio, posee mayor agencia, y de hecho consigue doblegar la voluntad de Jonathan:
«Todo fue iluminado por la luz de dos grandes relámpagos, uno tras otro. Ella apareció ante mí en ese resplandor, cerca, deslumbrante, como una llama blanca, con la misma sonrisa enigmática y tentadora que cuando vi por primera vez sus ojos de fuego azul quemando mi cerebro y haciendo que mi fuerza y mi voluntad se derritieran como cera (...) Su rostro se inclinaba sobre el mío, anhelante, sus labios voluptuosos estaban entreabiertos y una joya resplandeciente colgaba sobre su pecho desnudo. Sentí como si me hundiera en un abismo, sentí su aliento sobre mi rostro, cálido y embriagador; sentí un par de labios hinchados presionando contra mi cuello en un beso largo y ardiente que hizo temblar cada fibra de mi ser con estremecedora lujuria y angustia; y en un delirio imprudente cerré mis brazos alrededor de la hermosa aparición.»
La escena de Drácula donde la mujer rubia se acerca a Harker para darle el «beso de vampiro» es, quizás, más sensual y cargada de insinuaciones, pero parece mansa al lado de la de Mörkrets makter, donde el propio Harker deja de ser un sujeto pasivo que recibe las caricias para cerrar sus «brazos alrededor de la hermosa aparición», participando activamente en el encuentro de los cuerpos [ver: Las fantasías privadas de Bram Stoker]
Otro punto interesante sobre la «conexión sueca» es la elección del nombre «Helsing». El Van, «hijo de», ciertamente es holandés, pero «Helsing» no lo es. No hay ninguna pista en las notas de Bram Stoker sobre dónde obtuvo el nombre; lo que sí sabemos es que Helsing [y Hellsing] es común en Suecia, y casi inexistente en Inglaterra y el continente europeo, donde solo lo utilizaban los descendientes de suecos. Originalmente, las personas nacidas en la provincia sueca de Helsingland eran llamadas «Helsing» en otras regiones, y así comenzó a ser utilizado como apellido. Helsinki, la capital de Finlandia, recibió su nombre de una colonia de Helsings que se asentó allí en el siglo XIII.
Tradicionalmente se cree que Abraham Van Helsing, el metafísico holandés de la novela, médico experto en enfermedades neurológicas, sigue el modelo del personaje de Sheridan Le Fanu: Martin Hesselius, quien desbarató los planes de Carmilla. Al igual que Van Helsing, Hesselius es un médico interesado en las enfermedades mentales y el ocultismo. Además, comparte la costumbre de citar con frecuencia al místico sueco Emanuel Swedenborg, cuya doctrina es el argumento de Té verde (Green Tea). Hesselius también es un apellido sueco, aunque el personaje originalmente estaba destinado a ser alemán, como Van Helsing en las notas preliminares de Drácula, pero Bram Stoker finalmente se decidió por hacerlo holandés, quizás para licuar las similitudes con el personaje de Sheridan Le Fanu. Este cambio de nacionalidad, aparentemente a último momento, queda demostrado en el hecho de que, en la novela publicada, Van Helsing cita constantemente frases en alemán.
Hay algunos indicios [ninguna prueba concluyente] de que Mörkrets makter fue escrito sobre la base de los primeros borradores de Drácula. En 2008 se publicaron estas notas preliminares [Bram Stoker's Notes for Dracula], pero no hay ninguna razón para pensar que fueron las únicas. Sencillamente no podemos dar por sentado que estas Notas brinden un panorama completo de las distintas etapas de desarrollo de la novela. Al parecer, Bram Stoker tenía una increíble capacidad para acumular material, escribir subtramas, y luego descartarlas en el proceso de revisión. Tal es así que la mitad de los acontecimientos de la novela no se mencionan en las Notas. Además, es improbable que Bram Stoker pasara directamente de las Notas al texto mecanografiado. En el camino seguramente quedaron varios eslabones perdidos, y son estos, según la teoría, los que podrían haber servido de base para Mörkrets makter.
Algunos de estos «eslabones» en el proceso de desarrollo de Drácula son bien conocidos. Que en la novela de Bram Stoker haya tres vampiresas, y en Mörkrets makter solo una, puede ser visto como una pequeña discrepancia en la versión sueca [que no era una traducción, sino una adaptación], sin embargo, la viuda de Stoker, Florence, publicó en 1914 el [según ella] capítulo preliminar de Drácula, que no aparece en la versión publicada, titulado: El Huésped de Drácula (Dracula's Guest). En esta historia, Harker se encuentra con una Vampiresa con las mismas características que la hematófaga de Mörkrets makter, incluso se nos da su nombre, Condesa Dolingen de Gratz, y una breve historia de fondo. Hablaremos sobre ella más adelante.
En las notas preliminares de Bram Stoker, Lucy Westenra encuentra un «broche misterioso» en la playa de Whitby, probablemente un resto del Deméter, el barco naufragado que trajo a Drácula a Inglaterra [ver: El misterio del «Deméter»]. Esta joya desempeña un papel importante y, a la vez, sin historia de fondo, cuando Lucy deambula, sonámbula, por el cementerio de Whitby y es atacada por el Conde. ¿Se trata de la misma «joya resplandeciente» que colgaba del «pecho desnudo» de la vampiresa que atacó a Thomas Harker en el Castillo? ¿Bram Stoker consideró la posibilidad de que Drácula viajara a Inglaterra acompañado de su consorte? No lo sabemos, pero en Mörkrets makter Lucy también cae bajo la influencia de una joya cuando encuentra a un grupo de gitanos que han acampado en las afueras de Whitby esperando órdenes de Draculitz [ver: Bloofer Lady: la transformación de Lucy Westenra]
En las notas preliminares encontramos a un personaje que lamentablemente fue abandonado en la versión final, pero que sí aparece en Mörkrets makter. El Conde tiene una sirvienta sordomuda en el Castillo, cuyo nombre no se especifica. Mientras que en la novela publicada es el propio Drácula quien se ocupa de las tareas del hogar, en las notas la mujer sordomuda se encarga de la limpieza y de preparar la comida de Jonathan Harker, e incluso es llevada a Inglaterra por el Conde. En Mörkrets makter la mujer sordomuda sólo está presente en el Castillo de Draculitz.
La versión sueca no pudo extraer a la sirvienta sordomuda de la novela publicada porque allí no aparece. O bien «A–e» tuvo acceso a las notas preliminares, o bien obtuvo el dato de una conversación con Bram Stoker, o estamos ante una coincidencia extraordinaria. ¿«A–e» y Stoker pudieron crear el mismo personaje de manera independiente? ¿Acaso el hecho de que la sirvienta sea sordomuda era un elemento común de la aristocracia transilvana? Parece improbable.
En las Notas aparece otro sirviente de Drácula. Se refieren a él como «el hombre silencioso», probablemente el cochero que recoge a Jonathan Harker en el Paso de Borgo [ver: Porque los muertos viajan deprisa]. Tanto en Drácula como en Mörkrets makter es el propio Conde quien desempeña el papel de cochero. Bram Stoker también consideró la posibilidad de incluir a un detective de Scotland Yard en la historia, que luego fue eliminado. Este detective, llamado Edward Tellet, tiene un papel importante en Mörkrets makter.
Bram Stoker menciona una habitación roja en varias notas: «habitación secreta, coloreada como sangre» [secret room—coloured like blood], «registran la casa del Conde, habitación rojo sangre» [Count’s house searched, blood red room]; «la sala de sangre» [the blood room]; «búsqueda secreta en la casa del Conde: habitación roja como la sangre» [Secret search Count’s house—blood red room]. En la versión publicada de Drácula esta habitación roja no aparece, pero en Mörkrets makter sí, y resulta ser la cámara privada de Condesa Ida de Gonobitz-Vàrkony [también una vampiresa], cerca de Carfax. El doctor Seward la describe así en Mörkrets makter:
«Me encontré en un dormitorio amueblado con gran lujo e iluminado por una lámpara en el techo con una pantalla de color rojo sangre. Todo en la habitación era del mismo color: un intenso rojo llameante que impregnaba toda la atmósfera (...) El techo y las paredes estaban cubiertos de seda rojo rubí; dos de los grandes espacios de las paredes estaban cubiertos casi por completo con inmensos espejos, enmarcados con felpa roja; la alfombra tenía el mismo color rojo, y tanto las ventanas como las puertas estaban completamente cubiertas con cortinas rojas, mientras que la cama misma estaba tan forrada y acolchada con seda y terciopelo de este color intenso y brillante que parecía un estuche destinado a alguna joya costosa y no a un lugar ordinario de reposo.»
En las notas preliminares, esta habitación roja estaba destinada a ser la cámara orgiástica de Drácula, pero Bram Stoker entendió que no podría incluirla y descartó la idea, sin embargo, en Mörkrets makter sí se utiliza, aunque como los aposentos de la Condesa Ida de Gonobitz-Vàrkony. En la versión sueca, Seward asocia la habitación con «un estuche destinado a alguna joya costosa», lo cual es pertinente teniendo en cuenta la joya de la vampiresa que fue encontrada por Lucy. Además de esta habitación roja, en Mörkrets makter Draculitz tiene una habitación similar en otro edificio, donde seduce a sus víctimas, aunque con una decoración menos llamativa.
El doctor Seward también podría usarse como argumento en favor de que el autor de Mörkrets makter tuvo acceso a las notas de Drácula. En estas anotaciones, Bram Stoker escribe que el doctor Seward, administrador del manicomio de Carfax, es «un médico loco». En la versión publicada de la novela, Seward no tiene problemas con su salud mental [aunque es sádico con sus pacientes], pero en Mörkrets makter se retoma la idea primaria de Bram Stoker: Seward es un «médico loco», más aún, el hecho de estar loco es un punto importante en la trama. Sufre una crisis después de la muerte de Lucy, y ya no vuelve a ser el mismo. Robert Eighteen-Bisang y Elizabeth Miller, dos autoridades en el estudio de Stoker, señalan que la nota: a mad doctor no significa necesariamente que Seward esté loco, sino que podría referirse un médico especializado en la locura.
Otra coincidencia interesante son las golondrinas, que se mencionan un par de veces en las notas preliminares de Bram Stoker como símbolos del bien. Las dos notas son iguales: «la golondrina —galinelle lui dieu [«ave del Señor»] —trae buena fortuna. Ahora bien, en el Drácula publicado no aparece ninguna golondrina, pero sí se mencionan en una escena importante de Mörkrets makter en el contexto simbólico que tienen en las Notas. Al poco tiempo de llegar al Castillo, Jonathan Harker ve una bandada de golondrinas a través de una ventana, reflexiona que estas representan al día, en contraste con los murciélagos, que representan a la noche. A la luz de esto, las golondrinas y los murciélagos son símbolos del bien y del mal respectivamente.
«Las golondrinas, todavía zumbando de un lado a otro sobre las profundidades del abismo, finalmente se calmaron y fueron reemplazadas por los murciélagos, girando silenciosamente en círculos. En innumerables bandadas parecen habitar todas las grietas de este antiguo castillo.»
Harker no logra cerrar la ventana a tiempo antes de que uno de los murciélagos entre en la habitación y se pierda por un pasillo. Instantes después la Vampiresa rubia irrumpe en la habitación y se presenta a sí misma ante Harker. La sugerencia es que ella era el murciélago, pero Harker, todavía racional, no hace la asociación.
En Borradores de Drácula (Drafts of Dracula), Robert Eighteen-Bisang desestima la idea de que Mörkrets makter esté basado directamente en un borrador de Drácula, pero considera probable que el autor de la versión sueca haya leído las notas preliminares, o discutido con Bram Stoker algunas de las ideas que luego descartó. Esta parece ser la opción más razonable: explica las similitudes entre Mörkrets makter y las notas de Bram Stoker, pero también las diferencias. Por ejemplo, la sirvienta sordomuda se aloja en el Castillo de Draculitz, mientras que en las Notas asiste al Conde en Londres; la habitación roja pertenece al Conde en las Notas, pero en Mörkrets makter es el aposento de la Vampiresa; hay dos detectives en la versión sueca, mientras que las Notas solo hay uno. Si el autor de Mörkrets makter hubiese tenido a mano las Notas, estas discrepancias no tendrían sentido, pero si conversó personalmente con Bram Stoker pudo haber retenido algunos elementos particulares [sirvienta sordomuda, habitación roja, detective] pero confundido su uso [ver: El código secreto en el «Drácula» de Bram Stoker]
Podemos imaginar a Bram Stoker comentando al autor de Mörkrets makter que originalmente pensaba incluir una sirvienta sordomuda del Conde, pero no dónde [Transilvania o Inglaterra], o una habitación rojo sangre, pero no de quién era.
Esto también explicaría porqué otros elementos de las notas preliminares no aparecen en Mörkrets makter. Por ejemplo, en las Notas podemos leer:
«Jonathan y Mina se casan. Lucy empeora en la boda, vuelve a soñar. ¿Dónde está el mal? ¿Dónde está la cura? Dos visitantes, el Conde Drácula y el Tejano.»
En la novela publicada, Drácula entra en la casa de Lucy de forma sigilosa o por la fuerza, pero en las notas preliminares Bram Stoker consideró la posibilidad de una visita regular; de hecho, en la nota anterior, Drácula y el Tejano [Quincey Morris] visitan a Lucy después de que su estado de salud empeora. Bram Stoker también evaluó la posibilidad de escribir una escena donde se reúnen trece personas a cenar en la casa del doctor Seward, siendo el propio Conde el último invitado en llegar:
«Cena en casa del doctor loco: cada uno tiene un número. A todos se les pide que cuenten algo extraño según el orden de los números; al final llega el Conde.»
En otro borrador el anfitrión es Drácula, aunque sigue siendo el último en llegar a la cena, probablemente porque no puede ingerir alimentos convencionales.
Mörkrets makter no solo incluye elementos preliminares de Drácula, sino también material de historias anteriores de Bram Stoker, particularmente de Una profecía gitana (A Gipsy Prophecy), publicado en diciembre de 1885. Tanto el cuento como el capítulo VII de Mörkrets makter tratan sobre personas que visitan un campamento gitano [Mina y Lucy en la versión sueca], donde se anuncia una fatídica profecía sobre algo terrible que un prometido está a punto de cometer contra su amada. En ambas historias la profecía resulta ser malinterpretada. El prometido de Una profecía gitana no mata a su amada, solo parece culpable cuando la chica muere y él es descubierto a su lado. El prometido de Lucy, Arthur Holmwood, no la engaña con otra, solo abraza y besa a su hermana para consolarla después de que ella abandona a su marido. De una forma u otra, «A–e» estaba familiarizado no solo con los primeros borradores de Drácula, sino con la obra de Bram Stoker.
Llegamos por fin a la Vampiresa rubia y de ojos azules, presente en las Notas y en Mörkrets makter, donde hace que Harker vacile sobre su fidelidad a Mina. En la novela publicada, la mujer rubia es la líder de las tres vampiresas que viven en el Castillo [suponemos que es ella porque las otras dos tienen el cabello oscuro]. Ella es la primera en «besar» a Harker, momento en el que el Conde irrumpe en la habitación: «¿Cómo se atreven a tocarlo? ¿Cómo se atreven a mirarlo cuando se los había prohibido? ¡Atrás, les digo! ¡Este hombre me pertenece!». Pero la Vampiresa rubia no retrocede, incluso desafía a Drácula diciéndole: «¡Tú mismo nunca amaste!», insinuando que ella sí puede sentir amor [ver: ¡Este hombre me pertenece!]
Ahora bien, en las Notas queda claro que, hasta último momento, Bram Stoker tenía la intención de incluir una sola Vampiresa en el Castillo, no tres. Al final, ella se convirtió en la líder de las «tres hermanas» [weird sisters]. Al parecer, ella es la más vieja, e incluso comparte algunos rasgos faciales con el Conde, lo cual insinúa que pertenece a la misma familia, justificando de este modo el hecho de que haya infringido la orden de «no tocar» a Harker.
Recién en 1914, cuando Florence Stoker, viuda de Bram, publicó El Huésped de Drácula, se echó algo de luz sobre la historia de fondo de la Vampiresa. En el prefacio, Florence afirma que el relato es una pieza inédita de Drácula que fue eliminada para no extender demasiado la primera parte de la novela. La historia tiene lugar en las afueras de Munich, durante la Noche de Walpurgis [30 de abril], mientras que Drácula empieza con la llegada de Jonathan Harker a Bistritz [desde Munich] unos días después, el 3 de mayo. La cronología parece lógica, sin embargo, los acontecimientos de El Huésped de Drácula no tienen nada que ver con la trama de la novela, incluso el estilo es diferente al de otras entradas del diario de Harker. Por otro lado, el final de la historia, con su alusión a Drácula, parece una adición tardía.
El protagonista de El Huésped es Jonathan Harker [aunque no se menciona su nombre], quien visita un pueblo abandonado en las afueras de Munich. Lo sorprende una tormenta de nieve y busca refugio en una cripta. Allí descansa la Condesa Dolingen de Gratz, que se suicidó en 1801. A la luz de los relámpagos Harker ve a una mujer hermosa que parece dormir en un féretro. El siguiente rayo cae en la cripta y la mujer se levanta. Más adelante, unos soldados encuentran a Harker desmayado en las ruinas, cuidado por un gran lobo que le dio calor durante la noche invernal [los soldados lo encuentran lamiéndole el cuello]. La sugerencia aquí es que Drácula, bajo la forma de un lobo, protege a su futuro huésped de la Vampiresa utilizando sus poderes para controlar los elementos.
Hoy sabemos que El Huésped de Drácula no es un capítulo eliminado de la novela, sino el borrador de una versión anterior. Y lo sabemos porque en la década de 1980 se descubrió un texto mecanografiado que perteneció a Thomas Corwin Donaldson, abogado y amigo de Bram Stoker, donde queda claro que los sucesos de El Huésped de Drácula forman parte del desarrollo temprano de la novela. En esta etapa, Harker incluso le menciona al Conde esta extraña experiencia que tuvo en la tumba de la Condesa, y hasta se queja de que todavía le duele el cuello a causa de las «lamidas» del lobo. En las Notas, el epidodio es referido como «aventura, tormenta de nieve y lobo.»
El texto mecanografiado revela algo más: ¡la Condesa de la tumba es la Vampiresa rubia del castillo!
Cuando las tres hermanas se acercan a Harker y la Vampiresa rubia intenta «besarlo», en el texto mecanografiado [no en la versión final] podemos leer lo siguiente:
«Estaba mirando a la mujer rubia y de repente me di cuenta de que ella era la mujer —o su viva imagen— que había visto en la tumba en la Noche de Walpurgis.»
Es cierto, hay aquí un incómodo elemento de ambigüedad: Harker dice que es la misma mujer, pero agrega podría ser alguien con su misma apariencia [«o su viva imagen»], pero realmente no hay razones para suponer eso. Si este fuese un mundo donde los vampiros tienen rasgos similares, entonces sería posible que la Vampiresa del Castillo y la Condesa fuesen dos hematófagas diferentes, pero Bram Stoker establece que las dos vampiresas de cabello oscuro poseen rasgos distintos de los de la rubia, de modo que sí hay particularidades de cada vampiro. Harker está en lo cierto inicialmente: son la misma mujer. Solo se permite una pequeña duda debido a su estado de confusión general.
Bram Stoker juega constantemente con estas ambigüedades. Es un rasgo de su estilo narrativo. Por ejemplo, nunca afirma explícitamente que el cochero que lleva a Harker al Castillo sea el propio Drácula, ni Harker se da cuenta, pero el lector lo da sentado, y con buenas razones.
En Mörkrets makter no se encuentra el episodio de El Huésped de Drácula, pero se nos brinda un trasfondo para la Vampiresa rubia. Resulta ser [también] una Condesa «de principios de siglo» [XIX] que vivió en Austria [al igual que la Condesa Dolingen de Gratz]. En ninguna versión se informa las causas de su muerte, pero la sugerencia es que se quitó la vida; sin embargo, Elizabeth Miller especula que la inscripción en la cripta, con el nombre y título nobiliario de su ocupante, no necesariamente tiene que ver con la Vampiresa que Harker ve en su interior. Según el folclore, los suicidas pueden convertirse en vampiros, y estos se sienten atraídos por los lugares de entierro de personas que se quitaron la vida, como el propio Drácula, que duerme en la tumba del suicida George Canon en el cementerio de Whitby.
El estilo de El Huésped de Drácula difiere significativamente de la prosa sin adornos que usa Harker en Drácula. Esto podría indicar que el texto proviene de los primeros borradores de la novela, alejado cronológicamente de la versión final. Sin embargo, se asemeja mucho al estilo de Mörkrets makter: una prosa minuciosa y espesa que también caracteriza los cuentos de Bram Stoker. Esta particularidad, afortunadamente, se mantuvo bajo control en Drácula.
Las notas y borradores que pudieron haber sido la base de Mörkrets makter forman parte de las primeras instancias del desarrollo de Drácula. Mina Murray, Lucy Westenra, Jonathan Harker, y el propio Drácula ya habían adquirido sus nombres definitivos entre 1890 y 1892, pero en la versión sueca se usan las variantes primarias: Wilma Murray, Lucy Western, Thomas Harker y Conde Draculitz respectivamente. Sin embargo, Bram Stoker incluyó a R. M. Renfield a último momento, y no hay ninguna anotación con este nombre, de modo que, al incluirlo en Mörkrets makter, «A–e» también tenía un ojo puesto sobre la versión publicada [ver: Porque la sangre es la vida: análisis del «Caso Renfield»]
Ahora bien, la trama secundaria de Mörkrets makter sobre la conspiración política [conspiración que, por otro lado, justifica el título: «Poderes de la Oscuridad»], el carácter fascista de Draculitz y sus planes para establecer un orden mundial vampírico, son una adición sueca. Nada de eso aparece en las Notas de Bram Stoker. Evidentemente, «A–e» se dio ciertas libertades, sin embargo, pudo haberse inspirado en los indicios de darwinismo social que ya aparecen en Drácula.
El único aspecto de Mörkrets makter que está por encima del Drácula de Bram Stoker es la forma en la que aborda la estirpe del Conde. Tanto Drácula como Draculitz se enorgullecen de ser descendientes de Atila y los hunos. Cuando ambos se refieren a esta leyenda, omiten la parte que sostiene que los hunos se mezclaron originalmente con una raza subhumana. En su lugar, los Condes transforman a estas criaturas en «demonios», y enfatizan el parentesco de los hunos con los brujas. A pesar de esa omisión, Drácula y Draculitz parecen haberse informado con Jordanes, el historiador romano del siglo VI d.C., quien sostuvo que los hunos eran originalmente «una tribu atrofiada, repugnante y endeble, apenas humana, que no tenía más idioma que un balbuceo parecido ligeramente con el habla humana». Esta lengua sauroniana no parece muy diferente de los balbuceos guturales de los ancestros degenerados de Draculitz que viven en las catacumbas. Jordanes también menciona que los hunos se «humanizaron» al cruzarse con brujas escitas [ver: ¿Quién convirtió a Drácula en vampiro?]. En Mörkrets makter se resume de la siguiente manera:
«Nosotros, los Draculitz, de la tribu de los Székélys, como le dije antes, querido amigo, rastreamos nuestro linaje hasta los antiguos hunos, que una vez se extendieron por Europa como un fuego y consumieron a los pueblos moribundos como la llama consume la hierba seca. Cuenta la leyenda que descendían de hechiceras escitas que fueron expulsadas de su país y luego hicieron el amor con demonios en el desierto. ¿Quién puede afirmar que el diablo o el hechicero haya sido más grande y más poderoso que Atila, cuya sangre fluye por estas venas, y quién puede dudar que nosotros, sus hijos, somos mayores, tanto en odio como en amor, que otros mortales.»
En el Drácula publicado se menciona que «por sus venas [las de los hunos] corría la sangre de aquellas viejas brujas que, expulsadas de Escitia, se habían apareado con los demonios en el desierto». Inmediatamente después, Drácula añade que la sangre de Atila fluye por sus propias venas. Esta herencia solo se menciona una vez más en la novela, pero ocho veces en Mörkrets makter; razón por la cual el tema de la herencia genética es más significativo en la versión sueca. De hecho, el propio Thomas Harker reflexiona agudamente sobre el orgullo racial de Draculitz:
«He observado muchas veces cuán dispuestas están las personas a jactarse de cualidades externas o internas que, en otras circunstancias, serían consideradas defectos (...) Por eso no me sorprende que el Conde se jacte con puro orgullo de su ascendencia, imaginaria o real, de una de las tribus más repulsivas que jamás haya manchado con su presencia la superficie de la Tierra, mezcla de carnalidad bestial y valentía indomable.»
Después de la publicación de Drácula, inmediatamente se establecieron asociaciones entre la estancia del Conde en Londres y los asesinatos cometidos por Jack el Destripador, ocurridos unos años antes. Bram Stoker fue cuidadoso para evitar los paralelismos. Por eso eliminó de cuajo al detective de Scotland Yard. Mörkrets makter continúa esa línea, y afirma que los «asesinatos de Whitechapel» [la versión sueca no se refiere específicamente al Destripador] se cometieron después del paso de Draculitz por Londres, no al revés:
«La serie de tristemente célebres asesinatos de Whitechapel, totalmente inexplicables, todos con signos de tener el mismo origen, que en aquel momento enfurecieron a la opinión pública, ocurrieron algo más tarde [de la estancia de Draculitz en Londres], y probablemente aún no se han olvidado por completo.»
Es importante aclarar que el lore de Jack el Destripador es muy diferente del que era en tiempos de Bram Stoker. Hoy en día se le atribuyen cinco asesinatos «canónicos», pero hubo otros, una verdadera ola de crimenes con otros modus operandi, probablemente cometidos por otros perpetradores, pero no por eso menos grotescos y misteriosos. Cuando Drácula fue publicado, habían pasado ocho años del último asesinato «canónico» de Jack, pero todavía aparecían miembros amputados y cuerpos desmembrados flotando en el Támesis. Mörkrets makter deja en claro que los hechos que narra son posteriores al Destripador, pero de todos modos se sitúan en plena ola de crímenes, de modo que la asociación era inevitable. Bram Stoker, a pesar de sus intentos por evitar cualquier paralelo, también admitió que los asesinatos del Destripador son la razón por la cual el Conde resuelve instalarse en Londres. Es una decisión estratégica atinada. El propio Draculitz lo explica:
«—Sí, estos crímenes, estos asesinatos espantosos, estas mujeres masacradas encontradas en sacos en el Támesis, esta sangre que fluye y fluye, gotea y gotea en habitaciones selladas, donde ojos muertos buscan en vano al asesino…
No quiero ser injusto con el anciano [dice Thomas Harker], pero me pareció como si se lamiera la boca mientras enumeraba estas atrocidades.
—¡Incluso sobre esto he leído! ¡Es triste, muy triste! Y nunca son resueltos... nunca. ¡También leo tus periódicos, querido amigo, y veo que apenas entre el tres y el cuatro por ciento de todos los crímenes cometidos son descubiertos y castigados! Sí, Londres es una ciudad maravillosa.»
En otras palabras, los Condes siguen las noticias sobre los crímenes en los periódicos, y por eso eligen instalarse en Londres, donde sus propias atrocidades pasarían desapercibidas. De hecho, el anterior comentario de Draculitz deja en claro que, en aquellos años, no se hacía distinción entre los asesinatos de Jack el Destripador y los del Asesino de los Torsos del Támesis [The Thames Torso Murder]. Las mujeres «encontradas en sacos en el Támesis» refiere al Asesino de los Torsos; mientras que la sangre que «gotea en habitaciones selladas» refiere a los crímenes de Jack. La frase: «donde ojos muertos buscan en vano al asesino» prueba que Draculitz realmente ha estado devorando los periódicos londinenses. Se está refiriendo a Mary Kelly, la última víctima del Destripador, encontrada en una habitación cerrada, sin rostro, pero con los ojos ilesos.
Finalmente llegamos al «Contacto Lovecraft». El Flaco de Providence es una fuente inesperada, y no resuelve el misterio, pero aporta algunas preguntas interesantes.
En una carta a Frank Belknap Long, fechada el 7 de octubre de 1923, Lovecraft escribe:
«Hace treinta años, la señora Miniter leyó Drácula en un manuscrito. Era un texto increíblemente descuidado. Consideró hacer el trabajo de revisión, pero su precio era demasiado alto para Stoker.»
La señora Miniter es la periodista y escritora Edith Dowe Miniter (1867-1934), quien entabló amistad con Lovecraft debido a sus intereses compartidos por la historia de Nueva Inglaterra y algunas participaciones en el periodismo aficionado. Estuvieron en contacto desde 1920 hasta la muerte de Edith en 1934. En otra carta, dirigida a Donald Wandrei, fechada el 29 de enero de 1927, Lovecraft repite la misma información sobre el borrador de Stoker:
«Es curioso observar que una persona de nuestro círculo de periodistas aficionados, una anciana llamada señora Miniter, tuvo la oportunidad de revisar el manuscrito de Drácula (¡que era un diabólico desastre!) antes de su publicación, pero lo rechazó porque Stoker se negó a pagar el precio que la dificultad del trabajo le imponía establecer.»
En una carta a R. H. Barlow [10 de diciembre de 1932], Lovecraft añade:
«Conozco a una anciana que estuvo a punto de hacer el trabajo de revision de Drácula a principios de 1890; vio el manuscrito original y dice que era un desastre espantoso. Finalmente, alguien más (Stoker pensó que el precio era demasiado alto) le dio la forma que tiene ahora.»
En otra carta a Barlow [septiembre de 1933], Lovecraft agrega que la señora Miniter no se reunió ni tuvo contacto personal con Bram Stoker: «Ella nunca estuvo en contacto directo con Stoker, ya que un representante suyo le alcanzó el manuscrito. y luego se lo llevó cuando no pudieron llegar a un acuerdo». Cuatro años después del fallecimiento de la señora Miniter, el Flaco de Providence proporcionó información adicional en un breve homenaje publicado en la prensa aficionada:
«A pesar de sus conocimientos sobre la tradición espectral, a la señora Miniter no le interesaban las historias de carácter macabro o sobrenatural; las consideraba irremediablemente extravagantes y no representativas de la vida. Quizás esa sea una de las razones por las que, en sus primeros años en Boston, rechazó la oportunidad de revisar un manuscrito de Drácula, cuyo autor estaba entonces de gira por América.»
Si la información de Lovecraft es correcta, un representante de Bram Stoker se puso en contacto con Edith Miniter para encomendarle el trabajo de revisión de la novela. El dato de que Bram Stoker estaba en los Estados Unidos entre 1893 y 1894 es correcto [estaba en una gira teatral como agente de Sir Henry Irving]; de hecho, la gira llegó a Boston en enero de enero de 1894, y Edith trabajaba para el Boston Home Journal, una revista de literatura y arte. Curiosamente, la producción teatral de Irving fue masacrada por la crítica de Edith, y Bram Stoker, siendo el agente de prensa de la compañía, seguramente estaba al tanto. ¿Fue la mordacidad de Edith la que convenció a Stoker de proponerle, a través de un agente, que revise su novela?
En conclusión: si Edith Miniter tuvo en sus manos la versión de Drácula de 1893-94, y concluyó que era «un diabólico desastre», es lícito deducir que lo leyó y examinó con cierta produndidad. Y, si lo leyó, estuvo al tanto de gran parte de los elementos que luego serían eliminados de la versión publicada, pero presentes en versión sueca. Esto nos lleva a la última conexión, la más absurda, pero no por ello menos atractiva.
Consideremos lo siguiente: en Mörkrets Makter [que incluye episodios de Edith leyó pero que no aparecieron en la novela publicada], Draculitz y Thomas Harker deambulan por la galería de arte del castillo, a la luz de las velas, donde observan y comentan retratos centenarios cubiertos de telarañas. A medida que contemplan los retratos más antiguos, los rostros de los antepasados de Draculitz empiezan a evidenciar rasgos más bestiales y primitivos. Más adelante nos enteramos que estos sujetos no han muerto, sino que han degenerado hasta convertirse en criaturas semihumanas, parecidas a simios, que merodean por las catacumbas del castillo. En este punto, Thomas Harker descubre un templo pagano en ruinas que tiene un acceso a las cactumbas. Desciende y es testigo de cómo estas criaturas, que son los ancestros del Conde, practican ritos blasfemos que incluyen el sacrificio humano y el consumo de sangre, con Draculitz como sumo sacerdote [ver: Una exploración literaria por el Castillo de Drácula]
La sugerencia aquí es que la línea de sangre familiar se ha ido destilando y refinando en el curso de los siglos. Draculitz probablemente es el primero de esta estirpe en poder pasar como un ser humano, pero los individuos con rasgos prehumanos han sido relegados [voluntariamente o por la fuerza] a las catacumbas y túneles. Si el lector de El Espejo Gótico está pensando que todo esto se parece al argumento de Las Ratas en las Paredes (The Rats in the Walls), no es el único.
Las Ratas en las Paredes se escribió entre agosto y septiembre de 1923. Un mes después, Lovecraft le escribiría aquella primera carta a Frank Belknap Long donde menciona la anécdota de la señora Miniter [el encuentro entre Edith y HPL se produjo a principios de ese año] y el borrador de Drácula. Tal vez la composición del cuento le recordó a Lovecraft aquella historia y se la comentó a Long, o tal vez fue al revés: la señora Miniter le comentó a Lovecraft algunos puntos del manuscrito de Drácula y el Flaco de Providence los utilizó en Las Ratas en las Paredes [ver: El nido de Nyarlathotep: análisis de «Las ratas en las paredes»]
Es una posibilidad aventurera, pero tiene su lógica. No imagino a Lovecraft recibiendo el comentario de que una conocida suya tuvo en sus manos una versión cruda de Drácula sin haber escarbado en el asunto. Quiero decir, si alguien te comenta que tuvo en sus manos una versión preliminar de Drácula, es razonable suponer que le preguntarías de qué trataba, o al menos a qué se refiere si asegura que era «un diabólico desastre». Además, el encuentro con Edith no fue breve. Ella llevó a Lovecraft [y a Edward H. Cole] a hacer un recorrido por Boston y Marblehead, de modo que HPL tuvo tiempo de sobra para interrogar a Edith, quizás preguntarle si recordaba alguna diferencia entre el borrador y la novela terminada. En este sentido, la escena de los ancestros degenerados del Conde y los rituales obscenos en las catacumbas son tan originales e impactantes que, si Edith acaso recordaba algo del borrador, seguramente fue esto.
Ahora bien, si Edith Miniter no exageró los hechos, y realmente examinó a fondo la versión preliminar de Drácula [tuvo que hacerlo para establecer sus honorarios], y treinta años después se lo comentó a Lovecraft, es probable que el Flaco de Providence haya obtenido mucha más información de la que estaba dispuesto a compartir con Frank Belknap Long y sus otros corresponsales.
En cualquier caso, el episodio de las catacumbas es prácticamente idéntico al argumento de Las Ratas en las Paredes, con la única diferencia significativa de que en el cuento de Lovecraft las criaturas no están vivas [o no-muertas]; solo son esqueletos debajo de un castillo familiar, pero sus restros revelan que también han estado involucrados en ritos caníbales. Más aún, Thomas Harker comenta que algunos de estos seres se parecen a cerdos, comparación que también se encuentra en Las Ratas en las Paredes.
Podríamos seguir acumulando evidencia circunstancial: Las Ratas en las Paredes no solo es el único relato de Lovecraft que muestra signos de la influencia de Bram Stoker, sino que incluso hay una alusión directa a Drácula: los antepasados del Narrador fueron dueños de una finca llamada «Carfax», el mismo nombre de la abadía que adquiere el Conde en Londres. Además, las Ratas en sí mismas parecen inspiradas en los roedores sobrenaturales del cuento de Stoker: La Casa del Juez (The Judge's House) [ver: El Gran Rey Rata: análisis de «La Casa del Juez»]
Al final de este recorrido no hemos dado ninguna respuesta concluyente, solo algunas preguntas interesantes y una madeja de datos aislados que no podemos desenredar: No sabemos si el autor de Mörkrets makter hojeó los borradores de Drácula, pero sí que incluyó muchísimos elementos e ideas que forman parte de las versiones preliminares de la novela. No sabemos si Edith Miniter leyó el borrador, pero sí que las fechas y los lugares coinciden: Stoker y ella estaban en el mismo lugar y participaban del mismo círculo. No sabemos si Lovecraft escribió Las Ratas en las Paredes teniendo en mente la información que le proporcionó Edith, ni siquiera si Edith le proporcionó alguna, pero sí que el argumento del relato reproduce un episodio del diario de Thomas Harker.
En definitiva, no sabemos nada con absoluta certeza. No podemos disipar ningún interrogante. Pero, al menos para mí, este juego de asociaciones, coincidencias, aleatoriedad y, quizás, sobreinterpretación, se parece un poco a los merodeos de Harker por las tinieblas del castillo del Conde, a la luz tenue de las velas, observando detalles aquí y allí, pero sin poder afirmar con rigor cuántos metros cuadrados tienen las catacumbas, cuál es la edad de los ancestros centenarios del Conde, pero capaz de elaborar una hipótesis de trabajo, o de supervivencia: ¡los vampiros existen!
Taller gótico. I Vampiros.
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3 comentarios:
No puedo explicar lo mucho que me gusta este blog. Hace años que lo visito. Gracias a ti he conocido muchos autores que, de otro modo, jamás hubiera tenido el placer de descubrir. Podría pasar horas leyendo las entradas acerca de vampiros, demonios, brujas, etc. De paso toda esa información también me ayuda a darle forma a mis personajes y a mis textos. Muchas gracias y espero que este blog esté siempre abierto.
Me alegra mucho que el material te sirva para tus personajes. Gracias por el apoyo!
❤❤❤❤
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