"Trilogía de Shannara": otro plagio a "El Señor de los Anillos"


Trilogía de Shannara: otro plagio a "El Señor de los Anillos".

La Trilogía de Shannara (Original Shannara Trilogy) es una serie de novelas fantásticas escritas por Terry Brooks.

Comenzó en 1967 con: La espada de Shannara (The Sword of Shannara), y continuó con: Las piedras élficas de Shannara (The Elfstones of Shannara) y El cantar de Shannara (The Wishsong of Shannara).

Posteriormente la trilogía de Shannara se ensancharía con nuevas y desconcertantes entregas: El génesis de Shannara (The Genesis of Shannara), Leyendas de Shannara (Legends of Shannara), El primer rey de Shannara (First King of Shannara), Los vástagos de Shannara (The Heritage of Shannara), El druida de Shannara (High Druid of Shannara) y El oscuro legado de Shannara (The Dark Legacy of Shannara).

Ahora bien, la Trilogía de Shannara fue acusada desde sus inicios de ser un plagio de El Señor de los Anillos (The Lord of the Rings), de J.R.R. Tolkien; acusación casi imposible de defender objetivamente.

Es indudable que Terry Brooks se apoyó quizás demasiado en la obra de J.R.R. Tolkien

Entre sus críticos más despiadados se encuentra Lin Carter —autor de: Ciclo Thongor de Lemuria (Thongor of Lemuria), y colaborador Robert E. Howard en la saga de Conan el bárbaro (Conan the Barbarian)—; quien directamente denunció a la Trilogía de Shannara como el plagio más despiadado que se haya visto en la historia de la literatura fantástica; no solo por "inspirarse" en El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien, pecado atribuible a muchos otros autores, sino por el traslado de casi todos los personajes y episodios de la trilogía de la Tierra Media.

Y no solo eso, Terry Brooks incluso busca imitar el estilo y la prosa de J.R.R. Tolkien, algo que, sumado a la desfachatada sustracción de personajes y escenas, resulta una especie de doble y mala lectura de El Señor de los Anillos.

Cada uno de los personajes de El Señor de los Anillos posee su doppelgänger en la Trilogía de Shannara:

  • Sauron (Brona)
  • Gandalf (Allanon)
  • Frodo y Sam (Shea y Flick)
  • Aragorn (Menion)
  • Boromir (Balinor)
  • Gimli (Hendel)
  • Legolas (Dayel)
  • Gollum (Orl Fane)
  • Los Nazgûl (Skull Bearers)


Siendo benévolos podríamos decir que no hay nada censurable en inspirarse en personajes ya creados, siempre que el autor les imprima su propia historia, personalidad, y sobre todo que los incluya dentro de un escenario y acciones nuevas.

Sin embargo, esto no ocurre en la Trilogía de Shannara.

Allí se encuentran, casi calcados, los mismos episodios de El Señor de los Anillos, entre ellos, el viaje a Rivendell (Culhaven) y Lothlórien (Storlock).

En la Trilogía de Shannara, más precisamente en La espada de Shannara, el mago Allanon (Gandalf) cae en las Minas de Paranor (Moria). Naturalmente, luego reaparece "renovado", con sugestivas ropas blancas.

Un ejército de valerosos jinetes (los Rohirrim) llega justo a tiempo para librar la Batalla de Tirsys (Batalla de los Campos de Pelennor). 

Los ejemplos de este tipo abundan en cada capítulo de la Trilogía de Shannara.

Desde luego, existen muchas otras novelas inspiradas en J.R.R. Tolkien y El Señor de los Anillos, de hecho, incluso existen secuelas no oficiales, como El libro negro de Arda, donde se narra la historia desde el punto de vista de Morgoth y Sauron; El último portador del Anillo, donde se cuentan historias muy posteriores en la línea de tiempo que desarrolla J.R.R. Tolkien; o La torre de hierro, fantasía épica impregnada de Tierra Media.

El éxito de la Trilogía de Shannara se debió, paradójicamente, a los fanáticos de J.R.R. Tolkien de los años '70; ávidos por consumir nuevas historias situadas en la Tierra Media, aún cuando éstas no sean las originales sino copias desgastadas, indigestas, con el mérito bochornoso de aquellos espejos que desfiguran involuntariamente.






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