Poltergeist: agua en todas partes [que viene de ningún lado]
Aquellos que nos siguen ya saben que en El Espejo Gótico nos gusta lo paranormal, a pesar de la cantidad de basura que rodea el tema. Aclaro esto porque hoy tocaremos un tema particularmente susceptible de caer en el este basural.
En su libro: Poltergeist (Poltergeist), el investigador Colin Wilson entrevista a una familia que experimentó una gran cantidad de actividad paranormal en su hogar.
«Pregunté cómo habían comenzado los disturbios.
—Con estos charcos de agua en el suelo de la cocina.
—¿Puedes describir su forma?
La señora Pritchard negó con la cabeza.
—Eran pequeños charcos limpios, como al volcar una botella de tinta.
Esta era una descripción de los charcos de agua creados por una explosión energía. Parecen como si un gato pequeño hubiera colocado su trasero cerca del piso y orinado.»
Si la sensación de estar siendo observado y las mascotas que se comportan de manera extraña son elementos extremadamente subjetivos, el agua requiere ser estudiada con el mayor escepticismo, aunque existe cierto consenso general que indica que una de las 8 fases de la actividad poltergeist está relacionada con pequeños charcos de agua que aparecen aleatoriamente [ver: Las 8 fases de la Actividad Poltergeist]
La aparición de estos charcos es consistente con todos los relatos de poltergeist, pero aun así resulta difícil de tragar. Quiero decir, si yo encontrara un charco de agua al azar en el piso, incluso investigando en una casa embrujada, mi primera reacción no sería: «Bueno, supongo que un fantasma debe haber dejado su marca». Y si, además, yo fuera un autoproclamado «experto», te diría que la navaja de Occam sugiere que si ves un charco extraño en tu casa probablemente se trata de un fantasma. ¡La orina de gato, la condensación o una filtración serían una locura!
Algunos especialistas aseguran que el agua amplifica la energía espiritual, pero jamás aclaran en qué consiste esa «energía», de qué está hecha y cómo se comporta. Esta «amplificación» [siempre de acuerdo a los «expertos»] hace que a los espíritus les resulte más fácil moverse e interactuar a través de un medio líquido. Supongo que esta teoría surgió a fines del siglo XIX, donde el comportamiento de la electricidad todavía era motivo de asombro. La sugerencia aquí es que un espíritu se mueve a través del líquido, o interactúa con él, sin desplazar sus moléculas, sino de manera similar a como lo hace la electricidad. Digamos, mejor, que el agua puede tener un impacto en el comportamiento y las emociones humanas, tanto en contextos normales como paranormales [ver: ¿De qué están hechos los espíritus?]
Desde los tiempos shamánicos se cree que los espíritus pueden usar el agua como un conducto para interactuar con el plano físico. La idea general sugiere que cuando una entidad espiritual entra en contacto con grandes masas de agua puede extraer su energía y usarla para manifestarse. Esto permitiría que la entidad creara un entorno limitado en el que puede interactuar con el mundo de los vivos. La parapsicología tomó esta idea y la amplió al darle un lugar preponderante a los niveles de humedad y temperatura como facilitadores de la actividad paranormal. De hecho, los avistamientos de apariciones y los puntos fríos son más comunes en áreas húmedas [ver: Los «Puntos Fríos» y los fantasmas]
El agua parecía actuar de forma extraña durante el Poltergeist de Rosenheim. Pequeños charcos de agua se formaban en lugares secos de la casa. Apenas se limpiaba, otro charco se formaba en otro lugar:
«La señora K. tomó un trapo del armario debajo del fregadero y secó el agua. Entonces, mientras estrujaba el trapo en el fregadero, notó otro charco en el linóleo. Se agachó y lo secó. Mientras lo hacía, notó otro charco. Le tomó unos segundos darse cuenta de que parecían formarse nuevos charcos de agua tan rápido como los limpiaba.»
La explicación obvia, en este y en cualquier otro caso, es que el agua se filtraba desde algún lugar [ya hablaremos sobre esto], pero lo cierto es que estos charcos aleatorios son habituales en el fenómeno poltergeist. Nadie sabe exactamente porqué, pero ocurren en todos los casos registrados. Guy Lyon Playfair, que investigó el Caso Enfield, cree que estos charcos de agua son una especie de condensación de la energía utilizada por el poltergeist. Su explicación es tan plausible como incomprobable.
Estos charcos paranormales tienen sus peculiaridades. Por ejemplo, tienen un contorno nítido, perfectamente circular [a pesar de las depresiones del suelo], y sin marcas de salpicaduras alrededor, como si el líquido se hubiera vertido de forma sostenida e inmediatamente por encima de su superficie. Quizás esto tenga alguna relación con las leyendas medievales de «espíritus juguetones», quienes se caracterizaban por dejar pequeños charcos de orina en el suelo. Guy Playfair menciona lo siguiente sobre el caso de East Drive:
«Lo primero que pregunté fue la forma de los charcos de agua. Tal como esperaba, eran pequeños charcos bastante limpios. La única peculiaridad de esta primera manifestación era que el poltergeist estaba provocando una tormenta de nieve en miniatura en el salón mientras se formaban charcos de agua en la cocina de al lado. El poltergeist de East Drive también jugó una mala pasada con el suministro de agua. Cuando se abrieron los grifos y se descargó la cisterna, salió una espuma verdosa.»
Playfair enumera varios «síntomas» de lo que él denomina «síndrome de poltergeist», comenzando con golpes en las paredes, puertas y ventanas y terminando con fallas en los equipos electrónicos [ver: Pasos, golpes, objetos que caen y otros ruidos inexplicables]. En el medio anota una amplia variedad de fenómenos: muebles y objetos que se mueven solos, apports [objetos que aparecen o desaparecen espontáneamente] y pequeños focos de incendios. Lo curioso es que estos fenómenos ocurren siempre en el mismo orden. No aparecen charcos de agua antes de que se escuche el ruido de piedras golpeando las paredes ni incendios antes de los golpes en la puerta. Por supuesto, para las personas que viven en la casa todos estos acontecimientos parecen aleatorios, pero en realidad siguen un patrón.
Pero, si existe un patrón en la actividad poltergeist, también debe existir algún tipo de fuente de energía. Tiene que haberla porque se trata de actividad física que ocurre en nuestro espacio y nuestra dimensión, por lo tanto debe obedecer al menos algunas de las leyes físicas. Algunos piensan que esta energía simplemente «gotea» casi impercepriblemente de la mayoría de las personas, pero que ciertos individuos expulsan en cantidades extraordinarias durante un período muy corto de tiempo [ver: Espíritus y «ambientes cargados»]
Ahora bien, charcos misteriosos y el sonido de goteo que resuena en algún lugar de la casa, pero que nunca se puede identificar, no es una señal de actividad demoníaca, ni mucho menos, y solo adquiere relevancia al ocurrir en simultáneo con otros elementos. Por otro lado, el agua aparece en lugares poco frecuentes, por ejemplo, en los umbrales de las puertas [especialmente de los dormitorios] o sobre una mesa donde no se ha derramado ningún líquido. Al limpiarse, el agua vuelve a aparecer pero no necesariamente en el mismo sitio. Es difícil precisar qué diferencia tienen estos charcos de agua con otros producidos por cuestiones mundanas: no hay señales de agua goteando desde el techo, ni filtraciones ni condensación. De hecho, el agua puede aparecer justo debajo de objetos perfectamente secos.
Podríamos decir que siempre se ven charcos de agua que salen de la nada en los casos de poltergeist, pero de ningún modo esto es señal de que algo paranormal está ocurriendo. De hecho, creo que nadie en sus cabales asociaría estas dos cosas cuando ocurre una sola vez, pero después de limpiar la zona y, al día siguiente, encontrar más agua en el mismo lugar, sin que un profesional encuentre una filtración, la situación puede ser bastante inquietante. Pero antes de recurrir a fontaneros paranormales, quiero decir, investigadores paranormales, es importante aclarar que estos charcos aleatorios vienen acompañados de otros fenónemos. Por lo general, en esta fase de la actividad poltergeist se producen avistamientos de sombras y siluetas por el rabillo del ojo [ver: Figuras humanas que caminan por tu casa de noche]. Algo «oscuro» que sale de una habitación y entra en otra, por ejemplo. No se siente particularmente amenazante debido a que estas formas se perciben a través de la visión periférica.
En este contexto, los charcos de agua aparecen en los sitios donde estas sombras fueron entrevistas por las personas de la casa. La forma de estos charcos no se asemeja a la que podría dejar alguien que ha derramado un vaso, sino más bien como si el líquido hubiera estado goteando. Sin embargo, no hay marcas de salpicaduras alrededor, y naturalmente no hay filtraciones en el techo y señales de que el líquido haya estado goteando desde una mesa o cualquier lugar elevado. Es frecuente que aparezcan en los pasillos y frente a las puertas de los dormitorios. Este fenómeno suele ir acompañado de la aparición y desaparición de objetos pequeños, cosas que se pierden inexplicablemente [ver: ¿Por qué las cosas se pierden en tu casa?]
La secuencia de acontecimientos se repite en la inmensa mayoría de casos de poltergeist: la persona llega a casa y encuentra un charco de agua en el piso. Naturalmente, esto es algo que puede suceder, la persona lo limpia, y al día siguiente vuelve a encontrarse con los mismo. Después de investigar filtraciones, pérdidas, condensación, y excluir cualquier otra posibilidad [como el cuenco de agua de la mascota de la casa, orina, etc], el fenómeno sigue ocurriendo, pero esta vez se «mueve» a otras zonas de la casa, como si ya hubiera capturado la atención de la persona y ahora la estuviera desplazando hacia otro sitio.
Cuando esto ocurre en la cocina hay demasiadas explicaciones naturales como para recurrir a lo sobrenatural: una fuga proveniente de la heladera [refrigerador], un grifo que pierde debajo del fregadero, una filtración que corre por una depresión en el piso. En fin, dejemos a la cocina y al baño a los plomeros fantasma, sobre todo si los charcos aparecen en el mismo lugar. Cuando vemos agua acumulada la tendencia es mirar en el espacio inmediato, alrededor del lugar; sin embargo, si vertimos agua en puntos aleatorios veremos que fluye hacia el punto mas bajo, que termina siendo donde está el charco. Insisto con esto.
Decíamos antes que los charcos de agua al azar [que al pisarlos se siente como si fueran pegagosos] están asociados con otro tipo de actividad poltergeist, como arrojar cosas, la sensación de que algo tira de tus ropas, o te empuja, equipos electrónicos que enloquecen, etc [ver: ¿Pueden los espíritus tocarte?]. En los peores casos se formarán manchas de humedad y moho en los dormitorios, en especial debajo de la cama, y olores inexplicables que desaparecen tan repentinamente como aparecieron [ver: Entidades que se manifiestan a través del olor]. Siempre son olores desagradables: huevos podridos, azufre, tabaco [ver: El olor de los ángeles, demonios, espíritus y fantasmas]
Cuando la actividad se centra en el dormitorio, como normalmente lo hace, las personas tienen muchas dificultades para conciliar el sueño, y cuando lo logran, para permanecer dormidas y obtener una buena noche de descanso. No es que suceda algo espeluznante o siniestro, pero la atmósfera del lugar es más pesada, como si acentuara las preocupaciones que la persona carga consigo. No es infecuente tener sueños muy vívidos [no exactamente pesadillas] y despertar en medio de la noche creyendo que hemos oído un ruido extraño en la casa. Al despertar a la mañana la persona se siente completamente agotada. Una amiga de El Espejo Gótico definió esta sensación diciendo que se sentía como si hubiese estado hablando por teléfono toda la noche, pero sin recordar con quién y de qué habló.
Esta manifestación de agua es un elemento común de actividad poltergeist, pero al ser mucho menos espectacular que otros signos, como golpes en las paredes, puertas que se abren y cierran solas, luces que se encienden y apagan, olores extraños, puede pasar desapercibido durante mucho tiempo [ver: Libros, cuadros y portarretratos que se caen solos]. Algunos investigadores sotienen que todo se reduce a un brote de actividad psíquica de un miembro de la casa; otros que la actividad gira en torno a una persona pero que no proviene de ella. En cualquier caso, esta persona está en el centro de la escena, y la mayoría de los fenómenos se producen a su alrededor o en sus espacios personales. En ocasiones el agua deja de aparecer aleatoriamente para «chorrear» desde superficies completamente secas. Desafortunadamente, mudarse no ayuda en absoluto. El fenómeno «seguirá» a la persona hasta que la fuente que lo originó se agote, y eso puede durar incluso varios meses [ver: Apego espiritual: causas y síntomas]
La mayoría de las personas que vivieron en carne propia el fenómeno poltergeist dirán que comenzó de repente, pero al ser indagadas podemos descubrir que previamente ha ocurrido actividad mucho más sutil. En otras palabras, un poltergeist no comienza con grandes manifestaciones, sino con eventos pequeños, a veces triviales, que a menudo las personas de la casa ven como simples bromas. La actividad no aumenta dando grandes saltos: a veces se estanca, incluso se detiene por completo después de algún tiempo, y luego regresa, escalando hasta volverse aterradora [ver: Un golpe: «SÍ»; dos golpes: «NO»; tres golpes: «DÉJAME ENTRAR»]
Se desconoce cómo y por qué comienza la actividad poltergeist, pero existen diferentes teorías. Una asegura que los espíritus [o seres elementales, energía residual, etc] atados a un lugar fisico en particular están extrayendo energía de las personas que viven allí para darse a conocer, algunos dicen que molestos o perturbados por los cambios realizados en el lugar. Otra teoría es que las personas de la casa pueden ser la causa. En cualquier caso, la actividad poltergeist comienza sutilmente, con movimientos inadvertidos de objetos o la aparición de charcos de agua. A medida que aumenta, puede parecer que se arrojan pequeños objetos [a veces dirigidos a una persona], se oyen ruidos inexplicables como pisadas o muebles pesados siendo arrastrados por el piso [ver: Señales de que hay un espíritu en tu casa]. A propósito de esto último, en Todos los Santos (All Souls'), la escritora Edith Wharton comenta: «¿Quién que haya vivido en una casa antigua podría creer que los muebles se quedan quietos durante la noche?»
Esta sutileza inicial del poltergeist es detectada por la persona más sensitiva de la casa, que se sentirá inquieta desde el principio. Por ejemplo, al regresar de sus actividades diarias la persona puede tener la extraña impresión de que alguien más está en la casa, a pesar de estar sola; y hasta escuchar algunos ruidos vagos que provienen de un lugar difícil de precisar [ver: Sentir «presencias» cuando estás solo]. Además, el lugar puede estar varios grados por debajo de la temperatura ambiente.
En esta instancia es donde pueden aparecer los charcos inexplicables, no de repente, sino progresivamente, comenzando por pequeñas gotas sin origen aparente que golpean la parte superior de tu cabeza. Se cree también que estas primeras manifestaciones de agua no tienen un olor desagradable, y hasta pueden tener un aroma dulzón, pero el sabor es repugnante.
En simultáneo con la aparición de charcos de agua, la actividad poltergeist incluye pequeñas piedras y otros artículos que golpean las paredes y las ventanas, sonido de crujidos y pasos, pero todo eso seguramente es descartado como simples rarezas. Todas las casas hacen ruidos extraños y un charco de agua es lo más normal del mundo. Pero hay otro fenómeno que suele ocurrir en esta instancia, el cual sí produce temor: la mímica o imitación de la voz de una persona de la casa [ver: Algo me llamó por mi nombre]. Por ejemplo, escuchas que tu pareja, o cualquier familiar o amigo que viva contigo, te llama por tu nombre, pero no hay nadie en la casa. La instancia posterior puede incluir ataques físicos: morder, pellizcar o arañar la piel, a veces mientras duermes, otras estando bien despierto [ver: Arañazos, rasguños y marcas en la piel durante la noche]. En el poltergeist de Enfield, los charcos de agua [en círculos perfectos] que aparecieron en la casa venían acompañados de pequeños fuegos que brotaban y se extinguían en unos segundos.
En la parapsicología y el espiritismo los charcos de agua pertenecen a la categoría de apports, es decir, la supuesta transferencia paranormal de un objeto de un lugar a otro, o la aparición de algo, como el agua y el fuego, de una fuente desconocida.
La energía residual es probablemente la causa más común de actividad paranormal, y ocurre con mucha más frecuencia de lo que la mayoría cree [ver: ¿Energía Residual o entidades inteligentes?]. Esta energía residual no tiene nada que ver con una entidad inteligente y consciente de su entorno, sino más bien brotes repentinos de actividad inusual que no siguen un patrón. En estos casos, la actividad, incluidos los charcos de agua, ocurre siempre en el mismo lugar. Si se trata de una aparición, será vista en el mismo rincón, caminando por el mismo pasillo, asomándose por la misma ventana, y repitiendo los mismos movimientos. En estos casos no hay ninguna interacción entre el fenómeno y las personas que viven en la casa [ver: ¿Los fantasmas son «grabaciones» impresas en la realidad?]
La energía residual se activa con mayor frecuencia e intensidad cuando hay altos niveles de humedad. Se ha sugerido que el agua retenida en el ambiente [sobre todo si hay moho] puede activar esta especie de registro de las cosas que ocurrieron allí, por lo general, desgraciadas. En cierta forma, este teoría sugiere que el agua tiene «memoria» [ver: La teoría de la Cinta de Piedra]. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre durante un poltergeist, la energía residual no se activa por un trauma o una situación de violencia. Estas repetitivas liberaciones de energía [como si un proyector hubiera comenzado a funcionar] son capaces de dejar una impresión duradera.
En la Wicca tradicional se cree que las brujas que trabajan para la luz pueden experimentar la sensación de gotas de agua cayendo sobre su piel, en cualquier parte del cuerpo, sin ninguna fuente externa. Esto, se cree, es una buena señal. Pero cuando hay una gota visible en el cuerpo, o uno de estos típicos charcos de la actividad poltergeist, entonces se lo toma como una señal de un espíritu de nivel inferior que puede o no ser benigno, ya que quiere ser «observado» o simplemente darse a conocer. Estos espíritus que envían estas «señales» a menudo solo están apegados al lugar, no a la persona que vive allí, y además sus poderes están confinados a un ámbito muy pequeño.
Consultorio Paranormal. I Fenómenos paranormales.
Más Consultorio Paranormal:
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1 comentarios:
que puedo hacer si están pasando todas estan cosas en mi hogar?
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