«Smith: Un episodio en una pensión»: Algernon Blackwood; relato y análisis.


«Smith: Un episodio en una pensión»: Algernon Blackwood; relato y análisis.




Smith: Un episodio en una pensión (Smith: An Episode in a Lodging-House) es un relato de terror del escritor inglés Algernon Blackwood (1869-1951), publicado en la antología de 1906: La casa vacía y otros relatos de fantasmas (The Empty House and Other Ghost Stories).

Smith: Un episodio en una pensión, uno de los cuentos de Algernon Blackwood menos conocidos, transcurre en dos planos narrativos. Primero, un narrador anónimo [que acaso es Marriott, narrador de Manteniendo su promesa (Keeping his Promise)] cuenta la historia que ha oído de un médico sobre un hombre, Smith, quien vivía en la misma pensión cuando era un estudiante. El médico afirma que siempre hubo algo extraño en Smith. Una noche lo oye en su habitación, hablando con otra persona, con un timbre de miedo en su voz. El médico llama a su puerta y le ofrece ayuda. Smith responde que nadie podría ayudarlo, y que el médico estaría más seguro en su propio cuarto.

En otra ocasión, Smith se presenta en la habitación del médico y le dice que si este llega a experimentar que algo lo molesta por la noche, se lo haga saber. Después de que Smith se retira, el médico se da cuenta de que hay otra presencia en la habitación, observándolo, casi tocándolo. Comienza a sentir que su «vitalidad» está siendo drenada de su cuerpo. Smith aparece de nuevo diciendo algo en un tono autoritario y la presencia abandona la habitación. El médico ve salir una sombra oscura de sus aposentos, quizás con una cabeza humana.

Al día siguiente, Smith vuelve a aparecer en la habitación del médico y le dice que su «asombrosa vitalidad» lo convierte en el objetivo de estas energías. Un par de semanas después, cuando el médico sube las escaleras a altas horas de la noche, escucha un grito [«¡Ayuda! ¡Ayuda!»] y siente una extraña fuerza sujetando su brazo. El médico abre la puerta de la habitación de Smith y descubre que el lugar está lleno de un «vapor asfixiante», con enormes sombras entrando y saliendo de la niebla. En el medio de la habitación hay un círculo hecho con algún tipo de material negro. El médico siente que la habitación está llena de... personas, pero no de humanos.

Estos «seres» vibran y agotan la vitalidad del médico. Smith lo insta a que entre en el círculo, lo cual hace, y acto seguido «su voz comenzó a vibrar», demostrando sus conocimientos sobre la «manipulación oculta del sonido», logrando que la habitación vuelva a la normalidad.

Para el estándar de Algernon Blackwood, Smith: Un episodio en una pensión no es un gran relato, pero de todos modos tiene algunos elementos interesantes. ¿Quienes son estos seres extradimensionales que agotan la vitalidad de los seres humanos? Parecen tener predilección por ciertos individuos, lo cual no prueba que sean necesariamente inteligentes, sino más bien que saben detectar a las mejores víctimas, personas con una extraordinaria «vitalidad», como el médico y el propio Smith [ver: Tulpas, Seres Interdimensionales y una teoría sobre el Horror]

Más que vampiros energéticos, estos seres parecen ser parásitos astrales de algún tipo [ver: Entidades, larvas, gusanos y parásitos del bajo astral]. Smith, evidentemente, posee amplios conocimientos ocultos que le permiten identificarlos e incluso repelerlos.

No es caprichoso que Algernon Blackwood haya elegido al médico como objetivo de estos seres, es decir, alguien «en el pesado e incuestionable estado de materialismo que es común en los estudiantes de medicina». En el acto final, el estudiante admite que la situación está más allá de su comprensión. Tampoco es la primera vez que Algernon Blackwood coloca a un materialista en una situación que lo hace sentir «tan indefenso como un niño».

La idea central en Smith: Un episodio en una pensión es que existen fuerzas sobrenaturales, quizás provenientes de otros planos o dimensiones, que se sienten atraídas por la energía o vitalidad de determinadas personas, y se alimentan de ellas. Por supuesto, no hay defensa para el profano ante esta invasión psíquica. Las paredes de tu casa no te brindarán protección. Ni siquiera tu cuerpo, tu mente, son una barrera eficaz para estos invasores astrales.

Algernon Blackwood poseía algunos conocimientos sobre ocultismo y parapsicología. De hecho, se unió a la Orden Hermética del Alba Dorada [Golden Dawn] así como a la Sociedad para la Investigación Psíquica [Society for Psychical Research]. Asistió a numerosas sesiones de espiritismo y hasta realizó algunas investigaciones paranormales en casas [presuntamente] embrujadas. Sin embargo, ninguna de esas experiencias lo desviarían de su verdadera fuente de inspiración: la naturaleza. En efecto, para Algernon Blackwood la naturaleza es una fuente de maravillas y misticismo; no solo la naturaleza visible, sino sus fuerzas ocultas, como estos extraños parásitos astrales.

A diferencia de muchos investigadores y expertos en lo sobrenatural en la ficción, con sus largas y a menudo insoportables explicaciones al lector [aún cuando este pueda sumar 1 + 1 por su cuenta], Smith es reservado. Este es un detalle refrescante, incluso cuando la ausencia de información termine generando una sensación de vaguedad. No sabemos exactamente qué está pasando, qué son estas entidades, ni qué extrañas operaciones está realizando Smith. Hay una línea muy delgada entre explicar demasiado y explicar demasiado poco. Smith: Un episodio en una pensión se inclina por lo segundo.

Hay algunas similitudes entre los parásitos astrales de Algernon Blackwood y el Horla de Maupassant. De hecho, solo falta la leche y el agua para que pertenezcan a la misma especie [ver: Gente Sombra, el Horla, y el portal interdimensional de Maupassant]. En cualquier caso, Smith utiliza las vibraciones del sonido para repeler a estos seres, algo que tiene antecedentes en la magia tradicional. Quizás Algernon Blackwood estudió esta técnica en sus años en la Golden Dawn, aunque no era un miembro particularmente avanzado [ver: Sobre los Nombres Bárbaros de Evocación]. De todos modos, las entidades que Smith invoca o conjura reaparecen de diversas formas en la ficción posterior de Algernon Blackwood.

Volvemos a agradecer a Ariel Palomo, quien nos ha permitido gentilmente compartir con los lectores de El Espejo Gótico su traducción al español de Smith: Un episodio en una pensión.




Smith: Un episodio en una pensión.
Smith: An Episode in a Lodging-House, Algernon Blackwood (1869-1951)

(Traducido al español por Ariel Palomo)


“Cuando era estudiante de medicina”, comenzó a decir el doctor, girándose a medias hacia su círculo de oyentes a la luz del fuego, “me crucé con uno o dos seres humanos bastante curiosos, pero hubo un tipo al que recuerdo particularmente porque me provocó las emociones más vívidas, y creo que las más incómodas, que conocí jamás.

”Por varios meses solo conocí a Smith por su nombre como el ocupante del piso de arriba. Obviamente que su nombre no significaba nada para mí. Además, yo estaba ocupado con clases, libros, clínicas y esas cosas, y tenía poco tiempo de hacer planes para trabar amistad con cualquier otro inquilino de la casa. Luego, el azar curiosamente nos juntó, y este tipo Smith me dejó una profunda impresión como resultado de nuestro primer encuentro. En ese momento, la fuerza de esta primera impresión me pareció bastante inexplicable, pero mirando en retrospectiva el episodio desde una posición de mayor conocimiento, considero que el hecho fue que él incitó mi curiosidad hasta un grado inusual y que, al mismo tiempo, despertó mi sentido del horror (sea lo que eso sea en un estudiante de medicina) tan profunda y permanentemente como estas dos emociones fueron capaces de incitar en el particular sistema y conjunto de nervios llamado YO.

”Cómo supo que yo estaba interesado en el estudio de las lenguas, fue algo que nunca pude explicar; pero un día, sin previo aviso, entró silenciosamente en mi habitación por la noche y me preguntó sin rodeos si sabía el suficiente hebreo para ayudarlo en la pronunciación de ciertas palabras.

”Tocó mi punto débil y me sentí más que halagado de poder darle la información deseada, pero solo fue cuando me dio las gracias y se fue que me di cuenta de que estuve en presencia de una personalidad inusual. Por más que lo intenté, no pude entender ni nombrar del todo las peculiaridades de lo que sentí que era una personalidad muy impresionante, aunque caí en la cuenta de que era un hombre distinto de sus compañeros, una mente que seguía un camino que se apartaba de la interacción humana ordinaria y de los intereses humanos, adentrándose en regiones que dejaban en su atmósfera algo remoto, enrarecido, escalofriante.

”Ni bien se marchó, fui consciente de dos cosas: una intensa curiosidad por saber más sobre este hombre y sobre cuáles eran sus verdaderos intereses, y segundo, el hecho de que se me puso la piel de gallina y de que mi cabello tendía a erizarse.”

El doctor se detuvo aquí un momento para dar una fuerte pitada a su pipa, la cual, sin embargo, se había apagado indefectiblemente sin el auxilio de un fósforo, y en el profundo silencio, que daba cuenta del genuino interés de sus oyentes, alguien avivó la llama del fuego, y uno o dos miraron sobre sus hombros en las oscuras distancias del gran salón.

“Mirando en retrospectiva”, continuó, observando momentáneamente las llamas dentro del hogar, “veo a un hombre bajo, grueso, de quizás cuarenta y cinco años, con hombros inmensos y manos pequeñas, delgadas. El contraste era notable, pues recuerdo pensar que esa gigantesca estructura y esos delgados huesos de los dedos apenas encajaban entre sí. Su cabeza, además, era muy grande y muy larga, la cabeza de un idealista sin duda alguna, pero con un desarrollo inusualmente fuerte en la mandíbula y la barbilla. Aquí había, nuevamente, una singular contradicción, aunque ahora estoy en mejores condiciones de apreciar todo su significado con una mayor experiencia en juzgar los significados de la fisionomía. Porque esto significaba, por su puesto, un idealismo entusiasta, equilibrado y controlado por la voluntad y el juicio (elementos usualmente deficientes en soñadores y visionarios).

”En cualquier caso, aquí había un ser con, probablemente, un rango muy amplio de posibilidades, una máquina con un péndulo que, seguramente, tenía una longitud inusual de oscilación.

”El cabello del hombre era excesivamente rubio, y las líneas de su nariz y boca parecían talladas en cera con un delicado instrumento de acero. A sus ojos los dejé para el final. Eran grandes y bastante cambiantes, no solo en color, sino en carácter, tamaño y forma. Ocasionalmente, parecían los ojos de alguien más, si pueden entender lo que quiero decir, y al mismo tiempo, en sus sombras cambiantes de azul, verde y una especie indescriptible de gris oscuro, había una luz siniestra que daba a todo el rostro un aspecto casi alarmante. Es más, fueron las ópticas más luminosas que creo que nunca vi en ningún ser humano.

”Ahí, entonces, al riesgo de una descripción aburrida, está Smith como lo vi por primera vez esa noche de invierno en mis andrajosas habitaciones de estudiante en Edimburgo. Pero a su parte verdadera, por supuesto, no la mencioné porque es indescriptible e inaprensible. Ya he hablado de una atmósfera de peligro y distanciamiento que arrastraba consigo. Es imposible continuar analizando la serie de pequeñas conmociones que su presencia comunicaba siempre a mi ser, pero había algo a su alrededor que me ponía instantáneamente en estado de alerta en su presencia. No quiero decir que deliberadamente sugiriera peligro, sino más bien que atraía fuerzas a su paso que automáticamente advertían a los centros nerviosos de mi sistema que estuvieran en guardia y alerta.

”Desde los días de mi primer encuentro con este hombre, he vivido otras experiencias y he visto mucho que no puedo pretender explicar o entender, pero hasta ahora, solo una vez me encontré con un hombre que sugiera una desagradable familiaridad con cosas impías y que me hizo sentir raro y asustado en su presencia, y ese innegable individuo fue el señor Smith.

”Cuál era su ocupación durante el día, nunca lo supe. Creo que dormía hasta la puesta del sol. Nunca nadie lo vio en las escaleras o lo escuchó moverse en su habitación durante el día. Era una criatura de las sombras, que aparentemente prefería la oscuridad a la luz. Nuestra casera tampoco sabía nada o no quería decir nada. En cualquier caso, no encontraba ninguna falta en ello, y desde entonces me he preguntado con qué clase de magia pudo este tipo convertir a una ordinaria casera de una ordinaria pensión en una persona discreta y callada. Esto solo era la marca de alguna clase de genio.

”—Ha estado aquí conmigo durante años, mucho antes de que usted llegara, y no interfiero ni hago preguntas sobre lo que no me concierne, en tanto la gente pague su alquiler —fue el único comentario sobre el asunto que logré obtener de aquella fuente, y ciertamente no me dijo nada ni me dio ningún ánimo para pedir más información.

”Los exámenes, sin embargo, y la excitación general de la vida de un estudiante de medicina, me sacaron completamente de la cabeza al señor Smith por un tiempo. Por un largo período, no me volvió a buscar, y por mi parte, no sentí ganas de devolverle su visita inesperada.

”Justo entonces, sin embargo, hubo un cambio en la fortuna de aquellos que controlaban mis muy limitados ingresos, y me vi obligado a dejar la planta baja y mudarme a aposentos más modestos en la planta alta de la casa. Allí estaba directamente arriba de Smith y tenía que pasar por su puerta para llegar a la mía.

”Así que sucedió que, por aquella época, debía salir frecuentemente por la noche por casos de maternidad, que un estudiante de cuarto año toma en cierto período de sus estudios, y al regresar de una de esas visitas a eso de las dos de la madrugada, me sorprendió escuchar el sonido de voces mientras pasaba por su puerta. Un peculiar aroma dulce, además, no muy distinto del olor del incienso, se colaba en el pasillo.

”Subí las escaleras muy silenciosamente, preguntándome qué estaba pasando ahí a estas horas de la madrugada. Que yo sepa, Smith jamás tuvo visitas. Por un momento, dudé fuera de la puerta con un pie en las escaleras. Todo mi interés en este extraño hombre revivió y mi curiosidad creció hasta un punto no muy lejano de la acción. Por fin, quizás, sabría algo de los hábitos de este amante de la noche y la oscuridad.

”El sonido de voces era plenamente audible, y la de Smith predominaba tanto que nunca pude escuchar más que indicios de sonido de la otra colándose ocasionalmente en el continuo flujo de su voz. No me llegó ni una sola palabra, al menos ni una palabra que pudiera entender, aunque la voz era fuerte y distintiva, y no fue hasta más tarde que me di cuenta de que debía estar hablando en un idioma extranjero.

”El sonido de pasos también era igualmente distintivo. Dos personas se estaban moviendo por la habitación, pasando y volviendo a pasar por la puerta, una de ellos era una persona liviana y ágil; y la otra, pesada y algo extraña. La voz de Smith continuó incesantemente con su extraño y monótono rumor, ahora fuerte, ahora suave, mientras cruzaba y volvía a cruzar el piso. La otra persona también se movía, pero de una manera diferente y menos regular, porque escuché pasos rápidos que parecían terminar a veces en tropiezos, y movimientos súbitos y rápidos que terminaban con una violenta sacudida contra la pared o los muebles.

”Mientras escuchaba la voz de Smith, además, comencé a sentir miedo. Había algo en el sonido que me hizo sentir intuitivamente que él estaba en apuros, y un impulso se removió vagamente en mi interior (muy vagamente, lo admito) de golpear la puerta y preguntar si necesitaba ayuda.

”Pero mucho antes de que el impulso pudiese traducirse en un acto, o incluso antes de que hubiese sido propiamente sopesado y considerado por la mente, escuché una voz muy cerca de mí en el aire, una especie de susurro apagado que estoy seguro de que era Smith hablando, aunque el sonido no parecía haberme llegado a través de la puerta. Estaba junto a mi mismísima oreja, como si estuviese parado a mi lado, y me dio tal susto que me aferré de la barandilla para salvarme de dar un paso atrás y causar un alboroto en las escaleras.

”—No hay nada que puedas hacer para ayudarme —dijo claramente— y estarás mucho más a salvo en tu habitación.

”Me avergüenzo hasta el día de hoy del ritmo con el que cubrí el tramo de la escalera en la oscuridad hasta la planta alta y de la mano temblorosa con la que encendí mis velas y trabé la puerta. Pero ahí tienen justo como sucedió.

”Este episodio nocturno, en sí tan raro pero tan trivial, me encendió con más curiosidad que nunca sobre mi compañero de pensión. También me hizo asociarlo en mi mente con una sensación de miedo y desconfianza. Nunca lo veía, aunque usualmente, e incómodamente, era consciente de su presencia en las regiones superiores de esa sombría pensión. Smith, su secreto modo de vida y sus misteriosas actividades, de algún modo, lograron despertar en mí una línea de reflexión que perturbó mi cómoda condición de ignorancia. Nunca lo veía, como he dicho, ni tenía ninguna clase de comunicación con él, aunque me parecía que su mente estaba en contacto con la mía, y alguna de las fuerzas extrañas de su atmósfera se colaban en mi interior y perturbaban mi equilibrio. Esos pisos de arriba se me hacían embrujados al caer la noche, y aunque por fuera nuestras vidas nunca entraban en contacto, me vi involuntariamente involucrado en ciertas actividades en las que su mente estaba enfocada. Sentía que, de algún modo, me estaba usando en contra de mi voluntad, y con métodos que sobrepasaban mi comprensión.

”En ese momento, además, me encontraba inmerso en el estricto e incuestionable estado del materialismo, que es común en los estudiantes de medicina cuando comienzan a entender algo de la anatomía humana y del sistema nervioso, y saltan inmediatamente a la conclusión de que controlan el universo y de que sostienen en sus fórceps la última palabra sobre la vida y la muerte. ‘Me las sabía todas’ y consideraba cualquier creencia ajena a la materia como las divagaciones de mentes débiles o, en el mejor de los casos, inexpertas. Y esta condición de la mente, por supuesto, sumada a la fuerza de este miedo terrible que emanaba del piso de abajo, comenzó lentamente a apoderarse de mí.

”Aunque no tomé nota de los eventos subsecuentes en este asunto, me causaron una impresión demasiado profunda como para que olvide la secuencia en que ocurrieron. Sin dificultad puedo recordar el siguiente paso en la aventura con Smith, porque rápidamente se volvió una aventura.”

El doctor se detuvo un momento y apoyó su pipa en la mesa que tenía detrás antes de continuar. El fuego se había apagado y nadie se movió para avivarlo. El silencio en el gran salón era tan profundo que, cuando la pipa del orador tocó la mesa, el sonido despertó ecos audibles a lo lejos entre las sombras.

“Una noche, mientras leía, la puerta de mi habitación se abrió y entró Smith. No cumplió con ninguna formalidad. Eran más de las diez y yo estaba cansado, pero la presencia del hombre inmediatamente me galvanizó a la acción. A mis intentos de usual cortesía las arrojó inmediatamente a un lado, y comenzó a pedirme que vocalizara, y que luego pronunciara para él, ciertas palabras hebreas; y cuando eso estuvo hecho, abruptamente me preguntó si no era el afortunado poseedor de un rarísimo tratado rabínico, el cual nombró.

”Cómo supo que estaba en posesión de este libro, me desconcertó excesivamente, pero más aún me sorprendió verlo cruzar la habitación y tomarlo de mi estantería casi antes de que hubiese tenido tiempo de responderle afirmativamente. Evidentemente, sabía con exactitud dónde lo tenía. Esto excitó mi curiosidad más allá de los límites, e inmediatamente comencé a hacerle preguntas; y aunque, por puro respeto por el hombre, se las hice muy delicadamente, y casi a modo de una sencilla conversación, solo tuvo una respuesta para el conjunto. Levantó la mirada de las páginas del libro con una expresión de completa compresión en sus extraordinarios rasgos, inclinó un poco su cabeza y dijo muy gravemente:

”—Esa, por supuesto, es una pregunta perfectamente apropiada —fue absolutamente todo lo que alguna vez pude sonsacarle.

”En esa ocasión en particular, se quedó conmigo, quizás, diez o quince minutos. Luego, bajó rápidamente las escaleras hasta su habitación con mi tratado hebreo en su mano y lo escuché cerrar con llave su puerta.

”Pero, unos momentos después, antes de que hubiese tenido tiempo de volver a mi libro o de recuperarme de la sorpresa que su visita me había causado, escuché que la puerta se abrió, y allí estaba Smith nuevamente junto a mi silla. No se disculpó por su segunda interrupción, sino que inclinó su cabeza hasta el nivel de mi velador y me miró directamente a los ojos a través de la llama.

”—Espero —susurró—, espero que nunca te molesten de noche.

”—¿Eh? —tartamudeé—. ¿Molestado de noche? Oh, no, gracias, no que yo sepa al menos...

”—Me alegro —respondió gravemente, pareciendo no notar mi confusión y sorpresa por su pregunta—. Pero, recuerda, si alguna vez sucediese, házmelo saber inmediatamente.

”Y se fue por las escaleras nuevamente a su habitación.

”Por algunos minutos, me quedé reflexionando sobre su extraño comportamiento. No estaba loco, razoné, pero era víctima de algún delirio inofensivo que había madurado gradualmente en él como resultado de su modo de vida solitario, y por los libros que frecuentaba, juzgué que tenía algo que ver con magia medieval o algún sistema de antiguo misticismo hebreo. Las palabras que me pidió pronunciarle eran, probablemente, palabras mágicas, las cuales, pronunciadas con la vehemencia de una voluntad poderosa, producían supuestamente resultados físicos o creaban vibraciones en el propio ser interior que tenían el efecto de correr parcialmente el velo.

”Me quedé pensando en el hombre, en su modo de vida y en los probables efectos en el largo plazo de sus peligrosos experimentos, y puedo recordar perfectamente bien la sensación de decepción que se apoderó de mí cuando me di cuenta de que había etiquetado su particular forma de aberración y de que, de ahora en más, ya no incitaría mi curiosidad.

”Durante algún tiempo estuve sentado a solas con estos pensamientos (puede que hayan sido diez minutos como que haya sido media hora) hasta que me despertó de mi ensoñación la certeza de que alguien estaba nuevamente en la habitación parado cerca de mi silla. Mi primer pensamiento fue que, nuevamente, Smith había regresado en su raudo e incomprensible estilo; pero, casi en ese mismo instante, me di cuenta de que ese no podía ser el caso. Porque la puerta estaba frente a mí y ciertamente no había sido abierta de nuevo.

”Sin embargo, alguien estaba en la habitación, moviéndose cuidadosamente de un lado al otro, mirándome, casi tocándome. Estaba tan seguro de ello como de que yo existía, y, aunque no creo que en ese momento estaba realmente asustado, debo admitir que me invadió una cierta debilidad y que sentí esa extraña aversión por la acción que es, probablemente, el comienzo de la horrible parálisis del verdadero terror. Me habría encantado esconderme si eso hubiera sido posible, acurrucarme en una esquina o detrás de una puerta o en cualquier lugar, de modo que no fuera visto ni observado.

”Pero, venciendo mi nerviosismo por pura fuerza de voluntad, me levanté rápidamente de mi silla y sostuve el velador en lo alto, de modo que iluminó todas las esquinas como un reflector.

”¡La habitación estaba completamente vacía! Estaba completamente vacía, al menos, para el ojo; pero, para los nervios, y especialmente para esa combinación de percepción sensorial que está compuesta por todos los sentidos actuando en conjunto y por ninguno en particular, allí había una persona parada a mi lado.

”Digo ‘persona’ porque no puedo pensar una palabra apropiada. Porque, si era humano, solo puedo afirmar que tuve la abrumadora convicción de que no lo era, sino alguna forma de vida completamente desconocida para mí tanto en su esencia como en su naturaleza. Una sensación de fuerza y poder gigantescos lo acompañaban, y recuerdo vívidamente hasta el día de hoy mi terror al darme cuenta de que estaba cerca de un ser invisible que podía aplastarme tan fácilmente como yo podía aplastar una mosca y que podía ver todos mis movimientos mientras permanecía invisible.

”A este terror se sumó el certero conocimiento de que el ‘ser’ permanecía cerca de mí con un propósito definido. Y de que este propósito tenía alguna relación directa con mi bienestar, con mi vida de hecho, yo estaba igualmente convencido. Porque fui consciente de una sensación de creciente desfallecimiento, como si la vitalidad fuese incesantemente drenada de mi cuerpo. Mi corazón comenzó a latir irregularmente al principio; luego, débilmente. Fui consciente, incluso a los pocos minutos, de un decaimiento generalizado de los poderes de la vida en todo el sistema, de un repliegue del autocontrol y de una clara llegada del adormecimiento y del letargo.

”La capacidad de movimiento o de pensar algún modo de resistencia estaba abandonándome rápidamente cuando se produjo, como en la distancia, un tremendo estruendo. Una puerta se abrió con estrépito, y escuché los tonos autoritarios y dominantes de una voz humana gritando en un lenguaje que no pude comprender. Era Smith, mi compañero de pensión, gritando desde las escaleras, y su voz no había sonado por más de unos segundos cuando sentí que algo se retiraba de mi presencia, de mi persona, de mi propia piel de hecho. Fue como si una ráfaga de aire o alguna criatura enorme pasase a mi lado a la altura de mis hombros. Instantáneamente, se alivió la presión sobre mi corazón, y la atmósfera pareció retomar su condición normal.

”La puerta de Smith se cerró silenciosamente escaleras abajo mientras yo bajaba la lámpara con manos temblorosas. Qué había sucedido, no lo sé; únicamente, que estaba solo de nuevo y que mi fuerza estaba regresando tan rápidamente como me había abandonado.

”Atravesé la habitación y mi miré en el espejo. La piel estaba muy pálida; y los ojos, apagados. Mi temperatura, descubrí, estaba un poco por debajo de lo normal; y mi pulso, débil e irregular. Pero estos síntomas menores de perturbación no eran nada comparado con el sentimiento que tuve (aunque ningún síntoma exterior daba testimonio del hecho) de que había escapado por los pelos de una catástrofe real y espantosa. Me sentía sacudido, de algún modo, sacudido hasta las mismísimas raíces de mi ser.”

El doctor se levantó de su silla y se acercó al fuego menguante, de modo que nadie pudo ver su rostro mientras permanecía de espaldas al hogar, y continuó con su extraño relato.

“Sería cansador”, continuó en voz más baja, mirando por encima de nuestras cabezas como si aún viese la deslucida planta alta de aquella pensión embrujada de Edimburgo, “sería tedioso para mí a estas alturas analizar mis sentimientos o intentar reproducir para ustedes la completa examinación a la que entonces intenté someter todo mi ser, intelectual, emocional y físicamente. Solo necesito mencionar la emoción dominante con la que este curioso episodio me dejó (la indignada ira conmigo mismo por haber perdido lo suficiente mi autocontrol como para caer bajo el poder de un delirio tan burdo y absurdo). Esta protesta, sin embargo, recuerdo hacerla con todo el énfasis posible. Y también recuerdo notar que me trajo poca satisfacción, porque era la protesta de mi razón únicamente, mientras que todo el resto de mi ser estaba alzado en armas en contra de sus conclusiones.

”Mis tratos con el ‘delirio’, sin embargo, no habían terminado aún esa noche, porque bien temprano en la madrugada, a eso de las tres, me despertó un sonido curiosamente sigiloso en la habitación, y al minuto siguiente le siguió un estrépito, como si todos mis libros hubiesen sido arrojados físicamente de sus estantes al piso.

”Pero, esta vez, no estaba asustado. Maldiciendo el alboroto con todas las resonantes e inofensivas palabras que pude acumular, salté de la cama y encendí la vela en un segundo; y en el primer resplandor del fósforo encendido (pero antes de que la mecha tuviera tiempo de prenderse), estuve seguro de que vi una sombra gris oscuro de aspecto distorsionado, y con algo medianamente parecido a una cabeza humana, pasar corriendo junto al lado de la pared más alejado de mí y desaparecer en la oscuridad por el ángulo de la puerta.

”Esperé solo un segundo para estar seguro de que la vela estuviera encendida, y luego corrí tras ella; pero, antes de que hubiese dado dos pasos, mi pie tropezó contra algo pesadamente apilado sobre la alfombra, y me salvé por los pelos de golpearme la cabeza. Me levanté y encontré que todos los libros de lo que llamaba mi ‘estantería lingüística’ estaban desparramados por el piso. La habitación, mientras tanto, como reveló una rápida búsqueda, estaba totalmente vacía. Miré en cada esquina y detrás de cada mueble, y la habitación de un estudiante en una planta alta que costaba doce chelines la semana no tenía muchos escondites disponibles, como pueden imaginarse.

”El estrépito, sin embargo, tenía explicación. Alguna fuerza física y bastante mundana había arrojado los libros de su estantería. Eso, al menos, estaba fuera de toda duda. Y mientras los volvía a colocar en la estantería y notaba que no faltaba ninguno, me ocupé mentalmente con el irritante problema de cómo el agente de esta broma de mal gusto había logrado ingresar a mi habitación y logrado escapar. Porque mi puerta estaba cerrada con llave.

”La extraña pregunta de Smith sobre si era molestado por la noche y su admonición de hacerle saber inmediatamente si tal fuera el caso, ahora obviamente regresaban para afectarme mientras estaba allí parado en la madrugada, con frío y temblando sobre la alfombra; pero me di cuenta, en ese mismo momento, cuán imposible sería para mí admitir que una pesadilla más vívida de lo usual pudiera tener una conexión con él. Soportaría un millar de estas misteriosas visitaciones que consultar a un hombre semejante sobre su posible causa.

”Un golpe en la puerta interrumpió mis reflexiones y tuve un sobresalto que lanzó por los aires la cera derretida de la vela.

”—Déjame entrar —ingresó la voz de Smith.

”Abrí la puerta. Entró totalmente vestido. Su rostro tenía una curiosa palidez. Me parecía que estaba debajo de la piel y que brillaba a través de ella y que casi la hacía luminosa. Sus ojos estaban excesivamente brillantes.

”Me preguntaba qué diantres decirle o cómo explicaría él su visita a tales horas cuando cerró la puerta al pasar y se puso cerca de mí (incómodamente cerca).

”—Deberías haberme avisado inmediatamente —dijo con su voz susurrante, mirándome a la cara con sus grandes ojos.

”Tartamudeé algo sobre un sueño desagradable, pero ignoró completamente mi comentario, y descubrí que su mirada se desviaba a continuación (si es que cualquier movimiento de esas ópticas puede describirse así) hacia la estantería. Yo lo miraba, incapaz de apartar mi mirada de su persona. Este hombre me fascinaba terriblemente por algún motivo. ¿Por qué, por el amor de Dios, estaba despierto y vestido a las tres de la madrugada? ¿Cómo sabía que había pasado algo inusual en mi habitación? Luego, su susurro volvió a comenzar.

”—Es tu asombrosa vitalidad lo que te provoca esta molestia —dijo, volviendo a clavar sus ojos en los míos.

”Me quedé sin aliento. Algo en su voz o su actitud me heló la sangre.

”—Esa es la verdadera atracción —continuó—. Pero, si esto continúa, uno de los dos deberá marcharse, ¿sabes?

”Verdaderamente no pude articular ni una palabra en respuesta. Los canales del habla se secaron en mi interior. Simplemente lo miraba y me preguntaba qué diría a continuación. Lo miraba como en una especie de sueño, y, que yo recuerde, me pidió que prometiera que lo llamaría más pronto en otra ocasión, y luego comenzó a caminar por la habitación, pronunciando extraños sonidos y haciendo signos con sus brazos y manos hasta que alcanzó la puerta. Entonces, se había ido en menos de un segundo, y yo había cerrado con llave la puerta a continuación.

”Luego de esto, la aventura con Smith se acercó rápidamente a un clímax. Ocurrió una semana o dos después, y yo estaba volviendo a casa entre las dos y las tres de la madrugada de un caso de maternidad, ciertos aspectos del cual, por el momento, habían tomado enormemente posesión de mi mente, a tal punto, de hecho, que pasé por la puerta de Smith sin prestarle la más mínima atención.

”La llama del mechero del rellano aún ardía, pero tan baja que apenas dejaba marcas en el profundo mar de sombras que se extendía por la escalera. En lo alto, el brillo más tenue posible de gris mostraba que la mañana no estaba muy lejos. Unas pocas estrellas brillaban a través de la claraboya. La casa estaba tan silenciosa como una tumba y el único sonido que rompía el silencio era la ráfaga del viento alrededor de las paredes y sobre el techo. Pero este era un sonido irregular, súbitamente se levantaba e igual de súbitamente volvía a parar, y solo servía para intensificar el silencio.

”Ya había llegado a mi propio rellano cuando tuve un violento sobresalto. Fue automático, casi un acto reflejo de hecho, porque solo fue cuando me descubrí titubeando ante el picaporte y pensando dónde podría esconderme más rápidamente que me di cuenta de que una voz sonó a mi lado en el aire. Fue la misma voz que había escuchado antes y me pareció que pedía ayuda. Y, sin embargo, en ese mismo instante, me interné en la habitación, determinado a ignorarla y buscando persuadirme de que fue el crujido de las tablas bajo mi peso o el aullido del viento lo que me había engañado.

”Pero apenas había alcanzado la mesa donde estaban las velas cuando el sonido se repitió inconfundiblemente: ‘¡Ayuda! ¡Ayuda!’. Y, esta vez, estuvo acompañado por lo que solo puedo describir como una vívida alucinación táctil. Fui tocado: la piel de mi brazo fue aferrada por unos dedos.

”Alguna fuerza imperiosa me hizo bajar precipitadamente la escalera como si las fuerzas malignas del mundo entero me pisaran los talones. Me detuve en la puerta de Smith. La fuerza de su admonición previa de buscar su ayuda sin demora funcionó súbitamente, y arrojé todo mi peso sobre los paneles. Ni en sueños hubiese imaginado que me llamarían para prestar ayuda en lugar de recibirla.

”La puerta cedió inmediatamente e irrumpí en una habitación que estaba tan llena de un vapor asfixiante que se movía en nubes lentas que, al principio, no pude distinguir absolutamente nada más que un conjunto de lo que parecían ser unas sombras enormes que entraban y salían de la neblina. Luego, gradualmente, percibí que una lámpara roja en la repisa daba toda la luz que había, y que la habitación, a la que ahora entraba por primera vez, estaba casi vacía de muebles.

”La alfombra estaba enrollada y apilada en la esquina, y sobre las tablas blancas del piso noté un gran círculo pintado de negro con algún material que emitía un tenue resplandor, y que, aparentemente, largaba humo. Dentro del círculo, como así también en los espacios regulares fuera de este, había diseños de aspecto curioso. Estos también parecían emitir una tenue luz por sí mismos.

”Mi primera impresión al entrar en la habitación había sido que estaba llena de... personas, iba a decir, pero eso apenas expresa a lo que me refiero. Seres, ciertamente eran, pero me di cuenta, más allá de toda duda, de que no eran seres humanos. De que había obtenido un vistazo momentáneo de entidades vivas e inteligentes, no lo dudo nunca; pero estoy igualmente convencido, aunque no puedo probarlo, de que estas entidades pertenecían por completo a algún otro esquema de la evolución y que nada tenían que ver con la vida humana ordinaria, sea corpórea o incorpórea.

”Pero, lo que sea que fuesen, su apariencia visible era excesivamente efímera. Ya no veía nada, aunque aún me sentía seguro de su presencia cercana. Pertenecían, además, al mismo orden de vida que el visitante de mi habitación de unas noches atrás, y su proximidad a mi atmósfera en grupo, en lugar de individualmente como antes, transmitía a mi mente algo que era bastante terrible y sobrecogedor. Comencé a temblar violentamente y la transpiración chorreaba por mi cara.

”Estaban en constante movimiento a mi alrededor. Se mantenían cerca de mí, se movían detrás de mí, rozaban mi hombro al pasar, movían el cabello de mi frente y daban vueltas en círculo a mi alrededor sin tocarme realmente, pero siempre presionando por acercarse más y más. Especialmente en el aire justo sobre mi cabeza, parecía haber un movimiento incesante, y estaba acompañado de un confuso sonido de susurros y suspiros que amenazaban a cada momento con articularse en palabras. Para mi gran alivio, sin embargo, no escuché palabras distintivas, y el sonido continuó más como el ascenso y el descenso del viento que como cualquier otra cosa que puedo imaginar.

”Pero la característica de estos ‘Seres’ que más fuertemente me impresionó en aquel momento, y de la cual conservo el recuerdo más permanente, fue que cada uno de ellos poseía lo que parecía ser un centro vibrante que lo impulsaba con una fuerza tremenda y que causaba un veloz arremolinamiento de la atmósfera al pasar a mi lado. El aire estaba lleno de estos pequeños vórtices de fuerza zumbante y rotante; y, cuando uno de ellos se acercaba demasiado, sentía como si los nervios de esa porción particular de mi cuerpo hubiesen sido literalmente extraídos, absolutamente vaciados de vitalidad; y, luego, inmediatamente vueltos a colocar (pero vueltos a colocar muertos, flácidos, inútiles).

”Entonces, súbitamente, por primera vez, mis ojos cayeron sobre Smith. Estaba acurrucado contra la pared a mi derecha, en una actitud que era obviamente defensiva, y estaba claro que estaba en las últimas. El terror de su rostro era lamentable, pero, al mismo tiempo, había otra expresión en sus dientes y boca firmemente apretados que mostraban que no había perdido todo el control sobre sí mismo. Tenía la expresión más decidida que he visto jamás en un semblante humano, y, aunque por el momento en una terrible desventaja, lucía como un hombre que tenía confianza en sí mismo y que, a pesar del accionar del miedo, estaba esperando su oportunidad.

”Por mi parte, estaba cara a cara con una situación que superaban tanto mi conocimiento y comprensión que me sentía igual de indefenso que un niño, e igual de inútil.

”Ayúdame... rápido... a volver al círculo —lo escuché medio exclamar, medio susurrar a través los vapores en movimiento.

”Mi único valor parece que fue que no tenía miedo de actuar. Al no saber nada sobre las fuerzas con las que me estaba metiendo, no tenía idea del peligro mortal al que me exponía, y salté adelante y lo tomé de los brazos. Él arrojó todo su peso en mi dirección, y por nuestro esfuerzo combinado, su cuerpo abandonó la pared y se movió dando tumbos por el piso en dirección al círculo.

”Al instante, descendió sobre nosotros, desde el aire vacío de esa habitación repleta de humo, una fuerza que solo puedo comparar con la presión, el impulso de un poderoso viento confinado en un espacio estrecho. Era casi explosivo en su efecto y parecía operar sobre todas las partes de mi cuerpo por igual. Cayó sobre nosotros con un sonido ululante que llenó mis oídos, y me hizo pensar por un momento que las mismísimas paredes y el techo de la construcción se habían hecho pedazos. Bajo su primer golpe, retrocedimos a los tumbos nuevamente contra la pared, y yo entendí claramente que su propósito era evitar que volviésemos al círculo en el medio del piso.

”Chorreados de transpiración y sin aliento, con cada músculo agotados hasta el límite, finalmente logramos alcanzar el borde del círculo, y en ese momento era tan grande la fuerza opositora que verdaderamente me sentí separado de los brazos de Smith, flotando en el aire y dando vueltas en dirección a las ventanas, como si la rueda de una gran maquinaria hubiese atrapado mis ropas y estuviera destrozándome hasta matarme en sus revoluciones.

”Pero, incluso cuando caí, lastimado y sin aliento contra la pared, vi a Smith firmemente sobre sus pies en el círculo e irguiéndose lentamente de nuevo. Mis ojos nunca abandonaron ni una vez su figura en los pocos minutos siguientes.

”Se irguió en toda su estatura. Sus grandes hombres se cuadraron. Su cabeza estaba ligeramente tirada hacia atrás, y, mientras lo miraba, vi que la expresión de su rostro cambió rápidamente del miedo a una de absoluto dominio. Miró firmemente alrededor de la habitación y, entonces, su voz comenzó a vibrar. En un tono bajo al comienzo, gradualmente subió hasta asumir el mismo volumen e intensidad que había escuchado esa noche cuando gritó desde las escaleras en dirección a mi habitación.

”Fue un curioso sonido creciente, más parecido a la fricción de un instrumento que a una voz humana, y mientras crecía en poder y llenaba la habitación, fui consciente de que un gran cambio se estaba produciendo lenta y seguramente. La confusión sonora y las ráfagas de viento decayeron al redoble de vibraciones largas y estables, no distintas de aquellas causadas por los pedales más graves de un órgano. Los movimientos en el aire se hicieron menos violentos, luego se volvieron decididamente más débiles y, finalmente, cesaron por completo. Los susurros y suspiros se hicieron más y más tenues, hasta que, al final, no pude escucharlos en lo más mínimo; y lo más extraño de todo fue que la luz emitida por el círculo, así como también por los diseños a su alrededor, adquirió un brillo estable, arrojando su resplandor hacia arriba con el efecto más extraño posible sobre sus rasgos. Lentamente, por el poder de su voz, detrás de la que indudablemente había un genuino conocimiento de la oculta manipulación del sonido, este hombre dominaba las fuerzas que habían escapado de su esfera correspondiente, hasta que, al final, la habitación fue reducida al silencio y al perfecto orden nuevamente.

”A juzgar por el inmenso alivio que también se comunicaba a mis nervios, sentí entonces que la crisis había terminado y que Smith era nuevamente dueño de la situación.

”Pero recién había empezado a felicitarme por este resultado y a reunir mis sentidos dispersos a mi alrededor cuando, pronunciando un fuerte grito, lo vi saltar del círculo y arrojarse al aire (al aire vacío, como me parecía). Entonces, incluso mientras contenía el aliento por miedo al golpe que forzosamente iba darse contra el suelo, lo vi chocar con un golpe seco contra un cuerpo sólido en medio del aire, y, al siguiente instante, estaba luchando con una cosa pesada que era absolutamente invisible para mí, y la habitación tembló con la lucha.

”De un lado al otro se inclinaban, a veces tambaleándose en una dirección, a veces en otra, y siempre a una distancia horriblemente cercana a mí mientras temblaba apoyado contra la pared y miraba la refriega.

”Duró, como mucho, solo un breve minuto o dos y terminó tan súbitamente como había empezado. Smith, con un movimiento inesperado, levantó sus brazos con una exclamación de alivio. En ese mismo instante, hubo un aullido salvaje, desgarrador en el aire a mi lado, y algo pasó corriendo entre nosotros con un sonido similar al paso de una bandada de enormes pájaros. Ambas ventanas temblaron como si fueran a salirse de sus marcos. Entonces, una sensación de vacío y paz invadió súbitamente la habitación, y supe que todo había terminado.

”Smith, con su cara excesivamente blanca, pero, por lo demás, extrañamente sereno, se giró hacia mí al instante.

”—¡Dios! Si no hubieras venido... Desviaste la corriente, la dispersaste... —susurró—. Me salvaste.”

El doctor hizo una larga pausa. Entonces, buscó a tientas su pipa en la oscuridad, tanteando la mesa detrás de nosotros con ambas manos. Nadie habló por un rato, pero todos temían el súbito resplandor que habría cuando encendiera el fósforo. El fuego casi se había apagado y el enorme salón estaba completamente a oscuras.

Pero el relator no encendió ese fósforo. Solamente estaba ganando tiempo por algún motivo oculto. Y, entonces, continuó con su relato con una voz más apagada.

“No recuerdo bien”, dijo, “cómo volví a mi propia habitación. Solo sé que estuve acostado a la luz de dos velas por el resto de la noche y que la primera cosa que hice en la mañana fue hacerle saber a la casera que me iba de la casa al final de la semana.

”Smith aún tiene mi tratado rabínico. Al menos, no me lo devolvió en aquel momento, y nunca lo volví a ver desde entonces como para pedírselo.”

Algernon Blackwood (1869-1951)

(Traducido al español por Ariel Palomo)




Relatos góticos. I Relatos de Algernon Blackwood.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del cuento de Algernon Blackwood: Smith: Un episodio en una pensión (Smith: An Episode in a Lodging-House), fueron realizados por Ariel Palomo. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

1 comentarios:

Alexander Strauffon dijo...

Muy buen horror. Tu blog siempre ha tenido excelente material, y te felicito por mantenerlo.



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