Lovecraft, Hazel Heald, y una cena a la luz de las velas.


Lovecraft, Hazel Heald, y una cena a la luz de las velas.




¿Quién dijo que el flaco de Providence no podía apreciar y disfrutar un poco de romance? Bueno, a decir verdad, él mismo; pero eso no impidió que tuviera su cena a la luz de las velas con una mujer sobre la que no se sabe casi nada [ver: Lovecraft y Winifred Jackson: ¿una historia de amor?]

En algún momento de la primavera de 1932, surgió una nueva y prometedora clienta para los trabajos de revisión de H.P. Lovecraft, no porque mostrara algún talento especial para convertirse en escritora por derecho propio, sino porque le daría trabajo con regularidad. Su nombre era Hazel Heald (1896-1961), una mujer de la que no se sabe casi nada. Nació y aparentemente pasó la mayor parte de su vida en Somerville, Massachusetts y, hasta donde sé, no publicó nada aparte de los cinco relatos que Lovecraft revisó [o escribió] para ella [ver: Relatos de Lovecraft escritos en colaboración]

Hazel Heald comenzó su correspondencia y colaboración con Lovecraft en 1932. No solo fue una relación a distancia, sino que llegaron a conocerse en persona a través de C. M. Eddy Jr. Según este, Hazel Heald se enamoró perdidamente de Lovecraft, pero sus insinuaciones fueron ignoradas por el flaco de Providence [ver: En la cama de Lovecraft]

A diferencia de Zealia Bishop y Sonia Greene [ver: Lovecraft y Sonia: una historia de amor], Hazel Heald no escribió sus memorias sobre Lovecraft, por lo que no está claro cómo se puso en contacto con él y cómo eran sus relaciones profesionales o personales. Muriel Eddy [si es que podemos confiar en ella en este punto] informa que Hazel Heald se había unido a un club de escritores establecido por los Eddy, y que C.M. Jr. la contactó con Lovecraft. Años después, Murial Eddy sostuvo que Hazel Heald le confió un vago interés romántico en Lovecraft; y que hasta logró persuadir al flaco de Providence para que fuera a su casa en Somerville en una ocasión, cuando organizó una cena a la luz de las velas para él.

No podemos estar seguros de la veracidad de esa afirmación, dada la aparente falta de inconsistencia de Muriel Eddy en otros asuntos; de hecho, lo único que sugiere algún tipo de participación romántica entre Hazel Heald y Lovecraft [unilateral, desde luego] es una mención en una carta a Duane W. Rimel a fines de 1934, en la que Lovecraft comenta sobre la desaparición del gato de Hazel Heald, el cual habría ingerido algún tipo de alimento en mal estado. «Una especie de frenesí se apoderó del animal y salió corriendo de la casa, para no ser visto nunca más», comenta Lovecraft, quien era un verdadero amante de los gatos [ver: Lovecraft, los gatos y un paseo por Ulthar]

El comentario del gato no es superficial. Sugiere que la correspondencia entre ambos no era estrictamente sobre asuntos comerciales; pero, por otro lado, tampoco lo eran sus cartas a Zealia Bishop, de quien nadie sospecha que estuviese enamorada de Lovecraft. En cualquir caso, Lovecraft estaba programando reunirse con Hazel Heald en Somerville, luego regresar de un viaje a Quebec a principios de septiembre. Esta reunión, por supuesto, pudo haber sido de índole profesional. El hecho de que Lovecraft se refiera a ella como «Señora Heald» sugiere que estaba divorciada o que era viuda.

Sin duda, los trabajos de «revisión» de Lovecraft fueron pagados [irregularmente] por Hazel Heald, a pesar de que esas historias tardaron años en publicarse. En sus cartas, Lovecraft no se queja de ningún atraso en los pagos, como sí lo hizo con Zealia Bishop. En cualquier caso, el flaco de Providence siguió refiriéndose a Hazel Heald en tiempo presente, como clienta, hasta el verano de 1935, aunque no parece que haya trabajado mucho para ella después del verano de 1933 [ver: Relatos de los Mitos de Cthulhu escritos en colaboración]

En ese punto, la carrera de Lovecraft no avanzaba precisamente bien. Solo publicó un relato en 1932 [Los sueños en la casa de la bruja (The Dreams on the Witch-House)], y ninguno en la primera mitad de 1933 [excluyendo la colaboración A través de las puertas de la llave de plata (Through the Gates of the Silver Key)]. No está claro cuántos ingresos le aportó el trabajo para Hazel Heald, pero el siguiente comentario de Lovecraft a Donald Wandrei menciona que, a mediados de febrero de 1933, «mi tía [Annie] y yo tuvimos un coloquio desesperado sobre las finanzas familiares». El hecho de que Lovecraft y Annie no pudieran costear el alquiler [$10 por semana] dice mucho sobre las penurias económicas que estaban atravesando.

En una carta de Hazel Heald a August Derleth, fechada el 31 de marzo de 1937, poco después de la muerte de Lovecraft, podemos leer lo siguiente:


[Lamento mucho no haber guardado sus cartas, pero mudarme de un lugar a otro lo hizo imposible. Como algunas de ellas eran personales, no quería que estuvieran cerca para que otros las leyeran, quizás, después de que deje esta vida terrenal. A veces se dejan cartas que parecen sagradas para los propietarios, pero otros las ven bajo una luz diferente.]


Hazel Heald, decíamos, la clienta más importante de H. P. Lovecraft. Entre 1932 y 1937, cinco relatos aparecieron bajo el nombre de Hazel Heald: El hombre de piedra (The Man of Stone), Horror en el museo (The Horror in the Museum), Muerte alada (Winged Death), Más allá de los eones (Out of the Æons), y Horror en el cementerio (The Horror in the Burying-Ground). El último se publicó aproximadamente un mes después de la muerte de Lovecraft. A pesar de todo eso, se sabe relativamente poco sobre la correspondencia entre ambos. Lovecraft no parece haber guardado sus cartas y ella no guardó las suyas, en este caso, debido a que «algunas de ellas eran personales».

Es una pista austera, pero nos permite concluir que, al menos desde el lado de Hazel Heald, la correspondencia entre ambos no solo era de índole profesional, sino también personal.

Muriel C. Eddy [en unas memorias muy cuestionables, tituladas: El caballero de Angell Street (The Gentleman from Angell Street)], recuerda lo siguiente:


[En ese mismo año, 1932, formé mi propio club de escritores de Nueva Inglaterra, y uno de mis miembros, una divorciada, estaba muy ansiosa por triunfar. Me envió un manuscrito original con una trama muy aceptable, pero contada de manera poco convincente y aficionada. Dejé que Lovecraft lo leyera cuando vino a nuestra casa en Pearl Street, y estuvo de acuerdo en que tenía posibilidades. Le escribí de vuelta a Hazel Heald y le conté que H.P.L. (agregando que él también estaba divorciado) podría revisarle el manuscrito de El hombre de piedra ¡Ella estaba encantada!.]


A propósito de este primer encuentro, Hazel Heald comenta a August Derleth en una carta fechada el 25 de marzo de 1937:


[Yo era una principiante y tuve la suerte de encontrar HPL, que sin duda era el mejor que se podía encontrar. Era un crítico severo, pero yo sabía que si él me ayudaba, el editor seguramente aceptaría mis relatos. Por ejemplo, tuve que reescribir Más allá de los eones seis veces antes de que Lovecraft estuviera completamente satisfecho.]


En esa primera etapa de 1932, Hazel Heald tenía 36 años, estaba divorciada y trabajaba como empleada [otros sostienen que era contadora], pero su verdadera aspiración era ser escritora. Si Lovecraft siguió su modus operandi para los clientes de revisión, sus cartas iniciales habrían involucrado muchas notas, una discusión gentil de tarifas y términos, y sugerencias sobre dónde y cómo comercializar la historia.

Habiendo estado sujeto a los caprichos de Farnsworth Wright, editor de Weird Tales, no sería sorprendente que Lovecraft inicialmente recomendara otras revistas pulp que podrían pagar más, y más rápidamente. Hazel Heald se vio muy beneficiada por la experiencia de Lovecraft en el ámbito pulp, y las primeras historias en las que trabajaron juntos no parecen haber sido enviadas directamente a Weird Tales. El hombre de piedra apareció en Wonder Stories, y Muerte alada en Strange Tales of Mystery & Terror.

W. Paul Cook, un corresponsal de Lovecraft, escribió en 1940 un artículo titulado: In Memoriam: Howard Phillips Lovecraft: recuerdos, apreciaciones, estimaciones (In Memoriam: Howard Phillips Lovecraft: Recollections, Appreciations, Estimates), donde nos vuelve a poner inadvertidamente tras la pista de la relación entre Lovecraft y Hazel Heald:


[El martes siguiente por la mañana, bien temprano, antes de que me fuera a trabajar, Howard regresó de Quebec (Lovecraft visitó Montreal y Quebec entre el 2 y el 6 de septiembre de 1932). Nunca antes, ni desde entonces, he visto tal espectáculo: pliegues de piel colgando de un esqueleto, ojos hundidos en cuencas como agujeros quemados en una manta; las manos y los delicados y sensibles dedos del artista no eran más que garras. El hombre estaba muerto excepto por sus nervios. Esa noche tenía una cita para cenar en Somerville con una mujer a la que estaba revisando.]


Por supuesto, la cita para cenar era con Hazel Heald. Muriel Eddy [insisto, cuyo testimonio no es completamente confiable] nos da su versión de los hechos:


[Ella lo invitó a su casa para la cena del domingo y dispuso en el menú todo lo que más le gustaba a H.P.L. Comieron a la luz de las velas, y él estaba muy intrigado por su consideración al no invitar a más personas. Solía decir que podía pensar mejor cuando no había demasiada gente alrededor. Con mucho tacto, le explicó a Hazel que su relato, aunque muy bueno, necesitaba algunos retoques aquí y allí, algo para estimular la imaginación del lector. ¿Le permitiría que lo hiciera por ella? Lo consideraría un honor y un privilegio. Ella estuvo de acuerdo.]


Muriel Eddy debió equivocarse en las fechas, porque El hombre de piedra ya había sido revisado y enviado a Wonder Stories para septiembre de 1932. Por supuesto, bien podrían haber discutido otras revisiones posteriores, pero esta inexactitud cronológica tiñe un poco el comentario general, sobre todo el dato de que «comieron a la luz de las velas». Quizás sucedió así, quizás no. Simplemente no podemos saberlo.

Hazel Heald describió este proceso de revisión con Lovecraft en una carta a August Derleth, fechada el 30 de septiembre 1944:


[Me hizo reescribir muchas veces. Ciertamente fui esclava de esa historia, ¡la primera! Pero a todas mis historias posteriores las revisó de la misma manera. ¡Estaba tan eufórico cuando eran aceptadas!. Los de la revista dijeron que tendría que enviarles una fotografía mía. Luego, cuando salió la revista, ¡había una caricatura mía que ni siquiera mi madre reconocería! Me sentí tan herida de que los lectores pensaran así en mí, y HPL fue una buena opción para aliviar ese dolor. Dijo que nadie, jamás, se reconoció a sí mismo por el dibujo de aquel artista. También me aconsejó que buscara un abogado para el pago de mi cheque.]


Si bien Lovecraft no habla en sus cartas de la cita con Hazel Heald [y menos que esta haya sido «a la luz de las velas»], ni de ninguna reunión específica con ella, en una sugiere que hizo al menos una visita a su rincón de Massachusetts:


[Me interesó el relato de Paul Cook sobre la visita de Lovecraft a Boston, y cómo lo hizo descansar antes de venir a mi casa. Ciertamente no se mostró cansado y comió muy bien, aunque Cook dijo que le dio una buena comida antes de venir. Me pregunto si pensó que se moriría de hambre en mi casa. Parecía divertirse mucho. Poco después vino de nuevo y visitamos todos los museos juntos. Ahí fue donde concibí la idea de Más allá de los eones.]


Cenas a la luz de las velas, agradables paseos por los museos locales... Un momento. ¡Museos! No está claro qué museos pudieron haber visitado Lovecraft y Hazel Heald, o cuándo pudo haber ocurrido esto, aunque el Museo de Bellas Artes de Boston como el Museo Semítico de Cambridge, Massachusetts, ambos con grandes colecciones de artefactos egipcios y momias, podrían haber inspirado al ficticio Museo Cabot en otra colaboración entre ambos: Horror en el museo [ver: Una noche en el museo: análisis de «Horror en el museo»]

En todo caso, Más allá de los eones pudo haberse concebido durante aquella cena a principios de septiembre, pero Horror en el museo se terminó en octubre de ese año. Para Lovecraft, sin embargo, no fue una revisión. Se atribuye la escritura de toda la historia en una carta a Clark Ashton Smith fechada el 28 de octubre de 1932:


[Acabo de escribir un cuento fantasma para una clienta de una manera que equivale virtualmente a la composición original: sobre un museo de cera o una cámara de los horrores donde existe el rumor de que no todos los fabulosos monstruos que se muestran son artificiales. He incluido a Tsathoggua entre las blasfemias (el dato de la inclusión de Tsathoggua se debe a que esta monstruosidad de los Mitos de Cthulhu era una invención de Clark Ashton Smith)]


Farnsworth Wright aceptó Horror en el museo en noviembre de 1932, pero en febrero de 1933 surgió un problema: Wonder Stories todavía no le había pagado a Hazel Heald por El hombre de piedra. En este punto, Lovecraft había escrito al menos tres historias con o para Heald. Una había sido aceptada y publicada, una rechazada, y otra aceptada y pendiente de publicación; pero no sabemos si Hazel Heald le había pagado a Lovecraft por alguna de ellas hasta este momento. Sin sus cartas, no tenemos los detalles exactos de su acuerdo comercial. Sin embargo, la falta de pago de Wonder Stories no pudo haber ayudado al aspecto comercial de su relación [ver: Relatos de Lovecraft escritos con mujeres]

Aún así, Lovecraft parece haber confiado en Hazel Heald, porque cuando Horror en el museo se publicó, inmediatamente siguió trabajando en Más allá de los eones, el cual también fue aceptado por Weird Tales [ver: El Círculo de Lovecraft y la aristocracia de «Weird Tales»]. Así lo comenta Lovecraft en una carta a Robert E. Howard fechada el 24 de julio de 1933:


[Me alegro de que hayas disfrutado de las historias de la Casa de la Bruja y el Museo. Otro cuento que revisé para la autora del Museo, y que Wright aceptó, trae a von Juntz y su libro negro casi como el tema central. Se trata de una momia hallada en la cripta de un ciclópeo templo de piedra de fabulosa antigüedad; volcánicamente levantado del mar. (el libro de von Juntz al que se refiere Lovecraft es el Unaussprechlichen Kulten, creado por Robert E. Howard]


Weird Tales pagaba solo cuando el relato se publicaba, y en la década de 1930, cuando la depresión empeoró, el pago a menudo se realizaba mucho después de la publicación. Parece bastante probable que, en este punto, Hazel Heald se atrasara en el pago de las revisiones de Lovecraft, pero, tal vez, el flaco de Providence encontró una manera de compensar esa demora al hacer que ella pasara dos manuscritos suyos a máquina, algo que él detestaba hacer:


[HPL me ayudó a cambio de tipear su cuento Sueños en la Casa de la Bruja. También redacté La cosa en el umbral. Su letra me resultaba familiar, por lo que me era mucho más fácil transcribirla que para alguien extraño. Hazel Heald a August Derleth, 31 de marzo de 1937]


Por sugerencia de Lovecraft, Hazel Heald se puso en contacto con un abogado de Nueva York para demandar a Wonder Stories por su dinero, y lo obtuvo en noviembre de 1933. Aunque Lovecraft no lo menciona, Muerte alada debió haber sido aceptado por Weird Tales poco después [apareció en la edición de marzo de 1934]. Este parece haber sido el final [del aspecto profesional, al menos] de la relación entre Hazel Heald y Lovecraft:


[Muerte alada fue otro cuento fantasma. Todo lo que la honesta señora Heald me dio para empezar fue una idea turbia acerca de que alguien mata a alguien con insectos. Luego consiguió que un amigo médico le informara un poco sobre los insectos venenosos de África, y decidió darle un toque africano a la historia. Eso era todo lo que tenía para continuar. La trama, con la idea de la personalidad transferida y el enviado de la muerte que regresa, es completamente mía. No vale la pena hacer este tipo de trabajos, cuando uno podría tener las mismas posibilidades de obtener el pago completo con una pieza nominalmente escrita por uno. Todavía me queda una obra más de Heald.]


En la anterior carta de Lovecraft a Clark Ashton Smith [9 de marzo de 1934] el flaco de Providence no parece demasiado satisfecho. Como él mismo lo afirma, ¿qué sentido tenía reescribir toda una historia con elementos propios para que otro se lleve el crédito, y el magro pago, cuándo él mismo podría escribirla y enviarla por su cuenta? No se me ocurren muchos motivos, salvo que Lovecraft se sintiera comprometido con Hazel Heald de un modo más que profesional. No quiero decir que hayan salido o algo así, pero una amistad incipiente podría ser una explicación [ver: Una noche en el burdel con Lovecraft]

«Todavía me queda una obra más de Heald», dice Lovecraft, y esta es probablemente Más allá de los enomes, que Farnsworth Wright aceptaría pero mantendría sin publicar [y sin pagar] hasta 1935. Aún así, aunque Lovecraft abandonó la escritura fantasma y los trabajos de revisión en 1934, sus relatos con Hazel Heald tuvieron algo de vida útil más allá de las revistas pulp. Horror en el museo, al menos, fue reimpreso en un par de antologías [ver: Lovecraft como escritor fantasma]

En lo que respecta a Más allá de los eones, Lovecraft comentó lo siguiente en una carta a Clark Ashton Smith [26 de marzo de 1935]:


[Con respecto a Más allá de los eones, debería atribuirme algo más que una participación. ¡Escribí toda la maldita cosa! La historia original de la momia del museo enviada para revisión era tan pésima (algunas tonterías sobre un minero peruano atrapado bajo tierra) que tuve que descartarla por completo y preparar una nueva historia. Todo lo que sobrevive del bosquejo inicial de Heald (¡la digna Señora H. nunca se molestó en escribir ningún texto real) es la idea básica de un cerebro vivo descubierto en una momia antigua. Es realmente tonto intentar trabajos tan extensos, cuando con la misma cantidad de trabajo uno podría escribir una reconocida historia propia. Esta es la última colaboración del tipo que intentaré; de hecho, he hecho oídos sordos a todas las sugerencias adicionales de Sultan Malik, la señora Heald, el chico Bloch y otros.]


Sólo podemos especular sobre las cartas de Lovecraft y Hazel Heald entre 1934 y 1937. Su nombre está notablemente ausente de su lista de corresponsales de 1934, a quienes él les enviaba postales de sus viajes [ver: ¡Vamos a Arkham!: Lovecraft y sus paisajes]. Sin embargo, sabemos que ella le escribió mientras Lovecraft estaba en Florida en 1934 [gracias a un sobre que sobrevivió], por lo que es probable que siguieran en contacto. La mejor evidencia de que esa relación [al menos por correspondencia] se prolongó en el tiempo es una carta de Lovecraft a John Weir, un fan de Weird Tales que deseaba lanzar un nuevo fanzine y le pidió al flaco de Providence que le recomendara algunos autores:


[Lo siento, no puedo desenterrar más material en este momento; estoy revolcándome en una maraña de tareas y tambaleándome bajo lo que parece una variante de gripe. Me alegro de que haya recibido al menos algo de material de los que recomendé. Ahora que lo pienso, es posible que obtenga una historia corta de la señora Hazel Heald. Pregúntele por En el Golfo de N'Logh o algún otro cuento que no haya aterrizado profesionalmente.]


«Algún otro cuento» es donde las cosas se ponen interesantes. En sus cartas a August Derleth, Hazel Heald menciona tres cuentos: En el Golfo de N'Logh (In the Gulf of N'Logh), La guarida de la muerte fungosa (Lair of Fungous Death) y Un heredero del Mesozoico (An Heir of the Mesozoic). Este último llegó a John Weir y fue publicado en aquel fanzine, llamado Fantasmagoria. ¿Alguna de estas historias fueron «revisadas» [es decir, reescritas completamente] por Lovecraft? No lo sabemos, pero su mera existencia plantea una duda razonable, ya que Hazel Heald no volvió a publicar absolutamente nada después de la muerte de Lovecraft [ver: El horror hereditario y la enfermedad de Lovecraft]

Lovecraft murió el 15 de marzo de 1937. No queda claro cuándo Hazel Heald se enteró de su fallecimiento, pero una carta suya se publicó en la edición de junio de 1937 de Weird Tales:


[Quiero expresar mi dolor por el fallecimiento de H. P. Lovecraft. De hecho, era su amiga, así como muchos otros aquí. Para nosotros, que realmente lo conocimos, es una pena que no haya palabras para expresar esta tristeza. La suya fue la mano amiga que me inició en el juego de los escritores y me dio el valor para seguir adelante en las dificultades más graves. Pero debemos intentar pensar que solo está lejos, en uno de sus viajes más largos, y que algún día nos volveremos a encontrar con él en el Gran Más Allá.]


Dos meses después, en la edición de agosto de 1937 de Weird Tales, se publicó otra carta de Hazel Heald:


[Rara vez se encontró un cerebro como el de H. P. Lovecraft, asombroso en su inteligencia. Siempre buscaba más conocimientos, obteniendo tras interminables horas de estudio una comprensión más rica y completa de las personas y de la vida. Siendo un gran viajero, se deleitaba con el estudio de las ciudades antiguas y su tradición oculta, y caminaba muchas millas para inspeccionar algún lugar histórico. Era un verdadero amigo de todos los que lo conocían, siempre dispuesto a dar su valioso tiempo para ayudar a algún pobre autor en apuros. Era muy aficionado a los animales, especialmente a los gatos, un interés que se refleja en varios de sus cuentos. Salía de su camino para acariciar a algún gato callejero abandonado y darle una palabra amistosa. Era un ferviente amante de la arquitectura y de todas las bellas artes, y un día en un museo con él fue un tiempo bien empleado. Trabajó hasta altas horas de la noche entregando al mundo obras maestras, sacrificando su salud. Lovecraft fue un regalo para el mundo que nunca podrá ser reemplazado: un amigo de la humanidad.]


Poco se sabe de la vida posterior de Hazel Heald. Sus cartas a August Derleth decaen después de 1937, pero se reanudan a principios de la década de 1940, cuando Derleth buscaba obtener permiso para volver a publicar sus historias entre los relatos de revisión de Lovecraft [ver: August Derleth: el creador de los Mitos de Cthulhu]

Ella continuó intentando seguir una carrera literaria, mencionando sus muchos esfuerzos para seguir publicando en distintas revistas pulp, siempre sin éxito. Eventualmente debió abandonar sus sueños y obtuvo un empleo regular como ama de llaves.

¿Qué significó Lovecraft para Hazel Heald?

La poca correspondencia que sobrevive de Hazel Heald se debe enteramente a su conexión con Lovecraft, de una forma u otra; de hecho, es posible que nunca la hubiésemos recordado en El Espejo Gótico si no fuera por su relación con Lovecraft. La propia Hazel Heald seguramente sabía que esa conexión era la responsable de la poca atención que recibió de fanáticos como John Weir y editores como August Derleth. A diferencia de Zealia Bishop o Adolphe de Castro, Hazel Heald no contaba con los recursos económicos para considerar seriamente la autoedición. Solo vendió un par de manuscritos a un fan de Lovecraft, y eso fue todo.


[Me interesó mucho el artículo de Sonia Davis sobre Lovecraft, pero creo que él fue representado falsamente. Colaboró en varias historias conmigo, y siempre lo encontré generoso, considerado y no la persona egoísta que ella representa. Era todo un hombre y no estaba «atado a las faldas de sus tías». Lo vi varias veces, visitamos museos y después cenó en mi casa. Nunca habló mal de su matrimonio, solo dijo que simplemente no había funcionado. Nunca se burló de nadie y, aunque era un tipo muy nervioso, era fácil hablar con él sobre cualquier tema. Se detenía en la calle y acariciaba a cualquier gato callejero que veía.

Atentamente, Sra. Hazel Heald.]




H.P. Lovecraft. I Mitos de Cthulhu.


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El artículo: Lovecraft, Hazel Heald, y una cena a la luz de las velas fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

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