Procedimientos para dibujar un pentáculo de protección (según la ficción)
Los pentáculos de protección y los círculos mágicos son elementos frecuentes en el ocultismo. Funcionan básicamente como una barrera de protección para el hechicero durante la práctica de sus ritos e invocaciones.
En este sentido, la eficacia de los pentáculos como dispositivos de protección contra fuerzas sobrenaturales acaso responden a una de las tres leyes de Clarke:
Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.
(Any sufficiently advanced technology is indistinguishable from magic)
(Any sufficiently advanced technology is indistinguishable from magic)
Es decir que los pentáculos, lejos de representar una antigua superstición pagana, quizás sean en realidad un dispositivo tecnológico sumamente avanzado, o al menos eso es lo que propone William Hope Hodgson en: La entrada del monstruo (The Gateway of the Monster).
Allí, uno de los detectives paranormales más célebres de la ficción, llamado Carnacki, inicia la peligrosa investigación de una casa embrujada. En una de las habitaciones —llamada la Habitación Gris (Grey Room)—, que no ha sido utilizada durante años, ocurren toda clase de fenómenos paranormales, la mayoría, banales, como sombras que merodean y portazos en medio de la noche.
Según nos informa el detective, tres personas fueron estranguladas en la habitación, de modo tal que, antes de pasar la noche allí, se dispone a preparar sus métodos de defensa. El principal, naturalmente, es el pentáculo.
Si bien es cierto que Carnacki utiliza una técnica descrita en el Manuscrito Sigsand (Sigsand Manuscript), algo así como un libro prohibido equivalente al Necronomicón de H.P. Lovecraft, también hay que decir que este pentáculo, desde su diseño hasta los elementos utilizados para su dibujo, se encuentran presentes en los más importantes libros esotéricos.
Materiales para dibujar un pentagrama (según Carnaki)
- Cinco frascos de «cierta agua» (el autor no lo aclara, pero posiblemente se trate de agua bendita)
- Cinco trozos de «cierto pan» (hostia consagrada)
- Cinco velas.
- Cinta métrica.
- Ajo a discreción.
- Una escoba.
- Un pequeño recipiente apto para el fuego.
- Tiza.
El investigador también añade las ventajas de utilizar un gato, preferiblemente uno por el que no tengamos cierto apego emocional, pero aquí evitaremos indagar en ese recurso.
Procedimientos para dibujar un pentáculo.
1- En el centro de la habitación, medir un espacio libre de un metro cuadrado, aproximadamente.
2- Barrer esta zona cuidadosamente con la escoba (que luego deberá desecharse).
3- Dibujar un círculo con tiza, de alrededor de un metro de diámetro, tomando la precaución de no levantar la tiza del suelo antes de completar el círculo.
4- Justo afuera del círculo, frotar el piso con el ajo, previamente quemado en un recipiente. Algunos pueden encontrar el olor desagradable, pero el mundo espiritual es unánime en este sentido: los espíritus aborrecen el ajo.
5- Coloque velas encendidas en los cuatro puntos cardinales, justo encima de la circunferencia del círculo, y una vela más en el interior.
6- Dibuje con la tiza un pentáculo, de manera tal que cada una de las puntas toque el interior de la circunferencia del círculo.
7- Coloque una hostia en cada punto del pentáculo, así también como unas gotas de agua bendita.
8- Siéntese en el centro del pentáculo.
9- Persígnese.
10- Disfrute sin riesgos su experimento paranormal.
Algunas observaciones sobre este y otros métodos de protección espiritual.
Parece trabajoso, y sin duda lo es, dibujar un pentáculo eficaz. También parece una ocupación un tanto absurda; sin embargo, todos estos métodos de protección espiritual responden a los mismos principios de la investigación científica: la creencia (fundamentada o no) de que al seguir determinados procedimientos con precisión y rigurosidad se obtienen los mismos resultados.
La reverencia por el ritual, por el orden, por los procedimientos, tan común a la ciencia como a la superstición, es parte de una estrategia atávica para reducir la ansiedad. Todos tenemos nuestros ritos cotidianos, y todos nos sentimos un poco incómodos cuando no logramos llevarlos a cabo en tiempo y forma.
Pero tal como lo determinó Heráclito en la Paradoja de Teseo:
Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el río serán los mismos.
Es decir que ningún procedimiento puede ser repetido con exactitud ya que la naturaleza de la realidad está sujeta a constantes cambios.
Este tipo de relatos sobrenaturales, como el de Carnaki, evidencian la incorporación en la literatura de una mirada mucho más científica de la realidad, o mejor dicho, más materialista. En otros tiempos, simplemente se nos habría informado la utilización de un pentáculo, pero nada acerca de sus funciones y menos todavía sobre su metodología de fabricación.
Quizás el relato fantástico sintió que su credibilidad frente al lector, cada vez más informado, estaba en riesgo, y que sus argumentos necesitaban una dosis mayor de teoría para seguir siendo convincentes; incluso cuando estos utilizaban recursos de eficacia más bien subjetiva, como los pentáculos.
En lo personal, creo que esa tendencia fue una forma grosera de subestimar al lector.
Explicar cómo funciona un pentáculo equivale a insertar un plano técnico en la descripción de una máquina del tiempo, algo que desafortunadamente ocurre a menudo en la ciencia ficción, donde las bases probables para cualquier dispositivo son indispensables para no alarmar al seguidor del género.
Por otro lado, a nadie se le ocurriría colocar un diagrama explicando los fundamentos del motor de combustión interna en un relato sobre un sujeto que recorre en coche una ruta en medio de la noche. Después de todo, el propio sujeto es mucho más importante para la historia, y porqué recorre la ruta en medio de la noche, que las funciones mecánicas del vehículo que lo transporta.
Así como hay clichés en la ciencia ficción, también lo hay en el ocultismo, y todos ellos sobreviven gracias a la pereza del consumidor. Un pentáculo, o una máquina del tiempo, funcionan perfectamente bien en la ficción sin que caigamos en el error de intentar describir sus mecanismos internos. Gandalf nunca se tomó el trabajo de explicarnos qué tipo de energías posee el Anillo Único, sólo lo que el Anillo Único hace, o puede hacer, y con eso, creo, es más que suficiente.
Fenómenos paranormales. I Taller de literatura.
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1 comentarios:
Me ha encantado cómo está planteado el artículo. Por otro lado, comparto la conclusión totalmente. Cuanto más se explica algo en la literatura fantástica, menos me lo creo.
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