La verdadera muerte de Odín


La verdadera muerte de Odín.




En muchos sentidos nuestra cultura es heredera de la tradición judeocristiana. Como buenos descendientes de esa tradición nos cuesta mucho imaginar que un dios pueda ser aniquilado, pulverizado, reducido a una nada insignificante que se desintegra en los vientos del cosmos.

En definitiva, la muerte de Jesús en la Cruz es sólo aparente: un destino inexorable, como todas las leyes que rigen los designios divinos. La fe católica le debe poco a la Cruz y mucho al Mito. Su verdadera fuerza reside en la Resurrección y no en la Pasión.

Sin embargo, otros mitos y otras culturas han imaginado que sus dioses realmente son vencidos por las fuerzas oscuras del universo; que mueren, sin cortejos ni reclamos.

Hoy hablaremos de la muerte de un dios.

Dentro de la mitología nórdica existe la tradición muy interesante conocida como Ragnarok, que significa algo así cómo "destino de los dioses". Allí se nos describe minuciosamente cómo los dioses caerán en una batalla épica frente a las huestes de los Jotuns, los Gigantes del Frío.

El concepto detrás del Ragnarok es complejo, ya que muchas cosas deben cumplirse antes de que llegue el día del conflicto: profecías y hados de los cuales hablaremos en otro momento, pero lo central es que hay una batalla de la cual los dioses no pueden librarse, y aún sabiendo que serán derrotados anhelan que ese crepúsculo, el último, finalmente llegue.

Ahora bien, el mito del Ragnarok es tan profundo como insondable. Allí morirá Odín, Señor de los dioses. Su espíritu divino se desgarrará bajo las fauces del lobo Fenrir. Destino cruel para el creador de las Runas pero no exento de gloria: Odín lucha con honor y cae, destino que el espíritu nórdico alaba y añora para todos los hombres. Pero existe otra tradición, menos pródiga en honores, y acaso más humana, si se quiere, o menos teñida de ese valor que sólo encuentra motivación en el sacrificio.

En ella hay algunos rasgos patéticos que hubiesen sido más afines con el romanticismo que con la fría Islandia. Imaginar a un dios es tarea de teólogos, entenderlo es trabajo de filósofos, pero diseñar su muerte es una labor propia de poetas.

Esta tradición presenta la muerte irrevocable de un dios, lejos de los campos de batalla y de los grandes salones del Valhal.

Este mito nació en Islandia, aunque posiblemente se desarrolló en Noruega, dónde la nueva fe cristiana no separó a los hombres de sus antiguos dioses, quienes siempre conservaron por ellos una profunda nostalgia.

Los viejos dioses nórdicos se preservaron en mitos y leyendas de gran antigüedad, arraigados profundamente en el corazón, pero sólo eso: ecos de una grandeza que hizo temblar los muros de Roma. Sobrevivían aún en las fábulas, mendigos sin templos ni poderosos robles, sedes inmemoriales de su culto.

Cuenta la leyenda que cierta noche llegó un anciano a la corte del rey Olaf Tryggvason. Sus rasgos indicaban que era de noble cuna pero algo en su porte y su andar le daba un aire extraño, etéreo, muy impropio de un anciano.

Iba envuelto en una capa oscura, negra como las plumas del cuervo, y un sombrero de ala ancha le cubría los ojos.

Después de cenar el rey se dirigió al anciano y lo interrogó sobre las aventuras de su vida. El viejo respondió ambiguamente, aunque aclaró que su vida había sido extremadamente larga. De sus muchas habilidades solo conservaba dos: el arpa y el arte de contar historias.

El fuego crepitaba en la noche, saboreando la dura madera boreal mientras las sombras lamían las paredes del castillo. Los hombres se reunieron alrededor del anciano. Afuera, salvo el ronco aullido de algún lobo en el descampado, no se oía nada.

El anciano se sentó de espaldas a las llamas, de manera que los oyentes vieran su figura recortada: una sombra espectral encorvada por los años, vencida y desgastada por el recuerdo de mil desgracias y efímeras alegrías.

Sus dedos acariciaron el arpa. La música flotó sobre los hombres y en cada oído latió con una melodía diferente. Habló de Naglfare y el barco construido con las uñas de los muertos, de los Elfos y los Nueve Mundos, de Tyr, el dios manco, de los Einherjers, el ejército de un solo hombre, de los Ases y los Vanes y las Valquirias, habló de Mjolnir, el martillo de Thor, de Gleipnir, de Seid, del fabuloso Skidbladnir; habló, en un murmullo, del avaro dragón que duerme sobre las joyas y de un río que también es sepulcro de tesoros.

Cantó todas las cosas maravillosas que pueden decirse con palabras. Los hombres temían respirar. Nadie deseaba quebrar el encantamiento. La música, derramada en los oídos, despertaba en los oyentes los ecos imprevisibles de la memoria. Algunos veían a sus madres susurrándoles dulces y tristes historias, otros eran transportados al hogar de la abuela mientras narraba heróicas hazañas de ancestros olvidados. Pero a todos los unía una sensación en común: la certeza de que todas aquellas cosas; el fuego, el viejo, el castillo, y acaso el Midgard, la mismísima Tierra Media, algún día terminarían.

Y así trascurrió la noche, entre nostalgias y melancolías, hasta que el anciano relató por fin el nacimiento de Odín.

Dijo que las Tres Mujeres (que no deben nombrarse) auguraron que el niño no viviría más tiempo de lo que tardaría en consumirse la vela que iluminaba pálidamente el recinto.

Con la rapidez que provoca el terror los padres de Odín apagaron la vela para que el niño no muriera.

El rey Olaf, quien se había convertido a la fe católica, declaró que la historia era falsa. El anciano torció la boca en una mueca que bien podría haber sido una sonrisa. Luego buscó entre los infinitos pliegues de su capa y la presentó ante los hombres: una vela a medio consumir.

La depositó sobre la mesa y anunció:

Quien tenga el valor para matar a un dios ya sabe lo que debe que hacer.

El viejo abandonó el salón y se perdió en las heladas sombras que preceden al amanecer.

Los hombres se miraron. Nadie se movió. El afuera reanudó su marcha mientras el orgulloso rey se puso de pie, tomó la vela, y la encendió.

El tiempo se hizo pesado, pegajoso, como si todo fuese un sueño. La vela, colocada en el centro de la mesa principal, se consumía lentamente.

Cada hombre presagiaba un final diferente. Algunos imaginaban que el cielo se rompería, que de las nubes quebradas caerían infaustos rayos para castigar tamaño sacrilegio.

El tiempo transcurrió. Un gallo cantó a lo lejos anunciando a la aurora. Llegaron las primeras luces del día y los corazones se calmaron.

La vela estaba consumida.

Yacía sobre la mesa, inerte, como los dioses de antaño.

Los hombres se desperezaron, cada uno con la intención de dirigirse hacia sus hogares. El rey, siguiendo las reglas de la hospitalidad, los acompañó hasta sus monturas. Salieron y el frío de la mañana les bañó el rostro. Un cielo azul los cobijaba. Caminaron con pasos vacilantes hasta que lo vieron:

El anciano yacía muerto sobre la hierba.

Su piel, ajada por los años, mostraba evidencias de haberse quemado, o consumido, como una vela.

La leyenda sugiere que el anciano muerto era en realidad Odín, o al menos así lo refieren los maestros de la tradición. Desde aquí nos atrevemos a una interpretación diferente.

El anciano representa al último creyente de una fe abandonada. Muere solo y desacreditado porque sólo él cree en los antiguos dioses. Ya no queda otro. Nadie realiza ofrendas ni eleva plegarias.

No hay devotos sin un dios ni dioses sin devotos.

Odín murió, por cierto, pero no en la flamígera batalla del Ragnarok, sino cuando se consumió la vida de su último creyente.




Más mitos nórdicos: mitología nórdica. I Mitología comparada.


Más mitología comparada:
El artículo: La verdadera muerte de Odín después del Ragnarok fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

9 comentarios:

Anónimo dijo...

hermoso. lameantablemente verdadero, sin mas q decir solo unas ideas mias.
el ragnarok o ocaso de los dioses es en el q esttamos viviendo, la era de loki o era oscura es en la q vivimos hoy en dia una era sin fe gobernada por las personas eqievocadas y tan falsa q no perdudara por mucho mas, pero una luz se abre en esta era para los pocos q creemos en la mitologia (especialmente la nordica)
y esa lus es la q se describe en la misma mitologia la luz de balder el dios q bolvera luego del ragnarok y consigo traera a los demas dioses odin frey etc. esto ocurrira al finalizar esta era la era de ""loki"" o la era oscura q es la q estamos vivendo hoy en dia, cuando esta era termine volvera balder y traera la era de lus o la era dorada, esta es la esperanza de los q aun creemos en la mitologia y lo mejor de todo es q falta poco esto empesara a ocurrir en el 2012 pero cuidado solo los mas fuertes son los q veran acavar esta era y florecer la era de luz traida por balder (como es de esperarse en la mitologia nordica). pero antes ocurriaran catastofres tanto climaticas cmo sociales las cuales comensaran en el nombrado 1012, pero a no asustarse ya q estas catastofres son utiles para limpiar el mundo y dejar solo a los mas ""fuerte"" o ""aptos"" para la era q esta por venir. como dije antes comensaran en el 2012 las catastofres y cuando estas terminen se llevaran consigo a esta era de ""loki"" o era oscura y tambien a los deviles o no aptos para la era q vendra luego, la era de balder o era de lus o edad de oro. esta es la esperanza q tenemos los q creemos en la mitologia nordica

Anónimo dijo...

Anónimo dijo...

hermoso. lameantablemente verdadero, sin mas q decir solo unas ideas mias.
el ragnarok o ocaso de los dioses es en el q esttamos viviendo, la era de loki o era oscura es en la q vivimos hoy en dia una era sin fe gobernada por las personas eqievocadas y tan falsa q no perdudara por mucho mas, pero una luz se abre en esta era para los pocos q creemos en la mitologia (especialmente la nordica)
y esa lus es la q se describe en la misma mitologia la luz de balder el dios q bolvera luego del ragnarok y consigo traera a los demas dioses odin frey etc. esto ocurrira al finalizar esta era la era de ""loki"" o la era oscura q es la q estamos vivendo hoy en dia, cuando esta era termine volvera balder y traera la era de lus o la era dorada, esta es la esperanza de los q aun creemos en la mitologia y lo mejor de todo es q falta poco esto empesara a ocurrir en el 2012 pero cuidado solo los mas fuertes son los q veran acavar esta era y florecer la era de luz traida por balder (como es de esperarse en la mitologia nordica). pero antes ocurriaran catastofres tanto climaticas cmo sociales las cuales comensaran en el nombrado 1012, pero a no asustarse ya q estas catastofres son utiles para limpiar el mundo y dejar solo a los mas ""fuerte"" o ""aptos"" para la era q esta por venir. como dije antes comensaran en el 2012 las catastofres y cuando estas terminen se llevaran consigo a esta era de ""loki"" o era oscura y tambien a los deviles o no aptos para la era q vendra luego, la era de balder o era de lus o edad de oro. esta es la esperanza q tenemos los q creemos en la mitologia nordica
12 de noviembre de 2008 13:44


ABSOLUTAMENTE DEACUERDO CON ESTE COMENTARIO..............

Gabriel Gonzalez dijo...

Bastante interesante, justo que estaba escribiendo una historia que hace la analogía entre una vela que seconsume y lascreencias.

Anónimo dijo...

ragnarok:
es bastante ilustrativo, muy emotiva, y deliverante. en toda religion o creencia hay siempre una prevención de lo que va ha ser nuestro olocausto (la raza humana). en lo unico que difiero es en el tiempo, en lo demas estoy de acuerdo (lo mismo se decia de 1999).no se si existe un solo dios o muchos, solo se; que lo que si existe, es que hay dos tipos de fuerzas y que estas originan lo que nosostros llamamos bien y mal-

Anónimo dijo...

El Ragnarok, en contra de la creencia popular no tiene nada que ver con el fin del mundo ni el Crepúsculo de los Dioses, sino que significa "El Destino de los Dioses".

Anónimo dijo...

Las Nornas diosas nórdicas del destino. Son tres hermanas: Urd (Fue), Verdandi (Es) y Skuld (Será). Simbolizan el pasado (una anciana decrépita que mira hacia atrás), el presente (una mujer atractiva que mira al frente) y el futuro (una niña cubierta por un velo que mira un libro cerrado). Trabajan en el telar donde se teje el destino del mundo, aunque por la noche Skuld deshace todo lo hecho por sus hermanas, por lo que el futuro siempre se presenta incierto.

Anónimo dijo...

Algunos dirán porque este personaje empezó a balbucear sobre las nornas y es que cuando el anciano dice las tres Mujeres (que no deben nombrarse) se refiere a ellas lo q es algo confuso ya q son las mismas nornas las que profetizan que Odín muere en el ragnarok es decir el destino de los dioses pero como ya se dijo antes el futuro siempre se presenta incierto bajo los caprichos de Skuld

Anónimo dijo...

He pensando mucho en esta historia y creo que cuando dice que Odín ha muerto se refiere a que para los hombres estará muerto ya que no creerán más en el pero que realmente aun vive hasta el día del ragnarok

Anónimo dijo...

¿De qué fuente han extraído el relato de la muerte del último creyente? Resulta que me lo leyeron de niña y no he averiguando de qué libro fue. Si conocen bibliografía les quedaría enormemente agradecida si la incluyeran en el blog. Enhorabuena por el post me encanta esa narración.



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Apertura [y cierre] de Hill House.