«Himno de medianoche»: Matthew Lewis; poema y análisis


«Himno de medianoche»: Matthew Lewis; poema y análisis.




Himno de medianoche (Midnight Hymn) es un poema gótico del escritor inglés Matthew Lewis (1775-1818), publicado en la novela gótica de 1796: El monje (The Monk).

Himno de medianoche, uno de los mejores poemas de Matthew Lewis, es una especie de homenaje a su precursora, Ann Radcliffe, quien fue pionera en el uso del horror y lo sublime en sus novelas (ver: Virgen o Bruja: la mujer según la literatura gótica)

Inspirado en la balada popular, Matthew Lewis experimenta en Himno de medianoche con un recurso que se volverá recurrente a lo largo de El monje: aumentar la tensión al hacer que el narrador y el lector observen voyeurísticamente a la inocente víctima femenina en escenas meditativas, privadas, antes de desatar sobre ella una de las muchas amenazas a su seguridad; las cuales finalmente culminarán en su violación y asesinato (ver: El Gótico y la Belleza)

Himno de medianoche retrata una de estas escenas. Previamente, Antonia besa suavemente la frente de su madre y se retira a su habitación; allí se arrodilla ante una estatua de Santa Rosalía, su patrona; y se encomienda a la protección divina cantando las siguientes estrofas.

Himno de medianoche, decíamos, forma parte de El monje, Más adelante reaparecería en Cuentos románticos (Romantic Tales), de 1808, volumen que incluye algunas baladas y un poema en prosa, además de ficción. Dos años después, en 1812, volvió a aparecer en la antología: Poemas (Poems)

En agosto de 1816, Matthew Lewis visitó a Lord Byron en la Villa Diodati, Suiza, donde conoció a Percy Shelley y Mary Shelley (Mary Godwin, por aquel entonces), quienes más tarde se casarían. Por instigación de Lord Byron, el grupo ya había comenzado una competencia de historias de fantasmas que eventualmente produciría Frankenstein (Frankenstein) y El vampiro (The Vampyre), de John Polidori. La presencia de Matthew Lewis, y en especial la lectura de Himno de medianoche, estimularon poderosamente la fascinación del grupo por la temática gótica.




Himno de medianoche.
Midnight Hymn, Matthew Lewis (1775-1818)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)


Ahora todo está en silencio; el repique solemne
ya no inflama el vendaval de la noche:
tu presencia espantosa, hora sublime,
con el corazón inmaculado una vez más saludo.

Es ahora el momento de la quietud y el pavor,
cuando los hechiceros usan su poder siniestro;
cuando las tumbas entregan a sus muertos enterrados,
para beneficiarse de la hora prohibida.

Del remordimiento y la culpa
al deber y la devoción verdaderas,
con la luz del pecho y la conciencia pura,
¡reposo!, tu gentil ayuda cortejo.

¡Buenos ángeles! Acepten mi agradecimiento,
aún miro con desprecio las trampas del vicio;
gracias, porque esta noche duermo tan libre de males
como al despertar por la mañana.

Sin embargo, ¿no puede mi pecho inconsciente
albergar una culpa desconocida?
¿Algún deseo impuro que te sonrojas al ver,
y yo a poseer?

Si es así, en un dulce sueño
instruye a mis pies para que eviten la trampa;
ordena lo correcto sobre mis errores,
hazme digna de tus atenciones.

Me persigue en mi pacífico lecho
el hechizo de brujería, un enemigo para el descanso,
el duende nocturno, el hada desenfrenada,
el fantasma en el dolor y el diablo sin bendición.

No dejes que el tentador en mi oído
derrame lecciones sobre el gozo impío;
no dejes que la pesadilla, vagando cerca
de mi lecho, la calma del sueño destruya.

Que ningún sueño espantoso asuste
mis ojos con extrañas formas fantásticas;
sino que ofrezca una visión brillante
que muestre la dicha de los cielos distantes.

Muéstrame las cúpulas de cristal del cielo,
los mundos de luz donde yacen los ángeles;
muéstrame la fortuna dada a los mortales
que viven sin culpa, que mueren sin culpa.

Entonces muéstrame cómo ganarme un asiento
en medio de esos dichosos reinos de aire;
enséñame a evitar toda mancha culpable
y guíame hacia lo bueno y lo justo.

Así cada mañana y cada noche mi voz
al cielo se elevará el agradecido coro;
en tí como poderes guardianes se regocijan,
¡buenos ángeles!, exalten su alabanza.

Así que me esforzaré, con celo ardiente,
por evitar cada vicio, corregir cada falta:
amaré las lecciones que inspiras
y valoraré las virtudes que proteges.

Luego, al fin, por alto mando,
mi cuerpo buscará el reposo de la tumba,
cuando la muerte se acerque con mano amiga,
y mis ojos de peregrino se cierren:

Me alegro de que mi alma escape del naufragio,
sin un suspiro, ¿renunciaré a mi vida
y cederé a Dios mi espíritu,
tan puro como cuando por primera vez fue mío?


Now all is hush’d; the solemn chime
No longer swells the nightly gale:
Thy awful presence, hour sublime,
With spotless heart once more I hail.

’Tis now the moment still and dread,
When sorcerers use their baleful power;
When graves give up their buried dead
To profit by the sanctioned hour

From guilt and guilty thoughts secure,
To duty and devotion true,
With bosom light and conscience pure,
Repose! thy gentle aid I woo.

Good angels! Take my thanks, that still
The snares of vice I view with scorn;
Thanks, that to-night as free from ill
I sleep, as when I woke at morn.

Yet may not my unconscious breast
Harbour some guilt to me unknown?
Some wish impure, which unreprest
You blush to see, and I to own?

If such there be, in gentle dream
Instruct my feet to shun the snare;
Bid truth upon my errors beam,
And deign to make me still your care.

Chase from my peaceful bed away,
The witching spell, a foe to rest,
The nightly goblin, wanton fay,
The ghost in pain, and fiend unblest.

Let not the tempter in mine ear
Pour lessons on unhallowed joy;
Let not the night-mare, wandering near
My couch, the calm of sleep destroy.

Let not some horrid dream affright
With strange fantastic forms mine eyes;
But rather bid some vision bright
Display the bliss of yonder skies.

Show me the crystal domes of heaven,
The worlds of light where angels lie;
Show me the lot to mortals given,
Who guiltless live, who guiltless die.

Then show me how a seat to gain
Amidst those blissful realms of air;
Teach me to shun each guilty stain,
And guide me to the good and fair.

So every morn and night my voice
To heaven the grateful strain shall raise;
In you as guardian powers rejoice,
Good angels! and exalt your praise.

So will I strive, with zealous fire,
Each vice to shun, each fault correct:
Will love the lessons you inspire,
And prize the virtues you protect.

Then when at length, by high command,
My body seeks the grave’s repose,
When death draws nigh with friendly hand,
My failing pilgrim-eyes to close:

Pleas’d that my soul escapes the wreck,
Sighless will I my life resign,
And yield to God my spirit back,
As pure as when it first was mine.


Matthew Lewis
(1775-1818)

(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)




Poemas góticos. I Poemas de Matthew Lewis.


Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Matthew Lewis: Himno de medianoche (Midnight Hymn), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

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