Sentir que hay un espíritu en casa.
¿Alguna vez te sentiste observado estando solo, en casa, quizás en medio de la noche mientras mirabas una película?
Cierto frío en el ambiente, cierta inquietud, como un malestar o una incomodidad sin causas externas aparentes, y que resulta muy difícil de definir, suelen ser algunas de las señales instintivas ante la presencia de un espíritu en casa (ver: Sentir «presencias» cuando estás solo).
Es probable que esa sensación no sea del todo ajena al lector de El Espejo Gótico, al menos para aquellos que visitan regularmente esta sección. Sentir la presencia de espíritus en casa, o en cualquier otro lugar, no es una sensación precisamente espectacular, que no podamos pasar por alto. Por el contrario, percibir espíritus cerca se siente a un nivel instintivo, casi atávico, y no racional.
Aunque no podamos explicar claramente lo que sentimos en esos momentos, a un nivel profundo de nuestra conciencia entendemos que algo ciertamente extraño está ocurriendo.
La energía espiritual puede permanecer durante mucho tiempo en una casa, en los espacios de trabajo, e incluso en la ropa y los muebles (ver: Parásitos astrales y las «malas energías»). Si un espíritu se siente «apegado» a un lugar en particular, como una casa, un objeto, o una persona, ahí es donde intentarán permanecer todo el tiempo que les sea posible.
Ahora bien, sentir la presencia de un espíritu puede ocurrir a nivel inconsciente, de tal forma que la persona solo experimentará una vaga inquietud, y no mucho más, como si se tratara de una señal intermitente, algo que desparece apenas se percibe.
Son las personas más sensibles, las más abiertas a la realidad espiritual, aquellas que logran detectar esas señales con mayor consistencia y estabilidad como para poder procesarlas conscientemente.
a- Encontrarse con un espíritu en casa puede sentirse como una repentina ráfaga de aire frío en el rostro, sin causa aparente. Las personas más sensibles incluso pueden experimentar la sensación de que alguien, o algo, les sopla o respira en el rostro de forma intermitente (ver: Cuando algo invisible te respira en la cara).
No es infrecuente que esto forme parte de una primera fase en la interacción con el espíritu. Las cosas pueden volverse mucho más físicas (ver: ¡Algo sacude la cama!).
A veces puede suceder que la persona sienta que una mano la toca (ver: Cuando algo invisible te toca), o la golpea, e incluso la empuja con cierta fuerza. Si la energía es negativa, no será infrecuente que la persona despierte con arañazos y pequeños hematomas inexplicables en la piel.
b- También puede experimentarse una fuerte presión en la sien, alrededor de la cabeza, la nuca o en la parte superior de la espalda. Si el evento sucede mientras la persona está acostada, quizás pueda sentir una presión leve, aunque inusual, en el pecho (ver: Espíritus que se «pegan» a las personas).
c- Las personas sensibles pueden experimentar una inexplicable sensación de ansiedad, nerviosismo, e incluso oleadas de emociones intensas, no necesariamente negativas, pero que de algún modo se perciben como algo externo, como si provinieran de afuera.
d- También se puede sentir una pesadez en el aire, algo denso, como si el espacio de repente se sintiera más pequeño y cargado (ver: Espíritus y «ambientes cargados»).
e- En ciertos casos puede ocurrir que la persona perciba voces extrañas, susurros, llantos, risas y hasta escuchar como si fueran conversaciones distantes (Escuchar fantasmas que ríen y lloran en la casa).
Además pueden oírse otros ruidos extraños: el sonido de pasos, golpes en las paredes, puertas que se abren misteriosamente, o el más común de todos: el sonido de algo que cae al piso, un objeto pequeño, casi siempre en una habitación en la que no estamos en ese momento (la cocina es el sitio más frecuente).
Por lo general, estos ruidos extraños pueden comenzar de manera sutil y volverse más fuertes con el tiempo.
f- Puede producirse también lo que se conoce como Experiencia Aparicional, es decir, sentirse observado cuando sabemos que no hay nadie más con nosotros en casa.
Detectar la presencia de espíritus en casa no es algo que pueda aprenderse, sucede naturalmente. Lo que sí puede hacerse es aprender a interpretar las señales intuitivas que se producen a causa de este tipo de situaciones, las cuales, de hecho, no necesariamente son negativas. A veces, sentir un espíritu cerca puede ser algo agradable.
Ahora bien, los espacios ocupados por espíritus negativos (Tulpas, seres del plano astral, demonios, entre otros) generalmente se sentirán más fríos que otras habitaciones de la casa. Al ingresar en estos espacios se puede sentir cierto vacío, soledad y tristeza. El aire parece opresivo, pesado, estancado, como si el cuarto no hubiese sido ventilado durante mucho tiempo.
Los puntos calientes en la casa también pueden ser un factor a tener en consideración, y en general cuando la persona experimenta grandes fluctuaciones de temperatura en áreas particulares de su hogar.
Los olores también juegan un rol importante en la percepción de espíritus. Los espíritus negativos, invariablemente, despiden un olor desagradable, fétido, como a moho y humedad (ver: El olor de los ángeles, demonios, espíritus y fantasmas). De hecho, hay entidades que se comunican a través del olor, sin dejar ningún otro rastro de su presencia.
En todo caso, sentir un espíritu negativo en casa, durante un tiempo prolongado, puede alterar el estado de ánimo de la persona. De repente puede sentirse irritada, incluso enojada, sin saber por qué, en especial en aquellas casas en donde todos los ambientes han sido tomados por la entidad (ver: Infección Astral: casas tomadas por los espíritus).
Por otra parte, los ambientes visitados por espíritus positivos se sentirán cálidos, ventilados, con aromas que activan recuerdos agradables en nuestra memoria. En esencia, uno siente el deseo de pasar más tiempo allí, mientras que en el caso de los lugares ocupados por espíritus malignos el único deseo que se experimenta es el de salir lo antes posible de ahí. Recordemos que el Miedo es, básicamente, nuestro Sexto Sentido, y uno muy confiable, por cierto.
A veces la cuestión es menos subjetiva todavía, y a la posibilidad de sentir espíritus en casa se añaden otros fenómenos en la dimensión de lo físico.
a- Alteraciones eléctricas en los focos de concentración dentro de la casa, y que no pueden explicarse. Luces que parpadean, que se queman insistentemente, aparatos electrónicos que no funcionan en esas áreas, o que se encienden solos, son algunos de los ejemplos más comunes.
Televisores y radios que se encienden y apagan solas, o que cambian de canal o aumentan de volumen sin causa aparente, son rasgos habituales.
Suele existir un patrón en estos fenómenos, que de hecho puede descifrarse fácilmente si se trata de un espíritu benévolo, probablemente de un familiar o un ser querido que ha fallecido recientemente. Hay canciones, por ejemplo, que parecen seguirnos en ciertas ocasiones, y que de hecho responden a es patrón del que hablábamos antes.
b- Ver sombras por el rabillo del ojo que aparecen y desaparecen repentinamente (ver: Las sombras del plano astral que habitan en tu casa). Si el espíritu es poderoso entonces incluso puede manifestarse de forma más concreta, como una vaga figura que camina lentamente por la casa, en general, sin prestarnos demasiada atención, como si estuviese ocupada en sus propios asuntos (ver: Figuras humanas que caminan por tu casa de noche).
c- Comportamiento anormal en las mascotas de la casa (ver: ¿Los gatos y perros pueden ver a los espíritus?).
d- Actividad psicoquinética: puertas que se abren solas, objetos que son encontrados en sitios inverosímiles, etc. Si las cosas se pierden inexplicablemente en tu casa (ver: ¿Por qué las cosas se pierden en tu casa?), es decir, cuando un objeto de uso cotidiano deja de estar en su sitio habitual, pero reaparece días más tarde, sin que nadie haya intervenido en el proceso, puede tomarse como una señal de comunicación, no de manifestación; es decir, cuando un espíritu trata de decirte algo, sobre todo cuando el artículo perdido perteneció a un ser querido que ha muerto.
Estos son algunas de las señales de la presencia de un espíritu en la casa. No son las únicas, por cierto; pero en términos generales las más importantes son:
a- Miedo inexplicable en ciertos ambientes de la casa.
Esto es muy común en los niños, y creo que todos podemos relacionarnos con esa sensación en la infancia; quiero decir, la de sentir rechazo por ciertas habitaciones y ambientes de la casa, en particular durante la noche.
En adultos, sin embargo, ese instinto debe atravesar nuestras barreras racionales, que tienden a descartar la posibilidad de lo paranormal aun cuando todo nuestro organismo parece enviarnos señales que lo confirman.
b- Sentirse agotado, mental y físicamente, en ciertos ambientes de la casa.
Estos son, en resumen, algunas de las sensaciones habituales ante la presencia de un espíritu en casa, muchas de las cuales pueden servir para comprender por qué nos sentimos de cierta manera en determinados ambientes. En otro artículo de El Espejo Gótico hablaremos sobre cómo expulsar estas entidades, cuando son negativas.
Consultorio Paranormal. I Fenómenos paranormales.
Más literatura gótica:
- El verdadero significado de los fantasmas.
- El olor de los fantasmas y los olores fantasma.
- Entidades del Plano Astral que se «pegan» al aura.
- Cosas en tu casa que pueden atraer a los demonios.
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