Por qué Lovecraft no escribió un sólo cuento sobre los Mitos de Cthulhu


Por qué Lovecraft no escribió un sólo cuento sobre los Mitos de Cthulhu.




Uno podría suponer que los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft son, de hecho, una creación de H.P. Lovecraft; sin embargo, estaríamos cometiendo un error fundamental. H.P. Lovecraft no escribió ni un sólo cuento sobre los Mitos de Cthulhu.

El gran artífice de los Mitos, en términos de corpus unificado, fue August Derleth, quien desde 1931 se sintió fascinado, e incluso obsesionado, con los relatos de H.P. Lovecraft. Tras la muerte del maestro de Providence, August Derleth fundó su mítica editorial, Arkham House, y desde entonces tomó una dirección que H.P. Lovecraft hubiese rechazado enfáticamente.

El grado de intencionalidad de August Derleth en este punto es debatible, pero resulta claro que malinterpretó la cosmogonía de H.P. Lovecarft, y estableció un parámetro esencialmente falso en relación a su obra, a saber: que los dioses de los Mitos de Cthulhu se dividen en dos grupos: los Dioses Mayores (Elder Gods), quienes operan a favor de la humanidad, y los Antiguos (Old Ones), que buscan destruirla.

Esta visión maniquea, y básicamente cristiana, de la lucha entre dos fuerzas primordiales opuestas: el Bien y el Mal, fue establecida por August Derleth y no corresponde a la cosmovisión lovecraftiana.

Dentro del Multiverso de H.P. Lovecraft, el Bien y el Mal en términos absolutos no tienen lugar. Ambos principios son construcciones humanas. En definitiva, ¿cómo podría reducirse de ese modo la agenda de seres interdimensionales tan distantes de nosotros mismos?

En este punto podríamos deducir que la intervención de Derleth fue hecha tras la muerte de H.P. Lovecraft, naturalmente, incapaz de decir algo al respecto. Sin embargo, lo cierto es que el maestro de Provindence ya había rechazado en vida las propuestas de su acólito.

En 1931, August Derleth le envió a Lovecraft un borrador del relato: El regreso de Hastur (The Return of Hastur), proponiéndole además la idea de llamar a esta serie de cuentos colaborativos —aquellos escritos por el Círculo de Lovecraft, y que más adelante serían conocidos como Mitos de Cthulhu— el nombre de Mitología de Hastur (Mythology of Hastur). H.P. Lovecraft rechazó de plano esa propuesta.

Después de todo, el nombre de Hastur, que para H.P. Lovecraft ni siquiera calificaba como una entidad, y mucho menos como un dios —apenas lo menciona de pasada en El que susurra en la oscuridad (The Whisperer in Darkness)—, sonaba absurdo; casi tanto como la extraña procedencia que August Derleth había imaginado para él, algo así como un medio hermano de Cthulhu.

Tras el fallecimiento de H.P. Lovecraft, August Derleth hizo un gran trabajo para difundir la obra de su maestro. Esto es innegable. A él, sobre todo, le debemos que los cuentos lovecraftianos hayan trascendido el ámbito reducido del relato pulp y revistas como Weird Tales. En términos de marketing, tuvo una idea genial: reunir esa vasta cosmogonía en un solo ciclo, capaz de agrupar los cuentos de Lovecraft y los de sus seguidores, al cual denominó Mitología de Cthulhu (Cthulhu Mythology), y que luego asumiría el nombre que todos conocemos: Mitos de Cthulhu (Cthulhu Mythos).

Ahora bien, dos años después de la muerte de Lovecraft, Derleth envió El regreso de Hastur a Weird Tales. El cuento fue rechazado. La revista argumentó que Lovecraft no podía dar consentimiento acerca del uso de sus creaciones de forma tan arbitraria. A modo de respuesta, Derleth envió una carta del propio Lovecraft, la cual sostenía que:


Me gustaría que otros usen a mis Azathoths y Nyarlathoteps, del mismo modo, yo usaría al Tsathoggua de Klarkash-Ton (Clark Ashton Smith) y el Bran de Howard (se refiere al personaje Bran Mak Morn de Robert E. Howard)

(I like to have others use my Azathoths and Nyarlathoteps, in return I shall use Klarkash-Ton’s Tsathoggua and Howard’s Bran)


Aquella escuálida línea sirvió para dar cuenta del supuesto permiso de H.P. Lovecraft para que otros utilicen sus creaciones, lo cual era cierto, al menos en parte. Hay muchos relatos en colaboración de H.P. Lovecraft con numerosos autores, así también como relatos de terceros que fueron aprobados e incluso celebrados por el maestro de Provindence. Pero en la carta nada se dice sobre alterar o intervenir la cosmovisión que subyace detrás de su obra.

De hecho, unos párrafos antes, en la misma carta, Lovecraft sostiene lo siguiente:


Cuanto más se escriben mutuamente estos demonios sintéticos por diferentes autores, mejores se vuelven como material de referencia general.

(The more these synthetic daemons are mutually written up by different authors, the better they become as general background-material)


Es decir que H.P. Lovecraft nunca escribió un relato sobre los Mitos de Cthulhu; de hecho, ni siquiera concibió ese nombre para agruparlos. Resulta bastante explícito cuando se refiere a estos elementos mitológicos como material de referencia, es decir, ingredientes de fondo para darle profundidad a relatos que ya contaban con fundamentos estéticos y filosóficos.

Lo que August Derleth y sus seguidores hicieron, probablemente sin ninguna mala intención, fue escribir relatos en los que el argumento central, si es que hay alguno, es exponer alguna faceta de los Mitos de Cthulhu, es decir, aquellos elementos mitológicos que Lovecraft utilizaba como trasfondo, no como un fin en sí mismos.

Despojados de su verdadero sentido, estos relatos a menudo son entretenidos, e incluso buenos, pero filosóficamente vacíos.

En la actualidad podemos ver claramente que la visión de Derleth pulverizó a la de H.P. Lovecraft; y que muchos otros autores detrás de él tomaron esa interpretación desfigurada para escribir relatos y novelas en las que lo único importante es poner de manifiesto algún aspecto del panteón lovecraftiano. Basta citar al Necronomicón, o a cualquier otro libro apócrifo de Lovecraft, para que una historia sea considerada parte de los Mitos de Cthulhu.

Sin embargo, quizás esa clasificación no sea injusta. Después de todo, responde a unos Mitos de Cthulhu que H.P. Lovecraft jamás imaginó, y menos aún con esas vulgares características bíblicas, duales, maniqueas, dentro de un universo que responde a los principios del Bien y el Mal.

El universo de Lovecraft es mucho más complejo que eso. En principio, su mitología carece de moral. Nos enfrenta con lo insondable, lo que está más allá de la razón y, en consecuencia, de nuestros principios éticos. Esto significa que todos los dioses de su panteón carecen de propósito en términos que podamos entender.

Simplemente existen más allá de nuestra comprensión, y es por eso que todos los cuentos de Lovecraft tienen más o menos el mismo argumento: un hombre se asoma a ese vacío inconcebible, a lo desconocido, y enloquece o muere. Para situarnos en esa perspectiva podríamos imaginar un relato escrito por una hormiga que se salva de ser pisada por una bota.

Derleth le asigna a esa bota un sentido, un destino, una razón de ser, que procede de entidades que responden a los principios del Bien y el Mal; es decir, a un orden fundamental. Para Lovecraft, en cambio, eso implicaría que las hormigas pudiesen entender, siquiera rudimentariamente, el funcionamiento de un acelerador de partículas. Ésa es la misma relación, la misma escala, entre los protagonistas de sus relatos y las escalofriantes deidades que los pueblan.




Más sobre H.P. Lovecraft. I Mitos de Cthulhu.


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El artículo: Por qué Lovecraft no escribió un solo cuento sobre los Mitos de Cthulhu fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

2 comentarios:

Carles dijo...

Quizá sea cierto que Lovecraft murió demasiado pronto...

Unknown dijo...

Estoy totalmente convencido que, por un lado, fue muy plausible la labor que realizó August Derleth pero, por el otro, fue muy lamentable su visión y obsesión por sistematizar la obra de Lovecraft. Si bien es cierto que el maestro de Providence era muy condescendiente con sus colaboradores y amigos, y que además ya en algunos cuentos, sobre todo en las colaboraciones, deja entrever que en su universo también existen los bandos (aunque esto no necesariamente signifique que unos sean buenos y los otros los malos), como en "Más allá de los eones", donde nos dice que Nodens podría alinearse con los humanos para vencer a Ghatanothoa; no obstante, me parece que su idea siempre fue la de mantenerse alejado tanto de las sistematizaciones así como de la moralidad y del propósito de las cosas dentro de su universo literario.

No hay duda que Lovecraft, más que nadie, hubiese estado encantado y de acuerdo con aquellas famosas palabras de Carl Sagan: El universo no fue hecho a la medida del hombre; tampoco le es hostil: es indiferente.



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