«Desaparecida de mi vista»: Luther F. Beecher; poema y análisis.
«Y justo en el momento en que alguien
dice a mi lado: «Bueno, ella se ha ido»,
hay otros ojos que la ven llegar, y otras voces
listas para repetir el grito de alegría:
«¡Aquí viene!»
Y eso es morir.»
dice a mi lado: «Bueno, ella se ha ido»,
hay otros ojos que la ven llegar, y otras voces
listas para repetir el grito de alegría:
«¡Aquí viene!»
Y eso es morir.»
Desaparecida de mi vista (Gone From My Sight) —también conocido como Parábola de la inmortalidad (Parable of Immortality), ¿Qué es morir? (What Is Dying?) y Estoy de pie en la orilla del mar (I Am Standing Upon the Seashore)— es un poema de gótico del escritor norteamericano Luther F. Beecher (1813-1903), publicado en 1904.
La autoría de Desaparecida de mi vista es motivo de debate. La mayoría lo atribuye al reverendo Luther F. Beecher; otros al poeta Henry Van Dyke, y los más aventureros a Victor Hugo. La primera opción es la más consistente.
Desaparecida de mi vista emplea la imagen de un barco que se desplaza más allá del horizonte como metáfora de la muerte de un ser querido. Sin embargo, el hecho de que el barco se pierda de vista no significa que haya desaparecido; de hecho, sólo ha desaparecido desde la perspectiva de los vivos, en la estructura del poema, la persona que observa desde la orilla. Para alguien que está «al otro lado», el barco se está acercando.
La fuerza de Desaparecida de mi vista reside en su aparente sencillez. El barco que se convierte en un punto distante podría representar el paso del tiempo, y su desaparición detrás del horizonte la inevitabilidad de la muerte. Sin embargo, el poeta enfatiza la idea de que el barco [la vida humana] permanece inalterable, independientemente de su presencia cada vez más alejada del plano físico [la orilla]. En definitiva, el poema es una reflexión sobre la naturaleza subjetiva de la muerte y la continuidad de la vida más allá de nuestra limitada percepción [ver: Si la vida es sueño, ¿la muerte es el despertar?]
Desaparecida de mi vista es un poema que aspira a brindar consuelo a quienes han perdido a alguien. Intenta decirnos que, aunque nuestros seres queridos ya no sean visibles para nosotros, de algún modo continúan su viaje. En este sentido, el poema sugiere que la muerte no es el final, sino una transición hacia un nuevo comienzo [ver: Y la Muerte no tendrá dominio]
A simple vista, esta orilla distante parece referir al cielo tradicional, pero el poeta acierta al evitar imágenes cristianas; de hecho, abre todo un abanico de posibilidades paganas. Tal es así que este barco que se pierde en horizonte es pertinente tanto para un funeral vikingo como para el mito griego de Caronte, y hasta podría decirse que el autor tenía en mente un cielo arquetípico cuando imagina aquellos «otros ojos» y «otras voces» que esperan del otro lado [ver: «Y con eones extraños incluso la muerte puede morir»]
La [aparente] sencillez de Desaparecida de mi vista va perdiendo consistencia a medida que profundizamos en él. Uno podría pensar que el poema exige que el lector primero acepte el concepto de un cielo, o al menos de otro plano de existencia, para obtener consuelo de su lectura. En este contexto, el poema perdería fuerza para quienes no creen en la continuidad de la consciencia después de la muerte corporal. Sin embargo, hay otra lectura posible, una que ofrece otro significado y una relación diferente entre la muerte, la pérdida y la memoria.
El Orador reconoce que el barco se ve disminuido sólo por su perspectiva desde la orilla. No sólo especula que otros ojos quizás lo estén observando y recibiendo en la orilla opuesta, sino que recuerda su «belleza y fuerza», es decir, conserva el recuerdo del barco tal como era. Esto sugiere que, cuando nos despedimos del cuerpo de un ser querido, le damos la bienvenida en la riqueza de nuestra memoria viva. Más allá de nuestras creencias sobre el más allá, profundas o circunstanciales, los muertos son preservados en la memoria de los vivos: sus historias, sus voces, el ritmo de sus pasos, la singular forma de abrir la puerta de calle, forman parte del tapiz de nuestros recuerdos, y nunca serán olvidados [ver: La segunda muerte]
Desaparecida de mi vista.
Gone From My Sight, Luther F. Beecher (1813-1903)
(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)
Estoy de pie en la orilla del mar.
Un barco a mi lado despliega sus velas blancas
a la brisa matinal y comienza a navegar
por el océano azul.
Ella es un objeto de belleza y fuerza.
Me paro y la observo hasta que, por fin,
queda suspendida como una mota de nube blanca
justo donde se encuentran el cielo y el mar.
Entonces, alguien a mi lado dice:
«Bueno, ella se ha ido».
«¿Ido a dónde?»
Desaparecida de mi vista. Eso es todo.
Es tan grande el mástil, casco y carajo
como lo era cuando me dejó,
y es igual de capaz de llevar
su carga viva a su puerto destinado.
Su diminuto tamaño está en mí, no en ella.
Y justo en el momento en que alguien
dice a mi lado: «Bueno, ella se ha ido»,
hay otros ojos que la ven llegar, y otras voces
listas para repetir el grito de alegría:
«¡Aquí viene!»
Y eso es morir.
Un barco a mi lado despliega sus velas blancas
a la brisa matinal y comienza a navegar
por el océano azul.
Ella es un objeto de belleza y fuerza.
Me paro y la observo hasta que, por fin,
queda suspendida como una mota de nube blanca
justo donde se encuentran el cielo y el mar.
Entonces, alguien a mi lado dice:
«Bueno, ella se ha ido».
«¿Ido a dónde?»
Desaparecida de mi vista. Eso es todo.
Es tan grande el mástil, casco y carajo
como lo era cuando me dejó,
y es igual de capaz de llevar
su carga viva a su puerto destinado.
Su diminuto tamaño está en mí, no en ella.
Y justo en el momento en que alguien
dice a mi lado: «Bueno, ella se ha ido»,
hay otros ojos que la ven llegar, y otras voces
listas para repetir el grito de alegría:
«¡Aquí viene!»
Y eso es morir.
I am standing upon the seashore.
A ship at my side spreads her white
sails to the morning breeze and starts
for the blue ocean.
She is an object of beauty and strength.
I stand and watch her until at length
she hangs like a speck of white cloud
just where the sea and sky come
to mingle with each other.
Then, someone at my side says;
"There, she is gone!"
"Gone where?"
Gone from my sight. That is all.
She is just as large in mast and hull
and spar as she was when she left my side
and she is just as able to bear her
load of living freight to her destined port.
Her diminished size is in me, not in her.
And just at the moment when someone
at my side says, "There, she is gone!"
There are other eyes watching her coming,
and other voices ready to take up the glad shout;
"Here she comes!"
And that is dying.
Luther F. Beecher (1813-1903)
A ship at my side spreads her white
sails to the morning breeze and starts
for the blue ocean.
She is an object of beauty and strength.
I stand and watch her until at length
she hangs like a speck of white cloud
just where the sea and sky come
to mingle with each other.
Then, someone at my side says;
"There, she is gone!"
"Gone where?"
Gone from my sight. That is all.
She is just as large in mast and hull
and spar as she was when she left my side
and she is just as able to bear her
load of living freight to her destined port.
Her diminished size is in me, not in her.
And just at the moment when someone
at my side says, "There, she is gone!"
There are other eyes watching her coming,
and other voices ready to take up the glad shout;
"Here she comes!"
And that is dying.
Luther F. Beecher (1813-1903)
(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)
Poemas góticos. I Poemas de muerte.
Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Luther F. Beecher: Desaparecida de mi vista (Gone From My Sight), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
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