«Yo soy»: John Clare; poema escrito en un manicomio.
Yo soy (I Am) —a veces publicado como Yo solo sé que soy (I Only Know I Am)— es un poema del romanticismo del escritor inglés John Clare (1793-1864), publicado en la edición del primero de enero de 1848 del periódico Bedford Times.
Yo soy, uno de los mejores poemas de John Clare, fue compuesto durante una etapa crítica en la vida del autor, por aquel entonces, internado en un manicomio: el Northampton General Lunatic Asylum, completamente aislado de su familia y amigos. Fue gracias a la colaboración de una enfermera, W.F. Knight, que el poema logró salir de los muros acolchados de su celda.
El título de este gran poema de John Clare, Yo soy, refleja con amarga ironía la tremenda lucha interna por encontrar su propia individualidad, su propio ser; ya que el motivo de la reclusión estaba relacionada con una serie de alucinaciones acerca de su personalidad. Entre otros delirios, John Clare creía ser el mismísimo William Shakespeare, y, posteriormente, la reencarnación de Lord Byron.
Yo soy, el cual pertenece al ciclo de poemas de manicomio de John Clare, manifiesta las terribles tensiones emocionales del poeta, quien se siente excluido y discriminado debido a su condición de enfermo mental. A lo largo de estos versos intenta reencontrarse consigo mismo, con su Yo, con su ser, independientemente de lo que crean los demás, y luego sumirse en el dulce olvido de la muerte.
Yo soy.
I Am, John Clare (1793-1864)
Yo soy: sin embargo, lo que soy nadie conoce o le importa,
mis amigos me abandonan como a un recuerdo perdido;
yo soy el consumidor de mis males,
se levantan y desaparecen en el anfitrión inconsciente,
como sombras en el amor y el olvido de la muerte;
¡y sin embargo, yo soy! Y vivo como las sombras echadas
en la nada del desprecio y el ruido,
en el mar vivo de los sueños despiertos,
donde no hay sentido de la vida ni alegrías,
pero el gran naufragio de los afectos de mi vida;
siempre los más queridos —los que más amé—
son ahora extraños, más y más extraños todavía.
Añoro lugares donde el hombre nunca haya pisado;
un sitio donde ninguna mujer haya sonreído o llorado;
para vivir allí con mi creador, Dios,
y dormir como dormí dulcemente en la infancia:
yaciendo imperturbable y despreocupado;
la hierba debajo, encima el cielo abovedado.
I am: yet what I am none cares or knows,
My friends forsake me like a memory lost;
I am the self-consumer of my woes,
They rise and vanish in oblivious host,
Like shades in love and death's oblivion lost;
And yet I am! and live like shadows tossed
Into the nothingness of scorn and noise,
Into the living sea of waking dreams,
Where there is neither sense of life nor joys,
But the vast shipwreck of my life's esteems;
And e'en the dearest —that I loved the best—
Are strange--nay, rather stranger than the rest.
I long for scenes where man has never trod;
A place where woman never smil'd or wept;
There to abide with my creator, God,
And sleep as I in childhood sweetly slept:
Untroubling and untroubled where I lie;
The grass below--above the vaulted sky.
John Clare (1793-1864)
My friends forsake me like a memory lost;
I am the self-consumer of my woes,
They rise and vanish in oblivious host,
Like shades in love and death's oblivion lost;
And yet I am! and live like shadows tossed
Into the nothingness of scorn and noise,
Into the living sea of waking dreams,
Where there is neither sense of life nor joys,
But the vast shipwreck of my life's esteems;
And e'en the dearest —that I loved the best—
Are strange--nay, rather stranger than the rest.
I long for scenes where man has never trod;
A place where woman never smil'd or wept;
There to abide with my creator, God,
And sleep as I in childhood sweetly slept:
Untroubling and untroubled where I lie;
The grass below--above the vaulted sky.
John Clare (1793-1864)
Poemas góticos. I Poemas de John Clare.
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2 comentarios:
Con solo leerlo, uno se mete en su piel... se puede sentir el desdén de los que lo rodeaban y lo abandonaron. Gran poema.
El desamor aflige al poeta, que sumido en la soledad, no encuentra el camino de vuelta al bienestar de la infancia.
El dolor extremo de la enfermedad mental consume sus horas y su vida.
Su lectura nos lleva a territorios de absoluta perdida.
Un acto valiente su escritura.
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