Cómo saber si tu novio es un ÍNCUBO


Cómo saber si tu novio es un ÍNCUBO.




De acuerdo a las investigaciones del erudito franciscano Ludovico María Sinistrari (1622-1701) —vertidas en un libro exquisito por su inconsistencia: De Daemonialitate et Incubis et Succubis—, los ÍNCUBOS conforman una raza diabólica de amantes con gran predilección por las mujeres humanas.

Desde luego, la procedencia sobrenatural de estos varones les permite superar ampliamente los esfuerzos más conmovedores del macho humano, que se presentan como maniobras inexpertas en comparación con el vigor inextinguible que los ÍNCUBOS desarrollan en sus encuentros clandestinos.

Contrariamente a lo que ocurría con Zeus, que solía disfrazarse para seducir a las ingenuas griegas, los ÍNCUBOS han restringido notablemente sus metamorfosis, habida cuenta de las comprensibles dudas que albergan muchas mujeres al momento de acostarse con un cisne, por ejemplo.

Los ÍNCUBOS, decíamos, como el infame Larimón, verdadero artesano del desenfreno, prefieren en cambio asumir la forma de amantes más bien mundanos y de acuerdo a las lógicas expectativas de la mujer, en especial varones ya conocidos por las víctimas en cuestión.

Este cambio radical en los hábitos lascivos de los seres del inframundo exigió que la iglesia elaborara una serie de astutas recomendaciones que las mujeres debían seguir antes de acostarse con sus parejas.

Podría pensarse que la tarea más difícil le fue asignada a los hombres:

¿Cómo se prueba más allá de toda duda que uno es uno y no un ÍNCUBO?

¿Cómo se evidencia que uno es uno y no su réplica?

Ludovico Sinistrari facilita las respuestas en otro libro prohibido titulado: Peccatum mutum, es decir, pecado mudo, obra que desliza algunas consecuencias inquietantes de la práctica de la sodomía fuera del cronograma estipulado por la Santa Sede, por ejemplo.

Preocupado por todas las mujeres que deseaban ser fieles a sus votos matrimoniales, Sinistrari logró averiguar un método realmente audaz para que, en la oscuridad, las mujeres pudieran identificar la verdadera naturaleza de sus osados intrusos.

El sabio franciscano aconseja que, antes de entregarse a las maniobras impúdicas del supuesto ÍNCUBO, la mujer debe tocarle la frente para verificar si tiene o no cuernos.

El escritor francés J.K. Huysmans, que de hecho fue atacado en repetidas ocasiones por un SÚCUBO, critica de forma descortés el método de Sinistrari e incluso insinúa fuertes dudas sobre su eficacia.




Diario de un vampiro. I Leyendas de vampiros.


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1 comentarios:

VAMPIRE 28: COLOMBIA MEDELLíN dijo...

Me agrada estar en esta página tan exótica, puedo aprender mucho sobre cada documental,gracias por pensar en personas que pensamos diferente y que nos gusta todo este tema cuanto la mística; saludos se les quiere.
Buena luna llena a todos.



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