¿Cincuenta sombras de Nanny McPhee?


¿50 Sombras de Nanny McPhee?




Si la asociación entre Cincuenta sombras de Grey y el personaje de Nanny McPhee, aquella niñera del DIENTE y la VERRUGA, parece difícil de sostener —por no decir insostenible—, advertimos al lector que la cuestión difícilmente quedará zanjada a lo largo de este artículo. No obstante, un buen observador de simetrías quizás encuentre una o dos curiosidades que valgan la pena rescatar.

Lo diremos sin rodeos: Nanny McPhee es una bruja, y lo que es aún más inquietante, una dominatrix.

Esta rígida niñera tiene cinco lecciones para enseñarte. Todo lo que debes hacer para ser un buen chico es observarlas a rajatabla, caso contrario hay un castigo; místico, eso sí, pero castigo al fin.

Tampoco es caprichoso que las dos primeras lecciones tengan que ver con tu habitación.

Repasemos:

1- Ir a la cama cuando ella lo ordena.
2- Levantarse cuando ella lo ordena.
3- Vestirse cuando ella lo ordena.
4- Escuchar atentamente todo lo que ella dice.
5- Hacer todo lo que ella ordena.


Todas estas lecciones servirían por sí solas para justificar que Nanny McPhee es una dominatrix. ¿O acaso existe algo más dominante que obligar a alguien a ponerse la ropa SOLO cuando se le ordena?

Pero dejemos de lado la soberbia verruga y el bastón de Nanny McPhee, símbolos visibles de comercio ilegítimo con el maligno, en el primer caso, y ejemplo fálico de autoridad en el segundo, que además nos recuerda a la escoba de las brujas, cuyo propósito estaba directamente relacionado con el placer.

Investiguemos un poco su nombre.

El apellido McPhee posee muchas variantes: MacDuffie, McFee, McPhee, McDuhig. Todas ellas pertenecen al inglés aunque de hecho proceden del gaélico antiguo Mac Dhubhshith: de Mac, «hijo de»; Dubh, «negro»; y Sith, «paz». Y significa: «hijo de la paz negra»; en referencia a ciertas intrigas cortesanas en torno a la figura de un arzobispo de Armagh durante el siglo VI.

Aquel drama fue recogido por toda la literatura de caballería de la Edad Media, desde el ciclo artúrico, especialmente en la balada de Lancelot y Ginebra, hasta los inicios de la novela gótica del siglo XVII. Esto es: un caballero puro y noble que sublima el amor por una mujer inalcanzable.

De hecho, los rasgos de la caballería en relación con la mujer son siempre de sumo respeto, casi de sumisión frente a las CINCO SOLICITUDES que habitualmente esta formula.

En otras palabras, la caballería nos habla de mujeres que dominan a los hombres en todos los niveles concebibles, desde lo físico, otorgándoles o no el goce, hasta una especie de prisión moral y ética donde la hembra pone a prueba al caballero en cuestiones relacionadas a su lealtad, casi siempre en clara contradicción con la realización del amor entre ambos.

La paz negra de la que hablábamos justamente tiene que ver con esto; es decir, con el conflicto del caballero que desea someterse a los deseos de su dama, los cuales lo llevan a perder su estado de pureza.

De este modo, él obtiene la paz al entregarse mansamente a su dueña, pero es una paz negra, oscura, ya que lo desvía del camino de la lealtad por sus principios.

Ahora bien, esta relación entre Nanny McPhee y la idea de dominatrix parece derrumbarse frente al simple hecho de que no es este el nombre original de la niñera.

Efectivamente, la película está basada en una serie de novelas de la autora británica Christianna Bran, tituladas Nurse Matilda.

Sin embargo, el nombre Matilda (Mathilda) es un derivado gótico del Antiguo Alto Alemán Mahta Hildr; de Matha, «fuerza»; y Hildr, «batalla»; es decir, la fuerza que se ejerce en el campo de batalla.

En este punto no debería sorprendernos que así también eran llamadas las Valquirias, aquellas mujeres dominantes y fuertes que cosechaban los cadáveres de los campos de batalla.

Por otro lado, Matha era uno de los epítetos de Ratatöskr, que significa «DIENTE PERFORADOR»; especie de ardilla cósmica que corría arriba y abajo por el árbol Yggdrasil llevando mensajes, noticias, y naturalmente, órdenes que debían cumplirse sin objeciones.




Misterios miserables. I Libros prohibidos.


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1 comentarios:

Isabel Oliva dijo...

Agradecida de leer este post. Muy buena comparación que nunca se me hubiera ocurrido, desde luego.

Feliz Navidad!!!
Un saludo.



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