¿Qué es ese olor?: entidades que se manifiestan a través del aroma


¿Qué es ese olor?: entidades que se manifiestan a través del aroma.




Cuando se habla de fantasmas, espíritus, y entidades en general, lo más común es imaginar una aparición sombría, como la de la Gente Sombra, o quizás el sonido quejumbroso de pasos incorpóreos en el pasillo, golpes en las ventanas, puertas y paredes; gritos, gemidos sobrenaturales; pero no siempre es el caso.

Aquellos que han tenido algún tipo de encuentro paranormal, a veces sostienen que han sido tocados por un dedo lívido, o que han sentido una brisa helada, repentina, algo invisible que les respiraba en la cara. En todo caso, pocas experiencias mencionan al olor como una de las formas de manifestarse para este tipo de seres, cuando en realidad parece ser una de las mas frecuentes (ver: El olor de los ángeles, demonios, espíritus y fantasmas).

¿Acaso huelen los fantasmas? En efecto, a veces sí, y si bien no hay una regla exacta al respecto, todo parece indicar que el olor de una entidad sobrenatural puede ser un indicador preciso de su naturaleza e intenciones.

Antes de proseguir, y para evitar insistir sobre algunas cuestiones que ya hemos abordado anteriormente, recomendamos este breve artículo que diferencia el olor de los fantasmas de los olores fantasma.

Según se cree, el olor de los espíritus tiene dos explicaciones. Por un lado se afirma que los seres del más allá poseen un olor característico, al igual que nosotros, el cual emiten involuntariamente y puede ser percibido por ciertas personas en determinadas circunstancias. Por el otro, el olor de una entidad sobrenatural puede tener la intención de trasmitir algo, un mensaje, incluso algo tan simple como anunciar su presencia (ver: El aroma de jazmines invisibles)

Dependiendo del olor, y en particular si hablamos de un aroma agradable o no, el mensaje puede tener distintos significados. Parece una forma exigua de manifestarse, pero los olores son perfectamente capaces de transmitir emociones de manera muy intensa. En este punto conviene recordar la frase de Nabokov:


Nada revive el pasado tan perfectamente como un olor que una vez estuvo asociado con él.


El aroma y los recuerdos están fuertemente conectados, con lo cual un olor familiar puede ser una manera eficaz para que el espíritu de una persona que quizás conociste en el pasado se comunique sin producir miedo o inquietud. Dentro de esta posibilidad hay que hacer algunas distinciones:

a- Se cree que los espíritus de personas que han muerto recientemente emiten aromas florales con mayor intensidad, sobre todo a jazmines y rosas.

b- Tras algún tiempo en el más allá, los espíritus anuncian su presencia a través de olores característicos de su vida cotidiana —naturalmente, cuando estaban en este plano—. Podemos pensar en un perfume o una colonia en especial, el olor del café, e incluso el de ciertos alimentos y bebidas que consumían a diario.

Es decir, hablamos de aromas que eran comunes para el espíritu durante su vida, y que ahora son utilizados para que sus seres queridos sepan que está cerca. Esto ocurre en momentos de dolor o de alegría para la persona que los percibe (ver: Espíritus y «ambientes cargados»).

c- Los espíritus hostiles también emiten un olor característico, en algunos casos, a moho, humedad, huevos podridos, azufre, excrementos, o simplemente el hedor de algo en estado de descomposición.

De hecho, los malos olores son característicos de aquellos sitios infestados de entidades hostiles o directamente malvadas (ver: Infección Astral: casas tomadas por los espíritus).

Las entidades negativas siempre emiten olores desagradables, y con una increíble variedad de matices. A los que ya hemos mencionado hay que añadir el olor a humo, a cuero quemado, a goma, a carne quemada. El olor a huevos podridos parece ser el favorito de los demonios, pero con una intensidad perturbadora, abrasiva, que satura las fosas nasales y genera en nuestro cerebro el impulso de salir corriendo.

La casuística de los Poltergeist indica que la percepción repentina de un olor, casi siempre pestilente, y sin origen aparente, es parte integral del fenómeno, pero en estos casos las manifestaciones son tantas, y tan variadas, que el olor es el menos estudiado de todas, con lo cual no hay demasiada información al respecto.

Uno de los pocos datos relevantes que podemos rescatar al respecto indica que este tipo de olores sobrenaturales no se extienden por toda la casa, sino que se localizan en lugares determinados, e incluso en un rincón en particular de una habitación.

Es decir que el olor de una entidad siempre está asociado a sus características, naturaleza e intenciones.

A veces puede producirse una dinámica inversa, siendo el espíritu quien huele a la persona viva.

Suena extraño, pero muchos investigadores sostienen que los fantasmas también pueden olernos, o al menos eso es lo que se desprende de la creencia ancestral de que el humo de ciertas plantas y minerales puede protegernos de los espíritus.

Incienso, hierbas, velas, sahumerios, pueden ser detectados por estas entidades; a tal punto que el olor suele ser la principal herramienta a la hora de limpiar una casa de malas energías (ver: Parásitos astrales y las «malas energías»).

El olor de la salvia, en particular, es utilizado ancestralmente en ceremonias para expulsar a los malos espíritus, e incluso barrer las emociones y sentimientos negativos que pueden quedar residualmente en una casa tras una limpieza.

No existe una gran bibliografía al respecto, principalmente porque los olores, aunque sean un medio eficaz para detectar e interpretar las intenciones de un espíritu, son también algo fugaz y difícil de documentar. Un avistamiento, por ejemplo, o incluso un sonido, puede ser registrado, pero para los olores no existen instrumentos confiables que nos permitan registrar esa experiencia.

Esto implica que buena parte de la información que hay sobre el tema se basa casi exclusivamente en testimonios secundarios. No obstante, y aunque un olor no pueda ser registrado con exactitud por un instrumento, cualquier persona sensible, y sobre todo inteligente y abierta, es capaz de procesar el mensaje o significado que trae consigo ese olor en particular.

Es importante hablar también de las sensaciones y las emociones que el olor de un espíritu produce.

Todas las personas que pasan por esta experiencia coinciden en afirmar que, repentinamente, son conscientes de un olor cuyo origen resulta difícil de localizar. Su percepción es súbita, y puede desvanecerse casi inmediatamente, pero dura lo suficiente como para que la persona la relacione con alguien en particular, si se trata de una fragancia agradable.

En otros casos, el olor de alguien fallecido parece quedar grabado o impreso en ciertos lugares con mayor intensidad (ver: ¿Los fantasmas son «grabaciones» impresas en la realidad?)

Los malos olores, como el hedor a descomposición, a basura, a sulfuros, también aparecen de repente, y con una intensidad que muchas veces genera náuseas. Es como si el olor nos golpeara en el rostro, y ese es el mensaje que la entidad negativa quiere transmitir, en especial cuando se trata de una entidad no humana (ver: Contactos no humanos en el plano astral).

Es decir que el olor es tan importante como las sensaciones que genera: tristeza, desazón, dolor, ira, pero también alegría y felicidad, pueden decirnos mucho acerca del mensaje que la entidad está tratando de enviarnos.

Las Experiencias Aparicionales, es decir, cuando nos sentimos observados, o sentimos una presencia estando solos, a menudo vienen acompañadas de ciertos olores, digamos, terrenales, y característicos de la persona fallecida. Sin embargo, como decíamos anteriormente, el olor es una experiencia casi imposible de capturar —como los fantasmas—, pero sí lo son las emociones que producen.

Claro que si algo huele mal en una casa, no necesariamente se explica a través de lo paranormal. Puede tratarse de algo tan simple como la basura en la cocina. Sin embargo, no es el olor lo único que importa, sino las emociones que trae consigo, y la forma en la cual estas activan recuerdos y pensamientos en nuestro cerebro.

En definitiva, el olor de una entidad, ya sea agradable o repulsivo, siempre tiene una intención, y es hacerte saber que están ahí.




Fenómenos paranormales. I Plano Astral.


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