(Casi) todo lo que necesitas es amor: 3 mitos populares


(Casi) todo lo que necesitas es amor: 3 mitos populares.




El Amor comparte algunas características del Mito. Por ejemplo, el Amor es indefinible, al igual que el Mito, aunque se lo formule como una verdad que resiste todo razonamiento y, en especial, al cambio.

La idea del Amor es invariable; perdura, como los mitos, a pesar de que su consistencia choca una y otra vez contra la razón. La única diferencia entre el Amor y el Mito es que nadie, salvo casos excepcionales, ha resuelto vivir el Mito como una verdad revelada.

Analicemos brevemente estos mitos sobre la naturaleza del amor.

Como todo Mito que se precie de tal, el Amor exige cierta predisposición poética para entenderlo. Pensar en el Amor en términos absolutos, radicales, transforma cualquier acercamiento al concepto de Amor en un relato absurso, engañoso, cuyas reglas son perfectamente imposibles de cumplir. De hecho, una falta de comprensión sobre el Mito del Amor puede traer consecuencias nefastas para el sujeto, que además favorecen cierta tendencia a la desigualdad entre hombres y mujeres.


1- El mito de la «media naranja»:

Consideremos que este exceso cítrico realmente existe [ver: Cómo encontrar a tu media naranja y tirar la cáscara]. En ese caso, no hay elección de pareja posible, o, mejor dicho, solo hemos tenido una elección posible: la pareja que ya teníamos predestinada.

Aceptar esto [la perfección del otro como complemento del ser] conduce inexorablemente a un nivel de exigencia atroz, y éste a un previsible estado de decepción cuando esa media naranja resulte ser menos perfecta de lo que el destino nos prometió.

Más aún; creer en la idea de una media naranja, de un alma gemela, del amor de tu vida, puede dilatar excesivamente la tolerancia de cualquiera que se encuentre en una relación nociva, prolongada justamente por la creencia de que ese otro es perfecto, único e irremplazable.


2- El mito de los celos.

Otro mito siniestro: los celos. Desde el romanticismo hasta nuestros días se nos ha hecho creer que los celos son un signo de amor, de preocupación, de atención; cuando no de un requisito indispensable para que el amor pueda ser considerado como tal.

Detrás de los celos se ocultan el egoísmo, el deseo de posesión, cuando no la violencia. Incluso en sociedades justas y estables la tasa de crímenes atribuídos a un «arrebato de celos» es muy elevada.


3- El mito de la omnipotencia.

Todo lo que necesitas es amor, reza un cuestionable verso de Los Beatles. Si reformulamos aquella declaración de la siguiente manera: una de las tantas cosas que necesitas es amor, tal vez no hubiese alcanzado el éxito rutilante que tuvo, o que tiene, en cierta forma.

Creer que el amor todo lo puede es declarar, literalmente, que el amor es omnipotente. Dios, anuncian sus devotos, «es amor»; lo cual equivale a decir que «no es» muchas otras cosas; concepto reñido con la omnipotencia.

Y si el amor es omnipotente, es decir, si el amor todo lo puede, entonces ningún obstáculo puede influir en la felicidad de una pareja. Sería redundante acentuar las deficiencias de este mito.

Si todo lo que necesito es amor entonces puedo prescindir de cualquier cosa que no sea amor, lo cual plantea una paradoja interesante, ya que si el amor todo lo puede, entonces puede convertirse en cualquier otra cosa, por ejemplo, en odio.

Para finalizar, diremos que cuando el Amor se mitifica siempre hay un vencedor y un vencido. Todos sus paradigmas, desde el romanticismo hasta nuestros tiempos, tienen una sola función social: subordinar a la mujer, volverla una criatura pasiva, dócil, receptora de vagos mitos diseñados para aplastar su individualidad.




El lado oscuro del amor. I Egosofía.


El artículo: (Casi) todo lo que necesitas es amor: 3 mitos populares fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

9 comentarios:

Maika Duvnj'ack dijo...

Como dirian algunos "bogas": _"A los hechos me remito"_ Si cuando nos enamoramos no podemos elegir de quien enamorarnos, es decir que nuestra voluntad no interviene para nada en el "enamoramiento", o dicho de otra forma: el corazon hace lo que quiere, entonces el amor depende del azar. Si uno no puede elegir de quien enamorarse sino que se enamora por azar; y el otro tampoco puede elegir de quien enamorarse ya que como dije antes, el corazon hace lo que quiere, mi pregunta es: Cuantas probabilidades matematicas existen de que dos personas (que no pueden hacer intervenir su voluntad en el proseso de enamoramiento)se puedan enamorar ,"por casualidad", MUTUAMENTE si ambos se enamoran azarosamente de alguien sin poder elegir??? Sospecho seriamente que el amor RECIPROCO es un mito...Saludos!

Maika Duvnj'ack dijo...

El amor es algo que simplemente ocurre, no podemos elegir de quien enamorarnos: nuestra voluntad no interviene para nada en el proceso de "enamoramiento". Podriamos decir que, como el corazon "hace lo que quiere", el amor depende del azar. Asi, cuando nos enamoramos experimentamos uno de los acontecimientos mas irracionales que pueda llegar a vivir el ser humano. Ahora bien: Si nos enamoramos por casualidad de alguien ya que no podemos elegir de quien enamorarnos, y a la otra persona le pasa lo mismo....Cuantas probabilidades reales hay de que dos personas se enamoren mutuamente si ninguno de los dos puede elegir de quien enamorarse???? Sospecho seriamente que el amor RECIPROCO es un verdadero mito....

ἐντε dijo...

El autor o autora de este artículo ¿Ha estado alguna vez REALMENTE enamorado o enamorada? :)

Coincido con algunas de las afirmaciones expresadas aquí, sobre todo con el "mito" de los celos. Es obvio qué no existe la media naranja y la perfección es una utopía espeluznante y mortalmente aburrida. Sin embargo, cuando conoces a esa persona "singular", "única", realmente "especial", es fácil sentir qué es "perfecta". Pero cuando realmente sabes qué es un gran amor, si no el verdadero amor, es cuando, además de no poder explicar por qué amas, somos capaces, ya no de no ver los defectos en el ser amado, si no, a pesar de verlos y reconocerlos, aún así, seguir amando. :)

La literatura romántica siempre ha tendido a idealizar y "contaminar" el sentimiento del amor, pero no pequemos de radicales y pasemos de un extremo al otro.

Quizás el autor o la autora de este artículo aún no haya encontrado a su "media naranja", quizás no haya conocido aún un "verdadero" AMOR. O quizás yo esté equivocado, pero soy hombre, tengo prácticamente 43 años, y créanme, estoy auténtica y verdaderamente enamorado.

Y no me siento "ni subordinado" ni "pasivo". No he perdido mi individualidad y mucho menos, me puedo clasificar cómo dócil. Y esto es aplicable en todo su amplio aspecto a la mujer que amo. ;)

Un cordial saludo para El Espejo Gótico.

Unknown dijo...

Excelente entrada. Y en el mito de la media naranja, también entra la idealización hacia la otra persona, es algo que "desafortunadamente" es muy común.
Como siempre, siguiendo cada publicación, por favor, Aelfwine, no dejes de escribirnos.

Sebastian Beringheli dijo...

Genial sospecha, Maika. Como siempre, tus comentarios son muy superiores a los artículos. "El mito del amor recíproco". Me encanta la idea.

Maika Duvnj'ack dijo...

Querido Seba, en primer lugar me disculpo por la redundancia de mis 2 comentarios: crei que el primero no habia sido posteado y lo reescribi... urge "amigarme con la tecnologia". Y por ultimo, mis reflexiones nunca superaran a los publicados en El Espejo Gotico. Muchas veces pienso que el hecho de que apruebes los comentarios que contienen mis desvarios mentales es un verdadero acto "piadoso" de tu parte. :p Te mando un gran abrazo y siempre es un placer leer esta pagina!

Alem dijo...

Del último párrafo estoy total y profundamente de acuerdo con vos. Una persona que ama no coharta, sin embargo pasa.
¿acaso se termina el amor al transitar por estos y otros mitos populares?
como dice una cancion,
"te amo"
"yo tampoco"

Yo no sé, pero si sé que todo amor se agota y eso es lo mas hermoso del amor.(claro que desde un lado mas botánico que fatalista por cierto)

Te saludo

Morgan MacNeil dijo...

Iba todo perfecto hasta que en las últimas líneas, aparentemente, fuiste poseído por el espíritu de Valerie Solanas (¿ves que escribir tanto sobre fantasmas es peligroso?). Más allá de que las mujeres no somos las únicas víctimas de los mitos de amor, humildemente opino que:
1) Si alguien te lastima, no es tu media naranja.
2) Los celos no son amor aunque, sin llegar a los extremos dignos de Crónica tv, su total ausencia a mí me preocuparía.
3)La Biblia y los Beatles tienen razón: ¿de qué sirve todo el dinero del mundo, la fama, los lujos...si no tenemos a nadie que nos ame? Pero hablemos de amor en toda la dimensión de la palabra: pareja, amigos, familia, hasta una mascota. En fin, contacto con algo "vivo", hacer algo por el otro.

Yo entiendo el análisis de este posteo, pero convengamos también que los ideales no fueron creados para ser seguidos al pie de la letra...para eso tenemos a la ciencia y sus premisas.

Salu2

Anónimo dijo...

Considero que el amor no es al azar, ni simplemente ocurre, no tiene voluntad propia, si fuese así todo mundo se enamoraría de todo mundo, la adolescente se enamoraría del anciano de 80 años, la mujer madura se podría casar con alguien de 20, o el joven educado y de familia se enamoraría de una persona que vive en condiciones de calle, eso es un poco absurdo. Considero que todos tenemos una moral e ideales pre establecidos inconscientemente que impiden que todos nos enamoremos de todos sin tomar en cuenta quien es la otra persona, que edad tenga o a que se dedique. Inconscientemente siempre estamos buscando un ideal o lo más cercano a ello, buscamos afinidad, ciertos rasgos y características que lo hacen apto para enamorarnos, yo no me puedo enamorar de alguien sin conocerlo, tal vez podría impactarme espontáneamente su físico la primera vez que lo viera y quedar prendada de él, pero si no tengo ninguna afinidad o qué tal si tiene hábitos que no corresponden ni tantito con los míos, obviamente terminaría la relación sin duda alguna. Pienso que el amor es algo que se da cuando esa persona ilumina tu vida, pero es la RAZÒN quien te confirma y te dice: “Si, esa es la persona correcta, tiene todo lo que necesitamos para emprender el viaje”.



Lo más visto esta semana en El Espejo Gótico:

Análisis de «La pequeña habitación» de Madeline Yale Wynne.
Poema de Emily Dickinson.
Relatos de Edith Nesbit.


Paranormal.
Poema de Charlotte Mew.
Relato de Walter de la Mare.