Mis gatos en modo «guardaespaldas paranormales».
Otra interesante experiencia en el Consultorio paranormal de El Espejo Gótico, esta vez, relacionada con la posibilidad de que los gatos nos estén protegiendo de entidades negativas (ver: Cómo protegerse de las entidades del bajo astral).
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Mi nombre es Eugenia, y mi experiencia paranormal tiene relación con mis tres gatos. Sé que no es tan espeluznante como otras experiencias que he leído en El Espejo Gótico, pero de todos modos adoro esta sección y me gustaría compartirla.
Este extraño comportamiento de mis tres gatos empezó hace unos meses. Lo curioso es que los tres empezaron a comportarse así al mismo tiempo, como si estuviesen coordinados. Para dar ejemplo, si estoy en la cocina preparando algo, los tres forman un triángulo perfecto a mi alrededor, sentados, todos de espaldas a mí, y mirando en la misma dirección, donde naturalmente no hay nada visible (ver: ¿Los gatos pueden ver a los espíritus?)
Desde que nos mudamos, mi marido y yo sentimos cierta inquietud general en nuestro hogar. Es una casa vieja, y solo hemos estado viviendo aquí durante aproximadamente un año. En más de una ocasión sentí que había alguien parado detrás mío (ver: Siento que hay alguien detrás mío). Esto puede deberse a algo que todos los que tenemos gatos sabemos: suelen ubicarse justo detrás, y no es infrecuente que, al darnos vuelta bruscamente, los pisemos. Pero no es esto a lo que me refiero.
Mi esposo y yo hemos escuchado crujidos que suenan como pasos, quiero decir, que resuenan con regularidad, no como lo haría una rata o algo así. Hasta hace poco racionalizaba estas cosas diciéndome que probablemente se trataría de los gatos corriendo por ahí, pero últimamente nunca se alejan de mi vista (ver: Infección Astral: casas tomadas por los espíritus).
A principios de este mes casi me quemo viva cuando sentí que algo me tiraba de la manga mientras llevaba una olla de agua caliente. ¡Literalmente, algo tiró de mi manga! (ver: Cuando algo invisible te toca).
Mi esposo es la única otra persona en la casa. Cuando volví la cabeza para mirarlo, me di cuenta de que no había nadie en la cocina excepto yo y los gatos. Si el tirón hubiese sido a la altura de las piernas, bueno, no habría nada que temer: serían los gatos; pero lo cierto es que estaban a buena distancia, y los tres mirando fíjamente hacia el lugar donde debería haber estado esta... cosa, que tiró de mi manga (ver: Señales de que hay un espíritu en tu casa).
Mi esposo, en broma, llama al comportamiento extraño de mis tres gatos: «modo guardaespaldas paranormales». Tener un séquito felino que te sigue a todas partes puede sonar divertido, pero escucharlos gruñir al unísono ante algo que no puedes ver, o notar que los tres miran hacia el mismo punto, a veces durante una hora o más, con las orejas hacia atrás y las colas erizadas de agitación, bueno, personalmente me da escalofríos (ver: Telepatía animal: tu mascota sabe exactamente lo que estás pensando).
Este «modo guardaespaldas paranormales» es reciente, y solo me lo hacen a mí [ver: El comportamiento de los gatos durante la actividad paranormal.]
Ciertamente los tres adoran a mi esposo, y disfrutan estando cerca de él (de hecho, es él quien los alimenta), pero si salgo de la habitación, mi escuadrón seguramente me seguirá, sin importar cuán cómodos estén en ese momento. Y todos los que tenemos gatos sabemos lo dífícil que es para ellos abandonar una posición estratégica y cómoda si no hay una retribución (ver: Espíritus y «ambientes cargados»).
Antes de que todo este comportamiento extraño comenzara, ninguno de mis tres gatos se molestaría en pestañear si yo salía de la habitación. Por otra parte, el «modo guardaespaldas paranormales» no solo se activa cuando los tres están juntos. A veces se comportan de forma extraña individualmente (ver: Parásitos astrales y las «malas energías»).
Berta, por ejemplo, es una gata de diez años que, de la noche a la mañana, decidió que sería interesante dormir en mi almohada. Este comportamiento coincide con la primera noche que escuchamos pasos (ver: Sentir que hay un espíritu en casa). Su cuerpo ocupa más espacio que mi cabeza, pero lo cierto es que la vibración de su ronroneo tan cerca de los oídos me tranquiliza enormemente.
El «modo guardaespalda» de Lucio normalmente ocurre cuando estoy tratando de dormir. Empieza con ella arqueando la espalda, como si estuviera enojada, mientras observa fijamente hacia los pies de la cama (ver: El hombre al pie de mi cama).
A veces se queda así durante varios minutos. Luego se relaja y vuelve a recostarse. Si esto no sucede dentro de cierto lapso de tiempo, comienza a emitir este extraño gruñido, casi inaudible, pero cuyas vibraciones se perciben claramente.
Definitivamente no está ronroneando.
Otra opción interesante, cuando no logra relajarse, es sentarse sobre mi espalda (duermo boca abajo). Se acomoda entre mis omóplatos y desde ahí continúa gruñendo. No puedo ver qué está mirando exactamente, porque si trato de moverme probablemente me clavará las garras en la espalda. Entonces, sin que nada haya cambiado en el entorno, se relaja. Afortunadamente no hace esto todas las noches.
El tercer «guardaespalda» es Togo. No sé bien su edad, pero el veterinario supone que debe andar por los 11 años. Lo rescaté de un vecina que lo maltrataba. Por eso, normalmente él se sentía mucho más cómodo con mi marido. De hecho, jamás lo vi siquiera acercarse a mis amigas cuando vienen a casa. Hasta hace unos meses, podía contar con los dedos de una mano las veces en las que se había sentado en mi regazo.
Ahora no solo está sobre mí cada vez que me siento, sino que está conmigo en todo momento. Me sigue a todas partes, y se asusta si no me tiene a la vista. No exagero: si por alguna cuestión no me encuentra, empieza a maullar enloquecidamente, y a veces hasta a vomitar. Nunca antes había estado tan apegado a mí.
No quiero que se me malinterprete: adoro a Togo, pero ha sido difícil acostumbrarse a nunca cerrar una puerta detrás de mí, dejándolo accidentalmente del otro lado. Su necesidad de estar en la misma habitación conmigo es un cambio extraño en su comportamiento.
Definitivamente mi «guardaespalda paranormal» más protectora es Berta.
Es juguetona, tierna, y hasta hace poco dividía su tiempo de manera bastante pareja entre mi esposo y yo. Recientemente se apegó a mí de manera exclusiva. Mi esposo la define como la «guardaespaldas táctica», porque me sigue por toda la casa, sin adelantarse, como si estuviera protegiendo mi espalda.
Lo más extraño de este comportamiento es que los tres suelen sentarse alrededor mío, mirando el mismo punto. Lo hacen de forma sincronizada, no en todo momento, sino cuando estoy sola en una habitación, en especial en la cocina.
Estuve investigando un poco, y lo primero que hice fue un test de embarazo. Al parecer, los gatos perciben cuando una mujer está embarazada, y pueden mostrar un comportamiento extraño. No es el caso. No estoy embarazada.
El evento más inquietante hasta ahora se produjo anoche. Estaba con mis tres gatos en el comedor, todos en el sofá, mirando la televisión. Mi esposo estaba durmiendo en la habitación. En un momento escuché claramente una voz que susurraba en mis oídos. No alcancé a entender qué decía, pero sonaba como una lengua extraña. Pude sentir el aliento en mi oreja y cuello (ver: Cuando algo invisible te respira en la cara).
Me quedé quieta durante un minuto, al menos, sin querer darme vuelta y ver qué demonios había detrás de mí. Cuando lo hice, no vi nada, pero mis tres gatos estaban mirando hacia esa dirección, moviendo la cabeza lentamente de derecha a izquiera, como si hubiese algo invisible caminando por ahí (ver: Sentir «presencias» cuando estás solo).
Mi esposo racionaliza estos hechos, y dice que los gatos que se sienten alejados de su dueño pueden tener un comportamiento extraño. Después de todo, son criaturas cautelosas y vigilantes. Él explica este comportamiento de «guardaespaldas paranormales» como parte de la dinámica del grupo, es decir, si estás en una posición, entonces ellos sienten que esa dirección está cubierta, y se ubican para cubrir los alrededores.
Mi opinión es que mis gatos están tratando de protegerme de algo.
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Consultorio Paranormal. I Fenómenos paranormales.
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