La mujer fantasma de la ruta: una leyenda urbana.
La mujer fantasma de la ruta —también conocida como La muerta de la curva o la autoestopista fantasma— es una de las leyendas urbanas más extendidas en el mundo.
A pesar de que ha sido ampliamente discutida y comentada por muchos investigadores, su origen continúa siendo un misterio.
La mujer fantasma de la ruta es una leyenda urbana que abarca prácticamente todas las geografías. Si bien existen muchas versiones de la historia todas coinciden en algunos puntos esenciales: El conductor de un vehículo [casi siempre solo y de noche] observa a una mujer al costado de la ruta. Se detiene y la invita a subir a su vehículo. La mujer se muestra desorientada, distante, como si no supiera hacia dónde va. Luego desaparece inexplicablemente con el vehículo en movimiento.
Lo cierto es que la leyenda urbana de la mujer muerta de la ruta circula desde hace muchísimos siglos. En este sentido, lo único que ha cambiado es el medio de transporte.
Algunos investigadores audaces sostienen que la primera aparición de la Muerta en la ruta se produce en la Biblia, más precisamente en Hechos 8:26-39, donde uno de los apóstoles se encuentra con el misterioso espectro de un etíope al costado del camino. En aquella época, la ausencia de vehículos de combustión interna era probervial, de modo que nuestro fantasma debía conformarse con subirse a la grupa de un jinete desafortunado, o, ya en la Edad Media, en los reducidos gabinetes de carruajes y carros tirados por caballos.
Repasemos algunos rasgos de nuestra peregrina fantasmagoría.
La mujer muerta de la ruta casi siempre aparece vestida de blanco o directamente con un vestido de novia. En algunas versiones, se muestra de riguroso luto. La mayoría de los avistamientos se produce al costado de caminos poco transitados y muy cerca de alguna curva peligrosa. Cuando los conductores se detienen ella rara vez les informa hacia dónde se dirige. A lo sumo se limita a pedirles que la lleven. Durante el viaje, generalmente breve, la mujer se mantiene en silencio hasta que desaparece misteriosamente del vehículo en movimiento.
El epílogo de esta leyenda urbana casi siempre es el mismo. Se nos informa que la mujer ha muerto en un accidente automovilístico, y su espíritu vaga por esos parajes alertando a los incautos sobre los peligros de aquella curva que le costó la vida, o bien omitiendo ese dato y así promover nuevos accidentes, cuya función, a simple vista incomprensible, acaso tenga que ver con algún tipo de tributo.
Si bien la leyenda urbana de la mujer fantasma de la ruta se conoce desde hace siglos, recién en 1981 adquirió fama mundial. Su éxito se debió al libro de Jan Harold Brunvand, titulado: La autoestopista fantasma (The Vanishing Hitchhiker). Este libro popularizó la leyenda urbana, convirtiéndola en un arquetipo de los caminos rurales.
En algunos casos, la mujer muerta de la ruta se lleva algún souvenir de su anfitrión. Si la noche es fría, los conductores más caballerosos le ofrecen algún tipo de abrigo, el cual aparece luego sobre una lápida cercana al camino, o bien en el punto en donde la muerta encontró su fatídico final. En otros casos, la muerta no desaparece del vehículo, sino que desciende de él en algún sitio recóndito, ofreciéndole al conductor las señas para encontrar su vivienda y de ese modo devolverle el abrigo. Días después, el conductor busca esa dirección [generalmente un cementerio cercano] y encuentra su campera en la tumba de una mujer joven.
Para que esta versión resulte congruente es necesario conocer algo más sobre el paradero de la muerta. En este contexto, el conductor, no satisfecho con hallar su abrigo sobre una lápida, obtiene información adicional sobre aquella muchacha, cuyo deceso siempre está relacionado con un accidente vial.
Otro libro interesante a propósito de este fenómeno fue publicado por el investigador Michael Goss: Evidencia de autoestopistas fantasma (The Evidence for Phantom Hitch-Hikers), donde argumenta que esta leyenda urbana ocurre en sitios considerados «malditos» por sus habitantes, casi como si se tratara de un Genius Loci o espíritu tutelar del lugar [ver: Genius Loci: el espíritu del lugar]
En 1942 los folkloristas Richard Beardsley y Rosalie Hankey recopilaron alrededor de un centenar de leyendas urbanas de la mujer fantasma de la ruta en distintos puntos de los Estados Unidos. Gracias a ese trabajo se ha podido clasificar 5 variantes distintas de la leyenda urbana.
a- Historias donde la autoestopista fantasma ofrece datos sobre su paradero [cementerio, lugar del accidente], permitiéndole saber al conductor que acaba de interactuar con un fantasma.
b- Historias donde la autoestopista fantasma realiza una profecía, en general, sobre algún tipo de desastre.
c- Historias donde el primer encuentro entre el fantasma y el conductor no se efectúa en la ruta sino en un establecimiento. La mujer «olvida» un objeto, casi siempre un abrigo prestado por el conductor, que al intentar recuperarlo corrobora que la dirección que la muchacha le ha dado coincide con la del cementerio local.
d- Historias donde la autoestopista fantasma termina siendo identificada con una deidad pagana loca. En este sentido, conviene repasar el cuento de Clark Ashton Smith: Genius Loci (Genius Loci).
e- Historias donde la autoestopista fantasma le solicita al conductor la lleve hasta su casa, naturalmente, el cementerio.
El interesante reporte de Beardsley y Hankey reveló que al menos una veintena de casos de avistamientos de la mujer fantasma de la ruta correspondían a los rasgos de una monja de apellido Cabrini, fundadora del Sacred Heart Orphanage, para muchos, una santa. Al parecer, en todos los casos reportados la mujer fantasma de la ruta elige conductores masculinos que viajen solos.
El investigador Ernest W Baughman realizó un estudio aún más profundo de esta leyenda urbana, que puede hallarse en el libro: Cuentos folklóricos de Inglaterra y Norteamérica (Folk Tales of England and North America), publicado en 1966, donde añade algunas categorías interesantes:
1- La autoestopista fantasma que aparece en el aniversario de su muerte; que deja algún objeto dentro del vehículo; que realiza una profecía; que interactúa con el conductor, casi siempre manifestando sed y frío; que manifiesta urgencia por regresar al hogar; que no habla y que desaparece cerca del lugar donde murió; y que revela su identidad segundos antes de que ocurra un accidente.
Una mirada antropológica sobre la leyenda urbana de la mujer fantasma de la ruta sugiere que su origen acaso tenga relación con las deidades tutelares, los genius loci, es decir, espíritus de ciertos lugares que son también el lugar que custodian; algo así como el antiguo dios Pan era custodio del bosque pero también el bosque mismo.
Leyendas urbanas. I Mitos y leyendas oscuras.
El artículo: La mujer fantasma de la ruta: una leyenda urbana fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
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