«Tu amigo el vampiro»: Conde de Lautréamont; poema y análisis


«Tu amigo el vampiro»: Conde de Lautréamont; poema y análisis.




Tu amigo el vampiro (Ton ami le vampire) es un poema de vampiros del escritor uruguayo Isidore Lucien Ducasse, más conocido como Conde de Lautréamont (1846-1870), publicado en la antología de 1869: Los cantos de Maldoror (Les Chants de Maldoror). [ver: ¿Quién es Maldoror?: análisis de «Los Cantos de Maldoror»]

Tu amigo el vampiro, uno de los grandes poemas del conde de Lautréamont, emplea algunos recursos típicos del romanticismo y el decadentismo para dar forma a una visión espeluznante. Es importante señalar que el poema no vindica la existencia de los vampiros, ni mucho menos, sino más bien la necesidad de encontrar un aliado en los aspectos parasitarios del ser.




Tu amigo el vampiro.
Ton ami le vampire, conde de Lautréamont (1846-1870)

Sí, os supero a todos en mi innata crueldad, que no estuvo en mi mano reprimir. ¿Es esta la razón por la que estáis todos postrados frente a mí? ¿O bien el estupor de verme, fenómeno inaudito, recorrer como horrible cometa el espacio ensangrentado?

Una lluvia de sangre brota de mi cuerpo inmenso, semejante a una nube negra que empuje ante sí el huracán. No temáis nada, hijos míos. No quiero maldeciros.

El mal que me habéis ocasionado es demasiado grande; demasiado grande el mal que yo os he ocasionado, para que sea intencional.

Vosotros habéis recorrido vuestro camino y yo el mío, ambos semejantes, ambos perversos. Era natural encontrarnos, dada nuestra afinidad. El choque que ha seguido al encuentro nos ha resultado recíprocamente fatal.

Al llegar a este punto, los hombres empezarán a levantar las cabezas, adquiriendo de nuevo valor, y, para ver quién esta hablando, alargarán el cuello igual que caracoles. De repente, su rostro alterado, descompuesto, se deformará en una mueca tan monstruoso que incluso los lobos quedarán aterrorizados.

Todos a la vez, los hombres se enderezarán de golpe, como un muelle gigantesco. ¡Cuántas imprecaciones! ¡Qué clamor de voces!

Me han reconocido.

Y he ahí que los animales terrestres se unen a los hombres y hacen oír sus extraños alborotos. Ningún odio divide ya a ambas razas. El odio de cada uno está dirigido contra el enemigo común: yo. El consentimiento universal les une.

Vientos que me estáis transportando, levantadme todavía más alto: temo la perfidia. Sí, desaparezcamos, poco a poco de su vista. Adiós, viejo, y piensa en mí, si me has leído; y tú, joven, no desesperes.

En efecto, tienes en el vampiro a un amigo, aunque seas de otra opinión. Si además, tienes en cuenta el ácaro sarcopto que te pega la roña, ¡tendrás dos!

Conde de Lautréamont (1846-1870)




Poemas góticos. I Poemas del conde de Lautréamont.


Más literatura gótica:
El análisis y resumen del poema del Conde Lautréamont: Tu amigo el vampiro (Ton ami le vampire), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!
Realmente me resultó muy interesante y me gustó este fragmento. Hay algún lugar donde pueda leer el resto de la obra?
Gracias!

Kimfairy :3 dijo...

hola.. de verdad me encanto este relato y me encantaria publicarlo en mi blog sera que me lo permiten?

Sebastian Beringheli dijo...

Adelante, Yracdis.
Espero que te sirva nuestra versión.

Saludos desde Argentina!

Anónimo dijo...

Ecos de desesperada agonía rebosan tras cada palabra punzante, de aquellas que vierte tu boca en tan sincera apatía. Tú, sujeto impasible, dejado, olvidado… ruego al maestro de las mil noches que derrame su fuego infernal sobre mi vientre contraído de placer al saberlo suyo, y me haga olvidarte, odiarte, asesinarte… cruelmente, pero sin rencores, no? Las paces? Tu sangre a cambio de mi alma! Imbécil indolente, cual suplica del rico, cual harapo revestido en diamante… te de condeno a ser la sombra que habita en los rincones de mis mas oscuras noches. Teme, pues yo sirvo a la mano negra, yo me postro ante el sur de la cruz, yo rebozo de vino amargo y guardo en secreto, celosamente, las caricias de las manos frías como el hueso y negras como la abismal mirada de quien mismo las ejecuta, en mi cuerpo blanco, cobertor de la mas negra alma, concubina impía de satanás.

citlally de mauricio dijo...

k bueno k existen paginas k ablen sobre vampiros

Anónimo dijo...

A KIERO PEDIR PERMISO PARA PUBLICAR ESE FRAGMENTO SERA QUE PUEDO HACERLO ESQUE ME INTERESO MUCHO Y ME GUSTO MUCHO



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