«La bruja»: Mary Elizabeth Coleridge; poema y análisis.
La bruja (The Witch) es un poema de la escritora británica Mary Elizabeth Coleridge (1861-1907), publicado en la antología de 1897: Los seguidores de la fantasía (Fancy's Following), y luego en la colección de 1907: Poemas de Mary E. Coleridge (Poems by Mary E. Coleridge).
En La bruja, uno de los poemas destacados de Mary Coleridge, se articula el argumento del exiliado que desea volver a cruzar el umbral para ser admitido. Esto lo relaciona directamente con dos poemas magistrales: Christabel (Christabel) y Helada a medianoche (Frost at Midnight), ambos de Samuel Taylor Coleridge, ancestro de la propia Mary Elizabeth Coleridge.
El arquetipo de la bruja, al menos tal como lo representa Mary Elizabeth Coleridge, se vincula directamente con el principio de la feminidad; es decir, con la mujer en estado puro, libre de las ataduras del aparato social diseñado para restringirla al ámbito del hogar y la productividad.
La bruja.
The Witch, Mary Elizabeth Coleridge (1861-1907)
He caminado mucho sobre la nieve,
No soy alta ni mi corazón fuerte.
Mis ropas están mojadas,
Y mis dientes se estremecen,
El camino ha sido largo
Por el penoso sendero crujiente.
He vagado sobre la exuberante Tierra,
Pero nunca he venido aquí antes.
¡Oh, levantádme sobre el Umbral
Y dejádme ante la Puerta!
El filo del viento es un enemigo cruel,
No me atrevo a pararme en la tempestad.
Mis manos son de piedra,
Y mi voz se lamenta.
Lo peor de la muerte ha pasado,
Pero aún soy una pequeña dama.
Mis delicados pies se han llagado,
Y en blancas heridas sangrado.
¡Oh, levantádme sobre el Umbral
Y dejádme ante la Puerta!
Su voz era la voz que la mujeres tienen
Rogando por un deseo del corazón.
Ella vino.
Ella llegó,
Y la llama temblando,
Hundiéndose en el fuego
Finalmente murió.
Nunca más en mi alma se encendió,
Desde que me agité en el suelo,
Levantándola sobre el Umbral,
Y dejándola ante la Puerta.
I have walked a great while over the snow,
And I am not tall nor strong.
My clothes are wet, and my teeth are set,
And the way was hard and long.
I have wandered over the fruitful earth,
But I never came here before.
Oh, lift me over the threshold, and let me in
at the door!
The cutting wind is a cruel foe;
I dare not stand in the blast.
My hands are stone, and my voice a groan, And the worst of death is past.
I am but a little maiden still;
My little white feet are sore.
Oh, lift me over the threshold, and let me in
at the door!
Her voice was the voice that women have,
Who plead for their heart's desire.
She came-she came-and the quivering flame
Sank and died in the fire.
It never was lit again on my hearth
Since I hurried across the floor,
To lift her over the threshold, and let her in
at the door!
Mary Elizabeth Coleridge (1861-1907)
And I am not tall nor strong.
My clothes are wet, and my teeth are set,
And the way was hard and long.
I have wandered over the fruitful earth,
But I never came here before.
Oh, lift me over the threshold, and let me in
at the door!
The cutting wind is a cruel foe;
I dare not stand in the blast.
My hands are stone, and my voice a groan, And the worst of death is past.
I am but a little maiden still;
My little white feet are sore.
Oh, lift me over the threshold, and let me in
at the door!
Her voice was the voice that women have,
Who plead for their heart's desire.
She came-she came-and the quivering flame
Sank and died in the fire.
It never was lit again on my hearth
Since I hurried across the floor,
To lift her over the threshold, and let her in
at the door!
Mary Elizabeth Coleridge (1861-1907)
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El análisis, resumen y traducción al español del poema de Mary Elizabeth Coleridge: La bruja (The Witch), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
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