«Me gusta cómo luce la Agonía»: Emily Dickinson; poema y análisis.
Me gusta cómo luce la Agonía (I Like a Look of Agony) es un poema gótico de la escritora norteamericana Emily Dickinson (1830-1886), escrito en 1861 y publicado de manera póstuma en la antología de 1890: Poemas (Poems). Originalmente no tenía nombre, de modo que suele referirse a este poema por su primera línea —Me gusta cómo luce la Agonía— o por el nombre 241.
Me gusta cómo luce la Agonía, uno de los poemas de Emily Dickinson más reconocidos, está escrito en la métrica habitual de los himnos, pero, en lugar de consolar, confrontan al lector con los duros hechos de la vida. Me gusta cómo luce la Agonía carece del sensacionalismo y los accesorios góticos, como tumbas y espíritus, y va directo al hueso. La Narradora [tal ves la propia Emily Dickinson] aprecia el dolor cuando se manifiesta en los rasgos del otro, no porque disfrute de su sufrimiento, sino porque sabe que es real. El dolor la consuela porque es más honesto que la felicidad.
La Narradora de Me gusta cómo luce la Agonía parece sentirse interesada al ver el dolor en los rostros de las personas. Según su filosofía, la agonía es como la muerte: no se puede ocultar. Es veraz en una forma en que el amor no lo es. Cuando mira el rostro de alguien y ve su sufrimiento, sabe que este es real, porque de todo el abanico de sentimientos humanos el único que no puede simularse con absoluta fidelidad es la agonía.
Me gusta cómo luce la Agonía,
porque sé que es verdadera —
Los hombres no simulan la Convulsión,
ni fingen un Espasmo —
porque sé que es verdadera —
Los hombres no simulan la Convulsión,
ni fingen un Espasmo —
En la primera parte de Me gusta cómo luce la Agonía la Narradora establece que le gusta ver el dolor en los rostros de los demás porque es el marcador de un sentimiento auténtico. Aquellos que lo experimentan no están fingiendo o simulando.
Los ojos se nublan —es la Muerte—
Y no hay forma de imitar
esas Perlas que enhebra en nuestra frente
la cotidiana Angustia.
Y no hay forma de imitar
esas Perlas que enhebra en nuestra frente
la cotidiana Angustia.
En la segunda parte, la Narradora continúa diciendo que, cuando alguien está sufriendo o experimentando agonía, sus ojos se nublan. Como la muerte, no puede imitarse. Aquí la Narradora proyecta una imagen que es fácil de recrear en la imaginación del lector. Habla de la visión de gotas de sudor en la frente de los que sufren. Están enhebradas como un collar de perlas, y parece como si la misma Angustia las colgara.
Es interesante ver cómo Emily Dickinson encuentra esta sensación de consuelo al ver a las personas en «agonía», no porque ansíe que los demás sufran, sino porque cree que el dolor es tanto una experiencia veraz como capaz de volvernos más humildes, cuestiones que contrastan con la falta de sinceridad en las interacciones sociales habituales. Debido a que no podemos fingir adecuadamente los signos físicos de dolor, argumenta la Narradora, una «mirada de agonía» [a look of Agony en el original] es más confiable que cualquier otra expresión.
A través de imágenes de frentes sudorosas, ojos nublados y violentas convulsiones, la Narradora sugiere que el dolor, por terrible que sea, tiene una cualidad redentora: es una de las pocas cosas que no son falsas, ni sujeta a la incertidumbre. La implicación, entonces, es que muchas otras emociones son fáciles de fingir; y, por lo tanto, comúnmente fingidas. Debido a que el dolor es honesto, tiene valor.
Me gusta cómo luce la Agonía.
I Like a Look of Agony, Emily Dickinson (1830-1886)
(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)
Me gusta cómo luce la Agonía,
porque sé que es verdadera —
Los hombres no simulan la Convulsión,
ni fingen un Espasmo —
Los ojos se nublan —es la Muerte—
Y no hay forma de imitar
esas Perlas que enhebra en nuestra frente
la cotidiana Angustia.
I like a look of Agony,
Because I know it’s true —
Men do not sham Convulsion,
Nor simulate, a Throe —
The eyes glaze once —and that is Death—
Impossible to feign
The Beads upon the Forehead
By homely Anguish strung.
Emily Dickinson (1830-1886)
Because I know it’s true —
Men do not sham Convulsion,
Nor simulate, a Throe —
The eyes glaze once —and that is Death—
Impossible to feign
The Beads upon the Forehead
By homely Anguish strung.
Emily Dickinson (1830-1886)
(Traducido al español por Sebastián Beringheli para El Espejo Gótico)
Poemas góticos. I Poemas de Emily Dickinson.
Más literatura gótica:
El análisis, traducción al español y resumen del poema de Emily Dickinson: Me gusta cómo luce la Agonía (I Like a Look of Agony), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
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