Poemas de amor de Gustavo Adolfo Becquer.
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) fue uno de los más grandes poetas españoles de todos los tiempos, y con una influencia en la poesía del romanticismo fue decisiva dentro de la lengua española.
Más allá de las Leyendas de Gustavo Adolfo Becquer, probablemente la faceta más conocida de su producción literaria, sus poemas de amor se encuentran entre los más destacados de la época, los cuales generalmente exploran temas fundamentales dentro de las características del romanticismo, como por ejemplo el deseo y la pasión, pero también la locura, la muerte, la vida más allá de la tumba, lo oculto.
En esta sección de El Espejo Gótico daremos cuenta de los mejores poemas de amor de Gustavo Adolfo Bécquer, algunos de los cuales dan testimonio de la filosofía del romanticismo, es cierto, pero además de cierta búsqueda estética relacionada con el simbolismo.
En resumen, estos son, al menos para nuestro juicio, los más importantes poemas de amor de Gustavo Adolfo Bécquer.
Gustavo Adolfo Becquer: poemas de amor:
- Al brillar un relámpago nacemos (Al brillar un relámpago nacemos)
- Amor eterno (Amor eterno)
- Antes que tú me moriré (Antes que tú moriré)
- Cuando en la noche (Cuando en la noche)
- Cuando entre la sombra oscura (Cuando entre la sombra oscura)
- Espíritu sin nombre (Espíritu sin nombre)
- Volverán las oscuras golondrinas (Volverán las oscuras golondrinas)
- A Elisa.
- Al brillar un relámpago nacemos.
- Alguna vez la encuentro por el mundo.
- Al ver mis horas de fiebre.
- Apoyando mi frente calurosa.
- A qué me lo dices.
- Asomaba a sus ojos una lágrima.
- Besa el aura que gime blandamente.
- Cartas literarias a una mujer.
- Cendal flotante de leve bruma.
- Cerraron sus ojos.
- Como enjambre de abejas irritadas.
- Como en un libro abierto.
- Como guarda el avaro su tesoro.
- Como la brisa que la sangre orea.
- Como se arranca el hierro de una herida.
- ¿Cómo vive esa rosa?
- Cruza callada.
- Cuando en la noche te envuelven.
- Cuando me lo contaron sentí el frío.
- Cuando miro el azul horizonte.
- Cuando sobre el pecho inclinas.
- Cuando volvemos las fugaces horas.
- Cuántas veces al pie de las musgosas.
- ¿De dónde vengo?
- Dejé la luz a un lado.
- De lo poco de vida que me resta.
- Del salón en el ángulo oscuro.
- Despierta, tiemblo al mirarte.
- Dices que tienes corazón.
- Dos rojas lenguas de fuego.
- En la clave del arco mal seguro.
- En la imponente nave.
- Errante por el mundo fui gritando.
- Es cuestión de palabras.
- Es el alba una sombra.
- Este armazón de huesos y pellejo.
- Es un sueño la vida.
- Fatigada del baile.
- Fingiendo realidades.
- Flores tronchadas, marchitas hojas.
- Hoy como ayer, mañana como hoy.
- Hoy la tierra y los cielos me sonríen.
- La gota de rocío.
- Las ondas tienen vaga armonía.
- Las ropas desceñidas.
- Lejos y entre los árboles.
- Libro de cuentas.
- Libro de Los Gorriones.
- Llegó la noche y no encontré un asilo.
- Lo que el salvaje que con torpe mano.
- Los invisibles átomos del aire.
- Los suspiros son aire y van al aire.
- Me han herido recatándose en las sombras.
- Mi vida es un erial.
- Negros fantasmas.
- No digáis que agotado su tesoro.
- No dormía; vagaba en ese limbo.
- No me admiró tu olvido.
- No sé lo que he soñado.
- Nuestra pasión fue un trágico sainete.
- Olas gigantes que os rompéis bramando.
- Para que los leas con tus ojos grises.
- Pasaba arrolladora en su hermosura.
- Podrá nublarse el sol eternamente.
- Porque son, niña, tus ojos.
- Por una mirada, un mundo.
- Primero es un albor trémulo y vago.
- ¿Qué es poesía?
- Qué hermoso es ver el día.
- ¡Quién fuera luna!
- ¿Quieres que de ese néctar?
- Rimas.
- Sabe, si alguna vez tus labios rojos.
- Sacudimiento extraño.
- Saeta que voladora.
- ¿Será verdad?
- Si al mecer las azules campanillas.
- Si copia tu frente.
- Si de nuestros agravios en un libro.
- Sobre la falda tenía.
- Su mano entre mis manos.
- Te vi un punto, y, flotando ante mis ojos.
- Tu aliento es el aliento de las flores.
- Tú eras el huracán y yo la alta.
- Tu pupila es azul, y cuando ríes.
- Una mujer me ha envenenado el alma.
- Voy contra mi interés al confesarlo.
- Yo me acogí, como perdido nauta.
- Yo me he asomado a las profundas simas.
- Yo sé cuál el objeto.
- Yo sé un himno gigante y extraño.
- Yo soy ardiente, yo soy morena.
- Yo soy el rayo, la dulce brisa.
Poemas góticos. I Poemas de Gustavo Adolfo Becquer.
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