«Spectropía»: el libro para crear fantasmas en casa


«Spectropía»: el libro para crear fantasmas en casa.




Spectropia (Spectropia) —cuyo título completo es: Spectropia o las sorprendentes ilusiones espectrales que muestran fantasmas en cualquier lugar y en todos los colores (Spectropia, or, surprising spectral illusions showing ghosts everywhere and of any colour)— es un extraño libro prohibido del investigador norteamericano J.H. Brown, publicado en 1864.

Rápidamente hay que decir que Spectropía es un libro para crear fantasmas; desde luego, no reales, sino poderosas ilusiones ópticas capaces de estremecer a cualquiera, sobre todo si hablamos de constipados caballeros y conspicuas amas de casa victorianas.

Al parecer, J.H. Brown se sentía profundamente afectado por el auge del espiritismo en la era victoriana, y no sin argumentos perfectamente válidos. Lo cierto es que el interés público en estos temas, así como en el esoterismo y el ocultismo, se esparcieron rápidamente por todas las capas sociales. Nunca, antes o después, hubo tantas individuos dispuestos a invocar fantasmas.

Desde luego que este interés popular por el espiritismo fue un terreno fértil para toda clase de supercherías. Los fraudes y estafas estaban a la orden del día: mesas parlantes, tableros ouija, médiums, eran los medios habituales para comunicarse con los muertos. En este contexto, J.H. Brown publicó su gran obra, Spectropía:


Es un hecho curioso que, en la era de los grandes descubrimientos científicos, las absurdas tonterías del espiritismo encuentren tal cantidad de seguidores; pero las epidemias mentales parecen tener sus temporadas altas. Una de estas afecciones —la brujería— ha comenzado a crecer en el siglo XIX, bajo la ridícula forma del espiritismo y sus mesas parlantes.


Es importante señalar que el libro no buscaba derribar aquellas creencias apelando a simples razonamientos sin el apoyo de evidencias. Después de todo, los estafadores ofrecían auténticas maravillas en sus sesiones. Para luchar contra ellos, Spectropía desarrolla una mirada científica sobre el tema de los fantasmas, explicando las propiedades de la luz, del color, y de qué forma estos pueden engañar al ojo humano si se conocen las técnicas apropiadas.


Si los fantasmas son una ilusión —argumenta el libro— entonces no hay razón alguna para que la ciencia no pueda divulgar cómo esas ilusiones se llevan a cabo.


Spectropía es un libro de avanzada para la época, lo que hoy podríamos considerar como una obra de divulgación que se apoya en los últimos descubrimientos científicos para aniquilar la superstición, y con ella el oscuro negocio del espiritismo. ¿De qué forma? Revelando algunos métodos que explican cómo nuestros sentidos pueden ser engañados.

Una de las ilusiones más comunes a propósito de la invocación de fantasmas era la siguiente:

Un grupo de personas, sentadas en torno a una mesa redonda, en una habitación en penumbras, iluminada apenas con la luz de las velas, debían observar fijamente la fotografía o retrato del muerto al que se quería invocar. Entonces, el espiritista exigía a sus clientes un compromiso total, y el máximo nivel de concentración. Bastaba apenas un minuto, y a veces menos, observando la fotografía sin parpadear, para que se produjera un fenómeno conocido científicamente como afterimage.

Entonces, apelando a toda clase de recursos teatrales, el espiritista apagaba de repente las velas, y la imagen que el cliente había observado con catatónica atención quedaba sobreimpresa en su visión, de manera tal que, sin importar hacia donde mirara, la imagen continuaba apareciendo frente a él.

Si la fotografía se iluminaba correctamente en la penumbra, y el cliente la observaba fijamente durante el tiempo suficiente, el fenómeno perduraba en su visión con una increíble nitidez. En la oscuridad del cuarto, uno incluso podía incluso estirar una mano y tocar al fantasma, o mejor dicho, atravesarlo con la mano, haciendo que la imagen se disuelva lentamente en el aire.

Esta simple ilusión óptica se utilizaba con muchísima eficacia por los espiritistas. Y si a eso le añadimos las creencias propias del cliente, el efecto resultaba bastante impresionante.

Para probar que esta supuesta invocación de fantasmas era un simple truco óptico, Spectropia ofrece una gran cantidad de ilustraciones (ver aquí) que el audaz lector puede utilizar para crear sus propios fantasmas en casa.

Si bien Spectropía fue inmediatamente ridiculizado por las huestes de ardorosos creyentes en los fantasmas, los cierto es que el libro evidenció que, además de adeptos, también existían verdaderos ejércitos de escépticos. Spectropía fue, por lejos, el más vendido en la navidad de 1864; e incluso fue recomendado por el New York Times como un excelente regalo para que los jóvenes no cayeran en las aceitosas garras de la superstición.

Después de todo, el avance de la ciencia era imparable, siempre y cuando no cuestionara asuntos ampliamente probados, como la creación del universo en siete días.




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