Poemas para la lluvia: poesía cuando llueve.
La poesía y la lluvia están estrechamente ligadas; y así como la noche y la luna también son objetivos habituales para los poetas, resulta imposible descifrar ese vínculo sin someterlo a un pensamiento poético, lo cual lo vuelve parte involucrada en el asunto y, por lo tanto, parcial.
¿Por qué la lluvia y la poesía van de la mano?
En parte porque la lluvia (así como la noche y la luna) paralizan las actividades que la sociedad considera útiles. La lluvia induce a las ensoñaciones, al recuerdo, a los anhelos, a la nostalgia; acaso porque el poeta intuye una lengua arcana en las gotas, un diseño que no es caprichoso, capaz de despertar en nosotros aquellas emociones que creíamos (bajo el sol) cuidadosamente sepultadas.
Importa poco si se trata de un poema para una noche de lluvia o si esa misma lluvia justifica un vago poema nocturno. Ambas, la lluvia y la poesía, están unidas más allá de la lógica.
Repasemos entonces, sin refugios ni paraguas que nos resguarden, los 3 mejores poemas de lluvia.
- Almas y gotas de lluvia (Souls And Rain-Drops, Sidney Lanier)
- A una gota de rocío (A una gota de rocío, Carolina Coronado)
- El día lluvioso (The Rainy Day, Longfellow)
- Llegarán suaves lluvias (There Will Come Soft Rains, Sara Teasdale)
- Nadie, ni siquiera la lluvia (Nobody, Not Even the Rain, E.E. Cummings)
- Una lluvia inusual (An Unusual Rain, Charlotte Perkins Gilman)
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El artículo: Poemas de la lluvia: poemas de lluvia: poemas cortos de lluvia: poemas mientras llueve fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
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