¿Qué significa ver nuestro cuerpo mientras dormimos?
Algunos fenómenos paranormales han sido extensamente explicados por la ciencia, algo que no los vuelve menos populares entre aquellos que los han experimentado en carne propia.
Una de estas experiencias, ampliamente difundida en mitos y relatos de terror, es la de ver el propio cuerpo desde una perspectiva aérea, como si flotáramos sobre él dentro de la habitación.
Este fenómeno es conocido como autoscopia; del griego autos, «yo»; y copein, «vigilar». Básicamente consiste en una experiencia extracorporal, es decir, la impresión de ver las cosas desde una perspectiva elevada, pero cuyo punto de vista siempre gira en torno a nuestro cuerpo físico; algo así como una desencarnación momentánea.
La ciencia sostiene que esta clase de experiencias, que no siempre poseen un tinte aterrador, proceden de una alteración, momentána o crónica, de los mecanismos neurocognitivos.
Soñar que uno ve su propio cuerpo durmiendo en la cama es algo normal, y no conforma una alteración de ningún tipo. Pero si el hecho ocurre durante la vigilia, es decir, si vemos a nuestro cuerpo desde una perspectiva externa estando despiertos, recién ahí podemos hablar de una alteración cognitiva.
Curiosamente, este trastorno tiene una fuerte vinculación con las leyendas de vampiros, más concretamente con la leyenda de que los vampiros no se reflejan en los espejos. Este fenómeno es actualmente conocido como heautoscopia, aunque anteriormente se lo llamaba Síndrome de Maartechen. Quienes lo padecen no logran ver su propia imagen reflejada en el espejo, aunque esta sea claramente visible para los demás.
En cierta forma, ambos fenómenos, la autoscopia y la heautoscopia nos revelan la otra cara del Doppelgänger, el mito del otro yo que tan a menudo encontramos en las leyendas.
Para retomar la pregunta inicial, ¿qué significa ver nuestro cuerpo mientras dorminos? Realmente nada, si es que el fenómeno se produce durante el sueño; salvo que consideremos la posibilidad de que una parte nuestra se aleja del cuerpo durante las noches para acceder a esas tierras de locura y fascinación que algunos llaman plano astral.
Visto desde esta perspectiva, es difícil discernir cuál es el «verdadero despertar» de la conciencia; si sucede en el momento en el que abrimos los ojos al mundo conocido, o bien cuando cerramos los párpados y nos desentendemos de las banalidades del rito cotidiano, lejos de las impresiones y pulsos epidérmicos que nos obligan a esforzarnos para evitar la desintegración.
Fenómenos paranormales. I Diccionario de sueños.
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