Cerbero: el perro del infierno


Cerbero: el perro del infierno.





Cerbero significa literalmente «demonio del pozo» (del griego Kérberos). Se trata del célebre Can Cerbero, el perro Hades, rey del inframundo y esposo de Perséfone; un monstruo colosal de tres cabezas, o, según Hesíodo, de cincuenta.

Las tres cabezas de Cerbero incluso tenían nombres propios: Veltesta, Tretesta y Drittesta; que significan respectivamente «cabeza izquierda», «tercera cabeza» y «cabeza derecha». Su nombre genérico, en cambio, ofrece algunas dificultades. La palabra griega Kerberos procede del sánscrito Sarvara, justamente uno de los nombres del perro de Yama, el dios de los infiernos de la mitología hindú.

La tarea de Cerbero era custodiar las puertas de acceso al Hades. Día y noche se aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. Se dice que era hijo de Equidna y Tifón, y, por lo tanto, hermano de Quimera, Medusa, las Gorgonas y las Grayas.

Todo parece indicar que el arquetipo del perro infernal, es decir, del can que custodia el ingreso y egreso de los infiernos, está presente en todas las mitologías indoeuropeas; entre ellas, en los mitos nórdicos bajo la figura del tenebroso Garm. De hecho, ambos sabuesos, Cerbero y Garm, comparten la misma raíz etimológica: ger, «gruñir».

A pesar del carácter admonitorio de sus ladridos, Cerbero fue vencido por varios héroes. De hecho, el último de los doce trabajos de Heracles fue capturarlo. Para ello viajó a Eleusis con el objeto de ser iniciado en sus misterios, que consistían en aprender a entrar y salir vivo del Hades. En la región de Ténaro encontró una de las entradas al inframundo. Allí derrotó a Cerbero y convenció al barquero Caronte para que lo llevara hasta la otra orilla del lago Estigia.

Tras agotadoras jornadas en las planicies áridas del infierno, Heracles liberó a Teseo, matador del Minotauro y gran escapista del laberindo ideado por Dédalo; pero la tierra se sacudió cuando intentó liberar a Pirítoo. Se cree que ambos fueron encarcelados por Hades en persona. La magia de sus ataduras era tan fuerte que cuando Heracles soltó a Teseo una parte de sus muslos quedaron adheridos a la roca.

Pero el trabajo de Heracles no consistía únicamente en vencer a Cerbero, sino en llevarlo a la superficie. Algunos comentan que simplemente le pidió permiso a Hades y éste accedió, temiendo que el héroe le haga daño a su mascota favorita. Otros sostienen que Heracles luchó fieramente con él, y que lo arrastró hacia la luz pasando por la caverna de Aquerusia. En una tercera versión, acaso tardía, Heracles trata con amabilidad al perro, que al sentir por primera vez la ternura de una caricia lo acompaña dócilmente.

Ya que Cerbero era un miembro permanente del Hades, nada realmente grave podía ocurrirle. Sus derrotas son, a lo sumo, vergonzosas, pero nunca peligrosas para su integridad. Un caso claro de esto se produce en el mito de Orfeo y Eurídice, cuando el músico logra dormir a Cerbero con notas delicadas para rescatar a su amada.

Al parecer, este no fue el único caso en el que Cerbero cayó rendido ante el sueño en circunstancias que le exigían mantenerse alerta. Hermes lo durmió utilizando las aguas del río Leteo, que estimulaban el olvido. Eneas también lo adormeció, pero valiéndose de otra estratagema: deliciosas tortas de miel condimentadas son raíces que inducían el sueño. Y Psique, la amante de Eros, lo sumió en un sueño inquieto apelando a una estrategia similar.

Lo cierto es que si algo destaca a Cerbero es su fidelidad. Como todos los perros amaestrados, éste responde inmediatamente a los deseos de su amo e incluso asimila parte de su personalidad. Hades, por su parte, manifiesta por Cerbero un cariño insospechado; que acaso sirve como excusa para mostrar su costado menos mezquino.




Mitos griegos. I Mitología.


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1 comentarios:

Soteria90 dijo...

Gracias por esta entrada. Adoro la mitología griega y Cerberos es uno de mis personajes favoritos.



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