Ida Craddock y la magia del amor


Ida Craddock y la magia del amor.




Ida Craddock (1857-1902) fue, en primer lugar, una luchadora por los derechos de la mujer y una defensora de la libre expresión. No es raro que estas dos defensas hayan confluido en un interés peculiar: la magia del amor, una actividad que promueve los derechos de la mujer al goce, hasta entonces, un producto del azar.

Ida Craddock nació en Filadelfia. Su padre murió cuando ella tenía tres meses de edad, y su madre, terriblemente severa, la educó siguiendo las rígidas prácticas de la Sociedad Religiosa de los Amigos, más conocidos como cuáqueros. Su inteligencia demostró ser superior a la media. De hecho, Ida Craddock fue la primera mujer en graduarse prematuramente y ser admitida en la Universidad de Pensilvania luego de aprobar los exámenes correspondientes. Lamentablemente, su admisión fue revocada por haber causado cierto revuelo en el cuerpo estudiantil, integrado exclusivamente por varones.

Con sus intereses religiosos y académicos detrás, en 1887 Ida Craddock se interesó en el ocultismo y se unió a la Sociedad Teosófica, fundada por H.P. Blavatsky y secundada por Annie Besant. Intentó traducir escrituras místicas y «actualizarlas» a un lenguaje moderno, pero siendo como era una librepensadora solía suprimir aquellos pasajes que contrariaban sus creencias.

Sus afinidades intelectuales quedaron destrozadas cuando descubrió el amor; por cierto, un amor teórico, especulativo, mezclado con un fuerte esoterismo

El erotismo religioso se volvió el gran interés de su vida. Tras algunos años de estudio y dedicada práctica Ida Craddock se autoproclamó Pastora y Pastor de la Iglesia del Yoga [Priestess and Pastor of the Church of Yoga]. Por aquel entonces Ida Craddock era soltera, asunto que importunaba sus largas clases acerca del amor físico y la forma de matabolizarlo hacia una nueva forma de conciencia; de modo que comenzó a entablar una relación marital con un «ángel» al que llamó Soph, algo similar a lo que le ocurriría a Aleister Crowley y sus contactos con el Aiwass, quien eventualmente terminaría dictándole El libro de la ley (Liber AL vel Legis).

Se dice que las sesiones amorosas de Ida Craddock y el ángel Soph eran tan «ruidosas» que recibió numerosas quejas de sus vecinos, quienes finalmente firmaron un petitorio para expulsarla del edificio. Este cambio feroz de mansa cuáquera a amante de ángeles escandalizó a su madre. La anciana trató de internarla en un manicomio a través de la justicia, pero en presencia de agentes de la ley Ida Craddock se manifestaba con total normalidad.

Las cosas comenzaron a ponerse feas en Filadelfia. En 1892 se mudó a Chicago, donde abrió un consultorio sobre asuntos de sexualidad mística, una verdadera rareza para la época; donde ofrecía su tutelaje en asuntos maritales o de pareja, personalmente o incluso por correo. Básicamente podemos pensar que aquellas consultas eran una forma de educación sexual, aunque tampoco sobreviven testimonios que puedan dar cuenta de lo que realmente se trataba allí.

Por aquellos años Ida Craddock escribió varios tratados sobre el amor físico cuyos ejercicios y prácticas esconden algunos secretos de la magia roja. Los tratados eran de venta clandestina, subterránea, ya que ningún negocio se dignaba a exponerlos abiertamente. Algunos de aquellos libros fueron Novios celestiales (Heavenly Bridegrooms), Matrimonio psíquico (Psychic Wedlock), Goces espirituales (Spiritual Joys), Carta a una futura novia (Letter To A Prospective Bride), y La noche de bodas (The Wedding Night), entre otros.

El mago Aleister Crowley quedó tan impresionado por la erudición sensual de Ida Craddock que reseñó sus libros en la revista The Equinox, ganando con ello incontables seguidores, pero ese mismo interés también atrajo a detractores y defensores del pudor.

Para los parámetros de la época los libros de Ida Craddock eran obscenos y atentaban contra la moral y las buenas costumbres de sus lectores. La distribución de los panfletos fue censurada, y la propia Ida Craddock fue acusada oficialmente de «inmoralidad» y pasó cinco meses recluida en un manicomio. Su peor pecado acaso no haya sido la inmoralidad a la que aluden los agentes de la ley, sino sus intenciones de desperar a las mujeres a sus derechos al placer dentro o fuera del matrimonio, algo realmente imperdonable para el espíritu conservador de su tiempo.

Pero el verdadero problema de Ida Craddock no era que sus escritos fuesen considerados como material ilegal, sino que éstos habían sido distribuidos a través del correo por distintos estados, asunto que la complicó judicialmente, a tal punto que debió declararse culpable para reducir la dura sentencia que pesaba sobre los delitos federales.

Las mujeres seguían buscando con voracidad los libros de Ida Craddock, y éstos continuaron circulando a través del correo a lo largo y ancho de Estados Unidos. En 1902 se la volvió a acusar del mismo delito, pero Ida Craddock se negó a admitir su culpa, y fue encerrada durante tres meses en la prisión de Blackwell's Island. ¿Su crimen? Haber compartido lo que creía íntimamente acerca del placer. Desde este segundo proceso la dinámica de las obras de Ida Craddock se volvió imprevisible.

Cada nuevo arresto ganaba nuevas lectoras, y entre ellas muchas personas que buscaban leerla como pretexto para indignarse y continuar persiguiéndola. La vida de Ida Craddock se volvió un tormento insufrible. Por ejemplo, cuando fue liberada a mediados de 1902, con apenas seis horas de libertad, fue puesta bajo custodia nuevamente cuando un fiscal llamado Craddock leyó algunos párrafos de La noche de bodas. Durante este nuevo juicio, bajo pretexto de que se trataba de una obra de abominable obscenidad, se consiguió que el jurado condenara a Ida Craddock sin haber leído una sola oración del texto.

El 16 de octubre de 1902, un día antes de ser trasladada a una prisión federal, Ida Craddock le escribió una carta a su madre y una breve nota suicida en la que condenaba a los perros políticos que la perseguían. Algunas horas más tarde se suicidió.

Diez años después, Theodore Schroeder, un abogado de Nueva York con intereses de aficionado en la psicología, estudió el caso de Ida Craddock y comenzó a recopilar todo su material publicado. Más de cien años después, las obras de Ida Craddock continúan inéditas, salvo en uno o dos casos aislados. Al parecer, ninguna editorial ha querido comprometerse con aquellos conocimientos amorosos aprendidos de la boca y la piel de un ángel.




Libros prohibidos. I Libros de magia matrimonial de Ida Craddock.


El resumen de Ida Craddock y la magia del amor fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

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