"De profundis": Oscar Wilde y la historia de una carta de amor


"De Profundis": Oscar Wilde y la historia de una carta de amor.




Acusado de comportamiento indecente (léase: sodomía) Oscar Wilde atravesó sus horas de prisión escribiendo el majestuoso De Profundis.

No haremos un análisis del manuscrito, sólo señalaremos algunas curiosidades y leyendas que giran en torno al texto, las cuales son una parte esencial de su lectura.

De Profundis es un manuscrito de vida agitada, escrito en prisión, dedicado a un amante, prohibido durante cincuenta años y editado de manera póstuma.

Éste resumen brutal es apenas una muestra de lo que podemos encontrar en sus páginas, las cuales manifiestan, literalmente, un lamento desde Lo profundo.

Los libros, aún los que podemos olvidar sin sentirnos culpables, contienen una historia que los precede y los justifica. Cualquier cuento, novela o poema, emerge de la experiencia del autor, de sus lecturas y de sus días; pero una carta tiene una naturaleza propia; comparte raíces con otros géneros, es cierto, aunque su carácter distintivo radica en que no está escrita para desconocidos.

La obra de Oscar Wilde posee algunos excesos estéticos, pero la lucidez y la agudeza de sus observaciones los justifican; conforman laberintos cerrados, fortalezas, cuyas puertas sólo se abren con la llave que el propio Oscar Wilde nos entrega.

Una vez dentro del laberito el lector es libre de vagar o de extraviarse. Es su derecho. El destino que marca su lectura nos pertenece, aunque la semilla del viaje no.

Ahora bien, Oscar Wilde había fue condenado a prisión por mantener relaciones licenciosas con el hijo de la áspera marquesa de Queensberry, lord Alfred Douglas. Cuando la marquesa se enteró de la relación atacó a Oscar Wilde a través de cartas incendiarias dirigidas a los sitios que el escritor frecuentaba, acusándolo de sodomita.

Oscar Wilde contragolpeó las difamaciones acusando de injurias a la marquesa. Se inició entonces un vertiginoso proceso judicial. El poeta perdió el litigio cuando el escándalo tomó estado público, y debió pasar dos años en prisión.

Durante esos dos años Oscar Wilde escribió De Profundis, que en definitiva es una epístola a lord Alfred Douglas, su amante.

Por orden de la justicia ningún manuscrito escrito en la cárcel de Reading debía cruzar sus muros. Los abogados del poeta debieron entablar largas negociaciones para que De Profundis permaneciera en su poder y no fuese debidamente quemado.

De alguna forma Oscar Wilde logró eludir la suspicacia de los guardias, y De Profundis fue entregado a su amigo personal, Robert Ross, un conocido periodista de la época.

Pero los avatares del manuscrito no terminan allí.

Ross realizó dos copias dactilografiadas de De Profundis, o al menos así lo aseguró luego, una de las cuales fue enviada al amante de Oscar Wilde, lord Alfred Douglas.

El noble juró hasta el día de su muerte que la copia de De Profundis supuestamente enviada por Ross nunca llegó a sus manos. La acusación bien pudo haber sido cierta, como luego veremos.

Oscar Wilde escribió luego una breve introducción al texto, más como muestra de afecto hacia su amigo que por verdadero interés en su publicación. En 1905, cuatro años después de la muerte de Oscar Wilde, Ross publicó una versión breve de De Profundis. Luego se supo que el manuscrito fue cruelmente mutilado por el periodista. Se censuraron cerca de las dos terceras partes de la carta y muchos pasajes fueron groseramente adulterados.

Pero lo absurdo del asunto no radica en la censura, sino en el comportamiento posterior de Ross. En 1909 donó el manuscrito original de De Profundis al British Museum con la condición de que no fuese publicado durante cincuenta años.

Afortunadamente, la segunda copia dactilografiada de De Profundis cayó en manos de Vyvyan Holland, hijo de Oscar Wilde, quien en 1949 publicó la primera versión íntegra de la obra.

El manuscrito original de De Profundis fue revelado al público recién en 1960.

Para no incurrir con el odioso hábito de la generalización, podemos pensar en De Profundis como una de las obras fundamentales de Oscar Wilde. Como prueba de esa afirmación citamos apenas un párrafo antes de pasar al texto propiamente dicho.

Detrás de la alegría y la risa, puede haber una naturaleza vulgar, dura e insensible. Pero detrás del sufrimiento, hay siempre sufrimiento. Al contrario que el placer, el dolor no lleva máscara.



De profundis.
De Profundis, Oscar Wilde.

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Más relatos y poemas de Oscar Wilde. I Autores con historia.


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El resumen del artículo sobre Oscar Wilde: De profundis (De profundis) fue realizado por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com

6 comentarios:

Animeandi dijo...

Hola!...lindo blog :)...
yo igual!,Oscar es ese poeta genial junto con otros que más me a cambiado la forma de ver la vida,todos sus citas y pensamientos son maravillosamente ciertos & con un genio único!;creo que hombres como él nace 1 vez cada Siglo.Yo también lo conocí casualmente,días vanales,pero que lo recordare siempre.
"De profundis" aaah!,hermosa carta llena de verdades,de dolor,de amor!.Existe una frase,que sin duda,cambio el sentido de la gran mayoria de mi vida:

"...Puesto que la mayoría de la gente es otra gente;sus pensamientos son opiniones de algún otro;su vida rs una parodía;sus pasiones otras tantas citas"...

Anónimo dijo...

Ola..me encanta los libro de Oscar, es uno de los pocos escritore ke me facinan, por ke cuando hablaba de amor no mencinaba lo bueno solamente daba a notar tambien el dolor ke eso produjese y por eso me encanta..dice la verdad, lo ke es hacerca de esos temas

Sebastian Beringheli dijo...

Éxitos con el blog Darkangel!

Saludos. ;)

Anetteisdead dijo...

No sè quién seas, pero tus entradas al blog son magnificas e incluso poéticas. Debo agradecer que alguien con gracia para escribir hable de Wilde...tus pensamientos son una delicia, y por primera vez encontré a alguien que expresa aquello que deseaba leer, una reflexión de alguien que sabe poner en palabras lo que las almas sienten.

Fortuna, casualidad, coincidencia...una búsqueda casual y permanente me ha traído a tu blog. Pero, además de felicitarte y agradecerte tan hermosas entradas sobre Óscar Wilde, los demonios y la poesía...quiero hacer una pequeña aclaración.

No fue una marquesa quién condenó a Wilde, fue el Marqués de Queensberry, un hombre que puso las reglas al box. Pequeño error en una gran entrada, ojalá puedas arreglarlo para hacer de tu post uno de los mejores que leído en mi vida.

Gracias.

Sebastian Beringheli dijo...

Buenas tardes Anetteisdead.
En principio, gracias por la mención. Es un post bastante viejo pero cargado de recuerdos. Siempre que enfoco la mirada sobre Wilde emergen toda clase de emociones, en general, placenteras. Sospecho que esto sucede con todos aquellos autores que nos han regalado varias horas de dicha a través de sus textos.

Mira, con respecto a la corrección, creo que me has interpretado mal, o bien yo no logré expresarme correctamente. Lo que quise decir es que fue condenado (metafóricamente) por el hijo de la marquesa, aquel amante que terminaría siendo nefasto para la libertad de Wilde.

Saludos.
Te sigo leyendo en tu blog..

Marisa Doménech Castillo dijo...

Hola. Tan solo decir que la entrada es espléndida y mandar un saludo al autor de este blog, que en numerosas ocasiones, me ha abierto los ojos a través de sus posts con respecto a profundas contradicciones que no habían sido debidamente resueltas. Los temas que se abordan siguen los criterios de la rigurosidad y la objetividad.
Abrazos



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