«En la casa de Poe»: Frank Belknap Long; poema y análisis.
En la casa de Poe (At the Home of Poe) es un poema gótico del escritor norteamericano Frank Belknap Long (1901-1994), escrito en 1922 y desde entonces recogido en numerosas antología.
En la casa de Poe, probablemente uno de los mejores poemas de Frank Belknap Long, realiza una especie de regreso onírico a la casa de Edgar Allan Poe. Ese retorno no es metafórico, es decir, no implica un regreso al edificio poético de Poe ni a una relectura de sus obras, sino realmente a una visita a la casa en la cual vivió el poeta.
En 1921, Frank Belknap Long publicó un relato de terror titulado: El ojo sobre el mantel (The Eye Above the Mantel), donde el autor fatiga con referencias a Edgar Allan Poe. No obstante, el cuento llegó a manos de H.P. Lovecraft, quien quedó bastante impresionado. Se puso en contacto con Frank Belknap Long, y desde entonces mantuvieron una frondosa correspondencia. En una de esas epístolas, Long adjuntó este poema en prosa que, curiosamente, además de referirse a Edgar Allan Poe, está dedicado a H.P. Lovecraft.
En la casa de Poe.
At the Home of Poe, Frank Belknap Long (1901-1994)
Para H.P. Lovecraft.
La casa de Poe es como una morada de hadas, un palacio gnómico construido con el éter de los sueños. Es diminuto, delicado y encantador, y está lleno del recuerdo de las hojas de noviembre y los lirios de abril. Es un castillo de esperanzas desvanecidas, de sueños oscuramente evocados, de tristes recuerdos más antiguos que el diluvio.
Los años muertos giran lentamente, solemnemente alrededor de sus bajas paredes blancas, y lo visten con un velo místico de lágrimas invisibles. Y muchas historias maravillosas podría contar esta pintoresca y vieja casa, muchas historias extrañas y crípticas sobre el cabello del Cuervo, y la frente alta y pálida, el rostro triste, dulce, y el tono melancólico de la amada Virginia, esa dulce niña de mil visiones mágicas, hija de los últimos años solitarios, de color gris pálido, hija del sur suave y feliz.
Y cómo el soñador de las esferas debió haber amado esta extraña casita. Cada noche, las tablas huecas de su pórtico debían crujir a su paso, y cada mañana el gran sol naciente debía enviar sus rayos a través de la pequeña ventana, y bañar las hermosas trenzas del niño de los sueños en amarillo místico. Y tal vez hubo risas dentro de las paredes de esa casa, y alegría y canto.
Pero sabemos que el Maligno llegó por fin, el sombrío espectro sin humor que no ama la belleza y que no es de este mundo. Y sabemos que la casa de la juventud y del amor se convirtió en una casa de muerte, y que los recuerdos se vuelven amargos cuando las lágrimas de una mujer hermosa asaltaron al soñador.
Y por fin él mismo dejó esa casa de luto y buscó consuelo entre las estrellas. Pero la casa sigue siendo la visión de un libro mágico; una cosa que se ve oscuramente como en un espejo; pero encantadora más allá de los sueños de los mortales, e inefablemente triste.
To H. P. Lovecraft.
The home of Poe! It is like a fairy dwelling, a gnomic palace built of the aether of dreams. It is tiny and delicate and lovely, and replete with memories of sere leaves in November and of lilies in April. It is a castle of vanished hopes, of dimly-remembered dreams, of sad memories older than the deluge.
The dead years circle slowly and solemnly around its low white walls, and clothe it in a mystic veil of unseen tears. And many marvellous stories could this quaint little old house tell, many weird and cryptic stories of him of the Raven hair, and high, pallid brow, and sad, sweet face, and melancholy mien; and of the beloved Virginia, that sweet child of a thousand magic visions, child of the lonesome, pale-gray latter years, child of the soft and happy South.
And how the dreamer of the spheres must have loved this strange little house. Every night the hollow boards of its porch must have echoed to his footfall, and every morn the great rising sun must have sent its rays through the little window, and bathed the lovely tresses of the dream-child in mystical yellow. And perhaps there was laughter within the walls of that house—laughter and merriment and singing.
But we know that the Evil One came at last, the grim humourless spectre who loves not beauty, and is not of this world. And we know that the house of youth and of love became a house of death, and that memories bitter as the tears of a beautiful woman assailed the dreamer within.
And at last he himself left that house of mourning and sought solace among the stars. But the house remains a vision out of a magical book; a thing seen darkly as in a looking-glass; but lovely beyond the dreams of mortals, and ineffably sad.
Frank Belknap Long (1901-1994)
The home of Poe! It is like a fairy dwelling, a gnomic palace built of the aether of dreams. It is tiny and delicate and lovely, and replete with memories of sere leaves in November and of lilies in April. It is a castle of vanished hopes, of dimly-remembered dreams, of sad memories older than the deluge.
The dead years circle slowly and solemnly around its low white walls, and clothe it in a mystic veil of unseen tears. And many marvellous stories could this quaint little old house tell, many weird and cryptic stories of him of the Raven hair, and high, pallid brow, and sad, sweet face, and melancholy mien; and of the beloved Virginia, that sweet child of a thousand magic visions, child of the lonesome, pale-gray latter years, child of the soft and happy South.
And how the dreamer of the spheres must have loved this strange little house. Every night the hollow boards of its porch must have echoed to his footfall, and every morn the great rising sun must have sent its rays through the little window, and bathed the lovely tresses of the dream-child in mystical yellow. And perhaps there was laughter within the walls of that house—laughter and merriment and singing.
But we know that the Evil One came at last, the grim humourless spectre who loves not beauty, and is not of this world. And we know that the house of youth and of love became a house of death, and that memories bitter as the tears of a beautiful woman assailed the dreamer within.
And at last he himself left that house of mourning and sought solace among the stars. But the house remains a vision out of a magical book; a thing seen darkly as in a looking-glass; but lovely beyond the dreams of mortals, and ineffably sad.
Frank Belknap Long (1901-1994)
Poemas góticos. I Poemas de Frank Belknap Long.
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El análisis, traducción al español y resumen del poema de Frank Belknap Long: En la casa de Poe (At the Home of Poe), fueron realizados por El Espejo Gótico. Para su reproducción escríbenos a elespejogotico@gmail.com
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