Las Arpías de la mitología griega


Las Arpías de la mitología griega.




Los mitos griegos nunca se pusieron de acuerdo en cómo representar a las Arpías. A veces aparecen con busto, brazos y cabeza de mujer, pero cubiertas de plumas. En otras versiones son simplemente pájaros con cabeza de mujer.

Las Arpías eran hijas de la ninfa Electra y Taumas, cuyo nombre significa "milagro". Tenían su residencia principal en las islas Estrófadas, donde se establecían por cortos períodos de tiempo entre sus muchas ocupaciones.

Los nombres de las Arpías revelan parte de sus personalidades: Aelo ("vuelo tempestuoso"), también llamada Nicótoe; Ocípete ("viento veloz") y Celeno ("la oscura"), agregada posteriormente por los romanos y considerada como la más cruel de las tres.

La forma y nombre de las Arpías representaban ciertos principios y fuerzas incognoscibles de la naturaleza, particularmente de los vientos, quienes erosionan con voracidad el territorio griego.

En cuanto a su número, los autores tampoco logran ponerse de acuerdo. Para Hesíodo hay sólo dos Arpías, aunque otros estadígrafos aseguran que son tres, ocho, nueve, y hasta doce.

Nosotros hablaremos de las tres Arpías más conocidas, aunque nos apresuramos a aclarar que nuestra favorita no aparece en este tridente, por lo que nos tomaremos la libertad de decir unas pocas palabras sobre ella.

Homero cita en el libro VI de la Ilíada a una Arpía llamada Podarge, quien tras mantener comercio amoroso con el viento Céfiro dio a luz a Janto y Balio, los caballos de Aquiles. Esa es la única intervención de las Arpías en el ciclo troyano.

Hesíodo, quien rara vez ahorra descripciones coloridas, vocifera que las Arpías eran figuras aladas, de largas y onduladas cabelleras, más rápidas que cualquier ave conocida, e incluso más veloces que el viento.

Para Virgilio, más poeta que mitólogo, las Arpías son aves con cabeza de mujer, de garras encorvadas y con un vientre que exhalaba vapores inmundos. Vivían demacradas a causa de un hambre feroz que jamás lograban satisfacer. Pestilentes y feroces, todo lo devoraban mientras emitían chillidos espantosos.

La palabra Arpías (Harpyas) es griega, y significa algo así como: "las que raptan" o "las que roban", aunque si hubiese que traducirlas utilizando una sola palabra la ideal sería: "Arrebatadoras".

En un comienzo las Arpías tenían una tarea bastante noble: arrebatar a los demonios las almas de quienes iban al Hades. Pero luego todo cambió, aunque esto no debe sorprendernos. Los designios de Zeus son insondables.

Las Arpías luego se dedicaron a llevar a cabo pequeñas venganzas encargadas por los Dioses, por ejemplo, amargar la vida de Fineo, rey de Tracia, quien podía profetizar el futuro a los mortales, razón por la cual los dioses lo privaron de la vista. Las Arpías se encargaban diligentemente de robarle la comida, dejando en su lugar sus propios excrementos. De este modo el pobre Fineo andaba siempre famélico, sin voz ni voluntad para dar oráculos.

Afortunadamente, cierto día llegaron Jasón y sus argonautas, quienes valiéndose de la astucia consiguieron ahuyentar a las pérfidas Arpías.

Hay un episodio en la Eneida donde Eneas y los demás sobrevivientes troyanos se encuentran con las Arpías en las islas Estrófades. El encuentro es a la vez brutal y cómico: las Arpías les arrebatan la comida a los troyanos y, mientras huyen, Celeno gira en el aire y los maldice, diciendo que llegarán a estar tan hambrientos que terminarán comiéndose unos a otros antes de que el sol se ponga.

Los fugitivos de Ilión se dispersaron, atemorizados y sensatos.

Con el tiempo, las Arpías abandonaron los textos mitológicos para transformarse en una representación o síntesis de las mujeres de carácter difícil.

Curiosamente, una mujer solo admite el carácter de Arpía cuando sus intenciones son contrarias al deseo masculino de sumisión.

Remito al lector curioso ciertas investigaciones realizadas por un equipo de científicos, todos ellos divorciados, quienes afirmaron en voz baja que las Arpías griegas simbolizan en realidad a la mujer en ese indeseable estado que llamamos "matrimonio".

Nosotros, más cobardes que prudentes, no suscribimos la veracidad de esta hipótesis.

Advertimos, en cambio, abstenerse de utilizar este epíteto con una dama, ya que además de grosero puede resultar notablemente peligroso. Las Arpías, me temo, jamás olvidan una ofensa.




Más mitos griegos: mitología griega. I Feminología: la mujer en el mito.


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4 comentarios:

[:Bruja:] dijo...

Podrian recomentarme algun bestiario, libro. O sobre seres mitologicos..

Gracias

Unknown dijo...

Oh Sebastián, muy cierto eso, Veré quién me dice arpía para enseñarle una "garra"

Unknown dijo...

hola me podrian decir a quien pertenece esa imagen ??

Unknown dijo...

Hace tiempo de esta publicación pero tras dar con el y leerlo no puedo dejar de felicitar al o los autores ☺️ me ha encantado 😉



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